Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

  —246→  


ArribaAbajoMoisés salvado de las aguas


Imitación de Víctor Hugo109


«¡Compañeras, al baño! alumbra el día
       la cúpula lejana;
duerme en su choza el segador, y enfría
       las ondas la mañana.

«Menfis apenas bulle; hospedadora  5
       nos da la selva abrigo;
y, tendremos, amigas, a la aurora
       por único testigo.

«De Faraón, mi padre, el jaspeado
       palacio al mundo asombra;  10
a mí del bosque el pabellón, del prado
       me agrada más la alfombra.

«¿Qué son las fuentes en que el oro brilla,
       y el mármol de colores,
a par del Nilo, y de esta verde orilla  15
       esmaltada de flores?

«No es tan grato el incienso que consume
       en el altar la llama,
como entre los aromos el perfume
       que el céfiro derrama.  20

«Ni en el festín real me gozo tanto,
       como en oír la orquesta
—247→
alada, que esparciendo dulce canto
       anima la floresta.

«¿Veis cuál se pinta en la corriente clara  25
       el puro azul del cielo?
El cinto desatadme, y la tïara,
       y el importuno velo.

«¿Veis en aquel remanso trasparente
       zabullirse la garza?  30
Las ropas deponed; y al blando ambiente
       el cabello se esparza.

«¡Ea! trisquemos en el fresco baño,
       alzando blanca espuma...
Mas ¿qué objeto descubre tan extraño  35
       la fugitiva bruma?

«Mirad: enfrente al sicamor sombrío,
       que verdes arcos tiende
sobre la playa, un bulto por el río
       lentamente desciende.  40

«No temáis: de una palma el tronco anciano,
       que en demanda navega
de las altas pirámides, liviano
       sobre las ondas juega.

«¿O es de Hermes por ventura el carro leve?  45
       ¿O es la concha divina
de Isis, que con suave aliento mueve
       la brisa matutina?

«¿Qué digo? es tierno niño, que en ligera
       barca duerme al sereno  50
arrullo de las olas, cual pudiera
       en el materno seno.

«Arrastra el Nilo la flotante cama,
       cual nido de avecilla
que arrebatado hubiese a la retama  55
       de su silvestre orilla.
—248→

«¡Qué de peligros corre a un tiempo mismo!
       ¿Cuál puerto de salud
lo aguarda? ¿Mece el proceloso abismo
       su cuna o su ataúd?  60

«¡Los ojos abre, hijas de Menfis! llora
       ¿Pudo una madre, ¡oh cielo!,
al agua abandonar devoradora
       el hijo pequeñuelo?

«Tiende los brazos, ¡ay!, cual si supiera  65
       su malhadada suerte;
y son frágiles cañas la barrera
       que presenta a la muerte.

«Es de la raza de Israel, sin duda,
       que mi padre sentencia  70
a proscripción... pero ¿qué ley sañuda
       proscribe a la inocencia?

«¡Pobre niño! su llanto me conduele;
       a su madre afligida
sucederá otra madre; salvarele;  75
       me deberá la vida».

Ifisa hablaba así, joven princesa;
       y dócil al consejo
de la piedad, acometió la empresa;
       y el juvenil cortejo  80

A la virgen, que presta se adelanta,
       de confïanza llena,
sigue, estampando con ligera planta
       la movediza arena.

Semejaba, depuesto el blanco lino,  85
       revolando las blondas
madejas por el hombro alabastrino,
       la hija de las ondas.

El blanco pie con círculos de plata
       el espumoso río  90
le ciñe; y ya a las olas arrebata
       el pequeño navío.
—249→

Palpita con la carga que suspende,
       alegre y orgullosa;
y en sus mejillas el color se enciende  95
       de la temprana rosa.

Bullente espuma hendiendo, que se irrita
       y la presa reclama,
el peso que la agobia deposita
       sobre la verde grama;  100

y del recién nacido alegremente
       cercan todas la cuna;
y sonrïendo, la asustada frente
       le besan una a una.

