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ArribaAbajoLa estación vacía (1998-2000)




ArribaAbajoIn medias res


ArribaAbajo Debería ser posible comenzar.
Debería
ser
posible
comenzar.
De este tósigo nos amamantamos
siempre in medias res:
en la mitad de la nieve
en la mitad del asedio
en la mitad delicada de la piel
en la mitad apremiante de la larva
en la mitad (más o menos) del camino de la vida
en la mitad del espanto.
Con el permiso del Dante o el de Horacio
debería ser posible
comenzar
como deshacer el curso de los días
como resucitar a las extrañadas víctimas
como reparar el error irreparable.

Lo nuestro es otro.
Lo nuestro es lo otro:
abierto
en canal
destripado
desjarretado
abierto hacia sí mismo.
Lo nuestro es lo otro
ahí donde lo hallamos.

Tócame:
ni me siento
ni te golpeo
ni aparto la mirada del enigma del mal.
Lo nuestro es lo otro.




ArribaAbajo¿Pero qué dice el anhelo?


ArribaAbajo Siguiendo el hilo tenue
del anhelo que enhebra
esto y aquello con sus variaciones,
el molusco y la justicia, el beso
con el borde del escarnio, la luz con la otra luz,
el anhelo que tira suavísimo
de lo que existe hacia lo otro, ese hilo
no se rompe, se pierde tantas veces
pero nunca se rompe: no sirve
para salir del laberinto,
sí para repartir la harina de las estrellas.




ArribaAbajoA redropelo


ArribaAbajoSi se descoyunta la espalda de la casa
si la cabellera de algas se desprende
tendré que hablar de otra manera.

En el reino abrupto de lo que no sirve
acaricio las alas de una canción.




ArribaAbajoArs definiendi


ArribaAbajoLa izquierda
La izquierda de la izquierda
La izquierda de la izquierda de la izquierda
La izquierda de la izquierda de la izquierda de la izquierda
...

Pregunta:
¿cuántas líneas
hacen falta para llegar
a una aceptable definición recursiva de la palabra
sectarismo?




ArribaAbajoQué pregunta tan tonta


ArribaAbajo¿Se puede ser comunista ateo y eficaz bibliotecario
y a la vez tener constancia de la transmigración de las almas?

Es como si me preguntaras si un lisiado misántropo
a quien escuece la sociedad puede dar la vida
por defender la dignidad humana o las libertades políticas;

o como si me preguntaras si el lobo tiene vastos territorios de caza
en la imaginación del pacifista.

Sí, naturalmente.




ArribaAbajoCanción lenta


ArribaAbajoPara vivir bastaría poder mirar las nubes
poder alzarte la falda despacito
desayunar claridad quitándole te digo el borde amargo
para vivir bastaría estar vivo

demorarse en lo cálido redondo frutal de la vida
es decir tu nuca tus senos tu muñeca
para vivir no tan alto ni profundo
sino como un ritmo azul te digo
que pudiera seguirse con los pies

para vivir bastaría poner a dormir juntas
las deliberaciones con las decisiones
en la misma cama te digo peregrina
seguir aprovechando el malentendido fértil
para vivir tocar lo que nos toca

para vivir te digo
basta con estar vivo




ArribaAbajoNada de nada


para Manuel Sacristán
Conozco una y sólo una brújula infalible en ética y política (que, en el nivel que más importa, son la misma cosa): del lado de las víctimas o contra ellas. No pretendo que sea fácil ajustar la conducta personal a ese criterio de emancipación: digo solamente que es certero y no marra nunca. Lo he aprendido de gente como Manuel Sacristán, que más que decirlo lo mostraron. DEJEMOS EL PESIMISMO PARA TIEMPOS MEJORES, reza la pintada en la pared que evoca Eduardo Galeano


ArribaAbajoNo tenemos nada.
Nada de nada.
Pero no es
ni mucho menos
la nada:
es nada
de nada
vale decir
una chispa
una preposición coja
un sigilo instantáneo
una partícula nada elemental
una escama de júbilo
una lumbre pequeña
una chispa
que pasa
de unos labios a otros.
No tenemos algo
de nada
sino nada de nada.
No tenemos nada.




