Jornada tercera
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(Salen INGUNDA y HERMENEGILDO.)
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INGUNDA | Que aun el río en roncos ecos | | no nos responde en su margen. | |
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HERMENEGILDO | ¡Todos me han
desamparado! | | ¡Todo ha venido a faltarme | | en el reino!
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INGUNDA | Todo
os sobra, | | señor, como Dios no os falte. | | Suyas
son las monarquías, | | suyos los imperios grandes,
| | porque El es sólo a quien tiemblan | | coronas y majestades.
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HERMENEGILDO | Todo lo conozco, y sé | | que podrá,
eterno y triunfante, | | darme la mayor corona, | | aunque ésta
ahora me falte. | |
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INGUNDA | Cuando portentosamente | | nos pasó
a esta parte el ángel, | | te dijo que la traía
| | para que en ella triunfases. | | Y ansí, no te desconsueles,
| | que es imposible que falte | | su palabra. |
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HERMENEGILDO |
Faltarán | | abismos y cielos antes. | |
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INGUNDA | Quizá en tantos estandartes
| | que se han retirado aquí | | habrá alguno que
te ampare. | |
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HERMENEGILDO | ¡Españoles invencibles! | | ¡Godos valientes! ¿No hay nadie | | que a su natural señor
| | favorezca en este trance? | | Volved a embestir valientes,
| | si os retirasteis cobardes, | | que los atrevidos tienen
| | la fortuna de su parte. | | ¿No hay quien oiga a Hermenegildo?
| | De treinta mil que ayer tarde | | por señor me obedecían,
| | ¿no hay un cristiano constante? | |
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INGUNDA | Por ambición
o por miedo, | | todos siguen a tu padre. | |
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INGUNDA | Dulce
esposo, | | de este peligro escaparte, | | y convocar nuestras
gentes; | | que, como a los reinos pases | | de mi hermano, volverás
| | con Austria, Borgoña y Flandes | | a restaurar tus
imperios. | |
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HERMENEGILDO | En aflicción tan notable | | imposible me parece. | |
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(Entra AMÉRICO, RODULFO, TEOSINDO,
OFRIDO y ORMINDO.)
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HERMENEGILDO |
¡Ay de mí, perdidos somos! | |
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INGUNDA | Ya, esposo, al
triunfo llegaste. | |
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HERMENEGILDO | ¡Villanos! ¿A vuestro rey?
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INGUNDA | ¿A vuestro rey? ¡Desleales! | |
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(Salen LEOVIGILDO, RECAREDO, CARDILLO y los que
pudieren.)
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LEOVIGILDO | No
hay más rey, | | ¡bárbaro!, que yo. ¡Quitadle
| | las armas! |
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HERMENEGILDO | Para
ser preso | | no importa que me desarmen. | | Pero ya a tus pies
estoy. | |
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LEOVIGILDO | Por que más no te levantes, | | yo
los pondré en tu cabeza. | |
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LEOVIGILDO | Llámame
alarbe, | | llámame monstruo sangriento | | de los que
habitan el Ganges. | |
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INGUNDA | También a tus pies se
postran | | tu nuera y tu nieto. |
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LEOVIGILDO | Espante
| | hoy mi castigo a la tierra. | | De los tres no ha de quedarme
| | vivo ninguno. |
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LEOVIGILDO | ¡Que se me ponga delante | | esta enemiga,
esta fiera | | ocasión de tantos males! | | ¡Haréla
pedazos! |
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HERMENEGILDO | ¡Muera,
| | como tú la despedaces! | |
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LEOVIGILDO | ¿Parécete,
loco, bien | | haber turbado las paces | | de España con
tus locuras | | y mentidos disparates? | | Si es verdad lo que
profesas, | | ¿cómo tan poco te vale? | |
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HERMENEGILDO |
Porque en el mundo jamás | | se premiaron las verdades.
| | En el cielo está su premio | | y de él es bien
que se guarde, | | no del mundo, que acredita | | mentiras y
falsedades. | |
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LEOVIGILDO | Luego ¿es verdad la que sigues? | |
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HERMENEGILDO | Y tan verdad, que salvarse | | ninguno sin ella
puede. | |
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HERMENEGILDO | ¿Que
calle | | unas verdades tan sabias, | | cuando en alterno las
aves | | se las cantan a la aurora | | en versos que Dios les
hace? | | Es armonía de esferas, | | donde, por modo inefable,
| | órdenes las zonas son | | y son las estrellas trastes;
| | instrumentos en que siempre | | canta esta verdad el aire,
| | formando en plantas y en flores | | acromáticos compases.
| | En su hermosa poesía | | también la escriben
los mares, | | buscando por los escollos | | cristalinos consonantes.
| | Y, al fin, el orbe que ves | | compuesto por cuatro partes
| | es un divino cuarteto | | en que los hombres la canten. | |
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LEOVIGILDO | Y tú eres un loco, pues | | esas mentiras
te traen | | a las desdichas presentes. | |
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HERMENEGILDO | Triunfo
es. Su nombre no infames. | |
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LEOVIGILDO | Pues a morir te apercibe
| | o a confesar que, ignorante, | | seguiste tu vano error | | y nuestra verdad dejaste. | | No te fijes en que soy | | tu
padre, que amor que sabe | | disculpar jóvenes yertos,
| | nunca delitos iguales. | | Nuestra antigua religión,
| | sacrílego, profanaste, | | y será, si a ella
no vuelves, | | imposible perdonarte. | | La opinión que
de Arrio y Grecia | | a Roma oponías antes, | | vuelve
a admitir; no permitas | | que así esta mujer te agravie
| | y que, como la temías, | | aquí la muerte te
cause. | | Hazlo y volverás al reino. | |
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HERMENEGILDO |
¿Yo había de condenarme | | por cosa que apenas es | | sombra leve y vidrio frágil? | | Sin mi católica
fe | | todo el reino es inconstante, | | todo es embeleco y sueño.
