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ArribaAbajoEntretenimiento XIX.

Tratase de la Religion de los Indios, de sus Entierros, de su disminucion, y de las castas de Mestizos.


Los Indios de la America Meridional, sujetos al Imperio de los Incas, tributaban cultos al Sol, á quien erigieron varios Templos, y sus vestigios aún se conservan: los que no lo estuvieron, y que hasta los tiempos presentes permanecen incultos, sin sujecion, ni señas de civilidad, no se sabe que lo dén al Sol, ni á algun otro objeto determinado; son supersticiosos por herencia; y segun las proporciones que les ofrece la casualidad, suelen tener veneracion á los objetos mas despreciables que se les ofrecen á la vista, aunque sin llegar á la formalidad de darles culto. Lo propio se observa con los de las partes del Norte en las muchas Naciones que habítan sus dilatados territorios. Distintos Franceses han vivido entre estos por espacio de 10, ó 12 años, con el fin de aprender las lenguas; y segun las relaciones que hacen, no tienen ni aun ligeros indicios de Rito, ni de cosa que se parezca a Religion, asegurando no haberles descubierto idéas, que dén luz de tener conocimiento de una primera causa, ni sensaciones, de que dependen de un Criador que lo hizo todo; que para ellos son iguales todos los dias y las horas; que no se les advierte rezo, deprecacion, sacrificio, ni otro, genero de adoracion; y siendo, como vá dicho, supersticiosos, sin atribuir los acaecimientos á una voluntad suprema, se dexa inferir, que sin sujecion á Ley mas que la de la propia voluntad, ni aun siguen la natural en un método regular.

Este modo libre de vida sin precepto, ni ley contra la propension á las pasiones, ni freno que modere los impulsos de los vicios, ha causado mucho daño á varios de los Européos establecidos en aquellos Países, que seducidos con el mal exemplo se hallan entregados al mismo genero de vida, no solo en lo perteneciente á la Religion, sino tambien en las otras costumbres. Estos se hallan retirados por los campos con sus Esclavos, ó Familiares, sin acordarse de dár al Supremo Criador, á quien debemos el sér, y quanto nos concede, el tributo justo de las gracias que el reconocimiento y la obligacion debe ofrecerle.

Los Indios civilizados del Perú conocieron desde el tiempo de los Incas una primera causa; y aunque sus Templos estaban dedicados al Sol, y le daban culto, no dexaron por esto de tener alguna idéa de que habia otra, que era mas poderosa, sin tener necesidad de gyrar continuamente para dár sér y vida á las cosas. Estos consagraron al Sol sus ofrendas, como Deidad mas perceptible á los sentidos, atribuyendole los beneficios, que por medio de su calor y luz recibe la tierra; y ésta fue doctrina que les enseñaron sus Soberanos, y á que no alcanzaron otras Naciones de Indios, que no estaban tan civilizados.

Estos Indios reducidos del Perú tienen ciertos parages conocidos, que de ordinario están en lo alto de los cerros, siendo los que llaman Mochaderos: la vulgaridad pretende ser adonde concurren á idolatrar; con este motivo dicen, que llaman al Diablo, y que tienen largas y frecuentes conversaciones con él. En estos lugares se vén montoncitos de piedras puestas cerca de donde pasa el camino, que son hechos por los Indios, pues cada uno de los que suelen concurrir quando pasa por ellos tiene cuidado de llevar en la mano una piedra, y colocarla en el monton que le pertenece, haciendo asi como ofrenda en esta especie de supersticion que conservan: en lo antiguo practicaban esto los Gentiles con su Dios Mercurio, colocado regularmente en las encrucijadas de los caminos. La palabra Mochadero puede venir de Muchar, que significa besar.

