Cinco poetas hispanoamericanos en España. Selección de Alonso Laredo. Ediciones Cultura Hispánica. Madrid, 1953; Canciones para iniciar una fiesta. Poemas de Eduardo Carranza. Ediciones de Cultura Hispánica. Madrid, 1953

Ricardo Gullón

Seis poetas hispanoamericanos en España y no sólo cinco, como anuncia el título del primero de los libros que reseñamos. Pues en la Antología escogida por Laredo figura, como presentante, el colombiano Eduardo Carranza, algo mayor en años y experiencias que los cinco poetas seleccionados. Son éstos: Antonio Fernández Spencer, dominicano; Ernesto Mejía Sánchez, nicaragüense; Alonso Laredo y Miguel Arteche, chilenos, y Eduardo Cote Lamus, colombiano.

Eduardo Carranza pertenece a la que en España llamamos generación del 36; los otros cinco deben ser incluidos en nuestra promoción del 52. Justamente el pasado año Fernández Spencer y Cote obtuvieran, respectivamente, los premios Adonais e Internacional de Poesía, dándose de alta con toda brillantez en el panorama de la lírica española.

Cada día parece más clara la razón de Carranza, propugnador del estudio conjunto de las letras españolas e hispanoamericanas, unidas no sólo en la lengua, sino en el espíritu y la comunidad de ideales. Spencer y sus compañeros de equipo se insertan en las mismas corrientes que advertimos en la poesía de este país, penetrados por análogas preocupaciones, manejan parejas técnicas, sienten influencias semejantes... Son los compañeros de generación de Hierro, de Bousoño, de Valverde, de Nora.

No es posible en una reseña bibliográfica puntualizar los méritos de estos poetas, diferenciarlos y caracterizarlos de manera adecuada. Diré solamente que la poesía de todos ellos es actual y entrañable, humana y tierna, con brotes de nostalgia y un empuje apasionado que se refrena para no parecer desmelenado y retórico.

Carranza los presenta con un hermoso canto de vida y de esperanza, lleno de imágenes y de fervor hacia esta España donde los seis poetas (y tantos otros) se sienten acogidos y queridos, o discutidos fraternalmente, sin discriminación, pues tan de aquí se les sabe y como tan de aquí se les trata, agradeciéndoles que a la belleza de su poesía añadan, temporalmente al menos, la cordialidad de su presencia.

Las Canciones para iniciar una fiesta incluyen composiciones seleccionadas de los diversos libros hasta ahora publicados por Carranza, a quien, gracias a este volumen, podemos conocer en la variedad de su inspiración, desde la gracilidad de los poemas iniciales y la sensual frescura de sus canciones, a la severa hermosura de El olvidado. Carranza, como los jóvenes presentados por él, estando muy cerca de nosotros, es hondamente americano, y no únicamente por algunos de sus temas, sino por ciertas peculiaridades de voz y de acento que, al distinguirle de sus compañeros españoles de generación, le enriquecen, y enriquecen la, por su diversidad, incomparable lírica de lengua española.

R. GULLÓN.