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LEOVIGILDO | ¡Basta, loco, aleve, baste! | | Hoy perderás
con la vida | | la corona. |
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HERMENEGILDO | Sus
esmaltes | | mi fe trocará en estrellas | | con que mi
esperanza ensalce. | |
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LEOVIGILDO | Tú esta verdad, Recaredo
| | prudente, significaste | | cuando en tu frente traías
| | la corona para honrarle. | | Y ansí, ahora de la suya
| | a la tuya se traslade, | | (Pónele la corona.) | por
que ganes lo que él pierde | | y el reino y mi gracia
ganes. | |
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HERMENEGILDO | Plato mi cabeza ha sido | | que a mi hermano
se la trae. | |
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LEOVIGILDO | Llega, bárbaro, a besarle | |
la mano. |
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HERMENEGILDO | Goces,
señor, | | desmintiendo eternidades, | | la corona, que
en tu frente | | es sol con que al mundo abrases. | | A ti te
viene nacida, | | si a mí me venía grande. | |
Mas no es mucho, si hizo el Cielo | | que para ti se cortase.
| | La Monarquía española | | vale, su precio es
notable; | | pero advierte que sin fe | | pesa mucho y nada vale.
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LEOVIGILDO | En una torre del muro | | les dad miserable cárcel,
| | donde, pena de la vida, | | ninguno les vea ni hable. | | Afligidos,
con cadenas | | y cien soldados los guarden, | | Argos del mundo,
de quien | | los átomos no se escapen. | |
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RECAREDO | Bien
merece igual castigo | | el que imperio semejante | | pierde
por casos inciertos, | | medroso de condenarse. | |
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CARDILLO | Vuelve
a tus reinos y pide | | que la conciencia te ensanchen | | los
que calidad y hacienda | | adquieren por modo infame. | | Consuélente
los fulleros | | que con la espada, sin naipe, | | dejan a un
hombre sin vida | | y a un santo dejan en carnes. | | Si todos
el fin temieran, | | ya estuvieran las ciudades | | despobladas,
porque en ellas | | sólo los engaños valen. | |
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HERMENEGILDO | Como Ingunda
no me falte | | con mi hijo, todo aquí | | con los dos
viene a sobrarme. | | Todos los bienes que tengo | | llevo conmigo.
Llamadme | | filósofo de la fe. | |
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LEOVIGILDO | De los brazos
de la madre, | | Rodulfo, el hijo le quita | | por que el corazón
le falte. | |
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HERMENEGILDO | Tú habías de ser, Rodulfo,
| | el que había de robarme | | el alma; siempre de ti
| | temí crueldad semejante. | |
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HERMENEGILDO | A
mí, | | bárbaros, podéis matarme. | | Dejad
el ángel. |
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LEOVIGILDO | El
Cielo | | jerarquías le dé al ángel. | |
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LEOVIGILDO | Ansí
| | no tendréis ángel que os guarde. | |
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INGUNDA |
Si te endurece el rigor, | | tu mesmo nombre te ablande. | |
Leovigildo es como tú. | | Mírate en tu misma
imagen | | y verás que a ti te ofendes | | en tu nieto.
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LEOVIGILDO | ¡Calla,
infame! | | ¿Mi nieto había de ser | | un vil aborto de
un áspid? | | Pedazos le pienso hacer | | yo también
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HERMENEGILDO | No
maltrates | | la prenda que tú me diste | | y que por
suerte me cabe, | | ni a tu nieto. |
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LEOVIGILDO | Si
es mi nieto, | | yo derramaré la sangre | | que de esta
enemiga tiene; | | y por que te desengañes, | | ha de
morir, si no dejas | | ese error. |
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HERMENEGILDO | No
me amenaces | | ni asombres. |
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HERMENEGILDO | Pues
no dilates | | la ejecución; muera luego, | | que no hay
rigor que me espante. | | Y si te falta instrumento, | | sacaré
la daga, y dale, | | ejecuta tu rigor, | | toma para que le mates.
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LÍSIPA | ¿Qué más hiciera una fiera?
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BADA | ¿Fuera más crüel un áspid? | | Y ¿qué
más hiciera un loco?, | | que este nombre puede darle
| | el que por casos inciertos | | hace desatinos tales. | |
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INGUNDA | Deja,
Rodulfo, | | que le bese y que le abrace | | por despedida. |
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HERMENEGILDO | ¡Que en aflicción semejante | | ansí, Rodulfo, me niegas! | |
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RODULFO | Tú estas
afrentas buscaste. | | Tuya es la culpa, y ansí | | es
bien que la pena pagues. | |
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TEOSINDO | Soy vasallo, y no te espante.
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HERMENEGILDO | Pues servidle y contentadle,
| | que las lisonjas caminan | | al son que el tiempo les hace,
| | Ya, hermano, tu frente ciñe | | la que tanto deseaste.
| | Mil años feliz la goces | | y Dios mil años
te guarde. | |
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RECAREDO | Tú la perdiste por loco | | para
que yo la gozase, | | y pues tú la culpa tienes, | | no
te quejes ni te espantes. | |
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(Llévanlos TEOSINDO y
ORMINDO.)
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LEOVIGILDO | Enternecido quedo | | que, en efecto,
soy padre, Recaredo. | |
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RECAREDO | Pues sus yertos perdona, | | que yo pondré a sus plantas la corona. | |
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LEOVIGILDO |
Por la parte que tengo | | de padre, estas ternezas le prevengo;
| | mas por la parte ahora | | de nuestra religión, que
España adora, | | me importa ser severo, | | y así
el delito en él castigar quiero, | | dando de religioso
| | ejemplo al mundo por varón glorioso, | | en que el
pueblo romano | | de nuevo admire otro español Trajano.
| | Como padre lo quiero | | y como rey lo oprimo justiciero.
| | De sus engaños ciegos | | saldrá con amenazas
y con ruegos | | o con fieros castigos. | | Trazas buscad en
reducirle, amigos. | |
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LÍSIPA | Reducirle no esperes, | | mientras presa con él a Ingunda vieres. | | Quítala
de sus ojos, | | y olvidará tan bárbaros antojos.
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LEOVIGILDO | Dices bien; apartarla, | | darle muerte o de España
desterrarla | | importa luego. |
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BADA | Y
luego, | | en la cárcel las dos, si Amor es fuego, | | con fingidos amores | | trocaremos en glorias sus rigores.
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(Salen TEOSINDO y
ORMINDO.)
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ORMINDO | Antes, firme y constante, | | promete
ser durísimo diamante. | |
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LEOVIGILDO | Pues ablandarle
quiero | | con la inocente sangre de un cordero. | | Mata, Rodulfo,
al niño. | | Grana sea el que fue cándido armiño;
| | que con igual tormento | | ha de morir o ha de mudar intento.
