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  • Crónica de la Nueva España

    • Libro primero

        Argumento y sumario del primero libro desta crónica

      • Capítulo I

          Que es la razón por qué las Indias del Mar Océano se llaman Nuevo Mundo

      • Capítulo II

          De la noticia confusa que el divino Platón tuvo deste Nuevo Mundo

      • Capítulo III

          De la descripción y asiento de la Nueva España

      • Capítulo IV

          De la calidad y temple de la Nueva España

      • Capítulo V

          De la propiedad y naturaleza de algunos árboles de la Nueva España

      • Capítulo VI

          De las semillas y hortalitas que se dan en la Nueva España, así de Castilla como de la tierra

      • Capítulo VII

          De algunas aves de maravillosa propriedad y naturaleza que hay en la Nueva España

      • Capítulo VIII

          De los más señalados ríos de la Nueva España y de sus pescados

      • Capítulo IX

          Donde se tracta de otros ríos y pescados

      • Capítulo X

          De algunas lagunas y fuentes de la Nueva España

      • Capítulo XI

          De las serpientes y culebras y otras sabandijas ponzoñosas que hay en la Nueva España

      • Capítulo XII

          De los animales bravos y mansos que hay en la Nueva España

      • Capítulo XIII

          De la caza y manera de cazar de la Nueva España

      • Capítulo XIV

          De los metales y piedras de valor y de virtud que hay en la Nueva España

      • Capítulo XV

          De la manera que los indios tienen en el poblar

      • Capítulo XVI

          De las condisciones e inclinaciones de los indios en general

      • Capítulo XVII

          De la variedad de lenguas que hay entrelos indios

      • Capítulo XVIII

          De los sacrificios y agüeros de los indios

      • Capítulo XIX

          De las fiestas y diversidad de sacrificios que los indios tenían

      • Capítulo XX

          De los bailes o areitos de los indios

      • Capítulo XXI

          De los médicos y hechiceros

      • Capítulo XXII

          De las guerras y manera de pelear de los indios

      • Capítulo XXIII

          De la manera y modo que los indios tenían en sus casamientos

      • Capítulo XXIV

          Do se trata la cerimonia con que los indios de Mechuacán se casaban

      • Capítulo XXV

          Qué jueces tenían los indios y cómo los delincuentes eran castigados

      • Capítulo XXVI

          Del modo y manera con que los señores y otros cargos preeminentes se elegían y daban entre los indios

      • Capítulo XXVII

          De la cuenta de los años que los indios tenían y de algunas señaladas fiestas

      • Capítulo XXVIII

          De algunas fiestas extravagantes que los indios tenían

      • Capítulo XXIX

          De los signos y planetas que los indios tenían

      • Capítulo XXX

          De las obsequias y mortuorios de los indios

      • Capítulo XXXI

          Donde se prosiguen los entierros y obsequias de los indios

      • Capítulo XXXII

          De los pronósticos que los indios tenían de la venida de los españoles a esta tierra

    • Libro Segundo

        Del descubrimiento de la Nueva España

      • Capítulo I

          De la primera noticia que tuvieron los españoles de la Costa de la Nueva España

      • Capítulo II

          De lo que Diego Velázquez hizo sabido el subceso de Francisco Hernández

      • Capítulo III

          De lo que en la Habana se hizo y de lo que, después que della salieron, subcedió

      • Capítulo IV

          Cómo Grijalva salió de Cozumel y de lo demás que le subcedió

      • Capítulo V

          Cómo Grijalva saltó en tierra y de lo que con los indios le avino

      • Capítulo VI

          De la batalla que Grijalva hubo con los indios y de lo que en ella pasó

      • Capítulo VII

          Cómo el Capitán y su gente se embarcó y de lo que después subcedió

      • Capítulo VIII

          Cómo vino el señor de aquellos indios a la nao capitana y de lo que luego pasó

      • Capítulo IX

          Cómo Grijalva se tornó a embarcar y costeó la tierra y de lo demás que le acontesció

      • Capítulo XI

          Cómo Grijalva se embarcó y partió para la isla de Cuba

      • Capítulo XII

          Cómo Diego Velázquez, persuadido por Andrés de Duero, eligió por General de su armada a Fernando Cortés y lo que dellos se dixo

      • Capítulo XIII

          Cómo Hernando Cortés se hizo a la vela, y de la plática que hizo a sus soldados

      • Capítulo XIV

          Del treslado de las capitulaciones que entre Diego Velázquez y Hernando Cortés pasaron

      • Capítulo XV

          De quién fue Hernando Cortés y de sus costumbres y linaje

      • Capítulo XVI

          Do se prosigue lo que el pasado promete

      • Capítulo XVII

          Del pronóstico que Hernando Cortés tuvo de su buena andanza

      • Capítulo XVIII

          De las pasiones que hubo entre Diego Velázquez y Hernando Cortés

      • Capítulo XIX

          Cómo se casó Cortés, y de un gran peligro de que se libró

      • Capítulo XX

          Do se prosigue la navegación y jornada de Hernando Cortés y provisión del Armada

      • Capítulo XXI

          De los navíos y gente de Cortés, y la bandera y letra que tomó

      • Capítulo XXII

          De la plática y razonamiento que Cortés hizo a sus compañeros

      • Capítulo XXIII

          Cómo Cortés partiendo para Cozumel, un navío se adelantó y de lo que subcedió

      • Capítulo XXIV

          Cómo Cortés, prosiguiendo su viaje, llegó a la isla de Cozumel

      • Capítulo XXV

          Cómo en Cozumel tuvo lengua de Jerónimo de Aguilar

      • Capítulo XXVI

          Cómo Aguilar llegó do estaba Cortés, y de cómo le saludó y fue rescebido

      • Capítulo XXII

          De lo que otro día Aguilar contó

      • Capítulo XXVIII

          De la vida que Aguilar pasó con el señor a quien últimamente sirvió y de las cosas que en su servicio hizo

      • Capítulo XXIX

          Cómo Aguilar en servicio de su señor venció ciertas batallas

      • Capítulo XXX

          Qué tierra es Yucatán y por qué se llamó así, y lo que los religiosos de Sant Francisco después hallaron en ella

      • Capítulo XXXI

          Do se prosigue la materia del precedente

      • Capítulo XXXII

          Cómo Hernando Cortés tomó a Champotón y de lo que le subcedió

      • Capítulo XXXIII

          De lo que a Cortés le acaesció el día siguiente con los indios del río de Grijalva

      • Capítulo XXXIV

          Cómo vencidos los champotones, convencidos por buenos comedimientos, se dieron por amigos

      • Capítulo XXXV

          Cómo Cortés dixo algunas cosas a aquellos señores tocantes al servicio de Dios y del Emperador

