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Un clásico de nuestra Literatura Infantil en USA

Las traducciones de Antoniorrobles al inglés (1936-1954)

Jaime García Padrino





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La traducción de una determinada obra literaria responde, entre otros motivos más o menos determinantes, a la evidente voluntad de su traductor o de un editor por difundir lo escrito en otras lenguas para incorporarlo así a una realidad lingüística o literaria distinta. Ello supone, sobre todo, el reconocimiento de unos valores propios en la obra original o traducida.

Esa atención hacia nuestra literatura infantil por parte de otras lenguas no ha sido, ni es, muy frecuente. Incluso no creo pecar de negativo en exceso al afirmar que las creaciones literarias de nuestros autores ya clásicos no han sido suficientemente conocidas o difundidas fuera del ámbito lingüístico hispano. Prueba de ello es que se acercan a la treintena los creadores actuales con, al menos, una obra traducida a una lengua no hispánica1. Las razones de tan escasa presencia de nuestros autores   —98→   en otras lenguas son difíciles de establecer desde nuestra perspectiva, pues serían precisamente traductores y editores extranjeros los más autorizados para semejantes explicaciones.

Brother Lion

BROTHER LION BY ANTONIORROBLES

Translated by Edward Huberman

Illustrations by Fritz Eichenberg

Es evidente la dificultad para contar con una sólida base en la afirmación anterior cuando nos referimos a los autores infantiles ya clásicos, pues no disponemos de otros catálogos anteriores y semejantes al antes citado que nos puedan informar sobre si han existido o no dichas versiones a lenguas no hispánicas.

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Sin embargo, la conmemoración de los centenarios de tres de nuestros autores clásicos nos ha permitido una mejor recuperación de sus creaciones y una buena oportunidad para difundir sus aportaciones a la literatura infantil en España. El primero de esos homenajes correspondió a Salvador Bartolozzi (Madrid, 4 abril 1882 - México, 9 julio 1950). La Asociación Española de Amigos del IBBY (así denominada entonces nuestra asociación) organizó un homenaje en diciembre de 1982 al creador del Pinocho español, de Chapete y de Pipo y Pipa. Aunque entre las actividades realizadas se incluyo la edición de un hermoso catálogo de la exposición y se inauguró nuestra serie de «Temas de Literatura Infantil» con un volumen donde se recogían las conferencias pronunciadas entonces por Carmen Bravo Villasante y por quien firma estas líneas, ni una ni otra publicación se plantearon entonces fijar o establecer la bibliografía completa de Salvador Bartolozzi, lo que pudiera haber contribuido a conocer sus posibles traducciones en el caso de haber existido y de ser conservadas.

Cuatro años más tarde, en noviembre y diciembre de 1986, la Asociación organizó otro homenaje para conmemorar el centenario de Elena Fortún (Madrid, 17 noviembre 1986 - 8 de mayo 1952). La publicación correspondiente2 incluyó una completa relación bibliográfica de las obras de carácter infantil publicada por Elena Fortún, tanto en libros como en publicaciones periódicas. Y entre ellos no se incluyeron referencias de obras traducidas, pues no fueron conocidas entonces -ni creo que después- por los encargados de elaborar ese trabajo bibliográfico.

Llegamos así al tercero de tales homenajes: el dedicado a Antoniorrobles (Robledo de Chavela, 18 agosto 1895 - San Lorenzo de El Escorial, 23 enero 1983). Su preparación creo que   —100→   sirvió para completar el conocimiento de su obra y para difundir su aportación a la Literatura Infantil, no sólo en el ámbito propio de la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil -gracias a la publicación de Nuestro Antoniorrobles3- sino en una esfera más amplia, gracias al montaje de una exposición en la Biblioteca «Pedro Salinas», de Madrid, donde se han mostrado interesantes documentos y las distintas ediciones de sus obras infantiles y adultas.

Con motivo de este evento, yo mismo pude conocer mejor las traducciones de algunas de las obras infantiles de Antoniorrobles, de las que hasta ese momento sólo tenía referencias incompletas. Así, y dado que las fechas de esas primeras traducciones corresponden al año 1936, me permito ahora afirmar que, hoy por hoy, es Antoniorrobles el primer autor español con traducciones conocidas a otras lenguas no hispánicas. Y resalto el término conocidas, pues no descarto la posible existencia de otros autores que hubieran podido merecer antes para sus obras de carácter infantil4 esa atención de traductores y editores extranjeros. Es un tema que me gustaría fuese tratado por otros investigadores, e incluso que pudiese ser rebatida tal atribución, pues no sólo serviría para disponer de interesantes datos sobre la existencia de tales traducciones, sino que se revalorizarían creaciones originales en el contexto de nuestra propia historia de la Literatura Infantil.