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CARDILLO | Yo a vencerle me allano. | | Haz que me lleven preso
por cristiano, | | donde, embustes fingiendo, | | desengañarle
y contrastar entiendo, | | o no seré Cardillo. | |
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LEOVIGILDO |
Vamos a castigallo o reducillo. | | El hijo de esta fiera,
| | para infundirle espanto, luego muera, | | aunque sea mi nieto,
| | que por mi ley mi sangre no respeto, | | que aquí
el valor estriba. | |
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TODOS | ¡Viva el gran Leovigildo! |
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LEOVIGILDO |
Pueblo:
¡Viva | | el magno Recaredo!, | | que yo con tanto mal vivir
no puedo | | en pena tan extraña. | |
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TODOS | ¡Viva el gran
Recaredo, rey de España! | |
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(Vanse, y salen HERMENEGILDO,
cargado de cadenas, e INGUNDA ayudándole.)
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INGUNDA |
Si yo la culpa soy, amado esposo, | | partamos las cadenas;
| | no tenga yo la culpa y vos las penas; | | que en acto tan
heroico y generoso, | | donde el triunfo es forzoso, | | no quiero
ser vencida, | | siendo yo la mitad de vuestra vida, | | y así
en las aflicciones, | | partamos como el alma las prisiones.
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HERMENEGILDO | ¡Ay, Ingunda! ¡Ay, esposa mía! ¡Ay,
prenda mía! | | Estos fieros enojos, | | gloria y gusto
son a vuestros ojos, | | y la prisión soberbia Monarquía.
| | La dulce tiranía | | de su cristal confieso, | | que
indigno y corto amor me tiene preso, | | y así en amantes
lazos, | | troquemos las cadenas por los brazos. | |
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(Abrázanse.)
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INGUNDA | ¡Quién presa así se
viera | | toda una eternidad! |
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HERMENEGILDO | ¡Quién
estuviera | | siempre tan satisfecho y tan dichoso! | |
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INGUNDA |
¡Ay, mi bien! ¡Qué apacibles cadenas! | |
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HERMENEGILDO |
¡Qué dulce padecer! ¡Qué alegres penas! | |
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INGUNDA |
¡Muera en prisiones tales! | |
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HERMENEGILDO | ¡Sean en mí
estos lazos inmortales! | | Aunque sin vuestro hijo, | | turbarnos
quiso Amor el regocijo! | |
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(Salen TEOSINDO y ORMINDO, uno
con una alabarda. y ellos con toallas y sin sombrero,
y, RODULFO con una fuente cubierta.)
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ORMINDO | Confieso
| | que es temeraria crueldad. | |
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RODULFO | Hoy ha de perder el
seso. | |
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ORMINDO | Señor, las vïandas
son, | | que ya en la mesa os esperan. | |
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HERMENEGILDO | Aliviaran
el perdón, | | si cristianos las sirvieran | | con menos
ostentación. | |
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TEOSINDO | Pues que no hallan cristianos,
| | cosa imposible ha de ser. | |
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HERMENEGILDO | Volved los platos,
villanos, | | que nada pienso comer | | que me sirvan arrïanos.
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ORMINDO | Ya no hay persona en España | | que no lo sea.
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HERMENEGILDO | Ya
sé | | que es la ambición tan extraña
| | que, engañándose en la fe, | | en las virtudes
se engaña. | | Hoy la lisonja os condena, | | y por ella
merecéis | | más castigo y mayor pena, | | pues
las conciencias ponéis | | en la voluntad ajena. | | Volved,
vasallos ingratos, | | los platos que habéis traído
| | y excusad los aparatos, | | que yo solamente pido | | más
lealtad y menos platos. | |
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RODULFO | Este para ti se ha hecho,
| | y el no admitirle es en vano. | |
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HERMENEGILDO | Ya su amargura
sospecho, | | que el ser plato de tu mano | | ha de hacerme mal
provecho. | |
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RODULFO | Antes, su misma sazón | | te ha de
admirar. Toma. | (Descubre la cabeza del niño.) |
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HERMENEGILDO |
¡Ingrato,
| | sin lealtad ni religión! | | ¿Qué plato es
éste? |
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RODULFO | Es
un plato | | guisado en tu corazón. | | Plato es de un
ángel. |
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HERMENEGILDO | ¡Oh,
exceso | | de la más atroz fiera! | | ¡Muerto soy! |
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HERMENEGILDO | La
cabeza, | | Ingunda, de mi proceso. | | Proceso es una evidencia,
| | conclusa la causa tiene; | | Moriré sin resistencia,
| | pues en la cabeza viene | | el fallo de la sentencia. | | Deme
la muerte inclemente | | sentencia y rigor igual, | | pues hoy
aprueba y consiente | | proceso tan criminal | | cabeza tan inocente.
| | Ofrenda inocente y santa, | | cuya muerte maravillo, | | donde
es la presteza tanta | | que a un tiempo leche y cuchillo | | admiro en vuestra garganta, | | y tan apriesa al pasar | | es
del cuchillo cortada, | | que al venirse a derramar | | de teñirse
colorada | | aun no le han dado lugar. | | Leche es la sangre
que os baña, | | Abel de mi corazón, | | siendo
por tan torpe hazaña | | la tierra de promisión
| | vuestra garganta en España. | | ¡Ah, tigre en obras
y acciones!, | | que padre no he de decirte; | | aunque en tal
trance me pones, | | en lugar de maldecirte | | te quiero dar
bendiciones. | | Bendígate el cielo, amén. | |
Plantas, aves, fieras, hombres, | | mil alabanzas te den. | | Dios te ensalce con renombres | | y te bendiga también.
| | Y hagan a Dios más Abeles | | con vos, inocente Abel.
| | Pero ya, gentes infieles, | | hubo un abuelo fiel, | | si hubo
misterios crueles; | | ¡vive Dios!, que he de vengar | | en vosotros
su inocencia. | | Con ésta os he de matar. | | (Toma la
alabarda y viene.) |
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RODULFO | En
mí la sentencia | | puedes aquí ejecutar; | | pero
al rey obedecí. | |
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HERMENEGILDO | Esta cuchilla, alevoso,
| | divida tu frente aquí. | | Pero... quiero ser piadoso
| | por no parecerme a ti. | | La paciencia ha de triunfar. | | ¡Alza! |
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HERMENEGILDO |
Vete,
ingrato, | | y eso te puedes llevar, | | y advierte que no te
mato | | porque te puedo matar. | | Mi clemencia te perdona | | cuando más ingrato fuiste. | | Lleva, pues ésta
te abona, | | ésta, con que prometiste | | darme la mayor
corona. | | (Dale la alabarda.) |
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RODULFO | Y aun te la prometo
dar | | con ella. |
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HERMENEGILDO | Vete,
sin ley, | | que es necio el lisonjear | | hoy al rey, que esto
es ser rey | | y que esto es saber triunfar. | | Mi Dios, ¿qué
es esto? ¿Qué es esto? | | ¿Tan presto tanto rigor?