      • Capítulo XXXVI

          Cómo Marina vino a poder de los nuestros y de quién fue

      • Capítulo XXXVII

          Cómo Cortés partió de Champotón y vino al Puerto de Sant Joan de Lúa

    • Libro Tercero

        De la segunda parte de la crónica general de las Indias

      • Capítulo I

          De lo que hizo Cortés desembarcando en San Juan de Lúa

      • Capítulo II

          Cómo después de llegado Cortés al puerto de San Joan de Lúa, invió dos bergantines a buscar puerto y de lo que les avino

      • Capítulo III

          Del buen rescibimiento que el gobernador Teudile hizo a Cortés y el presente que el Señar de México le invió

      • Capítulo IV

          De la plática que Cortés hizo a Teudile y de lo que más subcedió

      • Capítulo V

          El presente que Motezuma invió a Cortés y de la respuesta que le dio

      • Capítulo VI

          Cómo el señor de Cempoala invió ciertos indios a ver los españoles, y cómo supo Cortés las diferencias que había entre los señores de la costa y los señores de México

      • Capítulo VII

          Cómo Cortés rescibió la respuesta de Motezuma y cómo buscó sitio para poblar

      • Capítulo VIII

          Del razonamiento que Cortés hizo a los suyos y de la elección de Cabildo en la Veracruz

      • Capítulo IX

          Cómo Cortés renunció su oficio en manos de los Alcaldes y cómo fue elegido de los del pueblo por Capitán general

      • Capítulo X

          Cómo el regimiento pidió a Cortés le vendiese ciertos bastimentos y lo que él respondió

      • Capítulo XI

          De la manera que Cortés tuvo para ser elegido en la Veracruz por Capitán general

      • Capítulo XII

          Cómo Cortés fue a Cempuala y del recibimiento que el señor della le hizo

      • Capítulo XIII

          De lo que otro día pasó entre el señor de Cempoala y Cortés

      • Capítulo XIV

          De la llegada de Cortés a Quiaustlán y de lo que allí avino

      • Capítulo XV

          De la astucia y orden que Cortés tuvo para revolver los indios totonaques con Motezuma

      • Capítulo XVI

          Cómo los Totonaques se levantaron contra Motezuma y lo que sobre ello hicieron

      • Capítulo XVII

          De la fundación de la Villa Rica de la Veracruz y de lo que más subcedió

      • Capítulo XVIII

          Cómo se tomó a Tipancinco por fuerza por Cortés y los suyos

      • Capítulo XIX

          Cómo Cortés y la Villa inviaron presentes al Emperador

      • Capítulo XX

          De lo que el Cabildo y Cortés escribieron al Rey

      • Capítulo XXI

          Cómo se amotinaron algunos contra Cortés y del castigo que en ellos hizo

      • Capítulo XXII

          Del hazañoso hecho de Cortés cuando dio con los navíos al través

      • Capítulo XXIII

          De lo que a Cortés subcedió con ciertos navíos de Garay

      • Capítulo XXIV

          Cómo Cortés volvió a Cempoala, y hecho un parlamento a los señores della, les hizo derrocar los ídolos

      • Capítulo XXV

          De lo que a Cortés subcedió después que partió de Cempoala

      • Capítulo XXVI

          De lo que acaesció a ciertos españoles de la Nueva Villa entretanto que marchaba el exército, y de lo que más subcedió a Cortés en el camino en Zacatani

      • Capítulo XXVII

          Cómo Cortés, prosiguiendo su jornada, fue rescibido en Castilblanco y despachó mensajeros a los tacaltecas

      • Capítulo XXVIII

          Cómo las cuatro cabeceras de Taxcala, oída la embaxada de Cortés, entraron en su acuerdo, y de las diferencias que entre ellos hubo

      • Capítulo XXIX

          De la brava plática que Xicotencatl hizo contradiciendo a Magiscacín

      • Capítulo XXX

          De la plática que hizo Temilutecutl, justicia mayor de Taxcala

      • Capítulo XXXI

          De las insignias de los embaxadores y de cómo eran rescebidos y despachados

      • Capítulo XXXII

          De lo que a Cortés subcedió yendo a Taxcala

      • Capítulo XXXIII

          De lo que hicieron los indios y de lo que después inviaron a decir al Capitán

      • Capítulo XXXIV

          Del segundo recuentro que Cortés hubo con los de Taxcala y de la celada que le pusieron

      • Capítulo XXXV

          Del desafío que hubo entre un indio taxcalteca y otro cempoalese , y de cómo Diego de Ordás rompió los enemigos

      • Capítulo XXXVI

          De lo que más particularmente los prisioneros dixeron a Cortés, y cómo otro día vino el exército taxcalteco sobre él

      • Capítulo XXXVII

          De las bravezas que los taxcaltecas hacían, y cómo acomtieron a Cortés

      • Capítulo XXXVIII

          Cómo los enemigos tornaron a acometer a los nuestros y de las cosas particulares que acontescieron

      • Capítulo XXXIX

          De las espías que vinieron al real y del castigo notable que Cortés hizo en ellas

      • Capítulo XL

          De lo que Cortés hizo después de inviadas las espías y de lo que Xicotencatl dixo

      • Capítulo XLI

          Cómo Cortés tomó a Cipancinco, y de lo que Con Alonso de Grado le pasó

      • Capítulo XLII

          Del temor que hubo en el real de los españoles con la vuelta de los caballos que cayeron en el camino

      • Capítulo XLIII

          Del razonamiento que Cortés hizo a sus soldados, animándolos a la prosecución de la guerra

      • Capítulo XLIV

          De la embaxada que Motezuma invió a Cortés, y de lo que estando purgado le avino

      • Capítulo XLV

          Cómo los señores de Taxcala se juntaron con los demás principales, y se determinaron de hacer paz con Cortés, y cómo lo encargaron a Xicotencatl

      • Capítulo XLVI

          Cómo Xicotencatl vino a Cortés, y de la oración que le hizo y presente que le traxo

      • Capítulo XLVII

          Del contento que Cortés rescibió con esta embaxada y de lo que a ella respondió

      • Capítulo XLVIII

          Del rescibimiento y servicio, que los taxcaltecas hicieron a Cortés y a los suyos

      • Capítulo XLIX

          De algunas particularidades de Taxcala y de lo que a Cortés le pasó con Xicotencatl el viejo y con Magiscacín

      • Capítulo L

          Del sitio y nombre que en su gentilidad tenía Taxcala

      • Capítulo LI

          De cómo al presente está fundada Taxcala y de los edificios y gobernación della

      • Capítulo LII

          Cómo Cortés invió a Pedro de Alvarado a México y de lo que trató con los taxcaltecas acerca de los ídolos

