Visor de obras.

  —197→  

Entre tantos problemas sin resolución como oscurecen todavía los anales patrios, cuenta el autor de la Historia eclesiástica de España, el Sr. D. Vicente de la Fuente, el principio del Patriarcado de las Indias occidentales, con no ser de aquellos sucesos que tocan en los tiempos fabulosos. El descuido en algunos escritores y la ligereza con que otros redactaron sus apuntes han ocasionado confusión que el diligente académico no logró desvanecer del todo, según así refiere¹⁹⁷.

«El origen de esta dignidad es algo oscuro, y nuestros historiadores apenas han podido señalarle una fecha segura. Méndez Silva, al hablar de ella, dice así¹⁹⁸: «Escriben algunos que el Sumo Pontífice Pío V, á petición del rey Felipe II, erigió una dignidad patriarcal de las Indias occidentales ad honorem y que residiese en España; debe ser confirmación, porque el Dr. Salazar de Mendoza asegura, y es lo cierto, que ya en el año de 1522 existía, reinando Carlos V.» Lo mismo dice el maestro Gil González Dávila, y añade que el papa Clemente VII lo concedió el   —198→   año 1524, siendo el primer Patriarca D. Esteban Gabriel Merino, cardenal y obispo de Jaén. Otros (y entre ellos los anotadores de Salvagio) han retrasado el origen de esta dignidad nada menos que hasta el reinado de Felipe III, designando por primer Patriarca á D. Diego de Guzmán. Finalmente, no ha faltado quien dió el título de primer Patriarca de las Indias á Fr. Bernardo Boil, que debió pasar á las Indias con la primera misión de frailes, aunque al parecer no llegó á verificarlo¹⁹⁹. Tal es la oscuridad que reina en un punto tan honorífico para nuestra Iglesia, dando lugar á ello la incuria en que han yacido nuestros archivos por siglos enteros. Lo que hay de seguro acerca de este particular es, que D. Fernando el Católico solicitó ya (1513) del papa León X, recién subido al pontificado, que nombrase Patriarca de las Indias al arzobispo D. Juan de Fonseca, y para obispo del Darién recién descubierto á Fr. Juan de Quevedo. Mas no era el objeto de aquel sabio y profundo monarca el crear un título sine re, sino que el Patriarca de las Indias residiese en España, con objeto de activar y dirigir todo lo necesario para la expedición y salud espiritual de aquellos países: el rey solicitaba al mismo tiempo tener en ello la intervención que legítimamente le correspondía, como dueño de aquellos países y patrono de las iglesias que en ellos se fundaran.

«La ambición de los Patriarcas orientales (y en especial el aulicismo de los de Constantinopla) había sido fatal para la integridad de la Iglesia. Por ese motivo la Santa Sede no quiso que esta nueva dignidad llegase á ser una cosa real y verdadera; con este objeto impuso y sigue imponiendo excomunión al Patriarca que pase á las Indias occidentales, á fin de evitar que en aquellos vastos y remotos países la ambición pudiera reproducir las tristes escenas representadas por los Patriarcas bizantinos. Además, el Patriarca, como tal, carece de clero, súbditos y de toda clase de jurisdicción, llevando un título de mero honor. Las jurisdicciones que acumula hoy en día como procapellán y vicario general castrense son independientes de esta dignidad.

  —199→  

«Los nombres de los Patriarcas del siglo XVI se han reunido con alguna vaguedad, al parecer, pues ni aun se citan las épocas en que principiaron á usar aquel título; pero desde principios del siglo XVII se presenta su cronología con exactitud.» Hasta aquí el Sr. La Fuente.

El cual puso entra los apéndices de su Historia eclesiástica²⁰⁰, extracto de la petición hecha por el rey D. Fernando el Católico, y ya antes la había publicado íntegra D. Martín Fernández de Navarrete²⁰¹. La Academia de la Historia posee otra copia auténtica²⁰² digna de repetición, por ser un importante documento. Es de esta guisa:

«El rey. Mosen Geronimo de Vich, de mi Consejo y mi embajador en Corte de Roma: porque entre las otras mercedes y beneficios que de Dios nuestro Señor habemos recibido, el mas principal es las victorias que en su ayuda habemos habido contra los infieles enemigos de nuestra Sancta fé católica, sojuzgando y reduciendo á la obediencia de nuestra Sancta madre la Iglesia muchas tierras y provincias que estaban ausentadas della y convirtiendo muchas ánimas de infieles, que en ellas habitan, por el bautismo á su Redemptor, y continuando en este Sancto propósito como cosa que mas deseo en este mundo, ahora ha placido á la Providencia divina que allende estas islas y tierras descubiertas en la parte de las Indias del mar Océano, descubrir una grande parte de tierra, que así por su grandeza como por no se haber podido descubrir al derredor, que en sola una parte de costa se han descubierto mas de mil y quinientas leguas, como porque han hallado en ella diversos géneros de animales, que en las otras islas no se han hallado animales de cuatro pies, se cree que es tierra firme, la cual está poblada de grande multitud de gente que parecen mas razonales y mas capaces, instruidos y doctrinados en las cosas de nuestra Sancta fé, que los que hasta aquí se han hallado, de que espero que nuestro Señor será muy servido, y   —200→   deseando que tanta multitud de ánimas se salve, y á nuestra Sancta fé católica se acerquen todas, no teniendo respeto á los grandes gastos y trabajos que en ello se acercan, enviamos ahora una gruesa armada, así de navíos como de gente, para que juntamente con otra gente de armas que por nuestro mandado y á nuestra costa están en la dicha tierra, sojuzguen aquellas bárbaras naciones, las traigan al yugo y obediencia de nuestra Sancta madre la Iglesia y las aparten de la infidelidad en que están, y de diversos y grandes errores con que el enemigo las tiene sojuzgadas; y para que nuestro deseo se cumpla en hacerlos cristianos, demas de la gente de guerra son necesarias personas espirituales, para que con su doctrina y ejemplo las animen y enseñen, y con palabras y con obras traigan al verdadero conocimiento de la salud de sus ánimas, y por que las tales personas, unas han de ser para lo ir á hacer en persona y otras para lo favorecer y encaminar desde acá, y el muy reverendo en Cristo Padre Don Juan de Fonseca, arzobispo de Rosario, nuestro Capellan mayor, y de nuestro Consejo, de claro linaje y de los principales nobles de estos reinos, como sabeis, desde el principio que las Indias se descubrieron hasta agora y al presente, por nuestro mandado se ha ocupado y ocupa en la provision y gobernacion dellas, y por su industria y vigilancia, diligencia y cuidado, con muy probada facilidad, sin otro interés alguno, salvo por servir á nuestro Señor y cumplir nuestros mandamientos, ha sido y es causa muy principal de muchos bienes que en las dichas Indias han sucedido y suceden, y siempre continua sus trabajos para con lo porvenir, con mucho celo que las ánimas de todas aquellas gentes se conviertan á nuestro Señor, y se espera segun la grandeza de la tierra que despues de sojuzgada con la ayuda de nuestro Señor, se instituirán de diversos títulos de iglesias en ella, suplicareis de nuestra parte á nuestro muy Sancto Padre, por virtud de la nuestra carta de creencia, que va con esta, que habiendo consideracion á lo subsodicho y al servicio tan señalado de nuestro Señor y acrecentamiento de nuestra Sancta fé católica que dello se espera seguir, mediante su ayuda, plega á su Santidad que sobre las iglesias que se irigieren de aquí adelante en la dicha tierra de las Indias, que generalmente toda la provincia se llama Castilla   —201→   del Oro, instituya al dicho arzobispo D. Juan Rodriguez de Fonseca universal patriarca de toda ella, conforme á los otros patriarcados que hay en la Iglesia, de cuya institucion, segun sus méritos y doctrinas, ejemplo y fidelidad, y la mucha experiencia que tiene de las dichas Indias, y gran deseo y fervor de convertir á las gentes que en ellas se hallan, á nuestra Sancta fé católica, esperamos en nuestro Señor será muy servido y nuestra Sancta fé católica aumentada, y reducidas á ella las almas de la gran multitud de gente que la dicha tierra habitan, y que la iglesia principal y cabeza del dicho Patriarcado sea en el lugar que el dicho Don Juan de Fonseca, con licencia y consensu nuestro señalare en la dicha tierra, porque agora, hasta mas saber della no se puede bien señalar, por que sabida se señalará más cómodamente, y por que en la dicha tierra hay muchas y diversas provincias, como arriba se dice, y así ha de haber muchas y diversas iglesias catedrales, placiendo á nuestro Señor, entretanto que tierra se sojuzga es necesario que en la provincia donde agora está el pueblo de los cristianos, que es la provincia que se ha de llamar Bética aurea, y la iglesia del pueblo se llama Nuestra Señora de Antigua, le plega criar y erigir un obispado de la iglesia catedral deste nombre, debajo del dicho Patriarcado, y porque el docto Padre Fray Juan de Quevedo, fraile de la órden de San Francisco de la observancia, predicador que agora es de nuestra real capilla, el cual por su vida y ejemplo y mucha prudencia y eminentes letras y mucha doctrina, ha regido diversos oficios de Provincial y Guardian de la provincia del Andalucía muchos años, y esperamos por la mucha esperiencia que del se tiene en las dichas cosas, será nuestro Señor muy servido en quel sea proveido con este dicho obispado, y nos le enviamos á requerir con este cargo, y el bien de lo mucho que en el puede servir á nuestro Señor y á Nos, acebtado de ir luego á la dicha armada á entender en la conversion de la dicha gente, por ende suplicareis á su Santidad nos conceda dos facultades: la una por que Nos y los subcesores en esta Corona real de Castilla, ó la persona que para ello señaláremos en nuestro nombre, pueda agora y ende aquí adelante limitar y señalar los límites y diócesis en la dicha tierra, así para las dichas iglesias y obispado de Nuestra Señora de   —202→   Antigua, de la provincia del Darien, que ahora se llama Bética Aurea y al presente se ha de instituir y criar, como para las que adelante se instituyan y criaran; la otra ha de ser para hacer la particion y division de los diezmos de las dichas Iglesias de Nuestra Señora de Antigua y de las que adelante se criarán é instituirán y para señalarles los réditos del dicho Patriarcado; los cuales diezmos, puesto caso que tenemos gracia y donación dellos concedida por la Sede apostólica, porque vayan luego perlados á entender en la conversion de aquella gente bárbara, daré en nombre de la Serenisima Reina y esposa, mi muy cara y amada hija así como se fueren criando las dichas iglesias, ecepto las tercias que esto ha de quedar para la Corona Real destos reinos perpetuamente, y pues Nos habemos de hacer la donacion de los dichos diezmos, razon es que el repartimiento dellos, así de los que se dieren al Patriarcado, como á los obispados, se haga por la persona que nombráremos para ello, y que su Santidad nos envie la dicha Comision y la Comision para hacer la Cruz de la dicha Iglesia de Santa María de Darien, venga dirigida al dicho muy Reverendo in Cristo Padre Arzobispo de Rosano, nuestro Capellan mayor, que como veis, esto es caso que cumple tanto al servicio de nuestro Señor y á la conversión y salud de las ánimas de tan innumerables gentes y acrecentamiento de nuestra Sancta fé católica, por servicio nuestro que en todo hagais la solicitud y diligencia que convenga, como de vos esperamos, y supliqueis y procureis con su Santidad y con los muy Reverendos Cardenales que os pareciere que podrá en ello aprovechar, y inviedes el despacho de todo lo subsodicho lo mas brevemente que pudieredes, que en ello me servireis mucho. De Valladolid á 26 dias del mes de Julio de 1513 años. Yo el Rey. - Refrendada del Secretario Conchillos.»