| | ¿Tanto castigo tan presto? | | ¡Ya no hay paciencia! |
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INGUNDA |
Señor,
| | ¿vos triste y tan descompuesto? | | ¿Vos dar voces? Nos perder
| | la paciencia, cuyo nombre | | inmortal os ha de hacer? | |
Ved que me tendrán por hombre | | y que os tendrán
por mujer. | | Mías las lágrimas son | | y vuestro
el valor perdido. | | Triunfad en esta aflicción, | |
que Dios en ella ha querido | | probar vuestro corazón.
| | Alma es mía este ángel bello | | como vuestro,
y sufro y callo, | | y pues triunfamos en ello, | | cantad a
Dios el ganallo | | y no lloréis el perdello. | | Si es
el altar más propicio | | siempre un corazón
sincero, | | en él, con piadoso oficio, | | de este inocente
cordero | | a Dios le haced sacrificio. | | Halle el rigor resistencia
| | por tan invencible modo | | y por tan alta excelencia, | |
pues se viene a perder todo | | si se pierde la paciencia.
| | ¿Qué es un reino y qué es un hijo? | | Por
Dios su triunfo cantad, | | que en vuestro llanto la crueldad
| | y la pena es regocijo. | | Si a Dios agradar queréis,
| | quien sirve en nada repara; | | si le servís, no lloréis,
| | porque es echarle en la cara | | el servicio que le hacéis.
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HERMENEGILDO | Sólo consolarme vos | | podéis
en pena tan fiera. | |
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INGUNDA | Juntos estamos los dos, | | y cuando
nos dividiera | | regalos fueran de Dios. | |
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(Sale RECAREDO
y algunos de acompañamiento.)
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RECAREDO | En medio
de mi grandeza, | | majestad, pompa y poder, | | me ha podido
entristecer | | tu aflicción y tu tristeza. | | Y ansí
vengo, como ves, | | a consolarte y pedirte | | y, como hermano,
advertirte | | que a tantos engaños des, | | Hermenegildo,
de mano, | | volviendo a tu antiguo honor | | y a ser del mundo
señor, | | honrando el nombre arriano. | | Mira la torre
en que estás, | | donde tu cabeza apenas; | | mírate
en tantas cadenas | | y en tanta infamia, que es mas. | | Mira
a Dios contigo airado, | | mira tu padre ofendido, | | mira un
reino que has perdido | | y un infierno que has ganado. | | Vuelve,
Hermenegildo, en ti, | | aplaca a Dios, que perdona | | con clemencia,
y la corona | | de España tendrás ansí,
| | que desde luego te doy. | | Y aquí, postrado a tus
pies, | | con la majestad que ves, | | tu mayor vasallo soy.
| | Todos los pies le besad | | a Hermenegildo, mi hermano, | | y por el pueblo arriano | | la victoria celebrad. | |
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(Cantan
dentro.)
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MÚSICO | ¡Viva Hermenegildo, | | que es rey de
España, | | porque al padre obedece | | Dios le levanta!
| | De esta gran vitoria | | que Arrio en él alcanza,
| | a pesar de Roma, | | dadle a Dios las gracias. | |
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HERMENEGILDO |
Callad, monstruos del infierno, | | que a Dios la gloria conquisto.
| | Padre y Dios honra a un Dios Cristo | | Hijo del Padre coeterno.
| | En éste se encierra todo, | | sin división
en la esencia; | | que una sola omnipotencia | | son por inefable
modo | | las dos Personas distintas, | | y aunque distintas las
dos, | | no es distinto el ser de un Dios | | en ellas. |
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RECAREDO |
Ideas pintas, | | loco, en tu imaginación | | a tu gusto; pero advierte
| | que ha de causarte la muerte | | en larga y fiera prisión.
| | Hasta aquí, compadecido | | de verte, bárbaro,
ansí, | | la corona te ofrecí; | | pero, ya de
ti ofendido, | | sólo disgustos te ofrezco, | | iras y
persecuciones. | | Dobladle aquestas prisiones. | |
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RECAREDO | Pues por que merezcas
más, | | lo que mi padre os ordena | | haced. |
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AMÉRICO |
Más que en esa
pena | | en otra merecerás, | | porque el rey... |
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INGUNDA |
Monstruo
le di, | | que mató a su semejanza | | por una torpe venganza
| | si pido venganza ansí. | |
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AMÉRICO | Que
llevemos | | a Ingunda, de quien sospecho | | que hará
lo mismo que ha hecho | | de tu hijo, y no podemos | | dejarle
de obedecer. | |
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HERMENEGILDO | Esto es si licencia os doy. | |
¿No sabéis, viles, quién soy | | y que Ingunda
es mi mujer? | |
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AMÉRICO | Y aun por eso la prendemos.
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HERMENEGILDO | ¡Vive Dios, que si llegáis...! | |
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INGUNDA | No
hagáis, | | dulce esposo, esos extremos, | | que si mil
vidas tuviera | | las ofreciera por vos. | |
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HERMENEGILDO | Ministro infernal, espera, | | aguarda, mira
que Ingunda | | es mi alma; no la llevas. | | Oye. |
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INGUNDA | En
tan heroicas pruebas | | hoy tu paciencia se funda. | |
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HERMENEGILDO |
¿Ansí, mi Ingunda, me dejas? | | Crueldad parece. |
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INGUNDA |
Señor,
| | antes es sobra de amor, | | aunque de mi amor te quejas.
| | Aquí importa ser cruel | | para ser piadosa. |
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INGUNDA | Si aquí esperara, perdiera | | de esta victoria
el laurel. | | Austria soy; viva en España | | el nombre
de Austria por mí, | | dándole, rubí a
rubí, | | alma a la mayor hazaña; | | en mí
comience la fe | | a esmaltar su sangre en ella, | | que, como
cándida estrella, | | memoria inmortal me dé.