Mas ¡oh tú, que de lejos a tu hijo  105
       por la playa desierta
seguiste desolada, el rostro fijo
       en su carrera incierta!

Llega; el hinchado seno da al infante;
       tu llanto ni su risa  110
revelarán en ti la madre amante,
       pues aun no es madre Ifisa.

En los brazos maternos, rocïado
       con lágrimas de duelo
y de gozo a la par, dulce cuidado  115
       de la tierra y del cielo,

El pequeño Moisés iba seguro;
       de Faraón crüel
hospeda el regio alcázar al futuro
       caudillo de Israel.  120

Y ante el trono de Dios, la faz velada
       con las alas, el coro
que ve a sus pies la bóveda estrellada,
       pulsaba liras de oro.

«Alégrate, Jacob, en el asilo  125
       de tu destierro (el canto
así sonaba), y no al impuro Nilo
       se mezcle más tu llanto.
—250→

«El Jordán a sus campos te convida;
       te oyó el Señor; Egipto  130
marchar verá a la tierra prometida
       tu linaje proscripto.

«Ese niño que virgen inocente
       salvó de olas y vientos,
es el profeta del Horeb ardiente,  135
       rey de los elementos.

«Humillaos, mortales insensatos,
       que al Eterno hacéis guerra;
he ahí el legislador, que sus mandatos
       promulgará a la tierra.  140

«Cuna humilde, baldón de la fortuna
       juguete del profundo,
ha salvado a Israel; humilde cuna
       ha de salvar al mundo».



  —251→  


ArribaAbajoLa cometa (Volantín)


(1833)110


    Una bella Cometa se encumbraba
tanto, que ya de vista se perdía.
Reina se imaginaba
de la región del viento;
y no cabiendo en sí de la alegría  5
y el envanecimiento
y orgullo que sentía,
al mirarse tan alta,
ora danza, ora salta,
ora se contonea,  10
la larga cola ondea;
y en susurro parlero,
su dicha exprime... ¿Pero qué fortuna,
—252→
qué estado venturoso y placentero,
no empalaga por fin, y no importuna?  15
¿Quién es aquel que dice:
A mí nada me falta; soy felice?
A madama Cometa
asalta un pensamiento,
que la turba y la inquieta,  20
y acibara su gozo en un momento.
Viendo que su carrera un hilo ataja,
y que al arbitrio ajeno sube y baja,
con voces tales entre sí murmura:
—253→

    «¿Por qué razón me quita  25
esta cuerda maldita
la dulce libertad y la soltura
dada a toda volátil criatura?
¿Por qué el hombre se ha hecho,
contra todo derecho,  30
dueño de mi albedrío,
sagrado, imprescriptible patrimonio
de lo viviente?... ¡Oh qué destino el mío,
si pudiese correr exenta y vaga
por ese mundo, en brazos de Favonio,  35
que amoroso me halaga;
y ya a guisa del águila altanera
remontarme a las nubes, ya rastrera
andar de prado en prado,
cual suelto pajarillo,  40
picando aquí la rosa, allá el tomillo!
¿A qué el instinto volador me es dado,
si he de vivir encadenada al suelo,
juguete de ese imbécil tiranuelo,
que según se le antoja,  45
o me tira la rienda o me la afloja?
¡Pluguiese a Dios viniera
una ráfaga fiera,
que os hiciese pedazos,
ignominiosos lazos!»  50

    Escuchó Jove el temerario voto.
Viene bufando el Noto.
La cuerda silba, estalla. ¡Adiós Cometa!
—254→
La sin ventura da una voltereta;
cabecea ya a un lado,  55
ya al otro; al fin trabuca, y mal su grado,
—255→
entre las risotadas y clamores
de los espectadores,
que celebran su mísero destino,
fue de cabeza a dar en un espino.  60

    Eres vivo retrato
de esta pandorga, tú, pueblo insensato,
que llamas a la ley servil cadena;
y en licenciosa libertad venturas
y glorias te figuras.  65
Eso mismo te ensalza, que te enfrena.