Tratando precisamente de D. Juan de Fonseca en escrito leído á la Academia recientemente²⁰³, tuvo que limitarme á tan escasos antecedentes, no hallando mención alguna del resultado que tuvieron en Roma las gestiones del embajador Mosén Jerónimo   —203→   de Vich; pero posteriormente las he visto negativas, acreditando que mientras vivió el arzobispo D. Juan de Fonseca, ó sea hasta el 13 de Noviembre de 1523, fecha de su fallecimiento, no acordó la petición la Santa Sede, ni aun en el tiempo que la ocupó Adriano Florencio de Utrech, ósea Adriano VI, que, como Regente de España, había despachado los asuntos de Indias y conocía muy bien la expedición del Presidente primero del Consejo, ya por entonces obispo de Burgos.

D. Juan Bautista Muñoz descubrió indicios de que muy poco después se cumplieron los deseos del monarca aragonés, apuntándolos en su Colección de documentos de Indias²⁰⁴, al registrar los que vió en el convento de Santo Domingo de Málaga, de este modo:

«Varios papeles tocantes á la reformacion de la Iglesia en el siglo XVI, copiados, sin duda, en Roma. Empieza con Decreta varia consistorialia ab anno 524 ad 1616.» El 1.º es la ereccion del Patriarcado de Indias en Antonio arzobispo de Granada. El 2.º el nombramiento del mismo Patriarcado en D. Fernando Niño. Ambos los vi en Simancas.

Acudiendo con tan interesante aviso á lo escrito de la vida del citado arzobispo por D. Francisco Bermudez de Pedraza²⁰⁵, hallé comprobación, entresacando para lo que importa al objeto presente, que habiendo sido maestro del infante D. Fernando y obispo de Mallorca, por nombramiento de la reina Doña Isabel, sucedió en la Sede de Granada. Doña Juana le dió el alto cargo de Presidente de Castilla en 1519, ocasionándole no pocos sinsabores en el alzamiento popular, por tratar de prenderle los Comuneros; pero en 1524 fué proveído á la iglesia de Palencia (que era entonces más rica) con título de Patriarca de las Indias, dignidad creada á este efecto por la Santidad de Clemente VII, y por cierto llevó á mal el ascenso el santo Fr. Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia, y persuadió á los prelados que iban al Concilio de Trento procurasen se determinara en él que los obispos no   —204→   dejasen sus primeras esposas por otras más ricas, dando señal de poco amor y mucha codicia.

Tomó D. Antonio de Rojas posesión de la iglesia de Palencia á 7 de Julio de 1524, y por Noviembre de 1525 fué trasladado á la de Burgos, en sustitución de D. Juan de Fonseca. Falleció en Junio de 1526.