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INGUNDA | Dichosa
| | yo, que a triunfar de ti voy. | |
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HERMENEGILDO | Lágrimas,
peñasco soy, | | y ésta es fuente sonorosa. | | Perdóname esta terneza, | | que parece que en los dos
| | ha querido, esposa, Dios | | mentir la naturaleza. | | Pero,
pues vas a morir, | | lleva mi vida al castigo, | | por que muriendo
contigo | | contigo vuelva a vivir. | |
|
|
INGUNDA | Y yo mi vida te
dejo | | para que te infunda y dé | | mi fortaleza y mi
fe | | como cristalino espejo. | |
|
|
|
(Vanse todos, llevándola.
Queda solo HERMENEGILDO.)
|
HERMENEGILDO | Señor, perdonad
si lloro, | | que son las fortunas tantas, | | que al sentimiento
se atreven, | | y aunque es de piedra, lo ablandan | | Dadme
más de Job o dadme | | menos aflicciones. Basta | | que
cuanto me distes pierda, | | aunque de paciencia salga. | | Si
dijistes por David | | que la medida se hallaba | | en el corazón
del vuestro | | por ser vuestra semejanza, | | dadme a mí
su corazón | | donde quepan las desgracias, | | que el
mío me viene estrecho | | y el pecho me despedaza. | | Mas perdona, que el amor | | estos desatinos causa; | | disculpadlos
y sufridlos, | | pues sois Vos el que más ama. | | Poco
golpe fue perder | | la monarquía de España,
| | y el golpe, Señor, del hijo | | no pasó de
las entrañas. | | Mas, ¡ay!, que el golpe de Ingunda
| | es golpe que llegó al alma, | | y ansí son
pedazos suyos | | los que parecen palabras. | | ¡Ay, prenda del
alma mía! | |
|
|
|
(Aparece un ÁNGEL.)
|
|
|
ÁNGEL | Quien por abismos de nubes | | ansí
a consolarte baja. | | Glorioso es tu sufrimiento | | y divina
tu constancia | | por quien porque el que hoy desprecias | |
mayor imperio te aguarda. | | Quiere Dios que te atropellen
| | cuando defiendes su causa; | | no es sin providencia eterna,
| | cuyos secretos no alcanzas. | | Al fin, por ti y por tu esposa
| | logrará la Iglesia santa | | en España eternamente
| | cristianísimos monarcas, | | que, con el sacro apellido
| | de católicos, deshagan, | | como el sol, oscuras nieblas
| | de apóstatas heresiarcas. | | Y aunque por pecados
suyos | | triunfe por traidoras armas, | | de España ahora,
habrá reyes | | siempre de tu ilustre casa. | | Que tu
fe amparará en ella, | | y, por deberle a los Austrias,
| | Dios esta sangre que tiene | | rubíes que su Iglesia
labran, | | los trasladarán a imperio | | con siempre
heroicas hazañas, | | con memorables virtudes | | y inmortales
alabanzas. | | Entre ellos venera ahora | | estos dos sacros
jerarcas, | | que de tu esposa y de ti | | han de ser vivas estampas.
| |
(Aparecerá en lo alto FELIPE TERCERO, y MARGARITA
en dos sillas, y en otra, un poquito más abajo,
FELIPE CUARTO, con sitial, poniendo la corona los dos.)
|
Llamaráse Hermenegildo, | | como tú, y ella,
del nácar | | de Alemania, Margarita, | | y perla preciosa
y sacra. | | Estos dos ángeles bellos | | que a ti y a
Ingunda retratan, | | de los años mismos vuestros, | | buscarán eterna patria. | | Llevaráse Margarita
| | Dios por castigar a España, | | y llorará Hermenegildo,
| | como tú, también su falta. | | Y el Santísimo
después, | | como la flor que en el árbol | | nacer
y morir a un tiempo | | con soberanas fragancias, | | de virtudes
hará el reino | | mar de lágrimas amargas, | |
que fueran en él eternas, | | que así las grandezas
pasan, | | porque en siete pies de tierra | | mentidas deidades
paran, | | que los imperios de Dios | | son los que jamás
se acaban. | | Esto ganas si esto pierdes. | | Consuélate
si esto ganas. | | (Desaparece con música.) |
|
|
HERMENEGILDO |
Salve, sacro Hermenegildo; | | salve, Débora cristiana,
| | obra del rosado fénix | | que vuestros años
restaura, | | y en quien mi fe desde hoy tiene | | fundadas las
esperanzas, | | que han de ser sacros laureles | | y han de ser
triunfantes palmas. | |
|
|
|
(Salen AMÉRICO y OFRIDO con CARDILLO,
preso, de ciego, y OROSIO, obispo hereje.)
|
OFRIDO | Defiéndale
Hermenegildo, | | que sus errores alaba. | |
|
|
|
CARDILLO | Cardillo
soy, | | que porque digo que es falsa | | la opinión de
Arrio, que siguen, | | así, señor, me maltratan.
| |
|
|
HERMENEGILDO | ¿Qué? ¿La católica fe | | sigues?
|
|
|
CARDILLO | Si ella
a ciegas anda, | | también yo la sigo a ciegas, | | porque
la vista me falta, | | y éstos me dicen que ha sido
| | castigo de esta mudanza. | |
|
|
OFRIDO | Castigo es, porque has
negado | | la opinión de Arrio, que trata | | a los sacrílegos
Dios | | ansí. |
|
|
HERMENEGILDO | ¡Callad,
infame, canalla! | |
|
|
OROSIO | Detén las manos, advierte
| | que a un pontífice maltratas | | de la Iglesia. |
|
|
|
OROSIO | De Grecia soy patriarca | | y arzobispo de
Sevilla. | |
|
|
HERMENEGILDO | ¿Obedeces la tïara | | romana? |
|
|
OROSIO |
No;
que antes soy | | quien sus errores contrasta. | |
|
|
HERMENEGILDO |
¡Ah, ponzoña de la Iglesia | | adogmatista! |
|
|
CARDILLO |
La
traza | | para vencerle es famosa, | | que Dios la vista me guarda
| | y veo más bien que un necio | | cuando mira ajenas
causas. | |
|
|
OROSIO | Pues para que eches de ver | | que en esa opinión
te engañas, | | hagamos aquí la prueba. | |
|
|
HERMENEGILDO |
¿Con la Iglesia en pruebas andas? | | Y con la fe los que creen,
| | sin prevenciones se salvan, | | y ansí sin ojos la
pintan. | |
|
|
OROSIO | Pues bien, la fe acreditaban | | los apóstoles
con obras | | y maravillas extrañas. | | Y ansí,
si a este miserable, | | a quien su pecado agravia, | | la vista
le diere en nombre | | de la religión que aguarda, | | ¿seguirás la verdad? |
|
|
HERMENEGILDO | Yo,
| | aunque tengo confianza | | de Dios, de mí no la tengo.
