31
Angel Rosenblat, en La lengua del «Quijote» (Madrid: Gredos, 1971) demuestra como Cervantes aspira ante todo a desarrollar un lenguaje natural, donde el buen gusto (la discreción) no obstruya nunca la fácil comprensión de lo que se dice. La segunda parte del libro prueba exhaustivamente que la gran mayoría de las llamadas «incorrecciones» de Cervantes, provienen de lecturas pedantes o que conocen mal la literatura del período (ver a propósito mi n. 12). (N. del A.)
32
Ver al respecto, Michel Beaujour, Poetics of the Literary Self-Protrait (Miroirs d'encre, 1980), Trad. Yara Milos (New York: New York University Press, 1991): 3. (N. del A.)
33
«L'occasion, la compaignie,
le branle mesme de ma voix tire plus de mon esprit que je n'y trouve lors que
je le sonde et employe à part moy»
(Montaigne,
Oeuvres complètes, ed. Albert
Thibaudet y Maurice Rat, Bibliothèque de la Pléiade [Paris:
Gallimard, 1967], libro 1, cap. 10: 41); citado parcialmente por Nerlich
269. (N. del A.)
34
Castro compara muy a menudo las ideas filosóficas de
Cervantes a las de Montaigne, señalando las coincidencias entre ambas.
Según Castro, «si nuestro autor hubiese reunido en un haz
doctrinal sus preocupaciones morales, no sé cuál habría
sido la trascendencia de su creación; pero sí que en
ningún momento habría sido inferior su ética a la de
Montaigne, Lipsio o cualquier otro gran moralista del Renacimiento»
([1972] 347). La bibliografía cervantina de Murillo
menciona sólo dos textos que comparan a ambos autores (Miguel de
Cervantes,
Don Quijote de la Mancha, III,
Bibliografía fundamental,
preparada por Luis Andrés Murillo, Clásicos Castalia [Madrid:
Castalia, 1978]: 66 y 73). Drake incluye otros cuatro (Dana B. Drake,
«Don Quixote» [1894-1970]. A Selective, Annotated
Bibliography I [Univ of North Carolina, Department of Romance Languages,
North Carolina Studies in the Romance Languages and Literatures, 1974]; II
[Miami: Ediciones Universal, 1978]). Nerlich menciona a Montaigne varias veces,
respecto a la naturaleza del lenguaje, los usos de la memoria, lo impredecible
del curso del pensamiento, el diálogo como estímulo de
éste (253, 264, 269, 281), conceptos que el
Coloquio ilustra. (N. del
A.)
35
Y no lo es precisamente por lo mucho que se parece al Quijote, como el mismo Atkinson sugiere al igualar ambas obras dentro de la producción cervantina: ambas son diálogos, el vehículo más apropiado (ver lo dicho antes respecto a Montaigne) para comentar sobre la experiencia humana, propósito que correspondía mejor a las preocupaciones de la época que el de escribir novelas psicológicas. (N. del A.)
36
Cervantes «rediscovered
beyond individual uncertainties a benign transcendent reality the perfection of
which could not include the deliberate maintenance of man in an ambiguous
condition»
([1974] 164). Debido a lo
cual, sus personajes comprenderán que «the liberty of flight which they have so cherished is illusory
and that true liberty can come only through acceptance of a reality beyond the
self»
(163). (N. del A.)
37
En un artículo aparecido un año
después de
Cervantes, Entwistle repite en parte lo
que decía en el capítulo «Laboratory» del libro de
1940 a tratar de las novelas cervantinas -que incluyen, además de las
Ejemplares, las que son parte de otros
libros. Ahora
La española inglesa es un
ejemplo de «overlapping
styles»
([1941] 106). El segundo
período es el de la plenitud, por el realismo de las historias y el uso
del diálogo (ibid.).
La gitanilla es la obra típica
del tercer estilo, con su mezcla de realismo e idealismo, que comparten
La española inglesa y
La ilustre fregona: «The third manner thus overlaps the second for several years, but
it is quite distinct. It shows that the author had wearied of observation and
longed to liberate his creative fancy, even at the cost of reality. He wished
to shape plots and evolve characters at will. His ageing mind was more
tolerant, and more ready to promote peace and
felicity»
. Aunque las obras mencionadas no tengan la
fuerza de
Rinconete, tenemos que agradecer que el
autor del
Coloquio tuviese aún bastante
ingenio para crear
La gitanilla (108). (N. del
A.)
38
El crítico celebra el modo - «hasta ahora
[el más] profundo y matizado»
- como El Saffar distingue entre
tipos narrativos (69), pero también critica el que,
olvidando el género al que pertenecen las
Novelas, trata de separar dentro de la
colección novelas de romances, basándose en «aspectos
secundarios supuestamente diferenciales»
(74). (N. del
A.)
39
El Saffar no discute la tesis de Entwistle sobre la
evolución de Cervantes, aunque lo cita a menudo a propósito de
las fechas propuestas para las
Novelas, y una última vez para
decir que en «Cervantes, the Exemplary Novelist», se inclina a la
idea de que es imposible establecer una evolución sobre la base de los
estilos de las novelas cervantinas, pues «both
idealistic and realistic tales were being written in roughly the same
period»
([1974] 172, n. 9). Aunque
notando la superposición de los estilos en la escritura de las
Novelas, Entwistle observa una
evolución en Cervantes como novelista. (N. del A.)
40
Walter Pabst, La novela corta en la teoría y en la creación literaria, trad. Rafael de la Vega (Madrid: Gredos, 1972): 241-245. (N. del A.)