  —256→     —251→  

Texto A, relacionado con la edición de 1833:


    Gallarda una cometa se encumbraba
por la región del viento,
y ya casi de vista se perdía.
Señora semejaba
Vdel espacioso diáfano elemento;
* y no cabiendo en sí de la alegría
*y orgullo que sentía,
*al mirarse tan alta,
*ora danza, ora salta
X*ora se contonea,
*la larga cola ondea,
*y en susurro parlero
su dicha exprime... ¿Pero cuál estado,
—252→
por alegre que sea y placentero,
XVni empalaga y enoja, continuado?
*¿Quién es aquel que dice:
«Llenos están mis votos: soy felice?»
*A madama Cometa
*asalta un pensamiento
XX*que la turba y la inquieta,
* y acibara su gozo en un momento.
Entre sí de este modo murmuraba:


«¿Qué ley o qué derecho me hace esclava?



Estos versos son lo que queda sin tachar de esta variante de La Cometa, evidentemente inconclusa. A continuación se da otra redacción del mismo manuscrito, con sus correspondientes enmiendas. Forman unidad los diecisiete primeros versos:


Por la región del viento,
una bella Cometa se encumbraba.
Reina se contemplaba
¡leí diáfano elemento;
Vy con el alborozo y ufanía
que en su interior sentía,
montes y valles a sus pies mirando,
danza, se contonea,
* la larga cola ondea,
Xy con susurro blando
su complacencia exprime.
Mas una repentina fantasía
altera su alegría.
Melancólica gime,
—253→
XVcuando se ve de ajeno arbitrio esclava,
y entre sí de este modo murmuraba
al ver que sus



  —252→  

iii En este verso tacha contemplaba y escribe juzgaba.

vi Después de este verso sigue tachado:


danza, mirándose tan alta



La había comenzado a redactar:


danza, se co[ntonea]



x-xi Otros intentos de redacción:


y con arrullo
susurra blandamente


en blando arrullo su contento exprime...



xi Sigue este verso, tachado:


En medio de este júbilo inocente



  —253→  

xv-xvii Otros intentos de redacción:


al verse del capricho ajeno esclava,


al verse del gusto ajeno esclava,


y viendo que sus vuelos encadena
el hombre, y que en efecto vive esclava,
y a la merced ajena,
entre sí de este murmuraba:



  —254→  

Otros intentos de redacción del texto A:


* ¿Quién es aquel que dice:
Nada más apetezco: soy felice?...


Me basta lo que tengo: soy felice?


Un extraño capricho de repente
tiene a turbar el júbilo inocente


Un pensamiento desazona, inquieta (a)


Ya no es la reina a quien el aire
que poco ha ser dichosa se juzgaba


Ya no es feliz ni el cielo reina


a quien el aire daba


La que antes tan dichosa se juzgaba
se indigna.


ya se mira sujeta
del hombre, y ve


* A madama Cometa (b)
que antes tan venturosa se juzga[ba](c)


en medio de sus


ocurre


y vuelve en pesadumbre su contento


La que antes reina ya se mira


creyose reina, y ya se mira esclava.


Entre sí de este modo murmuraba.


¿Por qué la libertad y la soltura
dada a toda volátil criatura



(a) Al margen de este verso comienza la redacción siguiente:


Indígnase de ver que le sujeta
un hilo miserable el movimiento
¿Qué ley a qué derecho me hace esclava
del hombre? (de este modo razonaba):


(Entre sí de este modo murmuraba)



(b) Al margen de este verso se inicia esta redacción:


La que antes reina, ya se mira esclava
y entre sí de este modo murmuraba.


Creyose reina y se contempla esclava


Indignada de ver que el movimiento
un hilo miserable le (ileg.)



(c) En lugar de juzga[ba] escribe estimaba