Otro historiador eclesiástico²⁰⁶ agrega curiosas circunstancias, sincerando el arzobispo del cargo de avaricia. Por ser natural de esta tierra, dice, quiso más la mitra de Palencia que la de Granada, y el papa Clemente VII, porque no bajase de la dignidad arzobispal, e crió Patriarca de las Indias, que fué el primero que obtuvo esta dignidad.

Si cupiera admitir error en la compulsa de los documentos de las iglesias de Granada y de Palencia que separadamente registraron estos historiadores, lo desterraran otros conservados en esta Academia: las cartas originales dirigidas por el duque de Sesa, avisando al Emperador de la promoción²⁰⁷. En la que tiene data 19 de Mayo de 1524 dice²⁰⁸:

«La promucion del arzobispo de Granada á la iglesia de Palencia se ha hecho, y hásele dado título de Patriarca de las Indias, que no ha sido pequeña jornada. Despáchanse las bulas y irán conformes á las de Toledo.»

En otra de Roma, á 4 de Junio del mismo año, repite²⁰⁹:

«Ya escrebí que lo de la iglesia de Palencia era despachado con título de Patriarca de las Indias. Irán las bulas con este despacho por via del banquero que ha pagado lo que cuestan, como es costumbre. Van al estilo del arzobispado de Toledo.»

Del recibo viene á dar testimonio el Índice ya citado de los papeles del Consejo de Indias, con esta anotación²¹⁰:

«1524, Octubre, 2. Patriarca de las Indias llama el Emperador al Obispo de Palencia en cédula de esta fecha.»

  —205→  

Parece con esto perfectamente clara la prioridad de D. Antonio de Rojas en el Patriarcado de las Indias occidentales, y sólo falta conocer la fecha precisa de la ereccion, aproximadamente incada en la primera carta del duque de Sesa. Este nuevo dato, con el de los sucesores inmediatos del primer Patriarca, se contienen en las notas del referido D. Juan Bautista Muñoz, al tratar de los papeles vistos en el archivo de Simancas.

Escribe a la letra²¹¹:

«Entre los Div.s de la Sala de Indias hay los siguientes:

Apuntamiento simple que parece sacado de algun Diario de las actas del Consistorio Romano. En el dorso dice:

1. Patriarchatus. El apuntamiento así:

Referente Rom. S. S. Quatuor. - 11 Maii 1524 erexit ecclaem. Indiae nominandam per Sanct. Suam in provintiam, cui providit de persona Antonii Areh. Granat. quem etiam transtulit ad ecclaem. Palentinam. (Era D. Antonio de Rojas. Vid. Los autos del Opo. de Zamora en el índice del archivo de Simancas.)

2. Provisio Patriarchatus Indiarum. A presentacion del emperador. Per obitum Antonii Patriarchae Ecclae. patriarchali praefécit Gabrielem nuper Archiep. Barensem (sic) a cuius ecclae. vinculo eum absolvit. Dat Romae 3 id. Sep. 1533.

En el Aposento de Patronato Real antiguo, Div. de Castilla, leg. 5 hay de este el siguiente, papel original:

S. S. tit. S. S. Joan. et Pauli S. R. E. Presb. Card. Giennensis. - Por la presente hacemos fee que habemos dejado el nombre y título del Patriarcado de las Indias que teniamos, ansi como por esta le dejamos y prometemos... que... en ningun tiempo usaremos mas del dicho nombre y titulo... Roma 22 Octubre 1534. Ita est.s. (Stephanus) Card.lis Giennen.m.upr.ª - Paulus. Ricc.ºSecr.

Pero no parece que tuvo efecto esta dejacion.

3. Provisio Patriarchatus Indiarum. Per obitum Gab. Card. Giennensis qui apud sedem Apost. obiit, praeficit Ferdinandum nuper Archiep. Granat. atque ab huius ecclae. vinculo eum absoluit. Dat. Romae 8 id. oct. 1546.

A entrambos titulos siguen letras de S. S. Clero civit. et Dioc.   —206→   Indiar., Populo eiusd., universis vasallis Indiar., univer. Suffragan. Indiar. ut dicto Patriarchae tanquam membra capiti obediant, &c.

En el catálogo real de España de Rodrigo Mendez de Silva se dice que el primer Patriarca de Indias fué D. Esteban Gabriel Merino, Cardenal y Obispo de Jaen; el segundo D. Antonio de Rojas, el 3.º D. Fernando Niño de Guzman, Presidente de Granada, Arzobispo de Sevilla, Inquisidor general.

