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Biografía marítima

Cesáreo Fernández Duro





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Entre los libros publicados en Lisboa al celebrarse el cuarto centenario del descubrimiento del camino marítimo de la India, que es una de las glorias de la nación lusitana, el que se titula Trabajos náuticos de los portugueses en los siglos XVI y XVII, obra del Sr. Sousa Viterbo1, interesa también á los marinos españoles. Contiene, en orden alfabético, colección de noticias personales de 338 navegantes y de 90 constructores navales, con inserción de documentos referentes á cada uno de ellos, en mayor parte inéditos, y como en mucho número sirvieron á la ciencia y á la humanidad estando regidas ambas naciones juntas por los Felipes II, III y IV, tanto en esta parte como en la otra de la Península ibérica que ahora separa una frontera más convencional que geográfica, merecen consideración y aplauso.

No pocos de los navegantes enunciados, por el lugar del nacimiento, por la especialidad de su incumbencia ó por circunstancias de excepción, si deben figurar en los anales comunes, tienen colocación preferente en unos ú otros, y con relación á los de Castilla (usando de esta antigua designación), se advierten en el   —121→   trabajo del Sr. Sonsa Viterbo algunos, 26 por lo menos, que voy á indicar á los que cultivan los estudios biográficos como materia de ilustración y de vulgarización provechosa, y por la copia de noticias ó de documentos que contienen. Basta con citar los nombres conocidos de estos que siguen:

  • Albernas.-Juan Teixeira.
  • Alcaçova.-Sotomayor (Simão d').-Alcazaba (Simón de).
  • Alcarraz.
  • Alvarado.-(Pedro de).
  • Baptista.-João.
  • Barbosa.-Duarte.
  • Coutinho.-Luís da Fonseca.-Coutiño.-Luís de Fonseca.
  • Gomes.-Estevão.-Gómez-Esteban.
  • Ledesma.-(Pero de).
  • Magalhaes.-(Fernão de).-Magallanes (Fernando de).
  • Maldonado Ontiveros.-Antonio.
  • Menezes.-(Manuel de).-Meneses (Manuel de).
  • Queiroz.-(Pedro Fernández de).-Quirós (Pedro Fernández de).
  • Ribeiro.-Diogo.-Ribero (Diego).
  • Rico.-Gaspar.
  • Silva.-(Nuno de).-Silva (Nuño de).
  • Tamayo.
  • Teixeira.-João.-Teixeira (Juan).

De otros es de utilidad extender la mención, por la novedad de los datos añadidos.

Faleiro.-Ruy, por ejemplo.-Tratando de este compañero de Magallanes, de que se ocuparon, entre nuestros escritores, Herrera, Nicolás Antonio, León Pinelo, Barcia, Huerta y Navarrete, escribe el Sr. Sousa Viterbo:

«El Dr. Diego Cisneros, en su obra Sitio, naturaleza y propiedades de la ciudad de Méjico, impresa en esta ciudad en 1618, dice:

"Dividieron los antiguos la tierra en tres partes principales, Asia, Africa y Europa; los modernos, que á fuerza de inmenso trabajo y atrevido ánimo se determinaron á experimentar más que no ellos, hallaron la cuarta parte, que vulgarmente se dice América ó Indias, atribuyéndose así la gloria Americo Vespucio,   —122→   no habiéndola hallado él, según la más cierta opinión, sino Ruy Falero, portugués; y que fueron suyas las descripciones con que el Almirante Colón se determinó á hacer cierto este descubrimiento y nuevo mundo."»



Guilhem.-(Filippe de).-Aventurero no conocido de nuestros biógrafos. De su vida apunta:

«En las obras de Gil Vicente se contienen unas trovas suyas dedicadas á Felipe Guilhem con esta nota explicativa:

"El año de 1519 vino á esta corte de Portugal un Felipe de Guillén que se decía haber sido boticario en el Puerto de Santa María, el cual era gran lógico, muy elocuente y de buena práctica, que muchos sabedores se holgaban de oir. Tenía algo de matemático; dijo al rey que le quería dar el arte de Leste-Oeste que tenía hallada. Para demostrarla hizo varios instrumentos, entre ellos un astrolabio para tomar el sol á cualquiera hora. Practicó el arte ante Francisco de Mello, que era entonces el mejor matemático que había en el reino, y otros muchos que para ello se juntaron por mandado de S. A. Todos aprobaron el arte por buena, y por ello le hizo el rey merced de seis mil reis de tenza, con hábito y corretaje de la Casa de la India, que valía mucho. En este tiempo mandó S. A. llamar al Algarve á un Simón Fernández, grande astrólogo matemático; así que el castellano habló con él y vió que le entendía y le ponía en falsedad, quiso huir á Castilla; descubrióse á un Juan Rodríguez, portugués, que le mandó prender en Aldea Gallega, ya á caballo en uno de posta. Estando preso, porque era un gran trovador, le envió Gil Vicente estas trovas2:


A muchos hizo espantar
Vuesa próspera fortuna,
Pues nunca vistes la mar
Ni arroyo ni laguna.
Supiste muy bien pescar
Diciendo el pueblo travieso
Contra vos, sabio profundo,
—123→
Por enmendarse el avieso
Justo fué que fuese preso
El más suelto hombre del mundo."»



Los documentos vistos en el archivo de la torre do Tombo por el Sr. Sousa Viterbo no concuerdan con la exposición del poeta escénico: copió doce, que empiezan ocho años después de la fecha fijada por Gil Vicente, y son:

1527.

Nombramiento a Guillén veedor de las drogas en las Casas de la India y de la Mina.

1528.

Concesión de 25.000 reales al año por ciertos instrumentos que inventó y cuyo uso había de enseñar gratuitamente á quien por el rey le fuese indicado.

1549.

Es llamado de la Capitanía de Jorge de Figueredo, en el Brasil, donde estaba hacía diez años para Porto Seguro.

1528.

Merced de 15.000 reales y hábito en la Orden de Cristo.

1549.

Es llamado de la Capitanía de Jorge de Figueredo, en el Brasil, donde estaba hacía diez años para Porto Seguro.

1550.

Escribe al rey D. Juan III, desde la ciudad del Salvador, muy satisfecho de los favores recibidos.

1551.

Carta de agradecimiento á la reina Doña Catalina, escrita en castellano.

1557.

Albalá confirmándole en el cargo de Provedor da facenda de Porto Seguro.

1561.

Confirmación de este destino por el rey D. Sebastián.

1571.

Carta extensa escrita en castellano á la reina doña Catalina dando cuenta de una expedición en busca de oro.

1563.

Albalá ordenando que los 50.000 reales correspondientes á Guillén, sean abonados por la tesorería de San Salvador.

Memorial, sin fecha, dirigido al rey D. Juan III, sobre invención de un instrumento náutico.

El último documento escrito probablemente á poco tiempo de llegar á Lisboa, y en cuya transcripción se advierten incorrecciones, es como sigue:

Señor: la voluntad que no descansa pensando en que le servir, me ayudó á fabricar el instrumento presente, el cual le suplico   —124→   reciba en servicio, no evitando que va obrado con ferramientas de prisión, por lo cual no tan polido le parezca cuanto provechoso, porque sus efectos son tantos que no se pueden numerar, y tan necesarios para el uso de la astronomía é navegación cuanto es en la aresmetica necesaria la veridad, sin la cual no avería numero, porque es universal en todas las alturas y en todo lugar en lo cual los pasados fueron muy prolixos, especialmente que para usar de sus operaciones presuponen primero saber el altura en que están, sin la cual ninguna obra suya se verifica, y este istrumento lo primero que Pace es demostralla verdaderamente á todos los momentos del día, lo cual fasta agora no se supo: lo segundo, enseña la longitud ó diferencia de miridianos; lo tercero, muestra á tomar los eclibses sin tener relox, y esto es una cosa de las más maravillosas que se pueden pensar, porque los reloxes no son verdaderos, porque vemos dies reloxes en una ciudad y todos son diferentes sin que podamos julgar cual dellos es verdadero; demuestra la grandeza del día, muestra las oras iguales y no eguales, iguala las doce casas del cielo para las operaciones de los juicios y operaciones astronómicas; por él se sabe que tanto está una estrella de otra en el cielo; con él verdaderamente se dirigen los cuerpos supra celestes, así que en efeto no se podía pensar ni pedir efeto ninguno que copiosamente no lo demuestre y obre; todo él se es su misma demostración y sobre face tanto en servicio de V. A. que no las tierras que al presente son suyas pero otras que usurpadamente de otros son poseidas, prueba ser de V. A., para en prueba de lo cual todas las veces que V. A. fuere servido probare ser asi á cuantos hay en el mundo, lo cual siempre estuvo en mi corazon y está y estará, á cuya causa la envidia, que de todo bien es contraria, no sosegó hasta que no me truxo en término que cosa tan excelente, y á mi con ella, no estuviesemos decaidos; pero Dios, que los buenos corazones sustenta especialmente á los que lo desean probar, siempre los torna á puerto de salvación, y así me fará á mi, pues con tan buen celo me traxo al puerto de V. A. Creo que si V. A. lo mandare ver á sabidores, mas sean jueces de las colores (?) que inteligentes en lo sobre dicho, puesto que no menos facil les sería de entender si dello les diese cuenta que sin ella les será dificil, y porque no   —125→   vaya defetuoso, en el canon presente se entiende toda su operacion.

