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De tres actos de oración correspondientes a las tres vías de la vida mística: purgativa, iluminativa y unitiva [fragmento]

Sor María de Santo Tomás de Villanueva





[...]A proporción de estos tres estados (principiantes, aprovechados y perfectos), distinguen los místicos tres vías que andan los que afectan perfección. La primera llaman purgativa, propia de los principiantes; la segunda iluminativa, propia de aprovechados; y la tercera unitiva, de perfectos. El fin de la purgativa es disponer al alma para la justificación de pecados y su satisfacción, y para preservarla de ellos. El fin de la iluminativa el aprovecharse en virtudes, fortificarse en las teologales; y la unitiva, mirar al uso actual de amor de Dios para unirse con él. La materia de la purgativa son los actos de compunción; la de la iluminativa es el uso y ejercicio de las virtudes morales, cuyo ejercicio clarifica y alumbra el entendimiento con una iluminación de la perfección; la de la vía unitiva son afectos de amor a Dios, la cual supone purgada el alma con mortificaciones y largas meditaciones de Dios. Estos tres estados son la penitencia, justicia y perfección.

Débese advertir que estos tres estados no son precisos, ni de tal manera, que cada uno de ellos no participe de los demás; porque en esta vida nunca se llega a tan perfecto grado de perfección en que no haya pasiones que enfrenar y caídas que temer, en lo cual participa el estado de perfectos del de principiantes; pues por perfecto que sea el hombre, necesita volver a la penitencia y lágrimas como Pablo hacía; y del de aprovechados, pues tendrá siempre que vencer para no volver atrás.

Estos tres estados se simbolizan en tres lugares del Diálogo de los dos Esposos: En el primero dice la Esposa: «Mejores son tus pechos, oh Esposo mío que el vino». En el segundo dijo él a su Esposa: «Los ojos me llenan, oh Esposa mía, la hermosura de tus pechos». En el tercero: «La fragancia y olor de tus ungüentos es superior a todos los odoríficos aromas». Aquí hace cotejo de estas tres cosas, vino, pechos y ungüentos. El vino generoso es tan activo que adormece los sentidos y entorpece las potencias, y al más fuerte derriba; los pechos con su leche aumentan, renuevan y mejoran; los ungüentos odoríferos con su fragancia deleitan. Es la vida purgativa el vino generoso que quita la vida al hombre antiguo envejecido en pecados; la iluminativa, los pechos llenos de leche, que nacido ya a la luz de la gracia le crían, fortalecen, aumentan y perfeccionan; la unitiva es un precioso aroma, que llena de suavidad, dulzura y alegría al alma tan dichosa que llegó a estado tan perfecto.





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