Entre los tomos de Verzosa, en el segundo rotulado Pacis ae foederum, fol. 106 á 208 hay varios apuntamientos, entre ellos, este²¹²:

8. Octobris 1546. D. Ferdin. Niño Arch. Granat. a vinculo quo eccl. Granat. cui tunc praerat tenebatur, absolvit; atque ad praesent.em Cesaris ad Patriarchalem ecclam. Indiarum tunc per obitum Gabrielis tit. S.S. Joan et Pauli dum viveret Pbri. Card. apud sedem apostolicam defuncti vacantem transtulit; quae eccla, sede patriarchali et capitulo caret, et cuius fructus nulli sunt... Ecclam. Granatensem per huiusmodi traslationem vacare decrevit.

Añade, habiendo acabado de hacer arzobispo de Sevilla á D. Fernando de Valdés, que era obispo de Sigüenza, y se ausentaba, nombró á Niño por Gobernador en lo espiritual y temporal quoad viveret, del arzobispado de Sevilla.»

Probablemente tienen relación con las primeras bulas de erección los siguientes asientos del índice general de los papeles del Consejo de Indias²¹³.

«1529, Noviembre, 19. Al Secretario Sámano se ordenó que diese al arzobispo de Santiago, Presidente de Castilla, las dos bulas de la Concesion de las Indias, para que las pusiese en el archivo del Consejo.

Diciembre, 4. Dióse poder al Ldo. Zainos, fiscal de Indias para sacar algunos traslados de las dichas bulas ante el arzobispo de Toledo, por provision de esta fecha.»

No conoció Muñoz, según se advierte, un trabajo especial del siglo XVII que hoy posee la Academia de la Historia en la colección   —207→   de Salazar, B, 21. El autor buscó con diligencia las noticias en el Archivo del Patriarcado, á que tenía fácil acceso, agregando no pocas citas de autores locales que le servían para formar las biografías de los patriarcas; y á fin de que hubiera constancia del método y aun de la persona, las consignó en la Introducción y Dedicatoria. En resumen, expresa que él, D. Lázaro Díaz del Valle y de la Puerta, natural de la ciudad de León, como era caponcillo y tenía buena voz, tuvo ingreso en el Colegio de la Real Capilla, donde estudió música, no pareciendo ajenos á su destino dos tíos que figuraban en la Corte: tesorero general de S. M. y contador de resultas el uno, y sumiller de la cava de la infanta, reina de Francia, el otro. Sirvió después como cantor en la dicha Capilla; fué paje del Patriarca de las Indias D. Diego de Guzmán, y más adelante familiar ó criado de D. Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, patriarca también, de quien se dice hechura. Leyendo historias en estos tiempos, se inclinó al estudio tan diferente, dice, de la nobilísima y liberal arte de la cristiana música, su primera profesión, y alcanzando título de coronista de S. M., «escribió para el Rey y otras personas obras genealógicas, políticas é históricas de grande estudio, adornadas del dibujo y divina poesía en romance y latin, y de otras nobles y liberales artes é ilustres ciencias de mucha curiosidad é importancia.» La presente se titula:

«Ilustracion genealogica de el muy illustre y excelentissimo Sr. Don Alonso Perez de Guzman el Bueno, Patriarcha de las Indias, Arzobispo de Tyro, Mayor capellan y Limosnero del muy católico Rey de las Españas y Emperador de América, D. Felipe IIII el Grande, N. Señor. Compuesta por D. Lázaro Diaz del Valle y de la Puerta, natural de la ciudad de Leon, que humilmente se la ofrece, dedica y consagra a su S. Illma. con un catálogo de todos los Sres. Patriarchas de las Indias que ha auido; con el origen desta Dignidad Patriarchal; y de los Señores Capellanes mayores que han tenido los catholicos señores Reyes de España; y del nombre de Capellan y de Capilla. Año del Señor 1656. Y un índice de los Sumilieres de cortina con las genealogías de los Capellanes de honor y Predicadores de su Mág. que en tiempo de su Illma. han tomado posesión.

  —208→  

Tomo en folio manuscrito, con escudos, árboles y retrato del Mecenas, de mano del mismo autor.

De los patriarcas puso ocho biografías, empezando por D. Antonio de Rojas, conforme en haber sido el primero que gozó de la dignidad creada ad honorem por el papa Clemente VII en 1524, y acabado el libro, en época posterior advirtió faltar en la serie D. Fernando Niño y D. Antonio de Fonseca, y los intercaló por nota escrita y firmada en el margen; de modo que son diez los patriarcas enumerados, sin biografía los últimos.

Cita para la de D. Antonio de Rojas á Gil González Dávila, Teatro de Burgos; á D. Pedro González de Mendoza, Historia del Monte Celia de Ntra. Sra. de la Salceda; á D. Prudencio de Sandoval, Historia de Alonso VI; y á Silva, Tratado de los maestros y ayos de Príncipes.

Para D. Fernando Niño, á Ortíz de Zúñiga, Anales de Sevilla; Dávila, Teatro de Orense; Salazar, Advertencias históricas.

Para D. Juan de Guzmán, el conde de Mora, Discursos históricos; Salazar de Mendoza, Vida de San Ildefonso.

