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Volumen 7 - carta nº 470

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A   JUAN VALERA

Madrid, 30 marzo 1886

Mi muy querido amigo: Debo contestación a más de una carta de Vd. y empiezo pidiéndole mil perdones por la tardanza.

El tomo de las Poesías está ya completamente impreso por lo que toca a las poesías mismas, pero faltan las notas en que ahora me ocupo. Estas notas debían ser largas, pero no podrán serlo porque el tomo tiene ya cerca de 500 páginas, que es excesivo bulto para un volumen en octavo pequeño. Si Appleton o algún otro editor hacen nueva colección de los versos de Vd., entonces se podrán ampliar las notas que ahora, por la razón antedicha, tienen que ser brevísimas.

Remití á Vd., hace tiempo, un ejemplar del tomo 4.º de la Historia de la Estética, pero de su silencio infiero que debe de haberse extraviado. Por eso mando hoy otro, certificado, con sobre a Wáshington, porque espero que todavía le ha de encontrar a Vd. en esa capital, y si no, el Sr. Muruaga, o quien sea, cuidará de remitírsele a Vd. a Nueva York o adonde se halle. Quiero que le lea Vd. y me diga qué tal le parece.

El proyecto editorial que Vd. lleva a Nueva York me enamora y me parece espléndido. Una publicación de libros castellanos para América, hecha en grande escala y con sentido común, sería ventajosísima para todos, contribuiría al esplendor y difusión de nuestra literatura y anularía y sepultaría para siempre en el olvido las malas y groseras ediciones que salen de las prensas de París, atestadas con feísimas e intolerables erratas e hijas de un sórdido anhelo de lucro, incompatible con todo buen gusto literario y tipográfico. Téngame Vd. al tanto del resultado de ese asunto. Por lo que pueda a Vd. interesar, le diré que la casa de Baudry no publica nada hace mucho tiempo y está en quiebra o poco menos.

Se ha impreso aquí el primer tomo de las Memorias de D. n Antonio Alcalá Galiano, divertidísimo e importante libro, no sólo por la muchedumbre de datos históricos que contiene y que sería empeño vano buscar en otra parte, sino por las singulares y chistosas confesiones que el autor hace ofreciéndonos un tipo psicológico de los más dignos de estudio. Es libro de una especie desconocida en la literatura española moderna, por lo candoroso, verídico y sincero. Después, y a modo de apéndice, van a publicar sus Poesías.

Supongo que a estas horas habrá visto Vd. ya el Buch der Lieder de E. Heine, traducido por Pérez Bonalde fidelísimamente, según yo alcanzo, y a veces con primor de versificación y de estilo. Le he felicitado en una carta, que él pone entre los preliminares, al lado de un prólogo del amigo Fastenrath. El poeta valenciano Teodoro Llorente acaba de publicar otra versión del mismo Cancionero, que también me parece apreciable, aunque no iguala, ni con mucho, a la de Bonalde. Tal es, a lo menos, mi primera impresión. De todas maneras Heine va teniendo fortuna entre nosotros. Buena falta nos hace que se traduzcan fiel y directamente los poetas extranjeros, en medio de la penuria de buenos líricos originales que comienza a sentirse en España. Figúrese Vd. que este año (fuera del poema catalán de Verdaguer) no hemos visto otra cosa que las sandias y disparatadas aleluyas de Campoamor y una leyenda infantil de Núñez de Arce, que está mejor escrita, pero que, así y todo, vale harto poco.

Apruebo el proyecto de terminar Vd. cuanto antes su Metafísica a la ligera. Lo que de ella hay impreso es de lo mejor y más profundo que Vd. ha escrito en su vida y de lo más original que ha traducido el pensamiento español contemporáneo. Acábelo Vd., por Dios, y acábelo pronto.

Hasta ahora no he recibido ni del Ministerio de Estado ni del vice-cónsul de Nueva York los libros a que se refiere Vd. en su grata del 11. Como no puedo creer que se hayan extraviado, los espero de un momento a otro. Las Poesías de Whittier y las de Russel Lowell me vendrán de perlas para las notas, porque es imposible obtener aquí las obras de estos poetas.

Suyo siempre y de todo corazón

M. Menéndez y Pelayo

 

Valera-Menéndez Pelayo, p. 255-257.