Ahora bien, por el momento otorgo ese carácter de primacía a Antoniorrobles. Creo, además, de interés comentar las circunstancias de tales traducciones, sin entrar en el estricto trabajo de la versión a una lengua distinta, tema que podría ser tratado por destacados especialistas dentro de nuestra   —101→   Asociación, como ha quedado reflejado en Y voy por un caminito... (1986), el volumen dedicado a la memoria de Carmen Bravo Villasante5.

La primera versión que conozco de un relato de Antoniorrobles traducido al inglés, apareció publicada en una revista infantil norteamericana, Story Parade, que publicaba en New York la editorial del mismo nombre. Era el cuento «The Camel Who Became a Toy»6 y su traducción, firmada por Edward Huberman, quien, desde ese momento y hasta la aparición del último cuento de Antoniorrobles publicado en esa misma editorial (1951), sería el traductor exclusivo de los relatos de nuestro autor español.

Tal dependencia o continuidad atrae la atención, cuando además en los números y obras colectivas de Story Parade fue Antoniorrobles el único autor no anglosajón incluido. ¿Qué razón podría haber existido entonces para esa presencia privilegiada de Antonio entre autores de habla inglesa, en un plano de semejante igualdad? La primera, básica y no necesitada de otras explicaciones, era el carácter innovador y actualísimo de los relatos de Antonio en aquella época. Así, su presencia quedaba justificada en una editorial y unas publicaciones de cuidada presentación a las que cabe reconocer un notable rigor a la hora de seleccionar las creaciones acogidas en sus páginas, rigor avalado por las figuras de sus recopiladores y editores encargados de esos volúmenes. El propio carácter de los cuentos traducidos de Antoniorrobles revela, además, en sus editores una notable preferencia por el animismo ingenioso y el cultivo del disparate casi surrealista a la hora de realizar esa oportuna selección.

Pero, a veces, ese salto que permite a un autor ser trasladado a otras lenguas no depende tan sólo de sus condiciones intrínsecas,   —102→   sino de otros factores externos que ayudan a sus creaciones para ser conocidas por los propios traductores o editores de otros países. Desde luego, esa concurrencia de factores no podría surgir sin la voluntad inicial de traducir una obra determinada por considerar que merece ser dada a conocer en otras lenguas y culturas. Ahora, en la época actual, las ferias y los mecanismos de intercambio entre editoriales de distintos países han alcanzado un desarrollo que no existía en la realidad española de los años treinta. De ahí que me atraiga indagar en lo posible acerca de cómo Antoniorrobles, y a modo muy personal, sin un respaldo editorial que en aquellos años era imposible, consiguió darse a conocer y sentar la primera base para que sus relatos pudiesen valorados como dignos de ser traducidos y publicados de forma tan destacada.

La razón que ahora he podido conocer resulta, en realidad, anecdótica. Pero una anécdota que ilustra cómo a veces esa difusión anterior necesita también un golpe de fortuna, del mismo modo que algunos creadores lo necesitan para ver publicada su primera obra. Tal hecho anecdótico aparece reflejado en la primera edición de Merry Tales from Spain (Cuentos de las cosas de Navidad), aparecida en 1939. En la sobrecubierta posterior del volumen se narra así el encuentro entre Antoniorrobles y su futuro traductor al inglés:

Edward Huberman se encontró con Antoniorrobles en un viaje en autobús a través de las islas Baleares, en el Mediterráneo. Antoniorrobles viajaba con su esposa y la hermana de ésta. Los tres ocupaban un asiento incómodo, encima de las ruedas, hasta que el señor Huberman llegó y lo hizo realmente incómodo, porque no había espacio suficiente para cuatro. Antonio estaba a un lado y el señor Huberman al otro. Se apretujaban hacía el centro para encontrar un sitio más blando. Después de una hora, o así, las mujeres estaban aplastadas y los tres españoles mantenían una conversación de lo más divertida sobre el señor Huberman, a quien creían era inglés a causa de sus mejillas rubicundas. Pero él entendía su lengua y se unió a la conversación en el momento adecuado.   —103→     —104→   Estaban un poco embarazados, pero ese sentimiento pronto dio paso a uno de calurosa amistad, que ha durado a través de tiempos de guerra y paz, durante diez años.

Dos días después de ese encuentro, todos pasaron una semana en un pueblo costero. Allí el señor Huberman leyó un libro de los cuentos de Antoniorrobles. Este le sugirió que tradujera esas historias. Él se apresuró a aceptar la sugerencia y las ha traducido desde entonces.



The Camel Who Became a Toy

Ilustración de Grace Paull, para «The Camel Who Became a Toy» (1936).

