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1

Sigo la ed. de Creixell (1984: 94 y 104). El latín «plebeius» o «plebeia» correspondería en el texto más propiamente a nuestro «burgués» o «burguesa», pero Creixell justifica razonadamente el mantenimiento de «plebeyo» o «plebeya» para la traducción.

 

2

El tercer momento en el que la ira de Melibea se manifiesta de manera nuevamente irreprimible es el auto XVI, cuando se enfurece con sus padres (Fraker 1993). Y hay un cuarto, en el auto XIX, cuando Lucrecia abraza a Calisto y Melibea reacciona impulsivamente. Lacarra (1997) sintetiza y calibra las opiniones respecto a la furia de Melibea que dan por una parte Fraker (1993), para quien la ira de Melibea es honorable, al estar motivada por el empleo de su carácter colérico en la defensa de su honor, y por otra Fotherggill-Payne (1988 y 1991-92), que la concibe como destructora.

 

3

Véanse Von Richtofen (1966) y Gerli (1992).

 

4

No había sido apuntada hasta el momento, que conozca, esta influencia en el Tirant lo Blanc. Sí en otros textos medievales escritos en catalán (véase nota 8).

 

5

El manuscrito fue editado, confortando a doble página la traducción con el texto latino, por Pagès (1930).

 

6

Véase, para la composición originaria del manuscrito, así como para la datación de la parte correspondiente a estos dos textos (finales del siglo XIV o inicios del siglo XV), Gimeno Blay (1992). Debo a Rosanna Cantavella la llamada de atención sobre este trabajo. Hay que partir de la difusión y conocimiento prioritariamente fragmentarios de la obra, lo que no excluye la unidad filosófica del tratado. Como señala Canet (1995: 207-08): «... en definitiva, las bases teóricas para la filosofía amorosa cortés fueron puestas de manifiesto por Andrés el Capellán en su tratado, al que se le podrá rebatir, modificar, replantear, pero al que aceptaron todos de antemano porque su libro era una primera Summa sobre dicha materia.» Véase, para una revisión profunda del tema de la unidad y coherencia internas, el trabajo de Cherchi (1979).

 

7

Martínez (1995: 73-75 y 1997: 303) sospecha que Martorell pudo haber leído las Tragèdies en algún manuscrito próximo, que no igual, al 14704 de la BNM, uno de los más completos con la traducción del texto. Pienso que tal vez pudiéramos hacer extensiva esa sospecha al ms. II-3096 de la Biblioteca de Palacio.

 

8

Esta escena ocupa casi la mitad (vv. 406-695) de la Salut d'amor (Riquer 1980, II: 58-59) y se repite en la Glòria d'amor de Fra Bernat Hug de Rocabertí (Riquer 1980, III: 152-60).

 

9

Así lo reconoce Miguel Martínez:

«la lectura de una novela de caballerías como ésta [Tirant lo Blanc] resulta de singular interés para calibrar acertadamente cuánto hay de paródico en la pintura que se nos hace del caballero Calisto y de sus relaciones con la dama Melibea [...] No parece sino que en La Celestina la peripecia amorosa de Calisto y Melibea es una acomodación, sintetizada por exigencias dramáticas y, en buena medida, paródicamente ejecutada, de este modelo de amores novelescos.»


(1996: 95; véanse también pp. 96-97)                


He tratado de anotar algunas relaciones entre ambas obras a lo largo de una serie de trabajos (Beltran 1988, 1990, 1991 y 1997a).

 

10

También Russell (1991: 213, n. 20) señala que «las palabras de Melibea ["Más desventuradas de que me acabes de oyr..."] pueden ser reminiscencia de las que, en el mencionado tratado de Andreas Capellanus (VI, 2), la dama noble censura y repulsa al hombre de clase media que le acaba de requerir de amores».

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