| |
|
|
OROSIO | Ya temes, pues te acobardas. | | Pues yo quiero hacer
la prueba | | por que de tu engaño salgas. | | Hombre,
¿quieres ver en nombre | | de Arrio y su opinión? |
|
|
CARDILLO |
Sagrada
| | cosa es la vista. Ver quiero, | | aunque a oscuras bien Me
hallaba, | | porque excusaba de ver | | brujas, demonios, fantasmas
| | del mundo, que ésos en pie | | que a cuantos los miran
matan | | con bárbaras dagas; viudos | | que se disfrazan
con barbas; | | también me excusan de ver | | boquifruncidas
con sarna, | | pues cuando ríen o miran | | hacen como
el que se rasca; | | no veré tortorotones, | | sombreros
de piedra, estatuas | | que piensan que la grandeza | | está
en la mala crianza. | | No veré gordos, que son | | ganapanes
de sus panzas; | | servicio con zaragueles, | | y muladares con
capas. | | Patituertos no veré, | | ni veré mujeres
flacas, | | ranas en pie, mimbres vivas, | | monos sin cola y
con habla. | | No veré enanos ni dueñas | | ni
otras sabandijas varias | | que en el mar de los palacios | | son miserables urracas. | | Ni veré mujeres peces | | que, enharinadas, aguardan | | que las frían en su
aceite, | | siendo sartenes sus caras. | | Ni veré si
el tabernero | | hace tarascas de agua | | el vino, y si hay
en él moscas, | | que es la más fiera desgracia.
| | Al fin, no veré visiones | | en las calles y en las
plazas, | | y haré versos y coplitas | | del perro del
rey que rabia; | | pero, con todo, quería | | ver. |
|
|
OROSIO |
Pues Dios, hombre, te manda | | que abras los ojos en nombre
| | de la opinión soberana | | de Arrio. |
|
|
CARDILLO | No
puedo, no puedo. | | ¿Mas si ciego me quedara? | |
|
|
OROSIO | ¿De
veras? Abre los ojos. | |
|
|
CARDILLO | Imposible es que los abra,
| | aunque más haga. Ello es hecho, | | ¡vive Dios!, que
se fue a Francia, | | como lamparón, la vista. | |
|
|
|
|
|
CARDILLO | Digo
| | que voy, viniendo por lana, | | trasquilado. |
|
|
HERMENEGILDO |
Si
es verdad | | la que engrandeces y cantas, | | ¿cómo no
le has dado vista? | |
|
|
OROSIO | (Corrido estoy. ¡Dios le ampara!
| | La que Hermenegildo sigue | | es la verdad; mas callarla
| | quiero para conservar | | mi autoridad y mi fama. | | Confuso
estoy. ¡La vergüenza | | de su presencia me aparta!) | | (Vase.) |
|
|
CARDILLO | Orosio, arzobispo Orosio. | |
|
|
HERMENEGILDO |
Fuese sin hablar palabra. | |
|
|
CARDILLO | Fuese y a oscuras me
deja. | | ¿Hay tan gran maldad? Aguarda. | | Orosio: dame mi
vista, | | dame mi vista. ¡Oh, falsas | | experiencias, que a
los ojos | | me habéis salido! A tus plantas, | | perdón
pido, Hermenegildo, | | de mi engaño, que pensaba | |
con él reducirte al gremio | | de tu padre; pero guarda
| | Dios semejantes castigos | | para acreditar sus causas. | | Con vista vine y estoy | | sin ella; justa venganza | | de mi
culpa. ¡Perdón pido, | | y la vista que me falta! | |
|
|
HERMENEGILDO |
Esa quiere Dios que pierdas | | para dártela en el alma.
| | Ten firme esperanza. |
|
|
CARDILLO | ¿Ahora
| | me pagas con esperanzas? | |
|
|
|
|
|
CARDILLO | ¿Hay por allá por ventura | | alguien
que mi vista traiga, | | que se me ha caído y voy | |
buscándola? |
|
|
|
(Salen LÍSIPA y BADA.)
|
|
|
|
BADA | Podrías
| | mal en dos ciegas hallarla. | |
|
|
LÍSIPA | Sentida, Hermenegildo,
de tus penas, | | a darte libertad y imperios vengo, | | trasladándole
al alma esas cadenas, | | puesto que en crueldad presas las
tengo. | |
|
|
FÉNIX | soy del Ofir, de cuyas venas, | | para
coturnos a esos pies prevengo | | lágrimas de oro como
el sol estrellas, | | en sangrías riquísimas
y bellas. | | La Grecia me obedece, en quien admiro | | gloriosas
y imperiales ceremonias, | | donde el mar, en gavetas de zafiro,
| | diamantes cría y guarda calcidonias. | | Rodas me
da su estatua, y su pez, Tiro, | | vergüenzas de púrpuras
sidonias, | | que en sus escamas coloradas quedan | | por que
sacras después vestirme puedan. | | Perlas rinde a mis
pies la ausonia playa. | | vírgenes en clausura de colores,
| | en cándido algodón copos Acaya | | y abriles
Amor en cárceles de flores. | | Pebetes son los montes
de Pancaya, | | que holocaustos me dan, sudando olores, | | hielo
limpio que empíreo de luz goza | | las aguilas que tiran
mi carroza. | | Sin ochenta provincias tributarías | | pendientes del aliento de mis leyes, | | Babilonia me sirve
y rinde parias, | | y en coral, plata y oro nueve reyes, | |
juzgándome deidad, acciones varias, | | sacrificios
me dan de ardides bueyes, | | donde el gigante Elor, en parda
nube, | | redimido del fuego, al sol se sube. | | Esto todo te
ofrezco por que dejes | | esa fiera mujer, que es tu homicida,
| | y en tálamo gentil mi amor festejes, | | que prometo
pagarte, agradecida, | | sin que de celos ni desdén
te quejes. | | Esto tuyo será, como mi vida, | | siendo
tuya también, del mismo modo, | | mi libertad, que vale
más que todo. | |
|
|
BADA | No tan soberbia yo, ni tan altiva,
| | si dejas esa Circe de Alemania, | | ceñida de ciprés,
palma y oliva, | | te ofrezco la apacible Mauritania. | | En
ella, en edad siempre primitiva, | | mansas te rendirán
tigres de Hircania | | sus varïadas felpas, con que puedas
| | menospreciar las púrpuras y sedas. | | El Pesado avestruz
te dará plumas | | que hagan nidos de cisnes tu cabeza,
| | o estanques de cristal, cuyas espumas | | desafíen
al viento en ligereza. | | Y cuando competir galán presumas,
| | con las palmas en pompa y en riqueza, | | sin robar a los
montes su tesoro, | | sus dátiles harás asientos
de oro. | | Los sueltos dromedarios y camellos | | y el fénix
te dará la Libia seca, | | y mis ganados, si quisieres
vellos, | | ríos de leche y montes de manteca. | | Rústicos
obeliscos como bellas | | babilonias de flor que en miel se
trueca, | | que, despreciando cristalinas orzas, | | las piedras
hace almíbares y alcorzas. | | Dará en rústicos
lienzos y algodones | | ley a muchos vasallos tu justicia,
| | cuyas pocas y breves poblaciones | | no han turbado el acero
y la milicia. | | Y entre el oro y la plata que a montones
| | en sus fértiles campos desperdicia, | | mi libertad
te ofrezco, si hay en ella | | más calidad que en Mauritania
bella. | |
|
|
LÍSIPA | ¡Qué pobre y qué cansada!