Para D. Pedro González Manso, Dávila, Teatro de Tuy; y Sandoval, Antigüedades de la ciudad de Tuy.

Para D. Andrés Pacheco, Colmenares, Historia de Segovia; Salazar, Advertencias históricas; Dávila, Teatro de Cuenca.

Este último autor, en otros libros, singularmente en el del Teatro de la grandeza de Madrid, le guía en las demás biografías.

Hasta aquí nuestros archivos.

Gaetano Moroni Romano²¹⁴ asienta que en el archivo del Vaticano ex minut. Brevium. Clem. PP. VII, lib. 28, núm. 182, se hace mención del título de Patriarca de las Indias occidentales conferido por León X á Antonio de Rojas, antes arzobispo de Granada y á la sazón obispo de Palencia, y que Clemente VII lo confirió á Esteban Gabriel, obispo Giennense, así:

«Licet alias fel. re. Antonium archiepiscopum Granatensem a vinculo, quo ecclesiae Granatensi tenebatur, absolverit, seu nos   —209→   absolverimus, eumque ad ecclesiam Palentiae tunc certo modo vacantem transtulerit seu transtulerimus... et ne ipso Antonius ad ecclesiam cathedralem trauslatus digniore titulo careret, ad suplicationem regis catholici in insulis Indiarum patriarchalem ecclesiam erexerit, seu erexerimus, et illi, ab illius primaeva erectione vacanti, de persona dicti Antonii providerit, seu nos providerimus: tamen nec Antonius ipse literas super erectione et provisione patriarchalis ecclesiae expedivit, nec ipsa ecclesia hactenus constructa et dotata fuit.... sicut praefatus Antonius sine literarum expeditione patriarcham Indiarum se denominavit, et patriarchae nomen habuit.... ita et tu.....»

Al cual Esteban Gabriel Merino, nombrado, creó cardenal el mismo Clemente VII en 1533.

Explica después Moroni cómo el papa Pío V unió en 1572 la dignidad de Patriarca de las Indias á la de Capellán mayor de la Corte de España, pero sin jurisdicción sobre las iglesias de Indias, y aun sin poder pasar al otro lado del Océano sin licencia presa de la Santa Sede, y cómo por sucesivas patentes dadas desde el año de 1603 al de 1617, consta que el capellán mayor gozaba pensión de 8.000 ducados sobre espolios de las iglesias de Méjico y el Perú.

Que el primer Pontífice que acordó facultades y jurisdicción al Patriarca de las Indias, por su oficio, fué Inocencio X en 26 de Setiembre de 1644, por súplica de Felipe IV. Clemente XII, en breve de 4 de Febrero de 1736, concedió al Patriarca pro tempore et ad septennium, como vicario general de los reales ejércitos, la facultad que antes disfrutaba el capellán mayor arzobispo de Compostela, de vicario general de dichos ejércitos. Benedicto XIV confirmó la concesión en 2 de Junio de 1741 con la calidad de capellán mayor. Clemente XIII la prorogó por otros siete años en el breve de 10 de Marzo de 1762, Quoniam in exercitibus, y en otro breve de 14 de Marzo de 1764 esclareció varias dudas que habían ocurrido. Pío VI expidió en 8 de Abril de 1777 el breve Charissime in Christo fili, con la declaratio pro rege catholico quoad loca et personas comprehensas in territorio parrochialis ejus regiae cappellae.

Con esto explana todas las atribuciones y prerogativas del Patriarca,   —210→   con advertencia de no poder usar las vestiduras propias de los otros patriarcas, sino las de los obispos. Por último, dice que en el Anuario Notizie di Roma se registran por orden de jerarquía en el sexto lugar, después del Patriarcado de Venecia y antes del de Lisboa, constando las siguientes nominaciones:

• 11.) ANTONIO MANRIQUE DE GUZMÁN, por Clemente X, arzobispo de Tiro in partibus en 15 de Diciembre de 1670, y patriarca en 22.
• 12.) ANTONIO DE BENAVIDES BAZÁN, por Inocencio XI, arzobispo de Tiro en 10 de Abril. de 1679, y patriarca en 8 de Mayo.
• 13.) PEDRO PORTOCARRERO Y GUZMÁN, por Inocencio XII, arzobispo de Tiro en 27 de Agosto de 1691, y patriarca en 20 de Noviembre.
• 14.) CARLOS DE BORJA Y CENTELLAS, por Clemente XI, arzobispo de Trebisonda in partibus en 20 de Julio de 1705, patriarca en 3 de Octubre de 1708 y cardenal en 1720.
• 16.) ÁLVARO DE MENDOZA, por Clemente XII, arzobispo de Farsalia in partibus en 20 de Enero de 1734, y patriarca, creado cardenal por Benedicto XIV en 1747.
• 17.) BUENAVENTUBA DE CÓRDOBA SPÍNOLA, por Clemente XII patriarca en 6 de Abril de 1761, y cardenal en 29 de Noviembre.
• 18.) FRANCISCO JAVIER DELGADO, por Pío VI, arzobispo de Sevilla en 30 de Marzo de 1778, patriarca y cardenal en 1.º de Junio.
• 21.) ANTONIO DE SENTMANAT Y CASTELLÁ, obispo de Ávila, Pío VI, patriarca en 25 de Junio de 1784 y cardenal en 1789.
• 22.) RAMÓN JOSÉ DE ARCE, arzobispo de Zaragoza é inquisidor general, por Pío VII, patriarca en 26 de Agosto de 1806.
• 23.) FRANCISCO ANTONIO CEBRIÁN Y VALDA, obispo de Orihuela por Pío VII, patriarca en 10 de Julio de 1815 y cardenal en 23 de Setiembre de 1816.
• 24.) ANTONIO ALLUÉ Y SESSÉ, obispo de Gerona, por Pío VII, patriarca en 8 de Enero de 1821.

