Visor de obras.

Volumen 8 - carta nº 483

La Coruña, 20 agosto 1887

Mi querido amigo Marcelino: mucho antes queria escribir a V. y darle gracias por el envio del 1 . ^r tomo de la Ciencia española, 3 . ª edicion. Que leí, y aun en algunos pasajes dos veces, apesar de tenerlo bien leido en anteriores ediciones. Siempre me gusta ese arranque fogoso y patriótico, y ahora tan enriquecido con datos se añade el provecho á la honra. Iba diciendo, que le hubiera escrito a V. antes, si no fuese por las innumerables ocupaciones (no es disculpa) que ya está visto que me han de asediar hasta el fin de mi vida.

Pero hoy seria ya imperdonable que no escribiese a mi sabio, cuando le estoy poniendo á contribucion y atreviéndome á disentir de su parecer unas veces, mientras que otras me arrimo a él como al báculo más seguro y la mejor columna. No sé si sabe V. que en Orense se vá a celebrar con festejos la inauguracion de la estatua de Feijoo, que entre los festejos se cuenta un Certamen, y que me han comprometido á presidirlo. Ha sido forzoso, para decirles algo de Feijoo, tropezar con V. á cada paso. Y como ya de antiguo sabe V. que soy muy devota del sabio benedictino, he atenuado un poco la crudeza de ciertos arañacillos que V. le propina en los Heteredoxos, y he sacado todo el jugo á los requiebros que le dirije V. en las Ideas estéticas. Con esta ocasion la tendré de pedir á los orensanos que manifiesten en la sencilla y vulgar forma del palmoteo el respeto que su nombre de V. merece por derecho sagrado.

He leido tambien el Horacio en España, quedandome atónita de ver que la Coruña tuvo un horaciano! Es V. el diablo! No hay pedazo de papel impreso, desde que el mundo es mundo, que V. no haya olido.

Mi discurso resulta algo largo para leerlo todo, y suprimiré buena parte que ya saldrá en la impresion. Si me dejase llevar de mi torrente haria un tomo; es imposible hablar de Feijóo y su siglo en 100 cuartillas, sin dejar la mayor parte de las cosas como apuntadas y faltas de cimiento. Y no he puesto una sola nota . -Además aquí no encuentro todos los materiales necesarios; pero, para el discurso todavia me sobrará tela.

Este trabajillo me ha proporcionado tantas ocasiones de admirar a V. que no podria darle cima sin escribir estos precipitados renglones y enviarlos á Santander, como en tierna efusion de la inteligencia, al par que en son de homenaje.

Ya sabe cuanto le quiere y recuerda su amiga

Para que la carta no termine sin una insubordinacion. ¿Qué dirá D. Emilio Olloqui mi excelente tocayo al verse en letras de molde en el Horacio y al tentar aquello de las palabras estrambóticas que V. con tanta cortesía le vá encajando?

Menéndez Pelayo, varias cartas , p . 141-142.