|
|
|
|
|
|
LÍSIPA | Mauritania y, desierta, cosa poca.
| |
|
|
BADA | Grecia y, tantas provincias, cosa necia. | |
|
|
LÍSIPA |
Aquí este desengaño al rey le toca. | |
|
|
BADA | Ahora
se verá lo que desprecia. | |
|
|
|
(Vase HERMENEGILDO sin
hablar palabra.)
|
|
|
LÍSIPA | De esta suerte a las dos nos
desengaña. | |
|
|
CARDILLO | A oscuras habéis quedado
| | como yo. |
|
|
|
CARDILLO | Hagamos un baile a oscuras; | | yo
les guiaré el cruzado. | | ¿Quieren que hagamos coplitas,
| | señoras, de este desprecio? | |
|
|
|
BADA | ¡Vete,
necio, | | que a más venganza me incitas! | |
|
|
CARDILLO |
Si a cólera te provocas, | | a tiento me quiero entrar.
| | ¿Hay quien me mande rezar | | el desprecio de dos locas?
| | (Vase.) |
|
|
|
|
LÍSIPA | Mejores Pascuas pensé | | darle
a mi perdida fe. | |
|
|
|
(Sale LEOVIGILDO y OROSIO.)
|
LEOVIGILDO |
Hoy ha de quedar vencida | | su pertinaz opinión. | |
Lísipa y Bada, ¿qué es esto? | |
|
|
LÍSIPA |
Este fiero nos ha puesto | | en tan grande confusión,
| | pues todos nuestros intentos | | con su constancia ha vencido.
| |
|
|
BADA | Venganza, señor, te pido. | |
|
|
LEOVIGILDO | Sus obras
y pensamientos | | pienso esta noche vencer, | | que, pues es
pascua de flores, | | mañana, con mis rigores, | | Púrpuras
las he de hacer. | | Entrad adentro las dos, | | importunas y
molestas, | | con regocijos y fiestas, | | diciendo que hacéis
a Dios | | este aplauso por ver que hoy | | nuestra vida ha reparado
| | y muerte a la muerte ha dado | | resucitando. |
|
|
LÍSIPA |
Yo
voy, | | pues tu licencia me das, | | a irritallo. |
|
|
|
|
BADA | Su
cuello. | | preso en mis brazos verás. | |
|
|
LÍSIPA |
¡Ay, tirano amor! Contigo | | he de morir o triunfar. | | (Vase.) |
|
|
BADA | ¡Ay, amor, he de acabar, | | o tú has de acabar
conmigo. | | (Vase.) |
|
|
LEOVIGILDO | Entrad vosotros también
| | a decir que se aperciba, | | y que confiese y reciba | | el
Cuerpo de Cristo, en quien | | nuestra vida se repara, | | cumpliendo
con el preceto | | de la Iglesia y el decreto | | de su romana
tïara. | | Y de la griega opinión | | el arzobispo
celebre | | el sacramento en que apruebe | | mi gusto. Será
pasión | | la Pascua, en él, de tal suerte, | | que, lo que alegre y florida | | es la pascua de la vida,
| | la venga a ser de su muerte. | | Con majestad y valor | | entrá,
atropelladle luego, | | pues lo del fingido ciego | | me confesáis
que fue error. | |
|
|
OROSIO | Yo entro luego. (¡Muerto vos!) | |
|
|
LEOVIGILDO |
Tan padre como enemigo, | | mi sacrílego castigo | | un
hijo llorando estoy. | |
|
|
|
(Vanse. Sale HERMENEGILDO y CARDILLO,
como ciego.)
|
CARDILLO | Ya que la vista me debes, | | dámela,
señor, sirviendo | | de mí báculo y arrimo.
| | ¿Hay quien mande rezar... |
|
|
|
CARDILLO | ... la
vida y martirio | | de San Hermenegildo? | |
|
|
|
|
HERMENEGILDO | ¿Yo santo? ¿Qué es lo que
dices? | |
|
|
CARDILLO | Como Cardillo, ya veo | | tu imagen en esta
torre, | | y en ella un ilustre templo, | | donde Sevilla te
adore, | | y me parece que rezo | | tus milagros y tu vida. | |
|
|
HERMENEGILDO | ¡Mucho ves para estar ciego! | |
|
|
CARDILLO | Aunque
lo estoy, desde aquí | | estoy divisando atento | | un
necio, porque ya se hallan | | a ojos cerrados los necios.
| | ¿No es verdad? |
|
|
HERMENEGILDO | Los
que se salvan | | son, amigo, los discretos. | | Reclinémonos
un poco. | |
|
|
|
|
|
|
CARDILLO | ¿Sarmientos? ¿Tú en sarmientos | | ¿De
rey paraste en racimo? | |
|
|
HERMENEGILDO | Y aun tal cama no merezco.
| |
|
|
CARDILLO | ¡Que de un monarca de España | | esto se crea!...
|
|
|
HERMENEGILDO | El
remedio | | del mundo se obró esta noche, | | acreditando
el misterio | | de la Pasión, porque puso | | la Resurrección
el sello | | en las obras inefables | | y en los heroicos portentos
| | de Dios. Esta noche a voces | | los ángeles van diciendo
| | himnos y antífonas santos. | |
|
|
|
|
HERMENEGILDO | Los que me guardan serán
| | para darme, que esto pienso. | |
|
|
|
(Entran BADA, LÍSIPA
y TEOSINDO. Canta el MÚSICO. Cantan.)
