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61

Esto mismo vio Haley en su lúcido estudio de este episodio: una «confesión... cínica» y «falaces ilusionismos» que pintan a maese Pedro «en una luz muy negativa» (280-81).

 

62

[«Don Quijote desborda en sutil, perspicaz y arrolladora sátira, sazonada de ironías múltiples, que desinfla presunciones y pretensiones. Pero no es una sátira».] Véase su penetrante si breve estudio sobre la sutil pero básica distinción entre ironía, sátira y parodia (6-7).

 

63

Ya en su hoy clásico Cervantes's Theory of the Novel, nos advirtió E. C. Riley de no fiarnos de los juicios del pseudo-autor, ya que en otras ocasiones se ha equivocado, o no ha dicho verdad. Véase «The Fictitious-Authorship Device» en Cervantes's Theory 205-12.

 

64

Véase su conferencia «'Sepa que yo soy Ginés de Pasamonte'» (17). Es ampliación de «¿Cómo era Pasamonte?»

 

65

Según Murillo 2: 233 n. 10.

 

66

Recordemos que, en casa de los duques, para estar a la altura de las circunstancias, Don Quijote se calza medias verdes en que se le han soltado media docena de puntos y por no tener hilo verde para remendarlas se ve obligado a calzarse unas «botas de camino» que aparecen de improviso para el caso (II, 44; 370-71). Poco después se vestirá «una montera de terciopelo verde» y «su acamuzado vestido», señal de abdicación de sus principios (II, 46; 382-83). Los dos símbolos clave: el verde y la camuza.

 

67

Véase Cervantes y su concepto (385-95); con mayor elaboración, Cervantes the Writer 36-43 y 54-57. En cuanto al parche que cubre la mitad del rostro de maese Pedro, nos recuerda el del Pecado del «Auto de las cortes de la Muerte» de Lope de Vega, vestido de reina coronada y mascarilla negra que encubre media cara, identidad jánica irreconocible. ¿Rectificación cervantina de una imagen impropia, o simple coincidencia? Incidentalmente, recordemos que al poeta Clavijo, de cuyos labios sale una versión de Lope de Vega de una redondilla italiana de Serafín Aquilano, se le castiga por su atrevimiento de impregnar a Antonomasia, la Poesía, convirtiéndole en un cocodrilo cuyo color verde, de sentido peyorativo en Cervantes, va implícito en su transformación. En cuanto a la conversión de Antonomasia en una «simia de bronce», es doble paliza metafórica a Lope de Vega por sus transgresiones poéticas y sexuales. Para un análisis detallado de la alegoría de Antonomasia, véase «Art, Nature, and Truth» en Cervantes the Writer 54-64.

 

68

Calificado por un «erudito contemporáneo» como «personaje extraordinario, verdaderamente shakespeariano» y «uno de los criminales canónicos de la literatura» («'Sepa'» 7).

 

69

Véase Riquer, Cervantes, Passamonte y Avellaneda 47; sobre la biografía y cronología de Jerónimo de Pasamonte y datos relacionados con Cervantes, véanse las págs. 22-25.

 

70

Ya en 1950 Alois Achleitner identificó a Avellaneda con Pasamonte, informa Eisenberg («Cervantes, Lope y Avellaneda» 133 n. 34).