Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice


 

81

El nombre propio, entendido como entidad sacralizada, encierra en potencia todos los atributos del ser, como se aprecia en II, 16; 753: «Finalmente, por encerrarlo todo en breves palabras, o en una sola, digo que yo soy Don Quijote de la Mancha, por otro nombre llamado el Caballero de la Triste Figura».

 

82

Sobre este aspecto esencial para entender la narratividad organicista, véase Rodríguez 271 y 285-88.

 

83

En realidad, esta dialéctica entre la sangre y las virtudes o las obras es el resultado de la forzosa, y forzada, aceptación por parte de la ideología organicista de la distinción mercantil entre el ámbito de lo público y el ámbito de lo privado. Así, la virtud «no hay que entender[la] en el sentido íntimo, personalista, del individualismo moderno, sino en un sentido social, de 'reputación' esforzadamente mantenida ante los demás» (Maravall, Poder 54), mientras que las obras adquieren un sentido sacralizado de acción en el mundo público similar, salvando las distancias, al que aún hoy día tiene en el seno de las Compañías católicas. Así, la apariencia pública del noble, es consecuencia de su ser, de su sangre (vea infra).

 

84

Quede claro, por favor, que no nos referimos a una realidad empírica supuestamente objetiva, pues, para nosotros, creer que el mundo empírico es objetivo, o que el yo interior es real, es tan mentiroso, tan ideológicamente creado, como creer en la sangre o ver gigantes.

 

85

Y aún se lo repite más adelante: «Tú me tienes por amigo y quieres quitarme la honra» (I, 33; 386-87).

 

86

Otro aspecto clave de la novelita es el de la amistad, que, en la lógica narrativa, se opone a la nobleza. Los dos personajes son nobles y amigos, pero precisamente en aras de la amistad (o, mejor, por llevar la amistad usque ad aras, I,33; 381) acaban perdiendo su nobleza. Si consideramos que la amistad es elemento ideológico generado por el inconsciente animista burgués (ser nobles y amigos es, en el fondo, contradicción en los términos), nos percataremos de que aquí se abre una línea de reflexión interesantísima que, desgraciadamente, nos desviaría en exceso de nuestro camino.

 

87

«Que el deseo que me fatiga es pensar si Camila...». (I, 33; 379); «y prosupuesto que ninguna cosa de cuantas me dijeres en contra de mi deseo» (I, 33;380); «con el ahínco y diligencia de mi deseo» (I, 33; 380).

 

88

Por otra parte, la curiosidad es hija de la acidia, pecado que implica aburrimiento, indolencia, depresión anímica y tristeza (ST, II-II, q. 35, a. 1). En este sentido, es interesante que el texto nos presente a los dos personajes como dos desocupados -nobles y ricos- dedicados a pasatiempos amorosos y cinegéticos (I, 33; 376). La acidia provoca la divagación de la mente por lo ilícito, la cual, si pertenece al conocimiento, se llama curiosidad (ST, II-II, q. 35, a. 4, ad 3). Pues bien, repárese en que el enamoramiento de Lotario se produce precisamente por esa divagación de la mente por lo ilícito (por cierto, ¿no es éste también el origen -causado por la acidia- de la locura de DQ?), y por «ese conocimiento sensitivo [que] se ordena a algo malo, como el ver a una mujer para desearla» (ST, II-II, q. 167, a. 2, sol.): «Pero el provecho que las muchas virtudes de Camila hicieron, poniendo silencio en la lengua de Lotario, redundó más en daño de los dos, porque si la lengua callaba, el pensamiento discurría y tenía lugar de contemplar parte por parte todos los estremos de bondad y de hermosura que Camila tenía» (I, 33; 394). El pensamiento de Lotario, así pues, discurre, divaga, mientras contempla a Camila en contemplación opuesta a la auténtica contemplación, la religiosa, la que busca a Dios en las cosas. El noble Lotario contempla a la signatura-Camila y sólo ve a la mujer Camila. ¿Por qué será?

 

89

A nuestro entender, es fundamental para comprender Don Quijote distinguir tres aspectos distintos: lo que es objetivamente la vida; lo que creemos creer que es la vida; lo que realmente creemos que es la vida.

 

90

«Porque ella pensaba sacar de su escondimiento comodidad para que de allí en adelante los dos gozasen sin sobresalto alguno» (I, 34; 406).

Indice