Han participado todas las Naciones de la tierra de la costumbre de honrar los cadaveres de los difuntos, y en esto les han imitado los Indios, manifestando asi las Huacas en donde se enterraban, y juntamente la circunstancia de tener lugares determinados para ello. Semejantes en todo á las del Reyno de Quito y las del Perú se encuentran en la Luisiana: dos de ellas están como 100 leguas mas arriba del Nuevo Orleans, en el camino que vá de los Opelúzas á los Natchitochas, en una habitacion que llaman de Richard, vecino de la Punta Cortada: la figura á modo de tumba ovalada, el tamaño, y la positura en un llano, próximas á las casas de la habitacion, no dexan duda de ser Sepulcros como aquellos, indicandose haber sido dispuestos para algunos Indios de la mayor consideracion; pues para llegar á formarlos necesitaban de mucha gente que concurriese á mudar la tierra de donde la sacaban para ponerla allí y hacer cerros bastante abultados; siendo tambien particular en aquel parage, por no estár en uso entre los Indios de aquellas Naciones enterrarse en este modo, formando semejante genero de Monumentos para la posteridad.

Lo que hacen es formar en alto una especie de Tumba con Cañas puestas unas contra otras, y en ella colocan el cadaver. Estas las hacen ácia uno de los lados exteriores de la Poblacion, y la altura que les dán del suelo es como dos varas; tienen de largo poco mas de lo que ocupa el cadaver. Esta Tumba está sobre unos Pilares de madera; su ancho es una vara, con corta diferiencia, y otro tanto de alto, desde el extremo de los Pilares: con el Difunto ponen cosas comestibles, como Mazorcas de Maiz, y las composiciones que hacen de él; por la parte de afuera, en el Pilar que corresponde á la medianía de la Tumba, por el lado de la cabeza, cuelgan algunas cosas de las que fueron del uso del Difunto, y principalmente manojos de cabellos sueltos sin trenzar, que serán sin duda de las mugeres que viven al tiempo del fallecimiento del marido, en señal del sentimiento de haberlo perdido, y se repara ser el uno de los manojos entero de una cabellera cortada por el tronco, ó atadero, y los otros solo mechones delgados, indicando el mas grueso ser el ofrecimiento que le hace la muger ultima, y los otros de las que yá estaban reformadas; y asi no se vén mas que dos, ó tres de estos mechones. Allí dexan los cadaveres en sus Tumbas hasta que el tiempo los consuma: en los principios no pueden dexar de causar mucha infeccion, transpirando el mal olor por entre las cañas, á menos de que con la resina del Pino, ó de los Cipreses los embalsamen, para moderarlo. No se sabe con firmeza qué es lo que hacen con los huesos despues que quedan separados de las otras partes que se consumen; pero es natural que los quemen, para no dexarlos expuestos á que rueden sobre la tierra.

Reconocese en esto que siguen la costumbre general de todas las Naciones desde los tiempos mas remotos, que guardan á los cadaveres de sus mayores, ó allegados cierta veneracion, preservandolos de que fuesen pasto de los animales, y aun de la tierra, no acostumbrando enterrarlos, asi como se observó en varias Naciones de las mas antiguas; y los Egypcios principalmente los preparaban contra la corrupcion balsamos y resinas, embolviendolos con distintas vandas, y despues los colocaban en los Nichos, ó Sepulcros que hacian, adequados para su conservacion. Tambien se dexa percibir en la circunstancia de ponerles comestibles, sea por el fin que se quisiere interpretar, que conocen no morir el espiritu con el cuerpo, y que tienen idéa de la inmortalidad del Alma; porque de no ser asi, no tendría objeto la ceremonia de acompañarlos con tales cosas. Quál sea el modo en que ellos lo conciben no es facil de averiguar, por ser en sus explicaciones sobre este particular limitadisimos y confusos.

En algunos parages de la parte baxa del Perú, y principalmente en los Pueblos que habia en los Valles de las Capillas y sus contiguos se encuentra otra suerte de Entierros diferente de los de la Luisiana. Estos están en las propias casas, y cada uno tenía el suyo á manera de Panteon: para ello destinaban una de las piezas, cuya capacidad, aunque variaba á proporcion de la voluntad, ó representacion de los dueños, lo regular era tener de 4 á 6 varas en quadro: en el uno de sus ángulos correspondía el lugar sepulcral subterraneo, con 3 varas de largo, 2 de ancho, y de 1½ á 2 de profundo, dandoles la figura oval. Las paredes de estos Panteones, que aún se conservan, eran de piedra de mampostería y barro: su techo lo disponian con troncos de Arboles sin labrar, que servían de vigas, y por encima de estas acababan de cerrar con caña brava y tierra, haciendo suelo firme, que es el que sirve de techo al Panteon, ó Sepulcro. Esta pieza parece que no tenia otro uso: la puerta por donde se entraba en ella solo tiene de alto tres quartas, y de ancho dos tercias; siendo por su estrechéz bien incómoda para entrar y salir; y aunque generalmente las otras de las mismas casas son pequeñas, llega su altura á una vara, y el ancho entre media y dos tercias. En su interior se observan varios nichos, ó alacenas, semejantes á las que se han dicho hablando de las casas de los Indios de la Luisiana, cuyo uso es comun en las del Perú; pero en las piezas destinadas para Sepulcro no las hay, como no necesarias allí.

