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ArribaAbajo Literatura y arte

Genara Pulido Tirado, ed.



(Jaén: Universidad de Jaén, 2001, 149 páginas)

La espinosa cuestión, tan debatida desde la Antigüedad, de las relaciones entre las distintas artes y, más concretamente, entre la literatura y las artes plásticas, es el nexo de unión entre los artículos que forman este libro. Se trata de una recopilación de seis textos integrados en el marco del IV Seminario del Aula de Literatura Comparada de la Universidad de Jaén, que abordan, desde diversas perspectivas, la relación entre la literatura y otras artes. La fotografía, la arquitectura, la pintura y el cine, como motivos literarios o en su relación con la literatura, se encuentran aquí representados.

El volumen se abre con una introducción de Genara Pulido, «Las relaciones entre literatura y arte, la constante y el reto» (pp. 7-19), en la que un panorama general de la cuestión, apoyado por una bibliografía final, sitúa al lector sobre la forma en que la relación entre la literatura y las demás artes ha evolucionado en el devenir de los siglos. Desde el tópico horaciano Ut pintura poesis, que en su origen pretendía poner de manifiesto los elementos similares que se encuentran en la pintura y la poesía, y su posterior interpretación como base   —698→   de una crítica comparativa de las artes, ha existido una polémica secular en torno a la naturaleza del arte y los artistas. Una polémica iniciada en la Antigüedad que se ha mantenido vigente durante siglos en la historia de la cultura occidental, considerada de maneras distintas a lo largo de la Edad Media, el Renacimiento, el Barroco, la modernidad o las vanguardias, enfocada desde diversas ópticas, pero nunca abandonada.

El primer artículo, «Fotografía y poesía» (pp. 21-41), de mano del poeta Antonio Carvajal, es una reflexión personal sobre las relaciones entre ambas artes, dos manifestaciones quizá no muy a menudo vinculadas, pero que en la obra del poeta granadino se encuentran enlazadas más de una vez. En algunas ocasiones sus poemas han ilustrado fotografías (como en el libro Baeza para mirar, donde se unen la pluma y el diafragma), mientras que en otras, la imagen fotográfica ha constituido el germen de sus composiciones poéticas. Ambas artes, considera Carvajal, se hallan unidas en el empeño de congelar para la eternidad un instante de belleza fugitiva.

Volvemos a encontrar a este poeta y su relación con las artes no literarias en el siguiente artículo, «La poesía del arte en Antonio Carvajal: Análisis de «Fervor de las ruinas (San Francisco. Baeza)» (pp. 43-62), firmado por el profesor de la Universidad de Granada Antonio Chicharro. Es ahora la arquitectura la que sirve de soporte a la palabra, pues estos versos tienen como referente las ruinas del convento de San Francisco, en Baeza, obra del arquitecto renacentista Andrés de Vandelvira. A lo largo del artículo, Chicharro, además de revelar los constantes puntos de contacto que la literatura de Carvajal tiene con otras artes, ofrece un completo análisis del poema, centrándose primero en elementos formales y estructurales, para luego, en la interpretación, mostrar cómo el poeta considera las ruinas arquitectónicas como un símbolo de la inutilidad del esfuerzo humano en su búsqueda de la trascendencia.

Dos de los textos incluidos en esta recopilación se dedican al estudio de la relaciones entre literatura y pintura. El primero de ellos, «Ut pictura poesis...Teoría y práctica en España durante el Renacimiento y Barroco» (pp. 63-82), de Pedro A. Galera Andreu, se inclina más hacia la historia de la pintura que de la literatura, aunque sin abandonar la relación, a veces la rivalidad, que ha existido entre ambas. El predominio de lo visual sobre lo escrito y de lo escrito sobre lo visual, las fluctuaciones que la hegemonía de uno u otro han experimentado a lo largo de los siglos; la vinculación a la pintura de literatos como Lope   —699→   y Calderón; los retratos literarios; la cuestión de la imitación de la naturaleza por el artista y la de la superación de la naturaleza, considerada como «engaño»... Éstos son algunos de los temas que desarrolla este artículo, centrándose sobre todo en las polémicas artísticas de los siglos XVI al XVIII.

El segundo de los textos dedicados a la poesía en su vinculación con la pintura viene firmado por Manuela Ledesma Pedraz, de la Universidad de Jaén, y lleva por título «Baudelaire y su estética bajo el signo de Delacroix» (pp. 101-125). El artículo se centra sobre los escritos de Baudelaire en materia de crítica de arte, particularmente los dedicados al pintor romántico, y sobre cómo dos artistas de campos distintos llegan a desembocar, sea por el pincel o por la pluma, en similares concepciones estéticas, como el dandismo, la apología de la libertad o el rechazo del academicismo.

«¿Es la literatura un arte?». Con este interrogante abre su contribución al presente volumen José Antonio Hernández Guerrero (pp. 89-99), de la Universidad de Cádiz. Con el fin de responder a esta pregunta, comienza remontándose al origen pragmático de las artes, que nacieron con finalidades prácticas y con mucha mayor vinculación entre ellas de la que tienen hoy día, para seguir luego la evolución del concepto de poesía a lo largo del tiempo. Un análisis de nociones como mímesis, ficción y belleza (que en el siglo XVIII Batteux consideró como denominador común a todas las artes), y un repaso a algunas de las distintas teorías que intentan explicar la creación artística y la experiencia estética, sirven al autor de este artículo para concluir que la literatura se sitúa en un plano de excelencia con respecto a las demás artes.

Cierra este volumen Enric Sullà, de la Universidad Autónoma de Barcelona, con un texto titulado «Literatura comparada: las relaciones entre la literatura y el cine» (pp. 127-149). El artículo gira en torno al problema que supone la adaptación a la pantalla de una obra literaria. En este caso ambas artes comparten una estructura narrativa que puede mantenerse en el paso de una a otra; no obstante, esta aparente ventaja ha de enfrentarse con las dificultades que supone la traslación del producto desde un medio con un lenguaje y unos recursos determinados hasta otro que se sirve de medios expresivos completamente distintos. A propósito de esta cuestión, Sullà reflexiona sobre el funcionamiento de la narración en general y sobre cómo una historia, experimentando las transformaciones necesarias, puede ser contada por distintos medios.

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En resumen, con este libro nos encontramos ante una nueva contribución al dominio de la literatura comparada, que en esta ocasión traspasa las fronteras de lo estrictamente literario para internarse en el ámbito de la teoría del arte.

Irene Aragón González

SELITEN@T/UNED