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El peregrino apasionado


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Sobre los versos de El peregrino apasionado

Es difícil encontrar entre la extensa biografía de W. S. referencia sobre el libro de versos El peregrino apasionado. Existen datos sobre la fecha de su publicación, las críticas por parte de los interesados y poco más.

La referencia más completa con que pude desarrollar este trabajo la encontré en un libro de literatura inglesa del profesor Edward Dowden, de la Universidad de Dublín, con el título de Shakspeare, publicado en Londres con fecha de 1918.

El peregrino apasionado se publica por primera vez en 1599 por William Jaggard, y en todo lo posteriormente consultado existe la coincidencia de que es un libro pirata, que ocasionó bastantes críticas sobre la autenticidad de los versos atribuidos a W. S.

Pasemos al estudio de los poemas con la numeración que consta en el original:

N.º 1. Este soneto aparece en los Sonetos de William Shakespeare, con el número 138 y con variantes en los versos siguientes: 4-6-7-8-9-11-13 y 14, que doy a continuación.

Variante del 4.º verso:


Unskilful in the wold's false forgeries


El peregrino apasionado (P. A.)                



Unlearned in the wold's flase subtleties


Sonetos, William Shakespeare (W. S.)                


Variante del 6.º verso:


Although I know my years be past the best


(P. A.)                



Although she knows my days are past the best


(W. S.)                


Variante del 7.º verso:


I smiling credit her false-speaking tongue


(P. A.)                



Simply I credit her false-speaking tongue


(W. S.)                


Variante del 8.º verso:


Outfacing faults in love with love's ill rest


(P. A.)                



On both sides thus is simple truth suppres'd


(W. S.)                


Variante del 9.º verso:


But wherefore says my love that she is young?


(P. A.)                



But wherefore says she not she is unjust?


(W. S.)                


Variante del 11.º verso:


O, love's best habit is a soothing tongue


(P. A.)                



O, love's best habit is in seeming trust


(W. S.)                


Variante del 13.º verso:


Therefore I'll lie with love, and love with me


(P. A.)                



Therefore I lie with her, and she with me


(W. S.)                


Variante del 14.º verso:


Since that our faults in love thus smother'd be


(P. A.)                



And in our faults by lies we flattered be


(W. S.)                


N.º 2. Soneto que con el número 144 aparece en los Sonetos, con variantes en los versos: 2-3-4-8-11 y 13.

Variante del 2.º verso:


That like two spirits do suggest me still


(P. A.)                



Which like two spirits do suggest me still


(W. S.)                


Variante del 3.º verso:


My better angel is a man right fair


(P. A.)                



The better angel is a man right fair


(W. S.)                


Variante del 4.º verso:


My worser spirit a woman colour'd ill


(P. A.)                



The worser spirit a woman colour'd ill


(W. S.)                


Variante del 8.º verso:


Wooing this purity with her fair pride


(P. A.)                



Wooing this purity with her foul pride


(W. S.)                


Variante del 11.º verso:


For being both to me, both to each friend


(P. A.)                



But being from me, both to each friend


(W. S.)                


Variante del 13.º verso:


The truth I shall not know, but live in doubt


(P. A.)                



Yet this shall I ne'er know, but live in doubt


(W. S.)                


N.º 3. Este soneto aparece en la comedia Love's labour's lost, en la escena IV, que le dice Longaville a María. Con variantes en los versos 2-8-9-10-11 y 14.

Variante del 2.º verso:


«Gainst whom the world could not hold argument


(P. A.)                



«Gainst whom the world cannot hold argument


(W. S.)                


Variante del 8.º verso:


Ty grave being gain'd ures all disgrace in me


(P. A.)                



Thy grave being gain'd cures all disgrace in me


(W. S.)                


Variante del 9.º verso:


My wov was breath, and breath a vapour is


(P. A.)                



Vows are but breath, and breath a vapour is


(W. S.)                


Variante del 10.º verso:


Then, thou fair sun that on this earth doth shine


(P. A.)                



Then thou, fair sun, which on my earth dost shine


(W. S.)                


Variante del 11.º verso:


Exhale this vapour now; in thee it is


(P. A.)                



Exhal'st this vapour-vow; in theeit is


(W. S.)                


Variante del 14.º verso:


To break an oath, to win a paradise?


(P. A.)                



To lose an oath to win a paradise?


(W. S.)                