|
MÚSICO |
«Solía que andaba | | el que ingrato es hoy; | | solía
que andaba | | y ahora no.» | |
|
|
LÍSIPA | Escaparte es imposible
| | de mi amorosa pasión. | |
|
|
BADA | Mío serás
en mis brazos. | | Mas, ¡ay de mí!, ciega estoy. | |
|
|
LÍSIPA |
No es mucho, si aquí te cubre | | tan soberano esplendor.
| |
|
|
|
LÍSIPA | Infiernos,
hoy nieve soy. | |
|
|
BADA | Mucho a Dios en él admiro. | |
|
|
|
HERMENEGILDO | ¿Qué
os suspendéis? Proseguid, | | amigos, vuestra canción,
| | que ésta es noche de alegría. | |
|
|
LÍSIPA |
Y de vergüenza en las dos. | |
|
|
|
(Vanse.)
|
TEOSINDO | Por que
cumplas con la Pascua | | al arzobispo traemos | | en la comunión.
|
|
|
HERMENEGILDO | ¿A
quién | | tan gran beneficio debo? | |
|
|
|
HERMENEGILDO | A
su piedad | | y a su amor se lo agradezco. | | ¿Viene Leandro,
mi tío, | | o viene mi tío Fulgencio? | | ¿Viene
Ildefonso o Isidro? | |
|
|
|
(Entran RODULFO y OROSIO, y otro
que trae delante el alabarda.)
|
|
|
|
OROSIO |
A
pedirte | | que confieses. | ¡Habla! |
|
|
HERMENEGILDO | Vete,
cruel; | | de la Iglesia fiera arpía, | | que ensucias
con tus intentos | | las mesas en que Dios hace | | plato de
su sangre y cuerpo. | |
|
|
OROSIO | ¿Ansí el respeto me pierdes?
| |
|
|
HERMENEGILDO | Vete, demonio, al infierno. | | Que te haré
dos mil pedazos. | |
|
|
|
|
|
(Sale LEOVIGILDO.)
|
|
HERMENEGILDO | ¿Qué ha de ser? Triunfar por
Dios. | |
|
|
OROSIO | ¡Con tan bárbaro desprecio | | me ha tratado!
|
|
|
HERMENEGILDO | Y
pienso hacer, | | ingrato padre, lo mesmo | | con los que tu
engaño siguen, | | con los que aprueban tu yerro. | |
|
|
LEOVIGILDO |
¿Hay tan enorme locura? | | ¿Hay tan fiero atrevimiento? | |
Hoy has de morir, ¿Rodulfo? | |
|
|
|
|
HERMENEGILDO | ¡Mátame, ingrato Sisberto!
| |
|
|
RODULFO | Ansí aquí te satisfago | | y ansí
a mi rey obedezco. | | Desta suerte te la vuelvo. | |
|
|
HERMENEGILDO |
Hasta la muerte dijiste. | | Bien cumpliste el juramento. | |
|
|
RODULFO | También con ella te doy | | la mayor corona.
| (Entrase tras él.) |
|
|
|
LEOVIGILDO | Yo también lo soy,
| | que aunque te mate, lo siento. | |
|
|
TEOSINDO | ¿Quién
vio tan míseras Pascuas? | |
|
|
CARDILLO | ¿Quién tan
trágico suceso? | |
|
|
|
(Salen RECAREDO y los demás con
INGUNDA, presa. Sale HERMENEGILDO y cae en los brazos
de RECAREDO.)
|
RECAREDO | Ya traemos esta ingrata | | para que
en largo destierro | | salga de España. |
|
|
HERMENEGILDO |
En
tus brazos | | salgo a morir, Recaredo, | | para que te dé
mi sangre | | divino conocimiento | | de la verdad por quien
vivo, | | cuando imaginas que muero. | |
|
|
|
|
HERMENEGILDO | Dar en mis rubíes sangrientos
| | muros a la ciudad santa | | de Jerusalén en ellos.
| | Hermanos, al Fénix imita | | abrasado, pues soy fuego.
| |
|
|
|
HERMENEGILDO | ¡Ay,
mi Ingunda! | | A vos estos triunfos debo. | | Dadme los brazos.
|
|
|
LEOVIGILDO | ¡Ay!
Y yo | | de mi crueldad me arrepiento. | |
|
|
|
(Aparece el NIÑO
arriba, de gloria, con la cabeza en la mano.)
|
NIÑO |
Subid, subid, padre, al premio. | |
|
|
|
NIÑO | ¿No
me conoces? | | Soy un ángel, que mi abuelo | | le ofreció
a Dios, que en las manos | | mi cabeza ansí le ofrezco.
| |
|
|
LEOVIGILDO | Perdóname, ángel hermoso. | |
|
|
NIÑO |
Seré con Dios ángel vuestro. | |
|
|
INGUNDA | ¡Ay,
hijo! ¡Dichosa yo, | | que ansí os gano cuando os pierdo!
| |
|
|
NIÑO | Subid, padre, que os aguarda | | con palma y corona
el cielo. | |
|
|
CARDILLO | ¡Señor, duélete de mí!
| | ¡Dame vista! |
|
|
HERMENEGILDO | El
cristal tierno | | baña en mi sangre y verás,
| | pues de ella se esmaltó el suelo. | |
|
|
|
(Aparece arriba
la Santísima Trinidad como la pintan; el PADRE,
que tiene al HIJO crucificado entre sus brazos, y el ESPÍRITU
SANTO, como paloma, y dos ÁNGELES, teniendo una
corona, en la cual, subiendo, llega a meter la cabeza HERMENEGILDO.)
|
ÁNGEL | La verdad que has defendido, | | Hermenegildo,
en el suelo | | con tu sangre, premia Dios, | | pues por el perdido
imperio | | gozas la mayor corona | | en los inmortales reinos.
| |
|
|
HERMENEGILDO | En vuestras piadosas manos | | el mi espíritu
encomiendo. | | Perdonad mis enemigos. | |
(Muere arriba. Cúbrese
todo.)
|
|
|
INGUNDA | En aquese imperio eterno | | rogad por mí.
¡Adiós, esposo! | |
|
|
RECAREDO | ¡Otro con su sangre quedo!
| |
|
|
|
RODULFO | ¡Otro soy y
otro parezco! | |
|
|
|