Sub altitudine solis ora consideracionis in azimuth oposito in venta ponatur locus in signifero febi et indagabit ellevationem poli et recesum solis a meridiano et omnes alias qualescumque operaciones.

Suplico á S. A. tenga por bien de usar conmigo como quien es especialmente de la grandeza de su magnanimidad, porque si V. A. tuviere por bien de me hacer dos mercedes, la una libertarme, y la otra favorecerme, certifico á V. A. vea tan grandes cosas cual nunca fueron vistas, porque no oso escreuir lo que puedo facer en su servicio hasta verme á dispusición que mis servicios merescan lo que agora indignamente pido.

Convenía á servicio de V. A., antes que las naos de la India viniesen, oírme y mucho para cosas de su servicio, y muy grandes. Así se lo suplico.

Beso las manos de V. A..-Felipe Guillén3.



Lavanha. João Baptista, Labaña, Juan Bautista. A este ilustre cosmógrafo que se gloriaba de haber tenido por discípulos al rey Felipe IV, al príncipe Emanuel Filiberto de Saboya, al Regocijo de las Musas, al Fénix de los ingenios y á otros muchos literatos y personajes de su tiempo, dedicó D. Martín Fernández de Navarrete extenso artículo en su Biblioteca marítima, recopilando lo que antes dijeron Gil González Dávila, Francisco Roales, López de Aguilar, Antillón, Lastanosa, el P. Rajas, Ustarroz, León Pinelo y otros. El Sr. Sousa Viterbo, después de reproducir la declaración que de ser discípulo suyo hizo Lope de Vega en la Dorotea, del soneto que le dedicó y está inserto en sus Rimas, y de la imprecación puesta en la «Jerusalem Conquistada»:


Maestro mío, si la Etherea mides
O Elementar region, ó por la historia
Real de España despreciaste á Euclides,
No dejes en sus lineas mi memoria



  —126→  

copia once cédulas reales referentes á sus servicios y discute la fecha de su fallecimiento.

Selaya, Sancho de; Celaya ó Salaya, Sancho de.

También relativamente á este catedrático de Salamanca, teólogo, físico y cosmógrafo, amplía los datos el Sr. Sousa Viterbo, citando una edición de su Repertorio existente en la Biblioteca de Evora, edición de que no supieron Nicolás Antonio, León Pinelo ni Navarrete, y cuya portada reza:

«Repertorio de tiěpo nueuamente corregido por el famoso Sancho d Salaya, cathedratico d Astrología en la Vniuersidad de Salamãca; el qual tãbiě añadio en el lunario xxij años sobre lo que andaua impresso hasta agora. MDLiij. Laus Deo.-Al fin.-Fue impresso en la muy noble sempre leal Ciudad de Lisbona. Acabose a XV días de Março: en casa de Luís Rodrigues: librero del Rey. Año de nuestro señor Jesús Christo de 1543. Laus Deo



En la vida y la muerte de Fr. Francisco de Avila impresa en Salamanca en 1508 hay ya esta alusión:


Hice bien estar á raya
Al varón astrologal
El maestro de Salaya
Y al otro gran natural
Maestre Antón filosofal.



Sirvan estas breves indicaciones para idea de la obra biográfica remitida por la Academia Real de Ciencias de Lisboa.





Madrid, 15 de Junio de 1900.



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