      • Capítulo LIII

          De la enemistad que se hizo entre mexicanos y taxcaltecas y de dónde y por qué causa proscedió

      • Capítulo LIV

          Cómo Cortés determinó de ir por Cholula y de lo que respondió a ciertas mensajeros

      • Capítulo LV

          Del solemne rescibimiento que los cholutecas hicieron a los nuestros

      • Capítulo LVI

          Cómo los cholutecas se concertaron con los mexicanos para matar a los nuestros, y del castigo que en ellos hizo Cortés

      • Capítulo LVII

          Del asiento y población de Cholula, y de su religión

      • Capítulo LVIII

          Del monte que los indios llaman Popocatepec y los nuestros Volcán

      • Capítulo LIX

          Cómo Motezuma consultó con los de su consejo si sería bien dexar entrar a Cortés en México o no

      • Capítulo LX

          Cómo salió Cortés de Cholula para México y de lo que en el candno le subcedió

      • Capítulo LXI

          De lo que otro día avino a Cortés a la baxada del puerto

      • Capítulo XLII

          Cómo otro día de mañana, al tiempo que nuestro exército partía, llegaron doce señores y lo que más subcedió

      • Capítulo LXIII

          Cómo salió Motezuma a rescebir a Cortés

    • Libro cuarto

      • Capítulo primero

          Cómo Motezuma volvió a do Cortés estaba y de una avisada plática que le hizo

      • Capítulo II

          De lo que Cortés respondió a lo que Motezuma le dixo

      • Capítulo III

          De la estatura y proporción y Motezuma y de su condisción

      • Capítulo IV

          De la manera de servicio que Motezuma tenía en su comer

      • Capítulo V

          Cómo negociaban con Motezuma después de comer, y los pasatiempos que tenía

      • Capítulo VI

          Del juego de la pelota que entre los indios se usaba

      • Capítulo VII

          De las danzas y bailes que en México se hacían

      • Capítulo VIII

          De las mujeres y casa que para su recreación tenía Motezuma

      • Capítulo IX

          De la casa que para las aves y pluma tenía Motezuma

      • Capítulo X

          De las aves que para caza tenía Motezuma y de otras cosas maravillosas que para ella tenía

      • Capítulo XI

          De la casa que para guardar las armas tenía Motezuma

      • Capítulo XII

          De los jardines en que Motezuma se iba a recrear

      • Capítulo XIII

          De la Corte y goarda de Motezuma

      • Capítulo XIV

          Cómo ningún indio había en el imperio mexicano que en alguna manera no fuese tribuctario a Motezuma

      • Capítulo XV

          Cómo se recogían las rentas de Motezuma

      • Capítulo XVI

          De la majestad y grandeza de México en tiempo de su idolatría

      • Capítulo XVII

          De adónde tomó nombre la ciudad de México y cuándo primero fue fundada

      • Capítulo XVIII

          De los mercados de México y de la variedad de cosas que en ellos se vendía

      • Capítulo XIX

          De las demás cosas que en los mercados se venden

      • Capítulo XX

          De la grandeza del templo de México y cómo se servía

      • Capítulo XXI

          De lo demás que el templo tenía y cómo se hacían los sacrificios

      • Capítulo XXII

          De los ídolos del templo mayor y de los otros menores

      • Capítulo XXIII

          Del osario que los mexicanos tenían en memoria de la muerte

      • Capítulo XXIV

          De la descrepción y grandeza que hoy tiene la ciudad de México después que españoles poblaron en ella

      • Capítulo XXV

          Do se prosigue la descripción y grandeza de México

      • Capítulo XXVI

          Del hazañoso hecho de Cortés en la prisión del gran señor Motezuma

      • Capítulo XXVII

          Cómo Cortés prendió al gran señor Motezuma

      • Capítulo XXVIII

          De algunas otras particularidades que estando preso Motezuma acontescieron

      • Capítulo XXIX

          Se prosiguen otras particularidades acontecidas durante la prisión de Motezuma

      • Capítulo XXX

          Cómo Cortés trató con Motezuma de derrocar los ídolos e de lo que entre ellos pasó

      • Capítulo XXXI

          Do se prosigue el quitar de los ídolos, según lo escribió fray Toribio Motolinea, y del milagro que Dios hizo inviando agua

      • Capítulo XXXII

          De la plática que Cortés hizo a Motezuma y a sus caballeros cerca de sus ídolos

      • Capítulo XXXIII

          De lo que después de hecha esta oración Motezuma prometió de hacer a Cortés acerca de los sacrificios

      • Capítulo XXXIV

          De la venida de Qualpopoca y del castigo que en él se hizo

      • Capítulo XXXV

          De la causa de quemar a Qualpopoca y a los demás

      • Capítulo XXXVI

          Cómo Cortés, entendido lo que Qualpoca confesó, reprehendió a Motezuma y le mandó echar prisiones

      • Capítulo XXXVII

          Cómo Cortés invió a buscar oro a muchas partes desta Nueva España, y en esto qué fue su intento

      • Capítulo XXXVIII

          De lo que los embaxadores de Coatelicamatl dixeron a Cortés y de lo que más pasó cerca de los que fueron a ver las minas

      • Capítulo XXXIX

          De la embaxada que Tuchintle invió a Cortés, y de lo que él respondió

      • Capítulo XL

          Cómo Hernando Cortés pidió oro a Cacamacín, Rey de Tezcuco, y de lo que más subcedió

      • Capítulo XLI

          De la oración que Cacamacín hizo a los suyos, persuadiéndoles que se rebelasen contra Cortés

      • Capítulo XLII

          De la prisión de Cacamacín y de la astucia con que se hizo

      • Capítulo XLIII

          Cómo Quizquiscatl fue rescebido por Rey de Tezcuco y de lo que más subcedió

      • Capítulo XLIV

          De la manera que Cortés tuvo en castigar una espía que Alonso de Grado traía por la Costa, y de la gran cantidad de cacao que una noche hurtaron a Motezuma

      • Capítulo XLV

          De la plática que Motezuma hizo a todos los Reyes y Señores de su Imperio, rogándoles se diesen por vasallos del Emperador Don Carlos, Rey de España

      • Capítulo XLVI

          De lo que aquellos Príncipes y Señores, aplacado su llanto, respondieron a Motezuma, y de lo que Cortés le [s] dixo

      • Capítulo XLVII

          Del oro y joyas que Motezuma dio a Cortés

      • Capítulo XLVIII

          Cómo acordó Motezuma que Cortés se fuese de México, y de las causas que le movieron a ello

      • Capítulo IL

          Cómo Motezuma apercibió de secreto cient mill hombres y lo que pasó entre él y Cortés

