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21

Véase a otro propósito «Name and Fame: Shakespeare's Coriolanus», The Renaissance Imagination Essays and Lectures by D. J. Gordon, ed. de Stephen Orgel (Berkeley: University of California Press, 1975), pp. 201 ss. Don Quijote muestra a cada paso que no hay invención sin memoria. Junto a la imitación surge la burla, como ocurre en el seguimiento del capítulo II del Orlando Furioso de Ariosto. Véase Geoffrey Stagg, «La primera salida de don Quijote: imitación y parodia de sí mismo», Clavileño 4, 22 (1953), 4-10. Téngase en cuenta que el orador debía practicar la imitación de los modelos y aprender en compañía de los clásicos. Don Quijote va, claro, más lejos al llevar, como se sabe, la imitación a la práctica vital. (N. del A.)

 

22

Aristóteles, Del sentido y lo sensible y de la memoria y el recuerdo, ed. de F. P. Samaranch (Madrid: Aguilar, 1982), pp. 14 y 17. Para este autor es fundamental la asociación de ideas. La imagen o fantasma es un diseño interior que se graba en nosotros con fuerza y que no desaparece por la ausencia del objeto, quedando así impresas las formas sensibles en la memoria. También señala la libertad de evocación y la escala jerárquica de la intelección: conocimiento sensible, imagen y memoria (Ibid., pp. 29-30). (N. del A.)

 

23

Otro tanto ocurre en la aventura de los mercaderes (I, 104), éstos entrarán en el juego mimético, aunque don Quijote acaba apaleado. También en el dolor opera la transformación de sus actos en hazañas caballerescas. (N. del A.)

 

24

Huarte, opus cit., p. 353. (N. del A.)

 

25

Obras de [doña Oliva] Sabuco de Nantes (Madrid: Establecimiento Tipográfico de Ricardo Fe, 1888), p. 92: «La imaginación es un afecto muy fuerte y de grande eficacia, es general para todo, es como un molde vacío que lo que le han echado imprime. Y así si la imaginación es de afecto, que mata, también mata como si fuera verdad» . La imaginación obra tanto en la vigilia como en el sueño y siempre con apariencia de verdad. (N. del A.)

 

26

Aristóteles, Del sentido y lo sensible y de la memoria y el recuerdo, pp. 17-8. (N. del A.)

 

27

Ibid., p. 85. Para él recordar es reexperimentar y partiendo de los lugares, obrar por analogía (Ibid., p. 96). Don Quijote en este sentido es verdaderamente ingenioso, por su gran capacidad asociativa. (N. del A.)

 

28

A. A. Parker, «El concepto de la verdad en el Quijote», RFE, 32 (1948), 287-305, señaló cómo Cervantes era consciente de los engaños de los sentidos y lo relativo a la verdad. No sólo don Quijote, todos los personajes falsean la realidad. Esta es razonable, nada ambigua. Son los hombres los que la someten -diríamos- a una permanente falsificación. (N. del A.)

 

29

Sobre el haz de narradores, J. J. Allen, «The Narrators, The Reader and Don Quijote», MLN, 91 (1976), 201-2 y James A. Parr, Don Quixote. An Anatomy of Subversive Discourse (Newark, Delaware: Juan de la Cuesta, 1988), pp. 21-40. Parr señala hasta qué punto Cervantes cuestiona el principio de autoridad, lo mismo que Ralph Flores, The Rhetoric of Doubtful Authority. Deconstructive or Self Questioning Narrativies, St. Augustine to Faulkner (Ithaca y Londres: Cornell University Press, 1984). El autorretrato del autor y la cuestión de la auctoritas ya se plantearon en la obra de Dante. Desde los Topica, XX de Cicerón, éste fue recurso retórico que implicaba apariencia de verdad. A Don Quijote le preocupaban, no obstante, más los héroes que los autores, lo que desplaza tal fundamento retórico al plano de los modelos épicos de fama. (N. del A.)

 

30

Aristóteles, opus cit., pp. 88-9. El tiempo tiene, según él, una gran importancia en el recuerdo (p. 98). «Cuando un hombre recuerda actualmente no puede suponer que no lo hace, y recordar sin ser consciente de ello» (p. 100). (N. del A.)