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Antigua. Historia y Arqueología de las civilizaciones

Conjunto arqueológico de Valentia

Presentación del conjunto arqueológico de Valentia

Valentia fue fundada durante el consulado de Junio Bruto (138 a. C.), tal como narra Tito Livio y ha refrendado ampliamente la arqueología. Su categoría jurídica debió ser la de colonia latina. Las numerosas excavaciones realizadas, especialmente desde 1981, demuestran el carácter plenamente itálico de la nueva ciudad, caso de la arquitectura, el urbanismo, la cultura material y los ritos funerarios, lo que concuerda sobre lo ya sabido de la moneda, su nombre y los seis antropónimos que se conocen de su fase republicana. Se ha localizado la zona oriental del foro de este período, donde se han identificado varias tabernae, unas termas públicas, un horreum y un santuario relacionado con el culto a las aguas. También se han encontrado algunas evidencias del recinto defensivo, como dos de sus puertas.

El desarrollo de esta primera urbe se vio bruscamente truncado por la guerra civil promovida por Sertorio, que supuso su destrucción a manos de Pompeyo, episodio narrado por los historiadores de la Antigüedad y que ha sido fehacientemente corroborado por los contundentes hallazgos arqueológicos, en forma de un potente nivel de incendio en el que no faltan monedas que lo fechan con exactitud.

Valentia sólo volvió a ser reconstruida a fines del reinado de Augusto, aunque hasta la época de los Flavios no experimentó un autentico desarrollo, probablemente ligado a la instalación de la colonia romana, gente nueva que complementaría a los pobladores de la etapa de Augusto. Esta doble llegada de habitantes debe estar en el origen de las dos comunidades en que estuvo organizada la ciudad, los Valentini veterani et veteres, ampliamente representados en la epigrafía.

Las excavaciones en el solar de l'Almoina han permitido conocer el pórtico oriental del foro, la curia, el ángulo sudeste de la basílica, un macellum y un ninfeo. De otras zonas de la ciudad proceden varias casas ricamente ornadas con mosaicos y pinturas murales. Se conocen elementos diversos de la infraestructura urbana, como el viario, el puerto fluvial, el acueducto y otras obras de distribución de agua, además de algún posible santuario periurbano. También hay muchos datos de varias de las necrópolis que circundaban las vías.

Mención especial, por lo inesperado y espectacular, merece la identificación del circo, gran edificio de 350 x 70 metros, que ocupa el lado oriental de la ciudad.

Entre 260-270, Valentia fue destruida pero fue casi inmediatamente reconstruida aunque se redujo el perímetro de la ciudad. A lo largo del siglo IV mantuvo su categoría urbana, al contrario que otras urbes cercanas, caso de Saguntum, que entraron en una rápida decadencia. Durante toda la época tardoantigua la ciudad no sólo conservó sino que aumentó su importancia, convirtiéndose en un importante centro episcopal y en uno de los principales núcleos del dominio visigodo.

En la actualidad se pueden visitar el Museo de Historia de Valencia y los restos de un monumental mausoleo de época visigoda en la Cárcel de San Vicente.

El principal conjunto arqueológico de Valencia es el Centro Arqueológico La Almoina.

Albert Ribera Lacomba
Ayuntamiento de Valencia

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