ArribaAbajoAhí (arte breve) (2000)




ArribaAbajoAhí (arte breve) [selección]




1

Allá vas, piloto, allá vas, no
tienes alas, no necesitas alas
pero necesitas sintaxis.


2

«Lo que ocurre sin palabras lo restituiremos al lenguaje. / El poema es un restituidor»

Claes Andersson                


El ritmo lo da el agua, la mano de ella, la flexible cinta.
Después de tantos años, acaso estás llegando. ¿Sabrás saltar entonces
fuera del surco anciano de tus propias palabras?


3

Las palabras figuran una liberación. Ésta se realiza
—si existiera tal cosa— en otro espacio, mas sería imposible
sin aquel surco previo de las grandes errantes.


4

En el 75 empieza la escritura. El fin del dictador
y el final de la infancia es el comienzo
de aquel apócrifo tan largo y sinuoso, la vida.


7

Píntalo de negro. Si no te gusta
píntalo de negro, y si te gusta píntalo
de negro.


8

Si no tengo nada más, tendré este verso.
Si nada tengo, tendré la respiración del bosque, ahora.
Si nada, mis 34 vértebras y un sol rojo silabeando en mi pulso.


9

El equilibrio no es ninguna laboriosa conquista
sino el hallazgo de un cauce entre la luz y la sombra.
Si no, ¿cómo podríamos nunca caminar?


10

«El dao engendra al uno, el uno engendra al dos, el dos engendra al tres, el tres engendra a los diez mil seres»

Lao Zi                


Sin salir de casa se conoce el mundo. Una mujer es todas las mujeres.
Y bastan los versos de tres buenos poetas para reconstruir
—por triangulación de hontanares y veneros— toda la poesía que fue y la que será.


11

Cesarás en tu médula, perderás para siempre
la copa, la estufa, el pobre cedazo, la maleta; pero antes el vértice dulce
de su espalda, el agror de las sílabas centelleantes nuevas.


12

Para ti los sacramentos, para mí mi padre pequeño.
Para ti la errancia de los astros: yo viajo por debajo de las hojas.
Para ti todas y ninguna. Para mí ella.


13

Adán de adobe, de ti la mujer de agua,
entraña propia, inquilina de otro mundo.
Entraña extraña. El ritmo lo da el agua.


14

(Como de casi todas las historias importantes, existe otra versión:
la Gran Madre se arrancó un pelo del pubis, lo untó de sangre menstrual
y ése fue adán-Sintana. Bien lo saben los kogi, que sueñan equilibrio en las laderas del mundo).


17

Lo bueno del verano es el hielo en las copas.
Lo malo del arte son los artistas.
Lo bueno de la blusa son sus pechos.


18

Al final del verano todas las chicas son hermosas. Tan leve
su materia, tan clara, tan feliz. No dura más que unos pocos días, pero en ellos
es imposible encontrar ninguna fea.


19

Su piel canela tan dulce a la mirada, en esos breves días
del final del verano; y el caminar absortas
cual si estuvieran en soledad desnudas.


20

Hablas de transformatividad y de utopía;
pienso en lo lento, en lo suave.
Las cosas importantes casi no hay que decirlas.


21

Si el día olvida que es hueso, si el árbol olvida que es águila,
si el hombre olvida que es mujer y es lobo y es paciencia,
¿cómo reconstruiremos el panal azul del corazón?


22

33 años sin ti, Guevara. 00 sin ti. Cómo leer qué hojas y qué flores. Las abejas
no polinizan tan bien, la tierra está ciertamente
más vacía, seguimos sin los planos de la Ciudad del Sol.


23

«El amor, dices / El más importante, dices, sentimiento / Del revolucionario: porque lo transforma. / Cito tu texto, Guevara, esto escribiste»

Tania la guerrillera en Guevara oder Der Sonnenstaat de Volker Braun, cuadro 5                


Seguimos sin acceso a la Ciudad del Sol.
No se logró la justicia universal,
pero enseñaste a leer a mucha gente.


