171
Por haber aceptado este cargo, Asturias encontró notables oposiciones, incluso de parte de sus hijos. El había aceptado ser embajador de su país, cuando fue nombrado presidente de la República el doctor César Méndez Montenegro, pues pensaba que podía favorecer el cambio democrático. Asturias dimitió cuando, pocos años después, el gobierno volvió a manos de los militares.
172
Cfr. el citado El olor de la guayaba.
173
Hasta hace poco el texto de la novela aludida, e incompleta, se hallaba en manos de la esposa de Asturias; ella misma me informó que una parte de dicho texto se la había llevado el hijo del escritor, Miguelito, y por ello debería ahora hallarse en Buenos Aires.
174
Cfr. G. Bellini, La narrativa di M. Á. Asturias, Milano, Cisalpino, 1966, p. 217, n. 45.
175
C. Couffon, Claves para una lectura, en M. Á. Asturias, Viernes de Dolores, ed. de I. H. Verdugo, cit., p. LXXX.
176
M. Á. Asturias, Viernes de Dolores, Buenos Aires, Losada, 1972, p. 72. Cito de la primera edición bonaerense de la novela.
177
Ibidem.
178
Ibid., p. 7.
179
Ibid., pp. 82-83.
180
M. Á. Asturias, Week-end end Guatemala, Buenos Aires, Goyanarte, 1956, p. 228.