N.º 4. Este soneto está inspirado en Venus y Adonis y, por lo sabido de la forma y estilo de Shakespeare en sus Sonetos, a pesar de las dudas de algunos de sus críticos y biógrafos, estoy con los que creen que este soneto es de W. S. Explicación que es difícil encontrar en las críticas donde se duda y basta.

N.º 5. Este soneto pertenece a la comedia Love's labour's lost, y lo pone su autor en boca de Sir Nathaniel en la escena IV de dicha obra, con las variantes en los versos 3-4-6-11-13 y 14.

Variante del 3.º verso:


Though to myself forsworn, to thee I'll constant prove


(P. A.)                



Though to myself forsworn, to thee I'll feithful prove


(W. S.)                


Variante del 4.º verso:


Those thoughts, to me like oaks, to thee like osiers bowed


(P. A.)                



Those thoughts, to me were oaks, to thee like osiers bowed


(W. S.)                


Variante del 6.º verso:


Where all those pleasures live that art can comprehend


(P. A.)                



Where all those pleasures live art would comprehend


(W. S.)                


Variante del 11.º verso:


Thine eye Jove's lightning seems, thy voice his dreadful thunder


(P. A.)                



Thy eye Jove's lightning bears, thy voice his dreadful thunder


(W. S.)                


Variante del 13.º verso:


Celestial as thou art, O do not love that wrong


(P. A.)                



Celestial as thou art, O do not love this wrong


(W. S.)                


Variante del 14.º verso:


To sing heaven's praise with such an earthly tongue


(P. A.)                



That singes heaven's praise with such earthly tongue


(W. S.)                


N.º 6. Este soneto tiene las mismas consideraciones de estudio que el número 4.º

N.º 7. Este poema está compuesto por tres sextetos endecasílabos, y cada sexteto compuesto por A-B-A-B C-C.

N.º 8. Este soneto se atribuye a Richard Barnfield y aparece en Poems in drive humors, en 1598, pero el estilo y la forma en la construcción del soneto es idéntica a los de W. S.

N.º 9. La principal dificultad en el estudio de este poema es que falta el segundo verso del primer cuarteto, y por lo tanto el soneto está incompleto. No obstante, a falta de este verso, el estilo y la forma de composición es de Shakespeare. Probablemente autor del mismo.

N.º 10. Ni el estilo ni la forma de composición son de Shakespeare.

N.º 11. Este soneto se atribuye a Bartolomew Griffin, y apareció publicado en Fidessamore chaste than kinde en el año 1596.

N.º 12. Este poema se compone de tres cuartetos en el más puro estilo del creador de los Sonetos; sin embargo, se duda en todas las referencias de su autenticidad.

N.º 13. Este poema se compone de dos sextetos en el estilo del poema anterior y con las mismas referencias críticas.

N.º 14. Cinco sextetos idénticos a los dos anteriores.

N.º 15. Cuatro cuartetos con las mismas críticas sobre su autenticidad.

N.º 16. Este poema está compuesto por dieciocho versos octosílabos, pareados por parejas, y aparece en la comedia Love's labour's lost, dicho en el acto IV por Dumain a Kate, con variantes en los versos 2-6-11-12-15 y 16.

Variante del 2.º verso:


Love, whose month was ever May


(P. A.)                



Love, whose month is ever May


(W. S.)                


Variante del 6.º verso:


All unseed' gan passage find


(P. A.)                



All unseed' can passage find


(W. S.)                


Variante del 11.º verso:


But alas! my hand hath sworn


(P. A.)                



But, alack! my hand hath sworn


(W. S.)                


Variante del 12.º verso:


Ne'r to pluck thee from thy thorn


(P. A.)                



Ne'er to pluck thee from thy thorn


(W. S.)                


Variante del 15.º verso:

Este verso se omite en el P. A.


Do not call it sin in me


(W. S.)                


Variante del 16.º verso:

Como el anterior, este verso se omite en P. A.


Than I am forsworn for thee


(W. S.)                


N.º 17. Se asegura que es de Weelkes, aparecido en su Madrigales en 1597.

N.º 18. Poema compuesto por nueve estrofas de seis versos, con idénticas características de composición que el último cuarteto y el pareado final del soneto 145 de Sonetos. Probablemente de Shakespeare.

N.º 19. En mis investigaciones sobre este poema, unos se lo atribuyen a Marlove y otros a Sir W. Ralegh.

