11
R. Menéndez Pidal, op. cit., p. 113.
12
Ibidem, p. 112.
13
F. Lecoy, op. cit., p. 362.
14
Ibidem, p. 361.
15
R. Menéndez Pidal, op. cit., p. 111 y n. 2.
16
Poema de Fernán González, ed. de A. Zamora Vicente, Clás. Cast., Madrid, 1946, p. 187.
17
En el Libro de Buen Amor se encuentra un caso muy parecido al del Fernán González aducido por Menéndez Pidal. Es aquel momento en que doña Endrina, minada ya por la pasión, empieza a sentirse perdida. No es entonces «buen amor» lo que viene a la pluma del poeta, sino «grand amor»:
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(839) |
Téngase en
cuenta que en el modelo latino decía Galatea: «Me Venus
igniferis premit improba sepius
armis»
(Pamphilus, v.
573).
18
Julio Puyol y Alonso, op. cit., p. 139.
19
Ibidem, p. 140.
20
Aurelius Augustinus, De Civitate Dei, L. XIV, C. 7 y C. 28. Cito por la edición de B. Dombart, Lipsiae, 1905, vol. II (Bibliotheca Teubneriana).