      • Capítulo L

          Del miedo que los españoles tuvieron de ser sacrificados

      • Capítulo LI

          De la noticia que Rangel tuvo de la llegada de Narváez y de lo que sobre ello hicieron él e Juan Velázquez de León

      • Capítulo LII

          Por qué y cómo Diego Velázquez invió contra Hernando Cortés a Pánfilo de Narváez

      • Capítulo LIII

          Cómo se aprestó Pánfilo de Narváez, y de cómo Diego Velázquez procuró tomar el navío que Hernando Cortés inviaba a España

      • Capítulo LIV

          De lo que Diego Velázquez respondió, y cómo se partió el armada

      • Capítulo LV

          De lo que Narváez hizo en Cempoala y de cómo fue informado de la pujanza en que Cortés estaba

      • Capítulo LVI

          De lo que Cortés sintió de la venida de tanta gente y de lo que sobre ello hizo

      • Capítulo LVII

          Cómo llegaron los presos a México y lo que sobre ello hizo Cortés

      • Capítulo LVIII

          De la carta que Cortés escribió a Narváez y lo que sobre ella pasó con Fray Bartolomé de Olmedo

      • Capítulo LIX

          De lo que, rescebida la carta, hizo e dixo Narváez y de otras cosas que antes habían pasado

      • Capítulo LX

          Cómo Pánfilo de Narváez prendió a licenciado Ayllón y lo invió en un navío, y de la guerra que pregonó contra Cortés

      • Capítulo LXI

          De las mañas y ardides que de la una parte a la otra había antes que Cortés tornase a escrebir a Narváez

      • Capítulo LXII

          De los partidos que Cortés pedía a Narváez, procurando con él toda manera de buen concierto

      • Capítulo LXIII

          Del razonamiento que Cortés hizo a los suyos, determinado de salir a buscar a Narváez

      • Capítulo LXIV

          De la repuesta de los capitanes y de lo que más pasó

      • Capítulo LXV

          Cómo Cortés hizo sus memorias y dexó por caudillo en México a Pedro de Alvarado

      • Capítulo LXVI

          Cómo Cortés habló a Motezuma cerca de su partida y de lo que entre ellos pasó

      • Capítulo LXVII

          De lo que Motezuma respondió a Cortés, y cómo se despidió el uno del otro

      • Capítulo LXVIII

          Cómo Cortés salió de México y de cómo Motezuma salió con él hasta dexarle fuera de la ciudad

      • Capítulo LXIX

          Cómo Cortés, prosiguiendo su camino, halló en Cholula a Joan Velázquez de León y a Rangel, con los cuales se holgó y volvieron con él

      • Capítulo XX

          De lo que Cortés dixo de secreto a Joan Velázquez de León y de lo que él le respondió

      • Capítulo LXXI

          Cómo Cortés salió de Cholula y llegado a Taxcala le dieran sesenta mill hombres de guerra, los más de los cuales se volvieron del camino

      • Capítulo LXXII

          De lo que Joan Velázquez de León, de parte de Hernando Cortés, dixo a Pánfilo de Narváez, y de lo que él respondió

    • Libro cuarto

        (Continuación)

      • Capítulo LXXIII

          Cómo Sandoval vino a Tapaniquita, don de Cortés estaba, y de cómo vinieron los cempoaleses a quexarse de Narváez, y lo que sobre ello pasó

      • Capítulo LXXIV

          Cómo antes que esto pasase tornó Narváez a inviar otros mensajeros a Cortés a requerirle con las provisiones, y de lo que sobre ello pasó

      • Capítulo LXXV

          Cómo, sabiendo Narváez que Cortés se acercaba, salió al campo y ordenó su gente, y de la plática que estando a caballo hizo a los suyos

      • Capítulo LXXVI

          Cómo Narváez se volvió a su alojamiento y de lo que de su plática sintieron y dixeron los suyos

      • Capítulo LXXVII

          Cómo Cortés partió de Tapaniquita y pasó un río, y del peligro que en él hubo y cómo de la otra parte oían las escopetas y tiros del real de Narváez

      • Capítulo LXXVIII

          Cómo, diciendo a Narváez que Cortés venía ya dos leguas de Cempoala, le salió al encuentro una legua de camino, y como no le topó se tornó a sus aposentos

      • Capítulo LXXIX

          Del razonamiento que Cortés hizo a los suyos después que Joan Velázquez de León llegó, persuadiéndoles a que muriesen primero que perdiesen lo ganado y viniesen en subjeción

      • Capítulo LXXX

          Cómo Cortés, llegando cerca de Cempoala, casi a la media noche, prendió a Carrasco, espía, y lo que con él pasó

      • Capítulo LXXXI

          De la plática y razonamiento que Cortés hizo a los suyos y de lo que fray Bartolomé de Olmedo hizo e dixo

      • Capítulo LXXXII

          Cómo Hurtado, espía, entró dando arma en el real de Narváez, el cual se apercibió aunque no lo creía

      • Capítulo LXXXIII

          Cómo Cortés dio mandamiento a Sandoval para prender a Narváez y cómo ordenó sus haces y les dio apellido

      • Capítulo LXXXIV

          Cómo Cortés preguntó a Carrasco cómo estaba ordenado el real de Narváez, e cómo, creyendo que no decía la verdad, le mandó guindar, e de otras cosas

      • Capítulo LXXXV

          Cómo Cortés acometió a Narváez y lo rompió y prendió, y lo que sobre ello pasó

      • Capítulo LXXXVI

          Cómo después de preso Narváez, [ Cortés ] se mandó pregonar por Capitán general, y cómo acometió con el artillería a trecientos de los de Narváez que no se querían dar, y de lo que unas mujeres dixeron

      • Capítulo LXXXVII

          Cómo después de amanescido, Cortés hizo alarde de los suyos e cuántos murieron, e lo que al jurar Cortés pasó con Carrasco, y lo, que Guidela el negro dixo

      • Capítulo LXXXVIII

          Cómo el señor de Cempoala con todos los principales que a la mira habían estado dieron a Cortés la norabuena de la victoria y de cómo la hizo saber a Motezuma por pintura

      • Capítulo LXXXIX

          Cómo Cortés se pasó a las casas de doña Catalina y de los regalos que le hicieron, y cómo estando allí vinieron ocho mill hombres de guerra chinantecas con el Capitán Barrientos, y de cómo invió a Diego de Ordás con trecientos españoles a Guazaqualco

      • Capítulo XC

          Del recaudo que Cortés mandó poner en los navíos y hacienda de Diego Velázquez, y de cuán caro costó la venida a Pánfilo de Narváez y a los indios de Cempoala y su comarca

      • Capítulo XCI

          Cómo los mexicanos se levantaron contra Pedro de Alvarado y lo que sobre ello Hernando Cortés hizo

