Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

Volumen 8 - carta nº 282

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A   JUAN VALERA

Madrid, 5 marzo 1887

Mi muy querido amigo D. Juan: No sé cómo se le pasa a uno el tiempo en este Madrid, sin hacer aquellas cosas que más quisiera. Para mí, una de las más agradables es escribir a Vd., y sin embargo, hasta hoy no he tenido un momento para hacerlo.

Comprendo que Vd. se aburra, y creo que para disipar esas tristezas debe Vd. venirse esta primavera y pasar aquí un mes por lo menos, lejos de diplomacias y entregado al trato de sus buenos amigos. Si no, acabará Vd. por ponerse malo de aprensión y de tedio.

Me he informado de lo relativo a los estudios de Luis. Para la enseñanza libre no hay matrícula; puede pedirse el examen en cualquier época del año. Las asignaturas del año preparatorio para Derecho son: Metafísica, Historia de España y Literatura General. El profesor de Metafísica es Ortí y Lara, y tiene por texto la Filosofía Elemental, del P. Zeferino González. La cátedra de Historia de España está desempeñada por un sustituto; no creo que tenga señalado texto; los discípulos usan varios Manuales, entre ellos uno del Sr. Beltrán y Rózpide, que parece ser el preferido. El catedrático de Literatura es Sánchez de Castro, que-según dicen-publicará pronto una obra de texto; entretanto, los muchachos tienen que tomar apuntes. En el primer año de la carrera de Derecho propiamente dicha, se aprenden: Derecho Natural, Economía Política y Derecho Romano (primer curso). Para Derecho Natural no creo que haya más que apuntes. En las otras dos clases sirven de texto las obras de los respectivos profesores, D. Melchor Salvá y D. Julián Pastor, el primero de Economía y el segundo de Derecho Romano.

Me parece una majadería que no quieran en Fomento prestar el Atlas de Deventer, pero me dijo Tamayo que habían sido inútiles todas sus instancias para convencer a aquellos covachuelistas.

No me explico la tardanza de Catalina en echar a la calle el tomo II de las obras de Vd. El tal Catalina es uno de los mayores desidiosos que conozco, y esta desidia suya perjudica bastante al buen éxito de sus publicaciones. Cuando salga el tomo, cuidaré de repartir los ejemplares que Vd. me indica. Me parece que debe Vd. dar uno a Corina, aunque no la ha puesto en lista.

Estoy ansiando leer ese artículo IX de los Apuntes. En mi opinión, no debe Vd. afanarse por acabar pronto. Si se necesitan doce artículos, ¿por qué no escribirlos? Dé Vd. a la materia toda la extensión que al principio pensó. Uno de los puntos que hasta ahora no ha tocado Vd., y sobre el cual deseo que Vd. nos diga su parecer, es la novela rusa contemporánea y la influencia que empieza a ejercer en la literatura francesa contemporánea. Hace poco leí sobre esta materia el libro de un Sr. Vogüé, que me pareció interesante y bien escrito. Como esto es nuevo en España,. y aun en Francia comienza ahora sobre todo por la lectura de Tolstoi, juzgo que puede dar motivo a una carta muy amena.

Aquí salen pocos libros. Armando Palacio Valdés acaba de publicar una novela en dos tomos. He leído el primero, y me parece tibio y descolorido. Veremos si se levanta en el segundo. A. Palacio tiene talento y huye de los excesos naturalistas, pero no de sus pesadeces y trivialidades. Aspira a copiar la vida sin omitir detalle, y llena sus libros de fárrago. No sé quién sea ese Sr. Lapoulide de quien Vd. me habla.

Me alegro mucho de que se haya decidido Vd. a escribir a Cánovas pidiéndole el prólogo. No creo que Cánovas entienda mucho de novelas, pero como tiene entendimiento, siempre dirá algo ingenioso, y además en España todo el mundo le hacer caso sobre cualquiera materia que trate. Por lo demás, las novelas de Vd. no necesitan que nadie las pondere ni realce.

No aparte Vd. de la memoria el proyecto de traducción de Hesíodo, ni el de los poemas ibéricos primitivos. Pero, ante todo-terminados los Apuntes- debe Vd. ponerse a acabar la Metafísica a la ligera.

Adiós, y créame siempre su mejor amigo

M. Menéndez y Pelayo

 

Valera-Menéndez Pelayo, p. 355-357.