N.º 20. Este poema no admite dudas, fue publicado por Richard Barnfield en 1598 en su libro de poemas Poems in drivers humors.

Después de estudiar los 21 poemas de El peregrino apasionado y exponer mi trabajo con las hipótesis reseñadas, existen ciertas dudas sobre las variantes de los versos que se consideran auténticos, por haber aparecido en alguna otra parte de la obra de W. S.

¿Fue el poeta el autor de las variantes? Difícil respuesta cuando las variantes no proporcionan mayor calidad a los versos originales.

¿Fue el editor o el poeta encargado de entregar estos versos a la editorial el autor de los cambios? También es posible tal hipótesis, sobre todo, teniendo en cuenta que estos versos eran piratas.

También aparece en el original de El peregrino apasionado, a partir del poema número 15, un nuevo título: Sonetos para diferentes músicas (Sonnets to sundry notes of music), que no merece mayor comentario, pues a partir de aquí, precisamente, no existe ningún soneto que pueda acreditar este título.




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Versión lírica de Ramón García González

El peregrino apasionado





- I -


ArribaAbajo   Cuando jura mi amada estar hecha de verdades,
aunque sé que me miente, realmente la creo,
sólo por que me crea un joven inexperto,
poco diestro en las falsas estafas de este mundo.

    Pienso de esta manera que joven le parezco,  5
aunque de sobra sabe que ya no soy tan joven.
Ingenuamente doy crédito a sus mentiras
ya que los dos negamos la sencilla verdad.

    Pero, ¿por qué no dice que es falsa y embustera?
¿y por qué yo no digo que ya voy siendo viejo?  10
Quizás porque el engaño es conducta de amor
y en el amor la edad no quiere sumar años.

   Igual que a ella la miento, ella miente conmigo,
y mediante mentiras, nuestro error halagamos.




- II -


ArribaAbajo    Yo tengo dos amores. Consolador el uno
desesperante el otro. Tentadores espíritus.
Mi ángel bueno es un hombre, hermosamente bello
y el malo una mujer de mala catadura.

    Por llevarme al infierno, mi ángel femenino,  5
sedujo a mi buen ángel y lo apartó de mí,
pervirtiendo a mi santo y haciéndole un demonio,
sedujo su pureza con su infernal orgullo.

    Y que mi bello ángel se transformó en demonio,
es lo que me sospecho, aunque no lo aseguro,  10
pues lejos ya de mí y más aún, siendo amigos,
presiento que hay un ángel en el infierno de otro.

    Nunca sabré que pasa y viviré en la duda,
hasta que el ángel bueno expulse al ángel malo.




- III -


ArribaAbajo    ¿No fue que la retórica celestial de tus ojos,
con la que el mundo nunca, discutir ha podido,
quién dio a mi corazón, este perjurio falso?
Los juramentos rotos no merecen castigo.

    Traicioné a una mujer, pero probarte puedo,  5
que siendo tú una diosa, no cometí traición.
Mi voto era terrestre. Tú eres amor del cielo.
Si gano tu favor, se cura mi desdicha.

    Aliento era mi voto y el aliento es vapor,
así pues, bello sol, que en esta tierra brillas,  10
exhala ese vapor que a ti te pertenece
y si quebranto el voto, la culpa ya no es mía.

    Y si lo quebrantara, ¿qué tonto no es tan listo
que por ganar la Gloria no rompa un juramento?




- IV -


ArribaAbajo    La dulce Citerea, posa junto a un arroyo
con el joven Adonis, un dechado de encanto.
Ella enamora al joven con mirar amoroso,
miradas que esta reina posee en exclusiva.

    Por deleitar su oído le cuenta mil historias  5
mientras le muestra el cuerpo para captar su encanto.
Por despertar su amor le toca en todas partes,
con caricias tan suaves que a la pureza rinden.

    Mas fuese que a su años, no entendía este juego
o porque no aceptaba su dulce ofrecimiento,  10
el bello adolescente no picaba el anzuelo,
sino que sonriendo se burlaba de todo.

    Y al ofrecer su cuerpo tumbándose de espaldas
él se levanta y huye. ¡Oh! tímido insensato.




- V -


ArribaAbajo    Si amar me hace perjuro, ¿cómo jurar que amo?
¡No debiera jurarse sino es a la belleza!
Y aunque ante ti perjuro me mostraré constante.
Mi pensamiento es roble pero ante ti es un mimbre.