      • Capítulo XCII

          De la plática que Cortés hizo a todos los del exército, queriendo partirse en socorro de Alvarado y cómo volvió las armas, y lo que le respondieron

      • Capítulo XCIII

          Cómo Cortés se aprestó para su partida y de lo que en ella hizo

      • Capítulo XCIV

          De lo que Alonso de Ojeda y Joan Márquez hicieran, e de cómo Cortés prosiguió su camino

      • Capítulo XCV

          Cómo Cortés, aunque de paso, entró en Taxcala y de lo que con los señores della pasó

      • Capítulo XCVI

          De cómo Ojeda prosiguió su camino y cómo llegó de Taxcala su compañero Joan Márquez y de lo que más les avino

      • Capítulo XCVII

          Cómo saliendo de entre los indios Diego Moreno e Alonso de Ojeda, conoscidos por los de a caballo, se holgaron mucho y caminaron adelante, y de lo que más les acontesció

      • Capítulo XCVIII

          Cómo quedando de los españoles los más cansados descansado, los demás partieron con el artillería hacia Taxcala

      • Capítulo IC

          Cómo Cortés partió de Tezcuco para México, y cómo parando en Tepeaquilla halló ruines señales, y cómo, partiendo de allí, entró en México

      • Capítulo C

          Cómo llegado Cortés, Motezuma salió al patio a rescebirle y se desculpó de lo pasado, y de la contradición que en esto hay

      • Capítulo CI

          De las razones y causas por qué los mexicanos se levantaron contra Pedro Alvarado

      • Capítulo CII

          Cómo se llamaba este baile y cómo se hacía, y si Pedro de Alvarado acometió [a] los indios por cobdicia o por deshacer la liga, y lo que después se supo de las ollas

      • Capítulo CIII

          De lo que Cortés, descubiertas las causas de la rebelión, dixo a los señores y principales, y de cómo otro día se comenzaron a descubrir para tornar a ella

      • Capítulo CIV

          Cómo los mexicanos, pidiendo tianguez a Cortés, alzaron por señor al hermano de Motezuma, e de lo que acontesció a Antón del Río, que fue la primera señal de la segunda rebelión

      • Capítulo CV

          De cómo se vieron más señales de la rebelión y del primer cambate que los mexicanos dieron a Cortés

      • Capítulo CVI

          Del segundo rebato que los indios dieron a Cortés y de cuán reñida fue la batalla

      • Capítulo CVII

          Del tercer recuentro y cómo salió Cortés con los de caballo e tomó la calle de Tacuba y de lo que pudiera hacer si quisiera

      • Capítulo CVIII

          Del cuarto combate que los indios dieron y de cómo Cortés tomó el cu de Uchilobos, adonde trecientos señores se habían fortalescido, y de lo que más pasó

      • Capítulo CIX

          Cómo otro día más indignados que nunca, con nuevas maneras de pelear, acometieron a los nuestros los indios, e de lo que un tlaxcalteca hizo

      • Capítulo CX

          Cómo un tiro sin cebarle disparó, y de lo que los indios dixeron de Nuestra Señora y de Sanctiago

      • Capítulo CXI

          De otro combate que se dio a los nuestros y cómo Cortés por su persona tomó otro cu y cómo ganó siete puentes. Cómo le inviaron a llamar los señores mexicanos y lo que con ellos pasó

      • Capítulo CXII

          Cómo tornado a seguir los enemigos a Cortés, tornó atrás, mató muchos, y hallando desembarazada la puente, pasó con gran dificultad. Cómo Marina habló a Motezuma y él a los suyos y cómo lo hirieron

      • Capítulo CXIII

          Cómo Motezuma un día antes que muriese invió a llamar a Cortés y de las palabras que le dixo y de lo que Cortés le respondió

      • Capítulo CXIV

          De la muerte de Motezuma y de lo que Cortés mandó hacer de su cuerpo y donde los indios lo enterraron

      • Capítulo CXV

          De quién fue Motezuma y de su condisción y costumbres

      • Capítulo CXVI

          Cómo Cortés invió a llamar a los señores mexicanos y de lo que con ellos pasó

      • Capítulo CXVII

          Cómo Cortés otro día de mañana salió con tres ingenios de madera y cómo aprovecharon poco

      • Capítulo CXVIII

          Cómo Cortés pidió treguas a los mexicanos y no se las quisieron conceder

      • Capítulo CXIX

          Cómo determinó Cortés de salir aquella noche de la ciudad y de lo que Botello le dixo y lo demás que Cortés hizo

      • Capítulo CXX

          Cómo Cortés ordenó su gente y hizo una puente de madera para pasar los ojos de las acequias, y a quién la dio, y lo que luego pasó

      • Capítulo CXXI

          Cómo al poner de la puente en el primer ojo los españoles fueron sentidos y las velas tocaron al arma, y de la gente que por las calles y en canoas luego acudió

      • Capítulo CXXII

          Del salto que dicen de Pedro de Alvarado, y de cómo Cortés tornó a recoger la gente que atrás quedaba

      • Capítulo CXXIII

          Cómo los españoles, pasado aquel ojo, llegaron a tierra firme y cómo los indios los siguieron hasta Tacuba, y cómo después de la puente reparó un poco Cortés y de lo que acontesció a un español

      • Capítulo CXXIV

          Cómo en aquella parte donde murieron los más de los españoles, después de tomada la ciudad, un Joan Tirado hizo una capilla donde se dixo misa por los muertos

      • Capítulo CXXV

          Cómo Cortés y los que escaparon de aquel peligroso paso fueron peleando hasta Tacuba, y de lo que allí les pasó

      • Capítulo CXXVI

          Cómo Cortés se mostró sobre una quebrada a los de la retroguarda, con que los animó mucho, y lo que les dixo, e cómo todos se hicieron fuertes en un cu

      • Capítulo CXXVII

          Cómo Cortés hizo alarde de su gente y la puso en orden y salió, para no ser sentido, de noche, y de lo que en el camino le acontesció

      • Capítulo CXXVIII

          Cómo prosiguiendo Cortes su camino le dieron una pedrada en la cabeza, y cómo Alonso de Ávila dio una lanzada a un español y por qué, y lo que más subcedió

      • Capítulo CXXIX

          Cómo yendo el exército adelante salió un indio al camino a desafiar los españoles, y cómo los mexicanos, hecho sacrificio en México de los españoles, vinieron a Otumba, y del razonamiento que Cortés hizo a los suyos

      • Capítulo (XXX

          Cómo se dio la memorable batalla que se dice de Otumba, y cómo Cortés mató al General de los mexicanos, y de otras cosas señaladas

      • Capítulo CXXXI

          Cómo vencida esta memorable batalla, el exército español pasó adelante, y de lo que más subcedió después

