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El Teléfono, periódico que se publica en la ciudad de Santo Domingo, acudió á la Unión Ibero-Americana para que interviniese en la polémica sobre el paradero de los restos de Colón, insistiendo en que fueron recientemente descubiertos en la Catedral de la antigua Iglesia primada de las Indias. Dice que España debe apresurarse á rectificar un error histórico demostrado por el Rdo. P. Roque Cochia y D. Emiliano Tejera, sin añadir nuevos argumentos ni nuevas autoridades á las ya conocidas y apreciadas en su justo valor por nuestra Academia en el Informe que acerca del mismo asunto elevó al Gobierno de S. M. en 14 de Octubre de 1879.
Dos circunstancias deben llamar poderosamente la atención de la Academia. Es la primera que el Teléfono se abstiene de citar una sola vez dicho Informe, y la segunda que atribuye á la Unión Ibero-Americana una competencia de que carece para revocar el fallo de la Academia de la Historia con el visible intento de dividir la opinión dentro de España, oponiendo, á ser posible, un voto á otro voto.
El Presidente de
la Unión Ibero-Americana D. Mariano Cancio
Villamil, obrando con mucha cordura, declinó la competencia
que el Teléfono le reconoce para resolver la
cuestión, y se limitó á excitar el celo de
nuestra Academia á fin de que «de una vez y para siempre»
fije el
paradero legítimo y cierto de los restos mortales del
descubridor del Nuevo Mundo, siendo de advertir que tampoco en esta
comunicación se alude de cerca ni de lejos al Informe
publicado el año 1879.
Parece al académico que suscribe que es impropio de nuestro instituto entrar en polémicas con periódicos; que consultada la Academia por el Gobierno emitió su opinión fundada en las mejores razones que le sugirió la crítica histórica; que desde entones acá no ocurrió ningún hecho, ni se descubrió ningún documento —308→ que pruebe haber sido inducida en error, y que así se manifieste al Sr. Cancio Villamil, acompañando á la contestación, que se le diere un ejemplar del Informe referido.
Madrid, 5 de Octubre de 1888.
MANUEL COLMEIRO.