[Página 103]

La anécdota anterior explica cómo aquella primera traducción de «The Camel Who Became a Toy» (1936) tuvo a su favor la fortuna para ayudar a ese primer conocimiento. Pero su notoria continuidad posterior no pudo deberse a otra razón que a los propios valores literarios de estos relatos. Gracias sin duda a ello, Antoniorrobles pudo gozar del privilegio de ser el primer autor español, de carácter infantil, traducido al inglés, de acuerdo con los datos que hoy manejo y que -repito- me gustaría ser desmentido pronto, por la propia trascendencia de ese hecho para nuestra Literatura Infantil.

En el mismo año del inicio de nuestra Guerra Civil, otro relato más -«The brave automobiles» («Automóviles audaces, que de morir son capaces»)7-, aparecía en un volumen colectivo donde se recogían historias de «celebrated authors». Después, el primer libro traducido al inglés sería Tales of Living Playthings (1938), donde, además de una cariñosa dedicatoria del autor -«To Story Parade Magazine, good friends of Antoniorrobles in America»-, se indicaba que «algunas de estas historias han aparecido en The Classmate, Junior Red Cross News, The Portal, Story Parade, and The Target». Pero, por desgracia, no dispongo de otras noticias o detalles sobre esas traducciones.

El mismo año de 1938, en plena Guerra Civil -con Antoniorrobles colaborando en las publicaciones de Editorial Estrella, vinculada a los órganos de propaganda de la II   —105→   República Española-, aparecía otra traducción de uno de sus cuentos, «The Camel's son». Ya en 1939, serían «Brother Watch» y «Brother Lion» -publicados en Hermanos Monigotes (1935)-, y la comentada edición Merry Tales from Spain. Esta obra es, sin duda, la más interesante en cuanto a su edición de las obras de Antoniorrobles traducidas al inglés. Así llama ya la atención la propia dedicatoria, tan del gusto de su autor en cualquiera de sus libros: «Estos cuentos de España están dedicados a un pavo que solía vivir en un patio trasero, cerca del mío, y que gritaba 'pau-pau' de manera tan triste que a veces el pobre animalito me hacía garabatear en mis lágrimas».

The brave automobiles

Ilustración de William Péne duBois, para «The brave automobiles» (1936).

Tras una referencia del traductor al carácter de la fiesta de los Reyes Magos en la cultura española, Antoniorrobles ofrecía   —106→   diversas reflexiones sobre el carácter de un prólogo dedicado a los niños, en este caso, a los niños de América. Por ello, antes que dedicarse a las teorizaciones que solía incluir en otras de sus obras, Antoniorrobles prefiere contar ahora algunas anécdotas relacionadas con su condición de autor de cuentos infantiles. En la primera de ellas, recuerda cómo en una intervención suya, un caballero que había tomado nota puntual de cada una de sus palabras, resultó ser un policía y no un periodista, como él había creído. La segunda anécdota así recordada es la exclamación espontánea de un niño afirmando que era mentira el que un perro, al lamer con cariño la mano de una princesa, pudiese hacer un agujero en ella. La tercera estaba relacionada con su popularidad como cantador de cuentos en la radio y el desencanto   —107→   de un niño oyente al conocerle en persona y ver que no era tan joven y más gordo que él lo había imaginado. Otras más se referían al concepto de un pintor amigo suyo, sobre que el escribir cuentos para niños era mejor que nada, o a la forma escrita de su seudónimo y la carta de un niño separando el nombre y el apellido, pues así se lo han enseñado en la escuela. En la última se ocupaba del apelativo de «story man», que le enorgullece y que él toma de cómo fue reconocido por un niño durante la visita a una escuela. Así firma el prólogo con su nombre y debajo «The Story Man».

Tales of Living Playthings

Ilustración de Fritz Eichenberg, para Tales of Living Playthings (1938).

[Página 106]

A partir de entonces, con Antoniorrobles establecido -«transterrado»- en México, la aparición de tales traducciones parecen espaciarse, al menos en las publicaciones que he podido conocer hasta ahora.

La última de las traducciones conocidas entre las aparecidas en Estados Unidos, y en esa peculiar relación con la editorial Story Parade, es «Donkey Business», incluido en Animal Story Parade (1951), una selección de cuentos protagonizados por animales ya aparecidos en la revista Story Parade, entre 1946 y 1951. De nuevo, vuelve Antoniorrobles a ser el único autor no anglosajón incluido en una antología dedicada a los niños estadounidenses.

Pueden ser los datos antes reseñados superficiales, o propios de una historia anecdótica más que estrictamente objetiva. Sin embargo, creo que vienen a confirmar la necesaria y rigurosa difusión de nuestros creadores, si queremos romper con esa escasa presencia en otras lenguas y otras culturas. De tal forma, más que de su posible falta de interés o de valores para otras lenguas o culturas -aunque parezca reiterativo, no creemos en ello aunque no podamos negar su posibilidad-, esa carencia de traducciones pudiera deberse al más sencillo desconocimiento o falta de información sobre la realidad de nuestra literatura.