Aunque la noticia es amplia, dista de ser completa, omitiendo, entre otras cosas, la incorporación al Patriarcado de las Indías del Vicariato especial de la Armada, distinto del de el Ejército, y que tenía el obispo de Cádiz hasta el año de 1762, en que por bula del papa Clemente XIII se uniesen ambos á perpetuidad,   —211→   y se confirieron al Patriarca de las Indias occidentales²¹⁵.

No es tampoco del todo exacto respecto á la dotación señalada sobre las iglesias de Indias. El referido índice general de los papeles del Consejo de Indias lo acredita en los siguientes asientos:

«1603. El Patriarcado se erigió y se proveyó en Juan de Guzmán, sumiller de Cortina y entretanto que se le situaba dotación, se le señalaron 6.000 ducados en los novenos de las Indias, de que se situaron 1.500 en las Iglesias de Lima desde 16 de Diciembre de 1602 que fué el dia que las bulas se expidieron, á 23 de Junio. Esto se puede situar en vacantes²¹⁶.

1606. El Patriarcado se erigió á instancia del rey Felipe III y se suplicó que se dotase con 10.000 ducados situados por pension ó en otra forma, en las iglesias de las Indias. Fué presentado Juan de Guzman, Sumiller de Cortina, y por su muerte D. Juan Bautista de Acevedo, obispo de Valladolid Inquisidor general, y por no haber llegado de Roma la resolacion de la dicha situacion, se hizo en los novenos reales, y en los de la Puebla (Nueva España) se situaron 1.500 ducados que corriesen desde l.º de Enero de 606 á 16 de Abril, y otros 1.500 en los de México²¹⁷; 2.500 en los de los Charcas y en los dos obispados que aquel se dividieron, 28 de Enero, y corrió desde 1.º de Enero de este año, en el Cuzco otros 2.500 y en Lima 2.000²¹⁸.

1608. El Patriarca D. Juan Bautista de Acevedo resignó el obispado de Valladolid, por lo cual pareció poca renta la de 10.000 ducados del Patriarcado, y se le aumentaron á 20.000, duplicando las situaciones hechas en los novenos, y así en los de Mexico se le mandaron pagar 3.000 á 12 de Febrero y otros tantos en la Puebla²¹⁹.

A la Iglesia de Mexico se le dieron los dos novenos por seis años á 26 de Junio de 600, y luego se le dieron hasta fecha de esta merced, que fué á 16 de Diciembre de 608, menos lo que   —212→   montase lo consignado al Patriarcado, y luego se le prorrogó por dos años más, dicho dia²²⁰.

1609. Por muerte del Patriarca D. Juan Bautista de Acevedo Presidente de Castilla, sucedió en el Patriarcado D. Pedro Manso, tambien Presidente de Castilla y se le señalaron los dichos 20.000 ducados y se le mandaron pagar por cédula de 21 de Febrero de 1609²²¹.

Falleció D. Juan Bautista de Acevedo á 8 de Julio de 608²²².

1611. Los 20.000 ducados de la dotacion del Patriarcado de las Indias, se aplicaron por cinco años á la fundacion del monasterio de la Encarnacion desta villa, por decreto del Rey y auto del Consejo á 30 de Mayo de 1611. Estaban en el Perú situados los 14.000 en los novenos, 4.000 en la iglesia de Lima, 5.000 la del Cuzco, 5.000 en la de los Charcas. Estaba entonces el triarcado en D. Pedro Manso, Presidente de Castilla que murió á 30 de Noviembre de 1610 y se suspendió la presentacion y la renta se aplicó á lo susodicho²²³.

1612. A la Iglesia de Mexico prorrogacion por cuatro años de lo que resta de los dos novenos, cumplida la situacion del Patriarcado, 25 de Setiembre²²⁴.

