51
El nuevo testamento, traducido al español de la Vulgata latina por el Rmo. P. Phelipe Scio de S. Miguel (Barcelona: Antonio Bergnes, 1837): 54. Ver Novelas ejemplares, III, ed. Juan Bautista Avalle-Arce, Clásicos Castalia (Madrid: Castalia, 1982): 294, n. 236. (N. del A.)
52
Para el crítico, el nacimiento de los perros de una
mujer, y la conclusión que hipócritamente pretende sacar de ello
la autora del hechizo, Camacha: «así que este perruno parto de
otra parte viene, y algún misterio contiene»
(552) (Forcione cree equivocadamente que es la Montiela, la madre
de los perros, quien habla: «the bewilderment
of his mother... the suggestion of a supernatural consort ('this doggish birth
comes from another source [than my man]...')»
[46]), alude irónicamente al nacimiento de Cristo. La
interpretación de la profecía como alusiva a un juego de bolos,
es, «with its suggestions of aimlessness and
irrational fatality... characteristic of Cervantes' demonic lower
worlds»
(ibid.). El oráculo es el centro del
Coloquio, a través del cual
alcanzamos «the supreme moment of anticlimax in
the story... Parody at this point expands to activate religious as well as
literary codes [;]»
[the] «climatic collapse [is surrounded] with the corrosive energies
that are always released by the violation of the
sacred»
(47). (N. del A.)
53
Dice El Saffar: «the
prophecy... predicts that the dogs will become men again when social justice is
restored»
([1974] 77). (N. del
A.)
54
«Con los pobres de la tierra / Quiero yo mi suerte
echar»
(José Martí,
Versos sencillos [1891], III).
(N. del A.)
55
La crítica cita a Parker (Valor
actual del humanismo español [Madrid, 1952]: 20) sobre la
razón de que el
Col emplee a los perros para juzgar a los
hombres: «los hombres aparentan ser veraces, leales y honrados. Puesto
que no lo son, y puesto que hay bondad en la naturaleza, la virtud natural ha
de buscarse en los animales. Los perros, y no los hombres, dan ejemplo de
honradez, de lealtad, y de fidelidad en el amor»
(Waley 204,
n.). También Murillo celebra la lealtad, fidelidad e innato
sentido del bien de Berganza que es la base de «his canine virtue»
(Murillo
184). Lord Byron dijo de su perro que poseía «all the Virtues of Man without his
Vices»
(cit. por Marjorie Garber, «Dog
Days»,
The New Yorker, July 8, 1996,
72). (N. del A.)
56
El idioma castellano abunda en expresiones que aluden a
aspectos reprobables de la conducta humana con la imagen del perro. El
diccionario contiene las siguientes: «nombre que las gentes de ciertas
religiones daban a las de otras por afrenta y desprecio... Persona
despreciable...
dar perro a uno... Hacerle esperar
mucho tiempo o causarle otra vejación.
dar perro muerto... Hacer alguna
burla o engaño bastante pesado...
de perro, o
perros... Dícese de lo que es
sumamente molesto o desagradable...
morir uno
como un perro... Morir sin dar
señales de arrepentimiento...
tratar a uno
como a un perro... Maltratarle,
despreciarle»
(Diccionario de la lengua
española, vigésima edición, t. II [Madrid:
Espasa-Calpe, 1989]: 1048). (N. del A.)
57
Cree Waley que el sentido del verso del
Magnificat que en su opinión
imitó Cervantes en la profecía, sugiere que el hombre puede
superar su animalidad «by realisation and
acceptance of his redemption»
(211). Esta
interpretación, al poner todo el énfasis en tal esfuerzo, ignora
que la recuperación por los perros de su humanidad depende, según
la profecía, de Dios. (N. del A.)
58
Para Murillo «This
participation in the work of art which is the act of reading (and that
Cervantes
represents in Peralta's reading
of the manuscript on a separate level of reality) is ultimately, then, the
exemplary nature of art itself, that allows us an insight into life, an
aesthetic comprehension of life, on the sole condition that we suspend our
actual participation in life»
(a través de la
«solitude and detachment which permits them
[Berganza y Cipión] to discuss openly and uninhibitedly the social world
of man...»
) «The
deliberate calm, the anticlimactic note, of the final scene of the collection
of twelve novels underscores this exemplary effect of
art»
(185). (N. del
A.)
59
Boccaccio, The Decameron, trad. G. H. McWilliam (Penguin Books, 1977): 830. (N. del A.)
60
Waley ve el
Col como esencialmente didáctico:
«The moral intention claimed in the preface for
each and all of the
Novelas ejemplares...
is nowhere so overt and of such wide
appliction as in the
Coloquio de los perros»
(203). Murillo señala que el
Col pertenece a una tradición -la
del diálogo filosófico- eminentemente didáctica (176), a
la cual añade un elemento original la caracterización de los
dialogantes. (N. del A.)