Burdeos, 7 de diciembre 1835. Queridos padres: Acabo de llegar a esta hermosa ciudad y continúo mañana mi viaje. Debo llegar del 15 ó 16 a Madrid, si no me detiene la nieve o la falta de carruajes. Excusado es decir que no tardaré en pasar a Navalcarnero. De todas suertes vean ustedes qué hay por esa de confortable porque llevo cuatro meses de dieta rigurosa, y de París a Madrid no habré probado más que un caldo diario: voy sin embargo bueno contra el parecer de dos famosos médicos de París. Lo mismo fue ponerme en viaje que empezó la mejoría a ser tan grande, que me doy a pensar que si el viaje dura un par de días más de lo preciso, he de morir todavía de exceso de vida.
Hasta la vista. Su amantísimo hijo (Rúbrica) |