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Volumen 5 - carta nº 174

De EMILIA PARDO BAZÁN
A   MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

La Coruña, 30 septiembre 1881

Mas vale tarde que nunca, caro amigo. Al fin hizo V. un rincon entre herejía y herejía, para acordarse de mí. Ya me juzgaba olvidada y arrinconada en el panteon de los trastos viejos.

Mucho deseo ver todas esas nuevas producciones que V. me anuncia y en particular las cartas de Luisa Sigea, personaje para mí interesantísimo. Tambien deseo vivamente leer el 3. r tomo de las Herejías, siquiera trate V. mal a Feijoo, que yo considero uno de los hombres de más claro entendimiento que produjo España. Me inspira curiosidad ver lo que V. dirá de la pléyade krausista, en la cual tengo tantos amigos.

He leido y tengo su traduccion de Shakspeare. ¿Seré franca? Aun siendo manos como las de V. las que emprendan la obra de limar y pulir y mondar las asperezas y berrugas del coloso inglés, me sublevo.—Shakspeare es un titán de bronce, de lineas pronunciadas y rudas a veces: pero ¡quien puede osar enmendarlas! V. ha retrocedido ante la energía brutal de ciertas frases: con lo cual Shakspeare perdió mucho colorido. Su traduccion de V. es una bella infiel .—Perdone estas apreciaciones á una shakspearófila frenética , que durante un año solo ha leido a Shakspeare, que se sabe de memoria desde la escena de la alondra hasta el discurso de Marco Antonio sobre el cadáver de Cesar, y que adora en él hasta sus defectos sublimes.—Macpherson me ha enviado su traduccion, y tambien he fruncido el gesto al leer en vez de It is the cause, my soul, «Lo exige el caso, corazon; el caso». Así y todo prefiero que un traductor suprima, que (que) amplifique como aquel famoso Sr. Juderías.

Los versos que V. me pregunta si he visto, supongo que serán los dedicados á la memoria del chico de Corina, que en efecto leí como leo cuanto lleva su firma de V. (en el n.º calderoniano de El Dia he visto de V. por señas, un gracioso pastiche imitacion de un escrito antiguo, que me agradó infinito). Los versos tambien me gustaron. Digame si publicó en la Ilustracion alguno más, para revolver la Coleccion y leerlos.

¿Han dado á V. mi Jaime? Este librito breve ha logrado tal éxito de lágrimas, ha conmovido de tal modo á las pocas personas que lo recibieron, que he de hacer una edicion para el público; porque realmente el poeta no conoce lauro más lisonjero que el que le otorga el sentimiento. Yo no creia posible que aquellas efusioncillas líricas de corte aleman obtuviesen tan lisonjero éxito, pero me he convencido de que el corazon humano es una fuente inagotable y de que ciertos sentimientos universales responden siempre que se llama por ellos.—Es emocion nueva, y ¿por qué negarlo? — muy grata para un autor, hacer llorar, conmover á los que ni entienden, ni les importa, en general, la literatura.

Ya ha salido en la Revista de España la primera parte de mis Poetas franciscanos, plagada de disparates, sobre todo el texto italiano. Yo avisé a toda prisa á Gamundi para que llevase á V. á corregir las pruebas, pero cuando recibió mi carta ya estaba compuesto y tirado el art.º Dice que en los números sucesivos lo hará, con lo cual se evitarán nuevos gazapos. La obra está terminada enteramente; ahora solo aguardo por el copista para remitirla á esa para su impresión.

Será para mí muy grato que D, Gumersindo Laverde se preste á facilitarme los materiales que necesito para escribir un libro sobre Teólogas y filósofas de los siglos XVI y XVII. Despues de haber estudiado la Edad Media para San Francisco, quisiera estudiar el Renacimiento para la Venerable de Agreda, Santa Teresa y otras.

Mi novela! Si, bien quisiera darsela a V.; pero el caso es que Mourelo, encargado de este asunto, hace 2 meses que no me escribe, y voy creyendo que el espíritu de Darwin se ha metido en su antes bien organizada cabeza y la ha transformado imponiéndole una evolución de informalidad y pereza. Cuando dé razon de sí, le dire (pues aun ignoro si se halla en Jaca ó en esa, si vive ó ha muerto) que entregue a V. un ejemplar de mi Viaje de Novios , y ¡ojalá algun Dios benigno aplaque el enojo que, de fijo, despiertan en V. las veleidades realistas y las pesadas descripciones de mi ultima obra recreativa! — Va V. á echarme una peluca, la oigo ya; la podria recitar casi. Bajo la cabeza y me preparo.—Dígame V. si ha recibido Jaime: en el caso contrario, escribiré á Paco Giner que lo haga llegar á manos de V.

Creo que nada me queda por decir... i Ah, sí! —Como a V. me puso nerviosa el famoso Centenario, aunque solo de rechazo y tan de lejos me alcanzaron sus importunidades; como V. llegue casi á detestar á Calderon. Mis dos artículos, uno en la Correspondencia Militar, otro en el Album Calderoniano, transparentan mi mal humor y mi displicencia. Por cierto que no se como resistieron los organizadores y promovedores del Centenario el aluvion de simplezas que este causó.—Yo involuntariamente apliqué á Calderon una décima de Iriarte, al Elefante:

«Oh elefante singular!
cuantos bienes has causado!
tú llenas de gente el Prado,
tú nos das qué conversar;
tú diviertes el lugar,
tú le paseas con tren;
pero es verdad que tambien
con tu fama nos sujetas
á una plaga de poetas
de que Dios nos libre. Amen.»

Adios, carísimo amigo: Mi Jaime, que tiene cinco años, ha visto su última carta de V. y está muy ufano porque «el señor más sabio de España hace unas AA más feas aun que las suyas». — Ya lo sabe V.: dedíquese ahora a aprender caligrafía.—Mi marido le saluda, y yo soy su devota amiga

Emilia