    Son tus ojos el libro que torna el buen estudio,  5
donde están los placeres que todo el mundo abarca.
Si el saber es estudio, saberse es suficiente.
Que experta es esa lengua que sabe describirte,

    e ignorarte es el alma que te ve y no se asombra.
Bien merezco el elogio por admirar tus méritos.  10
Son tus ojos el rayo de Júpiter. Tu voz,
su trueno, aunque sin ira. ¡Oh, dulce llama y música!

    ¡Celestial cómo eres no aprecies los errores,
de mis loas al cielo, con mi terrestre lengua!




- VI -


ArribaAbajo    Apenas seca el sol el matinal rocío
y ya el rebaño busca la sombra por los setos,
la bella Citerea, consumida de amor,
impaciente esperaba la llegada de Adonis,

    a la sombra de un sauce que está junto al arroyo,  5
donde refresca el joven su gran melancolía.
Si cálido era el día, más ardiente está Venus,
recordando las veces que allí mismo se vieron.

    Por fin llega el mancebo, arroja el manto al suelo
y se queda desnudo a la orilla del agua.  10
El sol miraba al mundo con sus ojos gloriosos,
pero no tan ardientes, como el mirar de Venus.

    Esto lo advierte, Adonis, y se mete en el agua.
«¡Júpiter!», dijo ella, «¡quién pudiera ser ola!»




- VII -


ArribaAbajo    Siendo mi amada bella es mayor su inconstancia.
Cual paloma es de suave, pero ni es fiel ni honrada.
Brillante cual cristal y cual cristal de frágil.
Más blanda que la cera y cual mohoso acero.
Blanco lirio con cierto adamascado encanto  5
y torna su belleza en la mayor perfidia.

    ¡Cuántas veces sus labios se unieron a los míos,
poniendo entre sus besos juramentos de amor!
¡Cómo creaba historias sólo por darme gozo,
inquieta por mi amor y temiendo su pérdida!  10
No obstante en aquel fondo de virtud proclamada,
fidelidad y llantos, había sólo un juego.

    Ardía cuando amaba como paja en el fuego
y cual paja su amor tan pronto se apagaba.
Ensalzaba el amo para matar su encomio,  15
rogando amor eterno para después dejarlo.
¿Acaso era una amante o una infiel libertina?
Mala en el mejor caso y en ninguno excelente.




- VIII -


ArribaAbajo    Música y Poesía concuerdan plenamente,
como debiera ser por ser ambos hermanos.
Así que nuestro amor debiera ser inmenso
puesto que tanto amamos los dos las mismas cosas.

    A ti, te es grato Dowland cuyo son celestial,  5
encanta en su laúd el sentimiento humano.
A mí, me encanta Spencer, cuya profunda idea
por superarlo todo no precisa defensa.

    Tú amas oír la música, tan dulce y melodiosa
del rey del instrumento que es Febo en su laúd  10
y yo en honda delicia, totalmente me anego
si siento a mi poeta iniciar cualquier canto.

    Si a gusto de poetas el mismo dios las rige,
el mismo ser os ama a las dos que en ti moran.




- IX -


ArribaAbajo    Bella era la mañana cuando la reina Venus,
pálida por la pena cual la blanca paloma,
por culpa de aquel joven tan altanero y libre,
bajaba de lo alto de una abrupta colina.
Llega, Adonis, con perros y su cuerno de caza.  5
Ella, cándida reina, con piedad amorosa,
prohíbe al cazador pasar de aquellos límites.
«Vi», le dice, «a un hermoso y bello adolescente,
herido entre estas matas por el vil jabalí,
en uno de sus muslos. ¡Oh qué triste visión!  10
¡Mira mi muslo!», dice, «aquí estaba la herida».
Adonis mira el muslo y ve más de una herida
y huyendo sonrojado, deja a la reina sola.




- X -


ArribaAbajo    ¡Flor y rosa tan dulce! cortada tan temprano,
arrancada en capullo y ajada en primavera.
Perla oriental brillante, apagada a destiempo,
ser tan bello matado por el dardo mortal.
Como ciruela verde que del árbol pendiera  5
y el viento hace caer antes de su momento.

    Llorando estoy por ti sin causa ni motivo,
puesto que al fin y al cabo nada heredo de ti.
Sin embargo me dejas más que de ti esperaba,
pues déjame decirte que nada deseaba.  10
¡Oh, mi querida amiga, quería tu perdón
y sólo me has dejado tu eterno descontento!