      • Capítulo CXXXII

          Cómo Magiscacín y Xicotencatl e otros señores vinieron a aquel pueblo a visitar a Cortés, y de la plática que Magiscacín le hizo

      • Capítulo CXXXIII

          De lo que Cortés respondió a Magiscacín e a los otros señores, y de las joyas que les dio, y de lo que más pasó

      • Capítulo CXXXIV

          De las nuevas que Magiscacín dio a Cortés de Joan Juste y sus compañeros, y de cómo pidieron licencia para salir a correr la tierra con algunos españoles, donde andaban mexicanos

    • Libro quinto

      • Capítulo primero

          Cómo Cortés y sus compañeros otro día entraron en Taxcala y del solemne rescibimiento que en ella le hicieron, y de las palabras que Magiscacín dixo a Cortés

      • Capítulo II

          Cómo Cortés halló en Taxcala a Joan Páez, capitán, y de lo que con él había pasado Magiscacín, y Cortés después le dixo

      • Capítulo III

          Cómo Cortés, sabiendo de Ojeda lo que Xicotencatl y los de su parcialidad decían, se mandó velar, y del gran peligro de morir en que estuvo

      • Capítulo IV

          Del descontento que los españoles tenían, y de cómo requirieron a Cortés se fuese, y de lo que él les respondió

      • Capítulo V

          De lo que Cortés respondió y del razonamiento que les hizo

      • Capítulo VI

          Cómo los mexicanos inviaron sus embaxadores a los tlaxcaltecas, prometiéndoles perpectua amistad si mataban a los españoles

      • Capítulo VII

          Cómo, hechas sus cerimonias, los embaxadores mexicanos propusieron su embaxada, y de lo que Magiscacín respondió, mandándolos salir

      • Capítulo VIII

          De la consulta de los señores tlaxcaltecas y de cómo Magiscacín defendió la parte de los españoles y echó de las gradas abaxo a Xicotencatl

      • Capítulo IX

          Cómo Cortés dio las gracias a Magiscacín sobre lo que había pasado y cómo Xicotencatl pidió se hiciese guerra a los de Tepeaca

      • Capítulo X

          Cómo Xicotencatl volvió a hablar a Cortés sobre la guerra de Tepraca, y de cómo primero que la comenzase invió sus mensajeros, y lo que los de Tepeaca respondieron

      • Capítulo XI

          De lo que la señoría de Taxcala respondió, y de cómo Cortés salió a hacer la guerra

      • Capítulo XII

          Cómo después de haber salido Cortes salió la demás gente, las devisas que los señores llevaban y la extraña manera con que al hijo de Magiscacín armaron caballero

      • Capítulo XIII

          Cómo aquel día dieron en la tierra de Zacatepeque, y del duro y bravo recuentro que allí hubo con los de Tepeaca

      • Capítulo XIV

          Cómo Cortés fue a Tepeaca y entró en ella sin resistencia, y de lo que más subcedió

      • Capítulo XV

          Cómo estando Cortés en Tepeara, los mexicanos tentaron de matar con traición a los cristianos y cómo les descubrió, y el castigo que hubo

      • Capítulo XVI

          Cómo en el entretanto que Cortés estaba en Tepeaca, indios de México publicaron que Cortés y los suyos eran muertos, y cómo mataron a Saucedo y otras desgracias acaescidas a españoles

      • Capítulo XVII

          Cómo Diego de Ordás fue sobre Guacachula, la guerra que hizo y la presa que traxo

      • Capítulo XVIII

          Cómo el señor de Guacachula invió secretamente a darse de paz a Cortés y con qué condisción, y lo que respondió

      • Capítulo XIX

          Cómo Cortés invió a Diego de Ordás y a Alonso de Avila con docientos españoles, y cómo se engañaron creyendo que los de Guacachula les trataban traición

      • Capítulo XX

          Cómo Cortés se partió con los mensajeros de Guacachula, y de lo que en el camino le acontesció

      • Capítulo XXI

          Cómo los indios de Guacachula, desmintiendo las velas, cercaron a los capitanes mexicanos y cómo pelearon con ellos y [a] la mañana los ayudó Cortés

      • Capítulo XXII

          Cómo Cortés desde Guacachula se fue a Yzucar y echó de allí las guarniciones mexicanas que había, y de cómo allí, eligió por señor del pueblo a un muchacho que fue el primero que en las Indias se bautizó

      • Capítulo XXIII

          Del asiento y fertilidad de Yzucar y de cómo Cortés mandó llamar y algunos vecinos que se habían huído

      • Capítulo XXIV

          Cómo Cortés volvió a Tepeaca y de allí invió a sus Capitanes, unos a asegurar el camino de la Veracruz, y otros a pacificar otros pueblos, y de un nuevo modo de crueldad con que mataban a los nuestros

      • Capítulo XXV

          De lo que un indio de los que así prendieron, antes que le justiciasen, confesó cerca de lo pasado, y de otras cosas

      • Capítulo XXVI

          Cómo el cacique de aquel pueblo entró con cierta gente en aquellos aposentos y salió sin ser sentido, y de otras cosas que acaescieron

      • Capítulo XXVII

          Cómo Cortés desde Tepeaca despachó mensajeros a la Veracruz, e de las nuevas que tuvo de Barrientos

      • Capítulo XXVIII

          Tepeaca dio viruelas en los indios, y cómo como poco antes que Cortés saliese de fundó una villa que llamó Segura de la Frontera

      • Capítulo XXIX

          Cómo Cortés desde la nueva villa de Segura despachó [a un hidalgo] con cuatro navíos de Narváez a Sancto Domingo, e cómo vino a ver a Cortés el señor de Chinantla

      • Capítulo XXX

          Cómo Cortés se partió para Tlaxcala y lo que pasó con Martín López, e cómo le invió adelante a cortar la madera

      • Capítulo XXXI

          Cómo Cortés entró en Tlaxcala y del rescibimiento que se le hizo, y de una plática que un señor al entrar en la ciudad le hizo, y de lo que Cortés respondió

      • Capítulo XXXII

          Del sentimiento que Cortés hizo por la muerte de su amigo Magiscacín, y cómo eligió señores, y entre ellos un hijo de su amigo

      • Capítulo XXXIII

          En el cual se da cuenta cómo Magiscacín antes de su muerte pidió el baptismo, y de otras señales que mostró de cristiano, y cómo Cortés puso luto por él

      • Capítulo XXXIV

          Cómo Cortés entendió en dar priesa cómo la madera se cortase, y procuró saber de los negocios de México

      • Capítulo XXXV

          Cómo Guatemuza se adereszó para la guerra, y de las cosas que hizo e dixo para contra los cristianos