Quizá habría que lamentar aún más aquella afirmación de Paul Hazard sobre que «no hay ningún autor español que haya   —108→   escrito especialmente para la gente menuda y que, al hacerlo, haya encontrado la expresión de su genio peculiar»8, cuya falsedad debemos ir mostrando en la medida de nuestras posibilidades. El fruto será claro: una mejor valoración y un más completo conocimiento de nuestra Literatura Infantil.

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The seven sinners

THE SEVEN SINNERS AND THEIR TURKEY DINNERS

Adapted from the Spanish of ANTONIORROBLES by EDWARD HUBERMAN

Illustrated by Frank Dobias


ArribaTraducciones al inglés (1936-1951)

(1936): «The Camel Who Became a Toy». Translated from the Spanish by Edward Huberman. Illustrated by Grace Paull. En Story Parade, A Magazine for Boys and Girls. Vol. I, núm. 12, December 1936, pp. 5-14. New York: Story Parade.

(1936): «The brave automobiles». Translated from the Spanish by Edward Huberman. With illustrations by William Péne duBois. En Story Parade. A collection of modern stories for boys and girls by celebrated authors, including Walter de la Mare, ... and others. Introduction by Jean Betzner, Ph. D. Teachers College, Columbia University. New York: Story Parade, pp. 311-322.

(1938): «The Camel's son». Translated from the Spanish by Edward Huberman. Illustrations by Frank Dobias. En Story Parade. A collection of modern stories for boys   —110→   and girls by noted authors (The Green Book Parade). New York: The John C. Winston Company, pp. 39-51. Introduction de May Lamberton Becker.

(1938): Tales of Living Playthings. Translation by Edward Huberman. Illustrations by Fritz Eichenberg. New York: Modern Age Books.

How to fool a comet

Ilustración de Emmy Ferand, para «How to fool a comet» (1944).

(1939): «Brother lion». Translated from the Spanish by Edward Huberman. Illustrations by Fritz Eichenberg. En Story Parade. A collection of modern stories for boys and girls by noted authors (The Yellow Book Parade). Chicago: The John C. Winston Company, pp. 285-291. Introduction by Walter de la Mare.

(1939): «Brother lion». Trad. de Edward Huberman. Il. by Fritz Eichenberg. En Story Parade. A Magazine for Boys and Girls. May 1939. Vol. IV, núm. 5, pp. 26-31. New York: Story Parade.

(1939): «Brother watch». Translated from the Spanish by Edward Huberman. Illustrated by Fritz Eichenberg. En Story Parade. A Magazine for Boys and Girls. January, 1939. Vol. IV, núm. 1, pp. 30-36. New York: Story Parade.

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(1939): «Brother watch». Translated from the Spanish by Edward Huberman. Illustrations by Fritz Eichenberg. En Story Parade. A collection of modern stories for boys and girls by noted authors (The Yellow Book Parade). Chicago: The John C. Winston Company, pp. 73-80. Introduction by Walter de la Mare.

(1939): Merry Tales from Spain. Translated by Edward Huberman. Illustrated by Fritz Eichenberg. Philadelphia: John C. Winston Company.

(1940): «The Seven Sinners and Their Turkey Dinners». Adapted from the Spanish of Antoniorrobles by Edward Huberman. Illustrated by Frank Dobias. En Story Parade. A Magazine for Boys and Girls. December 1940, pp. 17-21. New York: Story Parade.

Brother watch

THE WATCHMAKER SAID: «THIS IS BAD, VERY BAD».

Ilustración de Fritz Eichenberg, para «Brother watch» (1939).

(1942): «The Brave Automobiles». Translated by Edward Huberman. Illustrated by Armstrong Sperry. En Stories of Many Nations. Selected and Arranged by   —112→   Irwin H. Braun and D. Edward Safarjian. Boston: D. C. Heath and Company, pp. 556-564.

(1944): «How to fool a comet». Translated by Elisabeth and Edward Huberman. Illustrated by Emmy Ferand. En Story Parade. A Magazine for Boys and Girls. September 1944, pp. 21-28. New York: Story Parade.

(1947): «How to fool a comet». Translated by Elisabeth and Edward Huberman. Illustrated by Emmy Ferand. En R. S. Sutton, E. L. Smither and E. Coleman, The World is Wide. Richmond: Johnson Publishing Company, pp. 454-465.

(1951): «Donkey Business». Adapted from Spanish of Antoniorrobles by Elisabeth and Edward Huberman. Illustrated by Tibor Gergely. En Animal Story Parade. Favourite Stories of Animals from Story Parade Magazine. New York: Garden City Books, pp. 64-68.







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