- XI -


ArribaAbajo    Junto al joven Adonis, está Venus sentada
a la sombra de un mirto. Comienza a cortejarle.
Cuenta al doncel que el dios Marte la perseguía
y como sucumbieron ambos a sus encantos.

    «Así», dice, «el guerrero dios me tomó en sus brazos»,  5
tomando al bello Adonis entre sus propios brazos.
«Así», dice, «el guerrero dios me dejaba libre»,
pensando que el doncel iba a imitar sus modos.

    «Así», dice, por último, «se adueñó de mis labios»,
y tomando sus labios lo besó largamente.  10
Mas al buscar aliento, él, se alejó de ella
y no quiso atender los ruegos a su gozo.

    ¡Ay! Si también pudiera tener cerca a mi dama,
para que me besara hasta que yo me fuera.




- XII -


ArribaAbajo    Mal suelen convivir, Vejez y Juventud.
Una es todo cuidado, la otra regocijo,
mañana veraniega frente al tiempo invernal.
Verano caluroso frente al baldío invierno,
plenitud del esfuerzo frente al aliento corto.  5
La Juventud es ágil, al Vejez achacosa.

    Osadía y calor frente al débil pasmado.
Juventud indomable frente a Vejez domada.
Vejez, yo te aborrezco ¡Oh, Juventud te adoro!
¡Oh admirable amor mío, mi amor es siempre joven!  10
Vejez, te reto. ¡Oh! Dulce pastor desaparece,
pues creo te has quedado ya demasiado tiempo.




- XIII -


ArribaAbajo    Vano y dudoso bien suele ser la belleza,
relumbrante brillar que de pronto se esfuma,
una flor que en capullo, encuentra ya la muerte,
fragilísimo vidrio que por nada se quiebra.
Bien dudoso, brillar, un cristal, una flor,  5
pérdida, oscuridad, quiebra, que pronto muere.

    Y como el bien perdido rara vez recobrado,
como el brillo apagado, ningún lustre abrillanta,
como las flores muertas, marchitas sobre el suelo,
como al roto cristal, no hay cemento que pegue.  10
De esta forma se pierde la marchita belleza
a pesar de la ciencia, los afeites y el costo




- XIV -


ArribaAbajo    ¡Feliz, noche y descanso! Más nada es para mí.
La noche que bendigo aleja mi descanso
llevándome a una cama puesta con todo lujo,
para que allí discurra sobre mi mala suerte.
¡Qué sigas bien! me dice «vuelve pronto mañana»  5
más, bien seguir, quién puede, si ha cenado dolor.

    Sin embargo, al marcharme, sonríe dulcemente,
con desdén o amistad, no sabría decirlo,
aunque tal vez le agrade el juego con mi exilio
o tal vez más le agrade que vague por allí.  10
«Vagar» palabras hechas a sombras como yo,
que aún penando o pueden recoger el botín.

    ¡Oh, Señor! Cómo miran mis ojos al Oriente.
Mi corazón se abruma con la espera del alba,
que ordena a todo el mundo que el descanso se acaba.  15
Sin que me fíe mucho de lo que ven mis ojos.
Sentada, Filomena, canta y cuando la escucho
deseo el mismo tono que el canto de la alondra,

    que da la bienvenida al alba con su canto,
alejando la oscura y somnolienta noche.  20
Cuando se va la noche yo corro hacia mi amada.
Mi corazón encuentra la esperanza en mis ojos.
Penar ya es un consuelo y el consuelo tristeza.
¿Por qué? Porque suspira y dice ¡hasta mañana!

    Que las noches con ella se van rápidamente  25
y ahora los minutos son largos como horas,
aunque a veces se mofan siendo fases de luna.
¡Brilla sol! No por mí, da tu don a las flores.
Huye noche y que el día, robe parte de noche
y tú noche sé breve y vuelve a ser mañana.  30




- XV -


ArribaAbajo    Era hija de un hidalgo, de tres la más hermosa
que amaba con su dueño tanto como es posible.
Mas vio al inglés más bello que pueden ver los ojos
y cambió su capricho.

    Fue tan largo el combate que amor con amor tuvo  5
que o dejaba a su amor o mataba al gran noble.
Esta práctica en ambos era un proyecto duro
para la joven necia.

    Mas descartar a uno era su gran dolor
y que no hubiera forma para ganarse a ambos,  10
pues de los dos el noble fue herido de desdén.
¡Y ella sin evitarlo!