      • Capítulo XXXVI

          Del razonamiento que Guatemuza hizo a los mexicanos y a los otros sus amigos, animándolos contra los nuestros

      • Capítulo XXXVII

          De la repuesta que dieron los señores a Guatemuza

      • Capítulo XXXVIII

          Cómo Cortés se rehizo y se aprestó para venir sobre México

      • Capítulo XXXIX

          Cómo Cortés hizo alarde de los suyos, y de una solemne plática que les hizo

      • Capítulo XL

          Del alarde y reseña que otro día, a imitación de los nuestros, los tlaxcaltecas hicieron

      • Capítulo XLI

          De los navíos y personas señaladas que en ellos vinieron en ayuda de Cortés

      • Capítulo XLII

          De las ordenanzas que Cortés hizo y mandé pregonar para la buena gobernación del exército, y cómo castigó a algunos que las quebrantaron

      • Capítulo XLIII

          Del razonamiento que Cortés hizo a los tlaxcaltecas al tiempo de su partida

      • Capítulo XLIV

          Cómo Cortés salió de Tlaxcala y de lo que más subcedió

      • Capítulo XLV

          Cómo Cortés prosiguió su camino, y lo que en él le pasó

      • Capítulo XLVI

          Cómo Cortés subió a la cumbre de aquel monte, y cómo desde él señoreó la tierra, y de la refriega que hubo con los enemigos

      • Capítulo XLVII

          De lo que Cortés respondió a los embaxadores y cómo se fue a Quatichán, y de lo que más subcedió

      • Capítulo XLVIII

          Cómo, subiendo ciertos españoles a las azoteas, vieron cómo los vecinos de Tezcuco desamparaban la ciudad, y lo que sobre ello Cortés proveyó

      • Capítulo IL

          Cómo desde a tres días comenzaron algunos pueblos a venir de paz, e de lo que más subcedió

      • Capítulo L

          De la conjuración que hubo entre algunos españoles contra Cortés y cómo se supo, y del castigo que hizo en Villafaña

      • Capítulo LI

          Cómo Cortés otro día mandó llamar a todos los suyos y del razonamiento que, leídos los nombres del papel, les hizo

      • Capítulo LII

          Cómo Cortés tuvo ciertos recuentros con los de Iztapalapa, e de un gran peligro en que se vió

      • Capítulo LIII

          De la congoxa que Cortés tuvo aquella noche, y de cómo otro día se le ofrescieron de paz ciertos pueblos

      • Capítulo LIV

          Cómo Cortés invió a Gonzalo de Sandoval con docientos hombres de a pie e veinte de a caballo a dos cosas muy importantes, que se dirán

      • Capítulo LV

          Cómo Gonzalo de Sandoval fue a Chalco y de la refriega que con los mexicanos hubo, y de cómo los de Chalco vinieron a ver a Cortés

      • Capítulo LVI

          De lo que Cortés respondió a los señores de Chalco y de cómo mandó a Sandoval volviese con ellos y de allí se llegase a Tlaxcala

      • Capítulo LVII

          Cómo, llegando Don Hernando el indio, Cortés lo eligió por señor de Tezcuco, y de la gente que luego vino a esta nueva

      • Capítulo LVIII

          De la plática que Cortés hizo a los ciudadanos y nuevo señor de Tezcuco, y de cómo ellos le juraron por señor

      • Capítulo LIX

          De cómo los señores de Guatinchán y Guaxuta vinieron a decir a Cortés cómo todo el poder de Culhúa venía sobre él y de lo que él respondió y hizo

      • Capítulo LX

          Cómo Cortés dio sobre aquellos pueblos y ellos le pidieron perdón, y lo que sobre esto hizo

      • Capítulo LXI

          Cómo los de Chalco pidieron socorro a Cortés y de lo que respondió y de cómo le vinieron mensajeros de tres provincias

      • Capítulo LXII

          De lo que Cortés respondió a los mensajeros y cómo confederó e hizo amigos a los de Chalco con ellos

      • Capítulo LXIII

          Cómo Cortés supo que los bergantines estaban hechos y que había llegado un navío al puerto, y del hecho que hizo un español

      • Capítulo LXIV

          Cómo Cortés invió a Sandoval por los bergantines y de lo que más le mandó y él hizo

      • Capítulo LXV

          De la traición con que los del pueblo morisco prendieron y mataron tantos españoles

      • Capítulo LXVI

          Cómo Sandoval se partió e de un rétulo que vio, e del castigo que en el pueblo hizo

      • Capítulo LXVII

          Cómo en el entretanto que Sandoval caminaba, los españoles salieron con la tablazón de los bergantes

      • Capítulo LXVIII

          Cómo Sandoval topó con los que traían los bergantines y el orden con que venían

      • Capítulo LXIX

          Donde se prosigue el orden y concierto con que iban los indios hasta llegar a Tezcuco

      • Capítulo LXX

          Cómo, entrando, por los términos de México, se trocó el orden, y de lo que dixo el Capitán que llevaba la delantera

      • Capítulo LXXI

          Cómo llegada la tablazón y ligazón de los bergantines, vino socorro de españoles y caballos que habían venido de Sancto Domingo, y de lo que Cortés les dixo y ellos respondieron

      • Capítulo LXXII

          Cómo se armaron los bergantines y de la manera cómo se echaron al agua y con cuánta devoción y solemnidad

      • Capítulo LXXIII

          Cómo Cortés invió [a] Alonso de Ojeda a la Villa Rica por dos tiros y de lo que le subcedió en el camino, y cómo a la vuelta Cortés le encargó la gente Tlaxcalteca

      • Capítulo LXXIV

          Cómo Cortés, sin decir adónde iba, salió otro día con mucha [gente] a bojar el alaguna, y de lo que le subcedió

      • Capítulo LXXV

          Cómo otro día los tlaxcaltecas saquearon la ciudad, y cómo Cortés estuvo allí seis días escaramuzando, siempre con los enemigos

      • Capítulo LXXVI

          De las cosas que los mexicanos decían a los españoles y de lo que Cortés les dixo y ellos respondieron

      • Capítulo LXXVII

          Cómo Cortés, volvienda a Tezcuco, siguiéndole los mexicanos, les puso celadas y mató muchos dellos

      • Capítulo LXXVIII

          De lo que demás de lo contenido en el capítulo pasado Ojeda dice en su Relación

      • Capítulo LXXIX

          Cómo Ojeda y Joan Márquez cataron a los indios tlaxcaltecas, y del oro que les hallaron, y cómo por esto muchos dellos se ausentaron

      • Capítulo LXXX

          De lo que Ojeda escribe que acaeció a Cortés en Tacuba cuando se subió a un alto, y de la gracia que Pedro de Ircio dixo a su Alférez

