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1

El texto seguido es el de la segunda edición de Martín de Riquer (Barcelona: Editorial Juventud, 1950). La cita presente viene de la página 21. En adelante, los lugares citados se indicarán en el texto del ensayo. Es éste revisión de una conferencia pública, cuyo estilo hablado no se ha eliminado enteramente. (N. del A.)

 

2

El único estudio dedicado al mismo tema, de que tengo noticia, es el de Victoriano Ugalde, «La risa de don Quijote», Anales cervantinos, 15 (1976), 157-70. El enfoque es distinto, orientándose el estudio hacia teorías sicológicas de la risa. (N. del A.)

 

3

Observa Aristóteles que, a diferencia de la tragedia, la comedia no ha tenido historia, ya que en los primeros tiempos nadie la tomaba en serio. Añade que cuando se empieza a hablar en serio de los poetas cómicos, la comedia había adquirido forma definitiva ya. (Poética 1449a.37) Por otra parte, como se sabe, no ha llegado hasta nosotros aquel apartado de la Poética en donde Aristóteles trataba del arte cómico. -Sobre la carencia de una doctrina cómica, véanse las observaciones de P. E. Russell, «Don Quijote as a Funny Book», MLR, 64 (1969), 319. -Una tentativa reciente, muy sugestiva, de llenar el hueco teórico señalado, es la de Anthony Close en «Cervantes' "Arte Nuevo de Hazer Fábulas Cómicas en este Tiempo"» (Cervantes, 2 [1982] 3-22). En él se complementa lo poco dicho por Cervantes con un análisis de su práctica, resultando de ello una exposición persuasiva de lo que pensaría en su madurez acerca de su arte cómico. El presente ensayo se acerca al tema en forma más limitada y más contextual, fijándose en la praxis cervantina en una zona «ejemplar» de lo cómico. (N. del A.)

 

4

«Locus enim, et regio quasi ridiculi... turpitudine et deformitate quadam continetur» (De oratore 2.58.236). Parece hacerse eco Cicerón de una observación pasajera de Aristóteles en el sentido de que lo risible «no es sino una subdivisión de lo feo» (Poética 1449a.33). No aporta más Quintiliano al observar que «a derisu non procul abest risus», citando luego la opinión referida de Cicerón (Institutio oratoria 6.3.8). (N. del A.)

 

5

Bien podría verse en la alegría risueña del encuentro de Sancho con el morisco Ricote y demás peregrinos la energía regeneradora de aquella risa carnavalesca puesta de relieve por Mikhail Bakhtin, risa propia no de un individuo sino de «todo el pueblo» (Rabelais and His World, trans. Helene Iswolsky [Cambridge: MIT Press, 1968], pp. 11-12). Pero es de notar que la alegría brota a la vez de circunstancias particulares y emociones personales: la emancipación del ex-gobernador, por decirlo así, y su reunión conmovedora con un antiguo vecino y buen amigo desafortunado. Se imponen, a mi parecer, ciertas reservas para con el aserto de Bakhtin de que en Cervantes, la risa carnavalesca deja ya de imperar por ir restringiéndose lo risueño a la «esfera personal del individuo aislado». Diríase más bien que este episodio, lo mismo que otros, se caracteriza por una integración muy cervantina de ambas esferas. Por otra parte, la risa franca que comparten Sancho y don Quijote en el episodio de los batanes, que se comenta a continuación, aún cuando no sea prolongada, contribuye a desvirtuar otro aserto de Bakhtin: el de que en don Quijote sólo se nota «la seriedad mezquina de la pretensión espiritual» (p. 22). (N. del A.)

 

6

«Sudden glory, is the passion which maketh those grimaces called LAUGHTER; and is caused [en las personas] either by some sudden act of their own, that pleaseth them; or by the apprehension of some deformed thing in another, by comparison whereof they suddenly applaud themselves» (Leviathan [1651] [Oxford: Basil Blackwell, 1955], p. 36). (N. del A.)

 

7

Se notará que, al indicar Cervantes en forma tan explícita en qué consiste el humor, adquiere éste un tono algo forzado, muy excepcional dentro de la naturalidad con que suelen brotar las «gracias» de la persona de Sancho. ¿Sentiría Cervantes que ha extremado aquí la ingeniosidad verbal a expensas de lo que hoy se llamaría una comicidad de carácter? (N. del A.)

 

8

Salas Barbadillo, uno de varios aprobadores de las Novelas ejemplares, se refiere a ellas en su aprobación de 1613 como «un libro intitulado Nouelas exemplares, de honestissimo entretenimiento..». (ed. Schevill-Bonilla [Madrid: Gráficas Reunidas, 1922], I, 13). Podría tratarse de un título más amplio propuesto inicialmente por el mismo Cervantes. (N. del A.)

 

9

B. W. Wardropper, «La eutrapelia en las 'Novelas ejemplares' de Cervantes», Actas del Séptimo Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas (Roma: Bulzoni Editore, 1982), I, 155-56. La cita subsiguiente de Aristóteles, la hace Santo Tomás en la Suma teológica, Parte Segunda, Segunda parte, Cuestión 168, Artículo segundo: «De como la modestia consiste en los movimientos exteriores del cuerpo». (N. del A.)

 

10

Ver P. E. Russell, art. cit., y Anthony Close, The Romantic Approach to «Don Quixote» (Cambridge, Eng.: Cambridge University Press, 1978), con la importante reseña de éste por Lowry Nelson, Jr., Cervantes, 2 (1982), 89-95. -Por otra parte, el artículo de Close arriba citado (Nota 3) trasluce una visión más matizada de los propósitos de Cervantes como artista cómico y tiene cuenta de aquella esfera de comicidad de que brota lo que he llamado la risa de simpatía. (N. del A.)