1628. De la renta del Patriarcado se dieron por una vez 8.000 ducados de ayuda de costa al Conde de Monterey y 12.000 para proseguir la obra del Panteon del Escurial á 24 de Mayo²²⁵.»

El referido Sr. D. Vicente de la Fuente publicó²²⁶, como ilustración del asunto, la demarcación del territorio que corresponde á la jurisdicción mayor de Palacio, según el expediente seguido en la Nunciatura apostólica; Real cédula dada en Aranjuez á 31 de Mayo de 1777, por la cual se manda cumplir el Breve de Su Santidad en que se ratifican los límites tratados en la demarcación   —213→   anterior y se establece la parroquialidad de la Real Capilla. Breve de Su Santidad prorogando por siete años el vicariato general castrense en 1862. Próroga del mismo en 1869.

Publicó asimismo, con vista de la de D. Antonio Alcedo²²⁷, la serie de los patriarcas de las iglesias occidentales, y con la del caballero Moroni Romano y las aclaraciones conseguidas puede considerarse definitiva la formada de este modo:

• 1. D. ANTONIO DE ROJAS, arzobispo de Granada, obispo de Ávila 1524.
• 2. D. ESTEBAN GABRIEL MERINO, obispo de Jaén y cardenal, 1533.
• 3. D. FERNANDO NIÑO DE GUEVARA, obispo de Sigüenza, presidente y arzobispo de Granada, 1546.
• 4. D. ANTONIO DE FONSECA, obispo de Pamplona y presidente de Castilla.
• 5. D. JUAN DE GUZMÁN, arcediano de Guadalajara, canónigo de Toledo, sumiller de cortina, limosnero y capellán mayor de los reyes D. Felipe II y III, 16 de Diciembre de 1602.
• 6. D. JUAN BAUTISTA DE ACEVEDO, obispo de Valladolid, inquisidor general y presidente de Castilla, 1605.
• 7. D. PEDRO MANSO, oidor de Pamplona y de Granada, alcalde de corte, presidente de Valladolid y luego del Consejo de Castilla, arzobispo de Cesarea, 1609.
• 8. D. DIEGO DE GUZMÁN, arzobispo de Sevilla y cardenal, 1610.
• 9. D. ANDRÉS PACHECO, inquisidor general, 1625.
• 10. D. ALONSO PÉREZ DE GUZMÁN, capellán de reyes nuevos de Toledo, 1626.
• 15. D. JUAN DE LANCASTER Y NOROÑA, duque de Abrantes, obispo de Cuenca, 1733.
• 19. D. CAYETANO ADZOR, abad de la Granja, arzobispo de Selimbria, 1781.
• 20. D. MANUEL VENTURA DE FIGUEROA, gran canciller de la Orden de Carlos III, gobernador del Consejo, comisario de Cruzada, arzobispo de Laodicea, 1782.
—214→

• 22. D. RAMÓN JOSÉ DE ARCE, inquisidor general, arzobispo de Zaragoza, 1806²²⁸.
• 24. D. ANTONIO ALLUÉ Y SESSÉ, obispo de Gerona, 1821²²⁹.
• 25. D. JUAN JOSÉ BONEL Y ORBE, obispo de Córdoba, 1843, cardenal arzobispo de Toledo.
• 26. D. ANTONIO DE POSADAS RUBÍN DE CELIS, obispo en otro tiempo de Cartagena, 1847.
• 27. D. TOMÁS IGLESIAS Y BARCONES, obispo de Mondoñedo, 1851²³⁰.
• 28. D. FRANCISCO DE PAULA BENAVIDES Y NAVARRETE, obispo de Sigüenza, 1875, después cardenal y arzobispo de Zaragoza. - Cesó en virtud de Real decreto de 21 de Julio de 1881.
• 29. D. JOSÉ MORENO MAZÓN, 1881; renunció el 16 de Junio de 1885, pasando al arzobispado de Granada.

Se interrumpió en este prelado la serie especial de los Patriarcas de las Indias occidentales, convenido con la Santa Sede la agregación de esta dignidad al arzobispado de Toledo. El Breve

por el cual se nombra al actual tiene fecha 21 de Abril del año corriente, y por consecuencia se ha publicado el siguiente Real decreto:

«En virtud de la facultad que me confiere el Breve expedido por Su Santidad León XIII en 21 de Abril último, y conforme á   —215→   lo establecido en las Letras Apostólicas de Benedicto XIV de 27 de Junio de 1753,

«Vengo en designar para ejercer la jurisdiccion de mi Capellan Mayor pro tempore al Emmo. Cardenal de la Santa Iglesia Romana Fray Zeferino Gonzalez y Diaz Tuñón, Arzobispo de Toledo. Dado en San Ildefonso á 5 de Agosto de 1885. - Alfonso. - El Ministro de Gracia y Justicia, Francisco Silvela.»

CESÁREO FERNÁNDEZ-DURO.