24

¿Y qué dirías de alguien
capaz de asesinar sólo para estar solo?
Eso sucede en mi país, al norte, donde rezuman sangre los establos.


25

Cierto que cualquier cadena dibujada con la sangre de los muertos
si se prolonga lo bastante enlaza el bien con el mal. Mas lo sabes:
no tienes por qué acatar el demente círculo de eslabones.


27

Hay una peor forma de ceguera:
ver sólo las ideas de las cosas
en lugar de las cosas.


28

Avísame si enfermas
de algo que no sea tiempo. Si curas de algo
que no sea tiempo, avísame.


29

Qué hace de nosotros el tiempo es una buena pregunta,
lo concedo. Pero también habrá que plantearse ésta: qué hacen de nosotros
el mercado mundial, santa OMC con sus transnacionales y el ejército de los EE.UU.


30

Si preguntas sólo la primera y no la segunda, no te creeré.
Si preguntas la segunda pero no la primera, no te creeré.
Si no te olvidas de éstas y preguntas tu propia pregunta, no te creeré.


32

¿La vida de verdad ausente ausente,
garzón de Charleville? No si de veras sabes
el lugar de verdad de tu deseo.


33

«La capacidad creadora de un autor no siempre corre pareja con su voluntad: la obra se concluye de la mejor manera posible, y a menudo se enfrenta con el autor como un lago independiente y aun extraño»

Sigmund Freud, Moisés y la religión monoteísta                


Originales somos hasta en el ser
y no ser. Quién lo hubiera creído:
pensé primero que fueran 33
estas trifurcaciones, tréboles, triduanos tenedores de 3 púas
para pinchar el 3 y su liminal sustancia. 99 versos,
un número propicio, una arteria capaz,
un sifón genital de probado fulgor. Sólo que sólo
lo inesperado sale como esperábamos, a veces,
si es que sale. No consintió detenerse
esta rueda del 3 generatriz, siguió girando y girando, despidiendo
centelleos y astillas de mundos y saliva roja. No hubo pues
99, qué 99. Limo, limes:
somos del barro y por eso fronterizos.
Sólo que quién establece la frontera
de la generación, cuando es sabido
que el 3 es padre de los diez mil seres, oh padre, lo que quise decir
es casi mío.


34

Pero esa vida de verdad tan verdadera, toda hondura intensidad y pureza,
¿no es la que viven los hermanos vestidos de pelo o pluma?
Si te acompaña un perro, te lo has preguntado muchas veces.


35

De otra forma: su vida —con las locas carreras, el bosque de olores
y el amor como un barco frágil y poderoso— contiene
todo lo esencial de la vida.


36

Éste es el centro del mundo, todos mis testigos lo saben.
Tú eres la lana azul del vértigo, yo el primogénito del grano.
Más arriba que arriba: éste es el centro del corazón.


39

Escribir para agradar
escribir para romperse
no escribir.


40

Hacer visible lo invisible. Piensas en poesía:
pero quien hablaba era epidemiólogo, médico del trabajo, fotógrafo
o revolucionario.


41

¿Quién fotografía al fotógrafo? ¿Quién, desde dónde
escribe al escritor, dibuja la velocidad del dibujante, piensa los rojos pies del pensador?
Enmarcaremos con cuidado ese vacío.


42

¿Pero quién dónde creyó que nunca
cesó la hechicería de las sílabas, la fuerza
de su blanca dentellada, la libertad vertiginosa de su arriba y abajo?


43

Debajo del ala del escarabajo.
En la desnudez fragante de la astilla.
Ahí. (Ahí que es la palabra de lo humano).


44

No amar es la falta. Es también el castigo.
Quien lo sabe palpa sin impaciencia
los alfabetos de la noche, la respiración del día.


45

(agosto 00, Bogotá: América Latina por primera vez)


Casi sin darme cuenta
un túnel bajo el mar:
Madrid-Bogotá.


46

Amerizar es
nadar en el agua profunda de América, la lengua espaciosa
de aquellos grandes animales.


