Carta de Vicente Blasco Ibáñez a María Blasco del Cacho1
Valencia, 17 de septiembre de 1887
Transcripción
Vicente Blasco Ibáñez
-[fol. 1r]-
[Membrete:]
V. BLASCO IBÁÑEZ
VALENCIA
Setiembre 17/87
Mi adorada Marujita, nenita mía:
No puedes figurarte cuán inquieto he estado al ver que no recibía carta tuya.
Como había leído en El Correo una gacetilla que envió Luis Ortega y que hablaba de que durante la corrida de todos de Villavieja se había venido abajo un tablado, yo me figuré lo menos que vosotras estabais en él y que tú del susto o de algún golpe estabas en la cama.
No puedes pensar con qué ansia estaba yo hoy aguardando que viniera el cartero porque tú aún no sabes lo que yo te quiero, -[fol. 1v]- chatita mía.
Por fin, cuando ha venido y me ha dado tu carta he tenido una alegría muy grande.
He leído tu carta tres o cuatro veces y después le he dado tres o cuatro besitos a la firma que tienes tan bonita, quedándome tan contento como si te los hubiera dado a ti.
Nenín mío, ¿estás enfadada conmigo porque te digo que a ti nada te importa los asuntos políticos? Yo no quería decirte esto; no, amor mío.
Yo quería decir que como son asuntos muy áridos a ti no te daría gusto el conocerlos y no te divertirían.
Pero en fin, ya que me dices que sí, te hablaré -[fol. 2r]- de todo lo que suceda en el partido.
Por ahora, señora política, no hay nada que decir.
Como los gremios se han deshecho se han repartido los muebles que habían en la oficina.
Y mi papá se ha traído a casa y me lo ha dado a mí una mesa de ministro como la que tú tienes en casa, aunque más pequeña, y un sillón de rejilla muy bonito.
Yo los he puesto en mi cuarto y allí están muy bien.
Cuando nos casemos me lo llevaré a nuestra casa.
¿No es verdad, chatita mía?
¡Después di que yo no te lo cuento todo!
-[fol. 2v]-Pasado mañana me examino de una asignatura. De la otra no sé cuándo pero no tardaré mucho.
Así que esté examinado me iré a esa y estaré contigo cuatro o cinco días.
Cuánto nos divertiremos, ¿no es verdad, pequeñita? Jugaremos mucho y tú me darás besitos y yo a ti también.
Adiós amor mío: chulín.
¿Por qué no me escribes los versos?
Escríbemelos si no te pegaré un bocado cuando te vea en una oreja.
Acuérdate mucho de tu nene que te quiere, te idolatra, te adora, te reverencia, te enaltece, etc., etc.
Vicente
Que me contestes enseguida y no hagas como en la otra carta para hacerme padecer.