11
Sobre este concepto de virtud y su posibilidad de benéficos influjos en el género humano, véase sobre todo: J. Cadalso, C. M., c. XXVIII, pp. 155-158.
12
J. Cadalso, C. M., c. LXX, p. 256.
13
Ibídem, c. IV, p. 93.
14
Ibídem, c. X, p. 122.
15
Ibídem, c. XL, p. 180.
16
Ibídem, Introducción, p. 79.
17
Ibídem, c. LXXX, p. 279. Consúltese también la c. XLIV, p. 189 en la que al hombre se le define como quien «sabe viciar hasta las virtudes mismas».
18
J. Cadalso, C. M., c. LXXXIV, p. 289 y Escritos, cit., p. 114.
19
Carta a Tomás de Iriarte (probablemente de 1774) en J. Cadalso, Escritos..., cit., p. 95.
20
Carta a Juan Meléndez Valdés, escrita en latín desde Montijo (probablemente de 1775), en J. Cadalso, Escritos..., cit., p. 108: «Quid enim nisi amicitiam probis viris dare potuerunt boni Divi, ut humanae vitae miserandam sortem aliquo ferre modo valeamus?... «nihil, nihil profecto, miseris hominibus solatium praebet, nisi amicitia».