Visor de obras.

Volumen 3 - carta nº 32

Madrid, 28 febrero [1878]

Mi querido amigo: No he escrito a Vd. antes por no saber á dónde dirigirle la carta. Al cabo recibí hoy la de Vd. del día 25 donde me dá las señas de su habitación.

Mucho me alegro de que llegase Vd. bien ahí y de que lo pase mejor.

Yo estoy nada más que regular, lo cual me aburre, porque quisiera estar muy bueno, no por egoísmo de verme buena, sino para trabajar como una fiera, realizar muchos planes literarios y salir de muchos empeños y compromisos.

Apesar de que el tiempo no me cunde, lo tuve para ver a Dorregaray, quien está ya decidido a publicar sus hereges de Vd. Escriba Vd., pues, á Caminero, me vea, se entienda conmigo o me entregue el manuscrito.

Con Dorregaray no he hablado aun de precio; pero le he dado a entender que conviene que su obra de Vd. sea comienzo de una Biblioteca Dorregaray, como hay en Francia Biblioteca Charpantier, y otras; que cada tomo, en 8.º, debe constar de 300 Á 400 páginas, y que es menester pagarlos regularmente, cuando salgan. ¿Se contentaría Vd. con 8.000 rs. por tomo? Claro está que yo no trataré de vender la propiedad, sino una edición de cierto número de ejemplares. No tenga Vd. cuidado, que todo se hará lo mejor posible, si Vd. me da sus poderes.

Su artículo II sobre Gómez Pereira, aunque rápidamente visto por mí, que enmendé muchas erratas, ha de llevar aún infinitas. ¿Qué le hemos de hacer? La imprenta de la Revista de España es abominable.

Si tiene Vd. vagar para ello, haga de parte mía una visita a mi hermano, el marqués de la Paniega, que vive en esa ciudad, y á quien ya le anuncio en carta su visita de Vd.

Me es imposible ser hoy más extenso. Otro día escribiré con más reposo. Vd. escríbame.

Soy su afmo. amigo

Valera - Menéndez Pelayo, p. 22-23.