47

¿Qué hacemos con Gonzalo Rojas? ¿Qué con Gamoneda?
¿Con Juarroz, con Gelman o con Paco Pino? ¿Qué les echamos entonces de comer?
¿Qué damos a la mano para que sea mano, puesto que hay una mano?


48

El nivel de brutalidad física en Colombia
se iguala con el de violencia estructural en España.
Es la ecuación del horror. No te resignes. Manos a la obra.


50

Muy cerca del día
de la pequeña hambre. Y algo
más cerca del día del Hambre grande.


51

¿Qué para qué sirve el qué
la poesía? Enseñarnos puede a ganar
nuestra respiración. Es casi nada, nada. Ahí es nada.


52

(heideggereando un poco)


¿Estás ahí? quiere por tanto decir: ¿eres humano?
¿Duermes en el lugar de tu verdad? ¿Has lavado tu ropa,
dispuesto la comida para los animales?


53

Para el de Freiburg soy un estar-ahí. Pero no se lo ha pensado demasiado.
Lo humano es el estar por ahí, en otra parte, lejos, distraído,
extrañado por la potente catapulta del lenguaje.


54

Los otros animales sí que son dasein. En cambio
para nosotros volver a estar ahí
es el final de un largo viaje que no acaba.


55

Hubiera sido baile, éxtasis alciónico al borde de la sima, música de los pies dentro del círculo de fuego;
la serenidad del buzo, la coreografía sin vértigo de los albañiles indios que construyeron la ciudad vertical;
como nada de eso fui, me adoso al vuelo germinante de las sílabas.


56

Un saber amargo que no ofrece salidas, me reprochas.
¡Como si dar salidas fuera cosa del poeta!
De eso ya se ocupan los guardias de tráfico.


57

Si poema fuere, ara ahora, verbo reverbera
entre equinoccio y escualo, entre pulmón y caléndula,
ahí es nada en la inteligencia de los versos que van y vienen, viniendo y yendo.


58

Poesía:
palabra
seminal.


59

El rojo
en la saliva de los aztecas:
conocimiento.


60

¿Puede la poesía dar lecciones de nada? Indigente maestra
de un saber que no tiene, ayunadora incierta
perdida en los caminos de tu pérdida.


61

¿La poesía, dices? Ha de haber un lugar
donde se recojan las palabras
pronunciadas y calladas por las víctimas.


65

Mi casa es la más amplia. Qué laborioso frescor. Doy gracias otra vez
por las alcobas íntimas y los patios en flor
del castellano, lindante con jardines guaraníes o kogi...


66

Fernando Vallejo, Houellebecq, Fonollosa, amamantados con el esperma negro de Céline;
qué fácil decir el hombre es un saco de mierda
ahogándose en la piscina de mierda, qué fácil, que es el mundo.


67

Pero aproximarse a la vergüenza de la torturada y soportar
la ingravidez del niño que congénitamente muere de hambre,
eso ya no es tan fácil.


68

La pureza del mal es un buen título para gacetillas en semanarios culturales:
pero esa hojarasca se pudre muy deprisa, y el mal en cambio
siempre ahí, hediendo rutilante sin auxilio en nuestras rojas manos.


69

Y cuándo cegaremos para ver todo claro, dice Tomás
Sánchez Santiago. La claridad de esa merienda
de pobres, ciega cautiva que llamaré misericordia.


70

Qué difícil errar, y qué sencillo
estar siempre en lo cierto. Mas la verdad que aborrece las certezas
se enlaza al cuerpo del vagabundeo.


71

Todo lo que sabía, lo sabía antes
como si no supiera. Y ahora voy sabiendo
una cosa importante: ésa.


72

Cuando creí que sabía, nunca supe. Y ahora que sé esto
de algún extraño modo recupero
aquel saber antiguo inexistente.


73

El engaño no existe, sólo el autoengaño.
Una imaginación menos corrupta
no abdicaría de su propia luz.


