Cuentos del hogar
Teodoro Baró
-1-
ALLÁ, cabe la frontera, | |||
teniendo el mar por espejo; | |||
por techumbre la azulada | |||
bóveda del firmamento; | |||
por diadema los picachos | |||
de eterna nieve cubiertos; | |||
por guardián la cordillera | |||
del hermoso Pirineo; | |||
hay un valle ¡vallecito! | |||
de dulces, gratos recuerdos, | |||
que con los ojos del alma, | |||
soñando despierto, veo. | |||
En el cristal de sus ríos | |||
y en la linfa de arroyuelos | |||
murmurantes, juguetones, | |||
de agua fresca y limpio seno, | |||
el amarillento trigo | |||
y la vid buscan espejo; | |||
la amapola en él se mira, | |||
y le prestan sus reflejos | |||
las más olorosas flores | |||
con sus matices del cielo. | |||
-2- | |||
Tiene prados cuyo césped | |||
ofrece mullido asiento; | |||
arboledas tan frondosas | |||
que morada son del céfiro, | |||
do lanzan eternamente | |||
los pájaros sus gorjeos, | |||
ocultos entre las hojas | |||
do sus nidos tienen puestos. | |||
¡Vallecito, vallecito | |||
de mis infantiles juegos, | |||
que mis ilusiones guardas | |||
y mis mejores recuerdos, | |||
valle do dejé la esencia | |||
de mi ser, de mis ensueños! | |||
yo te veo noche y día, | |||
yo noche y día te veo | |||
tan hermoso, tan hermoso | |||
cual en mis días primeros, | |||
en que el ambiente, las nubes, | |||
la morera, el alto fresno, | |||
el susurro de las olas | |||
y los suspiros del viento | |||
y el murmurio de la fuente, | |||
del gorrión el picaresco | |||
piar, y de las ovejas | |||
el balido plañidero, | |||
el triscar de los cabritos, | |||
de las palomas el vuelo; | |||
todo para mí tenía | |||
tal encanto y embeleso, | |||
que aún ahora, que rebosa | |||
la amargura de mi seno, | |||
con sólo cerrar los ojos | |||
gozo, porque veo y siento. | |||
¡Madre mía! ¡madre mía! | |||
tú duermes el sueño eterno | |||
en el valle. A ti, mi encanto, | |||
-3- | |||
ángel que subiste al cielo, | |||
dejando frío el hogar | |||
porque frío quedó el pecho, | |||
al dar por amor tu vida | |||
y al alzar a Dios el vuelo; | |||
y a ti, padre, ¡padre mío! | |||
a quien nombre y vida debo, | |||
¡cómo os recuerdo a vosotros | |||
cuando mi valle recuerdo! | |||
Aquellos tiempos pasaron, | |||
aquellos tiempos ya fueron; | |||
yo no sé por qué son idos | |||
aquellos tan dulces tiempos; | |||
mas sí sé que del hogar | |||
siento el calor en mi pecho; | |||
de aquel hogar do mis ojos | |||
a primera luz se abrieron, | |||
do de Dios el santo nombre | |||
pronuncié con embeleso | |||
y el dulcísimo de madre | |||
balbuceaba yo entre besos. | |||
¡Hogar santo, santo hogar! | |||
cuando en las noches de invierno | |||
rodaba la tramontana | |||
por los altos Pirineos, | |||
después de barrer los picos | |||
siempre de nieve cubiertos | |||
del Canigó, yo en mi casa, | |||
al dulce amor del brasero, | |||
y al más dulce de mis padres, | |||
oía silbar el viento | |||
y también narrar oía | |||
aquellos sabrosos cuentos | |||
que empujando iban las horas | |||
de las veladas de invierno. | |||
Sean estos que ahora he escrito | |||
de aquellos cuentos recuerdo. | |||
-4- | |||
Quiera Dios que en su relato | |||
haya siquiera un destello | |||
del calor del hogar mío; | |||
la dulzura de los besos | |||
de mis padres; de la infancia | |||
el perfume; el embeleso, | |||
las ilusiones del niño | |||
y del cristiano el aliento. | |||
CUENTOS DEL HOGAR se llaman: | |||
aquí los tenéis: leedlos. |