Es bastante crecido el numero de calaveras que se encuentran en cada uno de estos Sepulcros, como de 30 á 40; unas de personas grandes, y otras de pequeñas, hallandose allí el resto de los Esqueletos: por este número puede congeturarse el de la antiguedad de los Pueblos, mediante que cada matrimonio tenia su casa, y en cada una de estas habia su entierro; y asi suponiendo la famila de 6 personas, y que de estas muriesen 4 en el discurso de cada25 años, vendrian á ser 250 años, y esta la antiguedad de aquellos Pueblos antes de la Conquista. Los Incas, que se sabe haber reynado hasta el ultimo Huascar, en cuyo tiempo terminó su Imperio, fueron 13; y excluyendo á éste, vienen á corresponder los 250 años, entre los 12 que hubo, á 21 años de Reynado unos con otros, que es un tiempo algo corto; pero se debe suponer, que aquellos Pueblos no se civilizaron desde el tiempo del primer Inca, y que sus Entierros y Poblaciones tomarian toda su formalidad despues que fueron juzgados, é instruidos por ellos.

En los Sepulcros se encuentran los vestuarios que usaban, y eran blancos, de algodon, tegidos al modo que ahora lo hacen, con algunas lavores y colores diversos; pero están tan consumidos con el tiempo, que al tocarles se deshacen como si fueran de hiesca. Tambien se encuentra lana de Alpaca; y no viendose la osamenta de este animal, se infiere pondrian con los cadaveres algunas pieles de él, y es regular que fuesen las mismas que en vida le servian para dormir, y de todo se deduce la uniformidad, ó diferiencia que en quanto á ésto observaron las varias Naciones de Indios esparcidas por aquellos vastos Países.

Es opinion por aquellas partes bastante cundida, que ciertas Naciones de Indios mas resueltos, ó de mayor corage que las otras, al vér sojuzgados aquellos Países por una gente estraña, tomaron el desesperado partido de enterrarse vivas con sus familias, huyendo del trance duro de sujetarseles quando no les quedaban esperanzas de defender la libertad: aunque esto fuese asi, y que los de aquellos Valles se señalasen en esta resolucion, nunca se opone á que fuese costumbre en ellos tener los Sepulcros dentro de sus mismas casas, como lo manifiesta lo que se vé en ellas, y la solidéz con que están hechas: el no encontrarsele otro destino, y el no faltar en ninguno de los muchos Pueblos que habia por allí, y acaso la circunstancia de tener á la mano el lugar donde enteramente pudo moverles á tomar esta barbara resolucion: para lo qual era preciso que en cada Pueblo quedáran algunos que cerrasen los Panteones, formando los terraplenes de los suelos en la sala que está sobre ellos en el modo que se encuentran.

Los Indios de la parte del Norte acostumbran el Calumó, que es una Pipa, cuya canalilla tiene como una vara de largo, y de una misma chupan el Tabaco quantos están en la compañía. Este Calumó sirve de cumplido, ó saludo entre ellos, como entre los Européos el brindarse con el vino. El uso del Tabaco es alli bastantemente moderado. Entre los del Perú no se nota introducido, principalmente en los de la parte alta; y en los de la baxa en pocas partes, y en estos no de continuo: en que es digno de advertir, que siendo este fruto propio de aquellas partes, no sea general, ni muy frecuente su admision entre los naturales de ellas; y que en Europa se haya hecho tan comun y necesario, que forma al presente uno de los mas quantiosos Ramos de las rentas de los Principes y el mas seguro, por el gran consumo que de él hay. Los Indios que lo usaban era unicamente en humo; pero en Europa lo gastan en humo, en polvo, y mascado, lo que igualmente conduce á que su expendio sea tan quantioso como á todos es constante.

