1
El 27 de agosto, Menéndez Pelayo se dirigía a Valera para reprocharle que, a pesar de la elegancia y discreción que caracterizaban las sucesivas entregas, «no apruebo la manera desordenada con que estas cartas se presentan... yo creo (y perdonne Vd. esta impertinencia) que todos los lectores de las amenísimas cartas de Vd. agradecerían mucho que Vd. acabase cada tanda o serie de cartas sobre un asunto cualquiera antes de emprender con otro. De este modo las cartas pueden fácilmente formar un libro, y del otro se exponen a perderse y quedar como inéditas». Las consideraciones de Menéndez Pelayo, que informaba también a Valera de ciertos datos puntuales que demostraba desconocer en las cartas dedicadas al Parnaso Colombiano, serían contestadas en carta del 5 de septiembre, donde reconocía Valera, aludiendo al errar detectado por don Marcelino, «en lo que dice Vd. de Juan de Castellanos tiene razón que le sobra, pero yo escribo de priesa las Cartas y sin consultar libros. En notas que pondré cuando haya edición en un tomo remendaré éste y otros defectos o errores, si doy con ello y puedo. Descuide Vd., que el asunto Lagarrigue y las Cartas sobre Mora terminarán. Yo a veces interpolo, porque no son todos como Vd. La gente se cansa y es menester variar» (cf., M. Menéndez Pelayo, Epistolario, IX, Madrid: FUE, 1985; pp. 283 y 288. Edición de M. Revuelta Sañudo).
2
J. Valera, Cartas Americanas. Madrid: Fuentes y Capdevila, 1889, pp. XI-XII.
3
Carta del 28 de noviembre de 1887. Cf., M. Menéndez Pelayo, Epistolario, IX, p.29.
4
Si el 10 de julio podía comunicarle a Dolores Delavat el cobro de algunos de sus trabajos, añadiendo «veremos [...] si escribo más cartas para El Imparcial. De las 16 que he escrito, sólo 2 están por pagar, que serían 120 pesetas. Menester es escribir más», el 6 de agosto, tras lamentar el inevitable abandono que las Cartas sufrieron durante semanas en favor de otros compromisos, afirmaba que «aunque premioso, he escrito una nueva Carta Americana. Voy a ver si escribo pronto otra para tener siquiera 24 duros más». (J. Valera, Cartas a su mujer. Córdoba Diputación de Córdoba, 1989; pp. 186 y 196. Edición de C. de Coster y Matilde Galera).
5
«Aunque están en suspenso las Cartas Americanas, no desisto de seguir escribiéndolas, tanto más cuanto que hacen efecto en América, y los periódicos de por Allá las copian y aun contestan a ellas con largos artículos, de los cuales hay dos curiosísimos de Dosamantes, y dos muy discretos y bien escritos de D. José Rivas Groot, de Bogotá» (Valera a Menéndez Pelayo, 27 de julio de 1888. Cf., Epistolario, IX, p. 268).
6
A. Rubió i Lluch, "Comentarios a las Cartas Americanas de D. Juan Valera", en El Correo de las Aldeas, 10, 16 y 23 de enero de 1890 (Recogidos posteriormente en sus Estudios Hispano-Americanos (1889-1922). Bilbao: Eléxpuru Hermanos, 1923, p. 60).
7
A. Rubió i Lluch, op. cit., p. 66. Las objeciones de Rubió se centran en las cartas dedicadas al Parnaso Colombiano, lamentando el insuficiente conocimiento sobre el que asienta Valera sus consideraciones críticas, causa de "errores y descuidos", sólo aceptables en atención al carácter meramente divulgador de su miscelánea, aspecto en el que insiste rápidamente, para recordar que «es muy difícil la tarea de hablar de un país que no se conoce sino de oídos y por incompletas noticias. Desde lejos adquieren relieve personalidades que de cerca tal vez no le tienen, y modestas violetas que sólo lanzan su perfume dentro del recinto del bosque natal, pasan poco menos que inadvertidas [...] pero ni la facilidad ni la rápida intuición basten en asuntos que de suyo exigen observación lenta y detenida y estudios profundos, por más que le hayan sacado airoso a Valera en esta ocasión, librándole de convertirse en un comentador deslucido de señor Rivas Groot y del señor Añez» (ibídem, pp. 66-67).
8
J. Valera, Cartas Americanas, p. X.
9
Carta a Menéndez Pelayo, 16 de junio de 1786. Cf., Epistolario, VII, op. cit., p. 573.
10
Clarín, "Revista Mínima", en La Publicidad, 30-V-1889.