74

¿Fábulas del origen? Yo sé que hay una luz
que es intimidad, no emblema; que es palpitación, no mito;
luz tan cercana a la carne que nadie pudo acordelar engaño alguno.


75

Si enseñas todas las cartas, dirán que haces trampa.
Así que haz trampa. Guarda un as entre párrafos.
Si no se juega nunca, imanta el resto de los naipes.


77

Arrojar basura sin pensar en ello
ni en quien tendrá después que tratar de recogerla
es muerte, es dar muerte, incluso si no piensas en ello.


78

La palabra nutria, por ejemplo. La ligereza y frescura
de esta palabra, la hondura de su U. Su calidad de alimento, oh nutria nutritiva. Su íntimo azul.
Su frío acogedor. Oídme: no habrá mundo si exterminamos a los animales.


79

Pero la misión del hombre es asombrarse, dice Santiago Mutis. Basta
de buenas intenciones y gestos desvalidos, basta de palabras
sin consecuencias. El mundo está ahí. Misericordia. Asombro.


80

(Aerogeneradores)


Posados en el lomo sensual de la colina
como una blanca deducción de pájaros, cada uno tres alas,
zumbando quedamente una verdad que ahora sí queremos oír.


84

Tan cerca de emerger a ese lugar donde el aire
es aire, tierra la tierra,
y el amor es amor.


87

La épica con todas sus carreras, entradas y salidas, subir y bajar escaleras,
cortar la cabeza al enemigo, llegar a la luna, violar a la cautiva,
perforar el pozo más profundo, enredos y devastaciones, miente.


88

Lo incompleto, lo inútil, lo quebrado, la malva y el asfódelo,
el ornamento minúsculo, la acogida, lo inacabado, el lugar de lo que se perdió:
y la feliz tendencia de todo a ser redondo.


89

Quitarle la cabeza a la cabeza, citar la cítara,
rodarla, acariciarla, devolvérsela. Reconstruir el mundo por completo
dejándolo perfecto en su esplendor aullante intacto.


90

Lo mecánico del lado de la muerte,
la minusvalía del lado de la vida,
la suavidad de las mujeres.


91

Único pan sin moho, nunca reseco, de miga velocísima,
en rebanadas santo, sediento al precipicio, inquilino del vértigo,
tostado, pan crujiente, con sal de mar, de levadura libre: su beso.


92

No tengo cuentas pendientes, alivio en la mañana
tan espaciosa, pero recordé luego lo que ella recordaba: debo una muerte
a la naturaleza. ¿Mas por qué apresurarse en saldar cuentas?


93

Primero fías en la magia de otros. Te lleva tiempo, pero al fin conquistas
la verde magia de tu propia magia. Por fin, un día más transparente que ninguno,
te das cuenta de que no hace falta magia.


94

Hasta que la razón deja de ser un inmueble
y es sólo hebra de luz, hoja más dulce o un calor compartido.
Hasta que el transeúnte se descalza del miedo y de la culpa.


95

No hay que defender nada. ¿Qué se podría
en verdad proteger? Las palabras, entonces, para can-
tar: una canción rota, canta tú que no sabes.


96

Aprendiendo aprendemos
a aprender, en lo lúcido y en lo arenoso, en la sarga
del aliento. Tres veces nada, ahí, luz de lo lúcido.


97

¿Se comerá lo rápido a lo lento?
Está por ver. Podemos mientras tanto
masticar muy despacio.


98

(resistencia / existencia)


Y así escribo en el muro: ABAJO LAS MURALLAS. ABAJO LA PUREZA.
NADIE ES AMO DE NADIE.
TODOS SOMOS MINUSVÁLIDOS.


99

«A qué fue nadie nunca a dónde / de un ahí a otro... »

Gonzalo Rojas                


¿Dónde se recomponen las piezas del puzzle? Sólo una tarde, por azar,
en el reflejo de un charco que nadie mira. Y siempre faltan piezas. (Por precaución
esconde una tú mismo, nadie pueda encontrarla).