    Salió de aquella lucha el arte victorioso,
que al obrar el saber, se llevó a la doncella.
Y el hombre de experiencia le dio gozo a la dama.  15
Y así acaba mi canto.




- XVI -


ArribaAbajo    Cierto funesto día vi el amor
-cuyo mes favorito es el de mayo-
una flor que agitaba su hermosura
jugando con el aire caprichoso.

    A través de sus pétalos el viento,  5
invisible, comienza a buscar paso
y el amante, enfermo ya de muerte
deseaba se hálito del cielo.

    «Aire», dijo, «así quiero triunfar,
como tú, cuando inflas tus mejillas.  10
Pero juré en el nombre de mi mano
no arrancarte jamás de tus espinas,
voto que no procede para el joven
que toma con sus manos la dulzura.

    Por ella juraría el mismo Júpiter  15
que Juno es una negra de Etiopía
y negaría el mismo ser el Júpiter
con tal de ser mortal y darte amor.»




- XVII -


ArribaAbajo    No comen mis rebaños,
no paren mis ovejas,
no corren mis carneros,
y todo es un desorden:
Negativas de amor,  5
reto a la lealtad,
el terco corazón,
de todo esto son causa.
He olvidado las danzas más alegres
y el amor de mi dama se ha perdido.  10
Allí donde su fe y amor reinaban,
hay un «no» bien plantado que no cambia
y una negra rencilla
me trajo esta miseria.
¡Oh, Fortuna, maldita y caprichosa,  15
ahora veo tu rabia y malhumor!
La inconstancia con más frecuencia en ellas que en nosotros,
se asienta y permanece.
Enlutado de todo me lamento
y desprecio el más mínimo temor,  20
que el amor me ha dejado como a un mísero.
Sometido y esclavo ya por vida,
mi corazón sangrante necesita
cualquier clase de ayuda o de socorro.
¡Oh, cruel y lamentable situación!  25
Mi corazón está lleno de hiel.
Mi flauta de pastor toco y no suena
y es doliente tañido las sonajas,
de mis tristes carneros cuando andan.
Mi perrillo que siempre alegre andaba  30
parece temeroso y ya no juega,
le resultan tan tristes mis suspiros
que a llorar más le invitan que a sus juegos
y acompaña mi mal con sus aullidos.
¡Cómo resuenan todos mi suspiros  35
rodando por el suelo despiadado!
¡Son igual que guerreros derrotados!
Las fuentes cristalinas ya no surten.
El canto de los pájaros no suena.
Las flores y las plantas están pálidas.  40
Las manadas inmóviles sollozan.
Los rebaños se duermen melancólicos
y a las ninfas les causa horror sus huellas.
Los placeres que tan bien conocemos,
nuestras alegres fiestas en los valles,  45
nuestras dulces veladas, han huido,
se perdió nuestro amor y Amor ha muerto.
¡Adiós y para siempre dulce moza!
Tu igual ni se verá ni se vio nunca,
para darme alegría o ser mi pena.  50
¡Oh, pobre Coridón!
Que solo ha de vivir
sin que exista un remedio que lo evite.




- XVIII -


ArribaAbajo    Si ha elegido tus ojos una dama
y has previsto el venado que tú caces,
deja que cense y rija la razón
y a tu imparcial persona la quimera.
Sírvete del consejo de algún sabio,  5
no demasiado joven ya casado.

    Y al declarar tu voz, tu propio amor,
no suavices el tono hablando lento,
no sea que ella cele la sospecha
-el tullido descubre pronto al cojo-  10
Dile con sencillez lo que la quieres
y ofrécele tu amor y tu persona.

    Complace con tus actos su deseo.
No repares en ser muy generoso
cuando el gesto merezca la alabanza  15
al oído del oro y su contacto.
«Que no hay torre, ni villa, ni castillo,
que una bala de oro no derribe.»

    Sírvela con sumisa lealtad
y en el hablar procura ser sincero  20
y a menos que tu dama sea injusta
no pretendas cambiarla por ninguna.
Al llegar la ocasión no pierdas tiempo
en decirle tu amor, aunque te niegue.

