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61

«Open Letter», p. 104. That Cervantes knows how ridiculous this attitude is may be shown by one of the maxims in his solicited miscellany: «La mujer ha de ser como el armiño, dejándose antes prender que enlodarse» (IV, 1). (N. from the A.)

 

62

See Secular Scripture, p. 68 ff. for a discussion of froda. (N. from the A.)

 

63

Lecture on Don Quixote Part II at the Newberry Library, Chicago, August 2, 1982. I would like to thank the National Endowment for the Humanities for a grant to attend Professor Ruth El Saffar's Summer Seminar on the prose canon of Cervantes. My position on the issue of the desiring woman in the Persiles has been greatly enriched by El Saffar's reading of Cervantes' entire opus, as expounded in her forthcoming book, Beyond Fiction: The Recovery of the Feminine in the Prose Works of Cervantes (Berkeley: Univ. of California Press, to be published fall, 1983). (N. from the A.)

 

64

E. C. Riley, «Symbolism in Don Quixote, Part II, Chapter 73», Journal of Hispanic Philology 3 (1979), 161-74. (N. del A.)

 

65

Aunque algo arcaico, emplearé el término «agüero» en este estudio, para no diferir del que emplea Cervantes. (N. del A.)

 

66

Miguel de Cervantes Saavedra, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, ed, Francisco Rodríguez Marín (Madrid: Atlas, 1948), IV, 194-95. El subrayado es mío. De aquí en adelante las citas que se refieran a esta edición se anotarán entre paréntesis en el texto. (N. del A.)

 

67

Un estudio de los agüeros podría llevar a la conclusión de que dentro del sistema existen dos códigos: 1) en el que se hace referencia a agüeros «buenos» (caps. 4, 8 y 58); y 2) en el que se hace referencia a agüeros «malos» (caps. 9, 22 y 41). Como indica Riley, en el 73, debido a la intervención de Sancho, los malos agüeros iniciales se convierten en uno bueno. Habría que estudiar la relación de los agüeros dentro de cada código, en particular, la relación entre el 58 y el 73, o sea, entre las imágenes de los santos a caballo y la imagen que describe Riley, de don Quijote sobre Rocinante, con la liebre y la jaula de grillos en sus manos. Véase Riley, pp. 169-70. (N. del A.)

 

68

Todos los demás constan de uno solo. El capítulo 73 resulta de interés especial puesto que la intervención de Sancho introduce lo que podría ser un tercer agüero. (N. del A.)

 

69

Pedro Ciruelo, Aprouación de las supersticiones y hechizerías, intr. Alva V. Ebersole (Valencia: Albatros, 1978). La división que cito y a que me refiero a continuación está en las pp. 62-63. (N. del A.)

 

70

Hay sub-divisiones más detalladas de las señales que Ciruelo denomina auguria. En el Dictionnaire Infernal, Collin de Plancy explica: «Gaspard de Peucer [teólogo alemán] dit que les augures se prenaient de cinq choses: 1° du ciel; 2° des oiseaux; 3° des bêtes à quatre pieds; 5° de ce qui arrive au corps humain, soit dans la maison, soit hors de la maison». Véase: Jacques Collin de Plancy, Dictionnaire Infernal (Paris: Mellier, 1894), p. 60. (N. del A.)