Los Indios del Norte de la América toman el Tabaco de humo en las Pipas largas que se ha dicho, y estas están engalanadas con labores de varios colores, y colgados de plumas diferentes, cuya moda es la misma que acostumbran los Orientales, que obsequian. á las personas que los visitan, presentandoles Pipa para que fumen, y Café, ó otras bebidas; y asi sin haberse comunicado unas Naciones con otras, convienen entre sí, siendo de las partes mas remotas de la tierra: lo qual arguye, asi por el uso como por el modo, haber tenido principio en un mismo tiempo. Las Pipas, en la parte donde se pone el Tabaco, no son tampoco parecidas á las que usan los Européos, diferenciandose en la figura, asi como lo son en la caña.

No puede juzgarse que el uso del Tabaco en humo vino á los Européos de las Indias Occidentales, porque siendo muy antiguo en el Oriente, era preciso que se comunicase de allí desde que hubo Comercio por tierra de aquellas partes con el Mediterraneo, el qual hacian los Venecianos, antes que los Portugueses descubriesen el paso por el Cabo de Buena Esperanza en 1487; pero lo que no admite duda es, que despues del descubrimiento de ellas se fue haciendo general hasta el termino en que al presente se vé, y que desde entonces empezaron á variarse los métodos de usarlo, advirtiendo los que hay de componerlo; y asi esta moda y el uso del Chocolate, han venido del Occidente al Oriente, aumentandose con ellas las cosas precisas en el uso de la vida.

Es cosa constante irse disminuyendo por todas partes el número de los Indios, bien sea por los estragos formidables que hacen las Viruelas, bien por el uso de las bebidas fuertes y su inmoderacion incapaz de contenerse, bien por la repugnancia que les causa verse sujetos á Naciones estrañas, y precisados á trabajar contra su inclinacion, ó por otras causas menos visibles, aunque son bastantes las antecedentes. En las Islas de Cuba, Santo Domingo, Jamayca, y las demás de aquella parte, sucede en este particular lo mismo que con el Oro y la Plata, que puede dudarse si los ha habido antes de la Conquista, ó á lo menos si eran con la abundancia que se hallaron, segun las pocas señales que subsisten de ellos. En la Isla de la Puna, que está en la embocadura del Rio de Guayaquil, y en todas las Islas de la Costa de Panamá, han faltada tambien los Indios; y lo mismo se observa en los varios Pueblos que habia en las cabeceras de la tierra baxa del Perú, donde empieza á subirse á la alta, en los Valles de las Capillas, el Tapara, Luna Guana, y otros diversos. Los vestigios que subsisten de los muchos que habia en tiempo de la Gentilidad, indícan lo muy poblado de Indios que eran, pues cada quarto de legua, ó cada media legua se encuentra uno con sus casas y calles, dispuestas en toda forma, sin faltarles mas que las techumbres, y al presente están despoblados. Las Naciones comarcanas á las Colonias Européas de la Luisiana, y las que lo están en la parte de la Nueva Inglaterra, se vén tan disminuídas, que se componen de doce ó quince familias cada una, siendo asi, que quando se empezaron á establecer allí los Européos eran crecidas; y sensiblemente se vé su disminucion en el termino de pocos años, dexandose comprehender, que en breve se hallarán enteramente extinguidas como las anteriores. En la parte alta no es tan considerable la disminucion, aunque no dexa de reconocerse bastante, particularmente en los Pueblos que hacían cabeza de Partido, y eran la residencia de los Curacas.