    Aunque incline al mirarte su entrecejo,  25
sus ojos se harán claros esa tarde
y nada le valdrá mostrar su enojo
después de haber mostrado su contento.
Queriendo repetir antes del alba
aquello que su orgullo rechazaba.  30

    Aunque insista para probar su fuerza
y prohíba y batalle y todo niegue,
al final cederá su fortaleza
cuando el uso le enseñe esta razón.
«Si fuésemos tan fuertes como el hombre  35
no hubierais vos, tenido todo eso.»

    La astucia y el engaño que ella usan
no se ve cuando muestran su fachada.
Sus argucias y juegos conocidos
ni el acecho del gallo los descubre.  40
¿No sabes de refrán que bien sentencia,
que el no de una mujer no vale nada?
Piensa que la mujer al hombre toma
para pecar mejor y no ser santa.
No existe el cielo y toda santidad  45
les llega con el tiempo y con la edad.
Si el gozo de la cama fuera el beso,
las mujeres serían matrimonio.

    Mas callo, pues me temo hablo de más
y si oye mi canto la que quiero  50
no dudará en tirar de mis orejas
para que aprenda el labio a ser más cauto.
Aunque el rubor seguro que le brota
al oír traicionados sus secretos.




- XIX -


ArribaAbajo    Ven a vivir conmigo y sé mi amor
y probaremos todos los placeres
que colinas y valles y hondonadas
y escarpadas montañas aseguran.

    Nos sentaremos, ambos, en las rocas  5
para ver al pastor y sus rebaños
a la orilla de un río, donde cantan,
los pájaros sus dulces madrigales.

    Te haré en ese lugar un bello lecho
con miles de fragantes ramilletes,  10
un sombrero de flores y un corpiño
bordado con las hojas de los mirtos.

    Un cinturón de hiedra que te abrace,
con broches de coral y hebilla de ámbar.
Si te incitan amor, estos placeres,  15
ven a vivir conmigo y sé mi amante.


Respuesta de la amada

    Si el Mundo y el Amor, fueran imberbes
y la voz del pastor la fiel Verdad,
tus placeres a mí me incitarían
a convivir contigo y ser tu amante.  20




- XX -


ArribaAbajo    Todo me sucedió, porque un buen día,
allá por el festivo mes de Mayo,
estaba, yo, sentado bajo un mirto
frente a un bosque dorado de arrayanes
viendo el gozo del ave y de los corzos  5
y el florecer del árbol y las plantas.
El ambiente prohibía los lamentos,
excepto los del triste ruiseñor,
ya que este pobre ave miserable
reclinaba su pecho en una espina  10
cantando la más triste cantinela.
Oírla despertaba la piedad.
¡Ay, ay, ay, ay! lloraba le pobre ave
¡Tere! otras veces exclamaba.
Y al oír su lamento de aquel modo  15
no pude contener mis tristes lágrimas,
pues su dolor, tan vivo era en su canto
que me puse a pensar en mis angustias.
¡Oh! Pobre ruiseñor que en vano lloras,
nadie se apiadará de tus dolencias.  20
El insensible árbol no te oye.
No esperes de las bestias que te animen.
El Rey Poidón ha muerto, desgraciado
y sus amigos yacen bajo lápidas.
Te ignoran tus congéneres y cantan  25
ajenos a la pena que te embarga.
Como a ti, pobre ave, de igual modo,
nadie me compadece ni consuela.
La inconstante Fortuna sonreía
mientras fuimos nosotros engañados.  30
Quien se sirve de todo adulamiento,
no suele ser amigo en la desgracia,
las palabras son galas para el viento
y al amistad difícil de encontrar.
Todos querrán servirte y ser tu amigo  35
mientras sean tus bienes generosos,
más apenas tu bolsa se vacíe,
no encontrarás en nadie ayuda alguna
y si alguno resulta generoso,
se dirá que es magnífico su gesto  40
y escuchará estos máximos halagos.
¡Qué lástima no sea nuestro rey!
Más si adicto a los vicios se somete
le tenderán mil trampas cada día
y si prefiere el goce de las damas  45
las mujeres, también le humillarán.
Que si el ceño le frunce la Fortuna,
ya puede despedirse de su fama
y aquellos que lamían bien sus manos
ya no querrán tener su compañía.  50
El amigo leal y verdadero
es oportuno siempre en su socorro,
llorará con sus ojos tu tristeza
y celará tu sueño en duermevela.
Y en la pena que tenga el corazón  55
soportará la parte que más duela.
Estas señales, ciertas, nos distinguen,
quien es amigo fiel y quien te adula.


 
 
FIN
 
 


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