Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

21

Laguna, Carta a Villarroel. Se halla al principio de Gobierno Pacífico.

 

22

Jorquera, Carta a Villarroel, Santiago, 24 de abril de 1646.

 

23

Rubio, Carta a Villarroel, Santiago, 26 de abril de 1646.

 

24

Aillón Bela, Carta a Villarroel, Santiago, 22 de marzo de 1646.

 

25

Biades, Carta a Villarroel, Concepción, 30 de mayo de 1646.

 

26

Laguna, Carta a Villarroel, Santiago, sin fecha.

 

27

Villarroel, Carta en que contesta a la Real Audiencia de Santiago, 9 de agosto de 1646.

 

28

El título de los duques de Maqueda, según la nota genealógica que el padre Maturana trae hasta don Jaime, «quien fue el introductor de Villarroel en Palacio» remonta a 1530, concedido por el Emperador Carlos V, a «Diego de Cárdenas, primer adelantado mayor del Reino de Granada».

Descendiente de este linaje fue don fray Luis Zapata de Cárdenas, tío abuelo de fray Gaspar por línea materna. Su madre, doña Ana Ordóñez de Cárdenas, venezolana, y su padre el licenciado Gaspar de Villarroel y Coruña, guatemalteco, fueron huéspedes de su pariente en Bogotá. Añade el padre Maturana que aquel «ilustre franciscano, después de haber sido Comisario General de su Orden en el Perú, fue nombrado obispo de Cartagena de Indias y promovido a arzobispo de Santa Fe de Bogotá de cuya iglesia Metropolitana tomó posesión en 1573». Como se ve, de varias regiones -Venezuela, Guatemala, Perú en este caso- confluían a veces personas de viso en tal o cual circunscripción, siguiendo el curso rotativo de la administración eclesiástica y civil de las Américas e iban así juntando y acumulando sus respectivas experiencias de América. La homogeneidad de América iba haciéndose así. «Al lado de tan ilustre prelado -dice el mismo historiador- fijaron su residencia durante no pocos años los padres del más noble hijo de tan digna familia. Acompañaron al Arzobispo hasta su muerte en 1591. Y este mismo año debieron pasar a Quito en busca de un lugar más aproximado a la ciudad de los virreyes (Lima) por proporcionarse más holgura a su vida y más lustre y representación a su nombre».

Estos antecedentes y fechas, que sin duda comprobó el padre Maturana, sirven de base a sus cómputos acerca del año más probable del nacimiento en Quito del futuro obispo de Chile y prez de su historia de la Orden Agustina en Chile. En efecto resulta así verosímil y aún plausible el datar en 1592 ese fausto advenimiento.

Porque de haber nacido fray Gaspar en 1587, como lo dicen algunos de sus biógrafos antiguos y lo repiten tal vez automáticamente algunos más, habríase hallado, aunque niño aún, en edad de ser llevado por sus padres a Santa Fe de Bogotá.

Y lo habría dicho él mismo, como dijo haber sido llevado a Lima en tierna edad. Sobre todo al contarnos un acaecido que sus padres habían presenciado en Bogotá. He aquí como nos lo cuenta en su Gobierno Eclesiástico Pacifico, tomo 2, página 261, (Segunda Edición):

«Y así referiré por suceso prodigioso el que sucedió el año de 1583 en la ciudad de Santa Fe de Bogotá, Nuevo Reino de Granada. Oíle de boca de mis padres, que se hallaron en aquella ciudad cuando sucedió teniendo la silla Arzobispal el señor don fray Luis Zapata de Cárdenas, primo hermano de mi abuela». Y relata enseguida el caso, como diciendo: tal como me lo contaron os lo cuento. (Véase el episodio en nuestra Selección).

Sería no conocer a fray Gaspar el creer que pudo, al haber estado ahí, repetir el cuento sin decir: ahí estuve de niño con mis padres...

Si no lo dice es porque no estuvo, por la sencilla razón de no haber nacido todavía. De otro modo habría dicho que tenía a la sazón cuatro años de edad. Era ocasión de decirlo, ya que en su Carta al padre Torres se le olvidó él mencionarle el año al decirle: «nací en Quito en casa pobre, etc.» Siempre que menciona algún personaje dice: y yo le vi, o le oí o lo leí... si lo ha encontrado al paso.

El cálculo y razonamiento del padre Maturana, basado en el hecho cierto de la permanencia de los padres de Gaspar junto al Arzobispo hasta la muerte de éste, tienen congruencia con los otros datos y fechas que aduce, según lo hemos expuesto. Era: además natural que, muerto el pariente, saliesen «en busca de lugar más propicio».

 

29

Errata: Leg. Tractari volunt.

 

30

Ea, háganse congregaciones, júntense para que queden vencidos, «et vencimi».