Al paso que se extingue la raza de Indios en aquellas tierras, se pueblan estas de Européos, y de las castas que dimanan de las Africanas; bien que los Negros, en su primer grado no subsisten, á proporcion del quantioso número que se ha introducido de ellos, procedido sin duda como en los Indios de la sujecion que se les impone al trabajo contra la vida holgazana, que ellos usan en sus tierras. En cierto modo parece, que el empeño de los hombres y su ocupacion es transferir las gentes de las dos partes del Mundo antiguo á la Poblacion del nuevo, al paso que las cosas de este, y principalmente la Plata y el Oro por un orden contrario lo sacan de allí para depositarlo en el lodo de la tierra. Por este termino. considerado lo que se han mudado aquellos Países en los primeros tres siglos despues de su descubrimiento y Conquista, se puede suponer, que en el discurso de otros tantos serán muy pocos los restos de Indios civilizados que subsistan, y que con la confusion de mezclas de castas Europea, Africana, é India, vendrán á poblarse enteramente de una raza mixta que participara de todas, sin ser perfectamente de ninguna de las primitivas. Aquel Mundo, nuevo á la verdad para las gentes que no lo conocian, podrá serlo tambien en sus Pobladores, respecto de las otras partes.

Los vecindarios de los Pueblos del Perú se componen en gran parte de Mestizos, que son dimanados de la generacion de Blancos y Indios, cuyas razas ván despues haciendo por grados otras distintas. En la parte baxa hay igualmente con alguna abundancia la de Zambos, que procede de la mezcla de Indios con Negros: en la alta son pocos los de esta especie, por no ser muchos los Negros que ván á ella, á causa de no permitirlo el clima por su mucha frialdad. La de Mestizos proviene en lo general de la procreacion de Indias con Blancos fuera de matrimonio, ó de Mestizos, siendo raros los que se vén de Indios con gente Blanca; porque asi como lo primero se tiene por distintivo apreciable de la calidad, lo segundo es despreciable y vergonzoso, cuya recomendacion se imprime en unos y en otros con la prerrogativa, que los de Blancos en Indias están fuera de la obligacion de pagar tributos, no sucediendo lo mismo con los de Indios y Blancos, que siguen la condicion de los Padres. Esta esencion favorece las generaciones mixtas, dimanando de ello una de las causas de acrecentarse las razas de Mixtos, y disminuirse la de Indios puros; porque es muy raro, y se tiene á cosa vergonzosa y despreciable, aliarse de nuevo las Mestizas con ellos, ó al contrario.

Lo mismo sucede con la raza de Zambos, aunque en el primer grado no es tan comun la esencion de Tributos; bien que siendo una generacion que se equivoca por el color con los Mulatos, no es muy corriente estár sujetos á ellos, y siempre al segundo grado están esentos porque no se mezclan tampoco con los Indios. De ello se origina ser abundantes las generaciones que resultan de Indias, quanto mayor es la disminucion de los Indios puros, que segun su importancia, para toda suerte de trabajos en aquellos Reynos, recomiendan la aplicacion de todos los medios conducentes á que se mantuviesen á lo menos, yá que no fuese posible que se acrecentasen. Esta ha sido una de las principales politicas del Gobierno; pero la experiencia hace vér no ser suficientes las precauciones dirigidas á este fin, y que sería conveniente establecer, que los tr á bajos de cultura de Tierras, de Minas, las Manufacturas, ú Obrages, y los oficios mecanicos, se hiciesen indistintamente por la gente Blanca como por los Indios, si n que en ello hubiese distincion, en cuyo modo se iría entablando este régimen y despues de conseguido no sería tan sensible su disminucion. Solo en los Países poseídos por los Españoles miran con desprecio los Blancos tales trabajos, pues en las Colonias de las otras Naciones, y en lo que se estiende la Nueva Inglaterra, es la gente blanca Européa, la que se ocupa en ellos sin distincion alguna, del mismo modo que lo practican en Europa: siendo el modo de que estén bien Pobladas, aprovechadas sus tierras, opulentas, y ricas, con las producciones que dán.

No sería obra dificil conseguirlo asi, siempre que por el Gobierno se expidiesen y sostuviesen con empeño las providencias convenientes, acomodadas á su logro; y sin alterar en lo demás, las sábias y justas Leyes, por donde se gobiernan, se adelantaría extinguir el crecido número de gente vagamunda y ociosa que llena aquellos Países, haciendola util en alguna carrera, cuya politica contribuiría no poco al fomento de las Minas, pues habría mas que se dedicasen á trabajarlas en todas sus manipulaciones, y que se estableciesen formando familias, que es la máxima que han llevado las otras Naciones para poblar las suyas, y que florezcan hasta el estado opulento en que se hallan.