ArribaAbajoA sueño flaco todo son pulgas (2002)




ArribaAbajoSermón de la discontinuidad


ArribaAbajoNada está dado

El mundo discurre al borde del abismo
cada instante

Cada vez que abres los ojos
los lazos del amor
han de anudarse de nuevo

Cuando escribes una página
en el código de las leyes
la anterior ya se ha borrado

Un número natural
no sabe si seguirá el consecutivo

Tú que has visto caer al soldado
barruntas que el hijo
va a levantarse de la misma tumba

Si el viento se lleva tu sombrero
agárrate la cabeza
con las dos manos

Lo que un momento promete
no lo concede el próximo
y luego en cambio sí

La causa
reniega desdeñosa del efecto
y el efecto se desentiende
altivo de la causa

Nada está dado:

nuestro tormento
y nuestra dignidad




ArribaAbajoPoema de uno que pasa (2001-2002)




ArribaAbajo


ArribaAbajoUN PRECIOSO jarro que cae y se quiebra
Uno que pasa
ve lo que ha pasado
ve los cordones sueltos
se ata los zapatos
recoge nada más que un par de añicos
y reconstruye
el hueco que guardaba aquel jarro preciosísimo




ArribaAbajo


ArribaAbajoDESPRENDERSE DE todo lo que no es de uno.

Pero de uno
es todo lo del mundo




ArribaAbajo


ArribaAbajoLO MUNDO
Lo verbo
Uno que pasa por allí




ArribaAbajo


ArribaAbajoUNO QUE encuentra caminos
caminos para perderse




ArribaAbajo


ArribaAbajoUN TEJADO de trinos
puede detener el chaparrón hediondo




ArribaAbajo


ArribaAbajoFELICES LOS vivos
porque tienen un cuerpo

Felices los muertos
porque no tienen un cuerpo

La herencia ausente
es la que colma el linaje

Felices los encuentros
felices




ArribaAbajo


ArribaAbajoUNO QUE siente el frío del cosmos
y el calor intrépido del cosmos
en una sola diástole




ArribaAbajo


ArribaAbajoUNO QUE sabe que hay otra vida
por experiencia propia:
la vive y no la vive




ArribaAbajo


ArribaAbajoUNO QUE de repente se da cuenta
de que siempre ha tenido abiertas las narices

sin interrupción respirando el mundo,
cada partícula y aroma; cada voz, cada deseo




ArribaAbajo


ArribaAbajoUNO QUE sabe que el habla
se abre
en el lugar de la extrañeza




ArribaAbajo


ArribaAbajoUNO QUE desde lo incierto
se apalabra




ArribaAbajo


ArribaAbajoUNO QUE se extraña




ArribaAbajo


ArribaAbajo¿HASTA
dónde llega
el brazo que se extiende?

Uno nunca lo sabe

No lo sabe en la oscuridad

pero tampoco
bajo la plena luz




ArribaAbajo


ArribaAbajoLA CELDA se abre
hacia una vesícula de luz:
nos salva la extrañeza
aquella rauda cicatriz ubérrima

En cada encierro —y son tantos—
el ángulo de fuga
la línea delgada hacia lo abierto
sobre los lomos de su frágil ritmo




ArribaAbajo


ArribaAbajoLA ESCRITURA
nunca duplica la vida.
La atraviesa
como la aguja la tela
y cuando el tiempo es fértil algo arrastra detrás
prendido del hilo
umbilical tembloroso

escritura que no es conocimiento
sino un fraseo ardiente
abierto hacia lo extraño




ArribaAbajo


ArribaAbajoESCRIBIR A favor de la extrañeza del mundo
y contra la extrañeza del tiempo

Hasta ahí llegaste tú
Aquí estoy yo




ArribaAbajo


ArribaAbajoUNO QUE desea la fatiga profunda
porque a ella sucede a veces el deleitoso hundirse
lenta libre suavemente
en los diez mil colores
del negro




ArribaAbajo


ArribaAbajoUNO A quien deja bastante disconforme
aquel consejo de amar
al prójimo como a ti mismo

y se interroga más bien
sobre el amor al extraño

incluyendo el extraño
que es uno mismo

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