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Volumen 7 - carta nº 439

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A   JUAN VALERA

Madrid, 6 febrero 1886

Amigo mío queridísimo: No ha sido falta de voluntad mía lo que ha retardado la contestación á sus dos últimas tan gratas para mí como todo lo que procede del más excelente y querido de mis amigos. Pero en este Madrid se pasa el tiempo yo no sé cómo, y levantándose uno con el propósito de hacer cincuenta cosas, se halla a la noche con que apenas ha hecho ninguna. Las más agradables, como lo es siempre para mí el escribir a Vd., suelen ser las más sacrificadas, por lo mismo que aspira uno a hacerlas con todo reposo y tranquilidad de espíritu.

Quería, además, dar á Vd. la buena noticia de hallarse impreso el tomo de sus versos, pero desgraciadamente la imprenta vá despacio, aunque tenemos ya tiradas más de las dos terceras partes del libro, que resultará bastante abultado, aun sin contar con las notas, que no podrán ser muy extensas, dadas las proporciones que el libro ha tomado. Gran variedad de cosas vá en él, y, a mi entender, no se ha publicado en España, desde hace muchísimos años, una colección de versos tan amena, tan curiosa y tan libre de monotonía.

Á éstas horas debe de estar Vd. ya preparando sus bártulos para volverse á España, antes de irse á Bruselas. No necesito encarecer á Vd. el placer que tendremos todos sus amigos de aquí, y yó más que ninguno, en verle después de tan larga ausencia.

No sé si gana Vd. trocando á Washington por Viena, pero de fijo ganamos los que le queremos bien y nos holgamos de tenerle cerca.

No se olvide Vd. de traerme de los Estados Unidos algunos libracos de los que más puedan interesarme, así de poesía y amena literatura como de teología y filosofía, especialmente los autores excéntricos y que revelan modos de pensar raros ó desconocidos en Europa.

Encontrará Vd. muy apagado aquí el movimiento literario. Campoamor há publicado un tomo de simplezas en dísticos á manera de aleluyas, que titula Humoradas. Núñez de Arce ha hecho un nuevo poema, más interesante y más sencillo que otros suyos. Cánovas ha escrito un prólogo inmenso para la colección dramática de Novo y Cólson. En él, como en todas sus cosas, descubre mucho talento, pero las ideas parecen prendidas con alfileres, y la erudición resulta un tanto atropellada y de aparato. De todas maneras, me parece trabajo notable y casi inverosímil en un hombre rodeado de tan graves y continuos afanes políticos.

Donde hay mucha actividad literaria és en Cataluña. Verdaguér (que, á mi entender, es el mayor poeta de mayores dotes que al presente tenemos en España, aunque un tanto contagiado de víctor huguismo pomposo) acaba de publicar un largo poema, Canigó, donde hay trozos tan brillantes y espléndidos como los mejores de la Leyenda de los Siglos. También ha aparecido en Cataluña un novelista llamado Ollér, que, á mi juicio, vale muchísimo. Su último libro, Vilaniu , es una joya de primor de estilo y delicadeza de observación. Sigue en algo las huellas de la escuela naturalista, pero con aliento propio y con cierto buen gusto ingénito. Le há de agradar á Vd.

Por si acaso llega todavía á tiempo, remito certificado por el correo el cuarto volúmen, que acabo de publicar de mi Historia de la Estética en España. Quisiera que Vd. le leyese y me dijera su parecer sobre él, y especialemnte sobre la Introducción, que ha gustado mucho a Clarín y otros amigos, de los pocos que en este país leen estas cosas.

Adiós: créame siempre su mejor amigo

M. Menéndez y Pelayo

 

Valera-Menéndez Pelayo, p. 248-249.