      • Capítulo LXXXI

          Cómo Cortés entró en Tezcuco y del regocijo con que fué rescebido

      • Capítulo LXXXII

          Cómo los tlaxcaltecas se despidieron de Cortés, y cómo vinieron mensajeros de Chalco a pedir socorro

      • Capítulo LXXXIII

          Cómo Sandoval llegó a Chalco y allí ordenó lo que había de hacer, y de un bravo recuentro que hubo con los mexicanos

      • Capítulo LXXXIV

          Cómo Sandoval fué a Acapistla, donde requirió a los mexicanos se diesen de paz, y de la batalla que con ellos hubo

      • Capítulo LXXXV

          Cómo ido Sandoval, los mexicanos revolvieron sobre los de Chalco, y cómo antes que allá fuese Sandoval los de Chalco habían vencido

      • Capítulo LXXXVI

          Del socorro que vino a Cortés, y cómo de los prisioneros invió dos a los mexicanos

      • Capítulo LXXXVII

          Cómo los mexicanos revolvieron sobre los de Chalco, e haciéndolo saber a Cortés, respondió que él quería ir al socorro

      • Capítulo LXXXVIII

          Cómo otro día partió Cortés de allí, y cómo halló un peñol muy fuerte, y de la manera que tuvo en acometerle

      • Capítulo LXXXIX

          Cómo Cortés combatió otro peñol, y cómo ambos se le dieron de paz, y de lo que le dixeron y él les dixo

      • Capítulo XC

          Do se prosigue cómo los deste peñol se dieron de paz y con ellos los del otro, y lo que más pasó

      • Capítulo XCI

          Cómo Cortés partió para Guastepec y de cómo allí fué rescebido, y de la frescura deste pueblo, y cómo de allí pasó a Yautepec

      • Capítulo XCII

          Cómo Cortés fué a Quaunauac, fuerte y grande pueblo, y cómo por el ánimo de un indio tlaxcalteca vino a ser señor dél

      • Capítulo XCIII

          Cómo Cortés fue a Suchimilco, y del trabajo que en el camino pasó, y de la guerra que hizo a los del pueblo

      • Capítulo XCIV

          Do se prosigue la batalla y se trata de un caso extraño que subcedió a Cortés

      • Capítulo XCV

          De un bravo y soberbio razonamiento que Guautemucín, señor de México, hizo a los suyos, persuadiéndolos y exhortándolos a que de improviso diesen sobre Cortés en Suchimilco

      • Capítulo XCVI

          De lo mucho que los mexicanos se encendieron contra los nuestros con el razonamiento de su señor, y de cómo luego pusieron por obra lo que les dixo

      • Capítulo XCVII

          Cómo se trabó la batalla y cómo la vencieron los nuestros

      • Capítulo XCVIII

          Cortés salió de Suchimilco y cómo todavía los enemigos le seguían, y cómo revolvió sobre ellos hasta que le dexaron y cómo entró en Cuyoacán

      • Capítulo IC

          Cómo Cortés fué a Tacuba y de los recuentros que tuvo con los vecinos de la ciudad, y de cómo le llevaron dos españoles vivos

      • Capítulo C

          Cómo Cortés prosiguió su camino y aquella noche fué a dormir a Tezcuco, y de cuán bien fué rescebido

      • Capítulo CI

          De lo que pasó a Cortés, y cómo fueron tratados en Chinantla Barrientos y Heredia, y de la astucia de Barrientos, con que se hizo temer

      • Capítulo CII

          Cómo los de Chinantla inviaron dos indios, y con ellos la carta de Barrientos, y de lo que más subcedió

      • Capítulo CIII

          Cómo el Capitán que estaba en Tepeaca, rescibió la carta y la invió a Cortés, y de lo que con ella se holgó

      • Capítulo CIV

          Cómo Cortés, después de haber vuelto a Tezcuco entendió en acabar de aprestar los bergantines para la guerra

      • Capítulo CV

          Cómo Cortés hizo alarde de la gente que tenía y eligió Capitanes para los bergantines

      • Capítulo CVI

          Cómo, hecho el alarde y elegidos Capitanes, mandó pregonar de nuevo, las ordenanzas, y de las armas falsas que hizo dar

      • Capítulo CVII

          Cómo Cortés invió a Alonso de Ojeda a Cholula a cierto negocio, y de ahí a que apercibiese a los de Tlaxcala y a los demás amigos para ir sobre México

      • Capítulo CVIII

          De lo que Xicotencatl, en nombre de toda la senoría de Tlaxcala, respondió a Ojeda

      • Capítulo CIX

          Cómo Ojeda entendió en recoger la gente y de lo que con ella le acontesció

      • Capítulo CX

          Cómo entró Ojeda con los tlaxcaltecas y Cortés los salió a rescebir

      • Capítulo CXI

          De una solemne plática que Cortés hizo a los suyos antes que cercasen a México

      • Capítulo CXII

          Del público consentimiento, y alegría con que Cortés fué oído y de lo que muchos, unos a otros, se dixeron

      • Capítulo CXIII

          Cómo Cortés ordenó su exército, y cómo primero salieron todos los españoles en orden a la plaza con los indios amigos

      • Capítulo CXIV

          Cómo se partieron los maestros de campo, y de ciertas diferencias que hubo entre ellos

      • Capítulo CXV

          Cómo los dos Capitanes fueron a quitar el agua dulce a México y adereszaron algunos malos pasos, y de otras cosas que hicieron

      • Capítulo CXVI

          Cómo otro día de mañana salió Cristóbal de Olid a dar una vista, y de lo que le subcedió

      • Capítulo CXVII

          De la consulta que Guautemucín tuvo en México con los de su reino sobre la guerra, y de una plática que les hizo pidiéndoles su parescer

      • Capítulo CXVIII

          De la respuesta de los Capitanes y señores mexicanos y de la diversidad de paresceres que entre ellos hubo

      • Capítulo CXIX

          Cómo Guautemuza sacrificó cuatro españoles y cuatro mil indios, y cómo se determinó de seguir la guerra

      • Capítulo CXX

          De lo que los tlaxcaltecas respondieron, y de lo que siente Motolinea acerca de la repuesta de los dioses

      • Capítulo CXXI

          Cómo Xicotencatl, Capitán de sesenta mill infantes, se volvió a Tlaxcala, de donde le traxeron; y traído, le mandó Cortés ahorcar

      • Capítulo CXXII

          Cómo Cortés quiso ahorcar a Piltechtl y cómo riñó ásperamente a Ojeda cuando supo lo que había pasado

      • Capítulo CXXIII

          Cómo Cortés se embarcó, y de una notable victoria que en el peñol hubo

      • Capítulo CXXIV

          De otra muy señalada victoria que Cortés hubo de los mexicanos por el agua

      • Capítulo CXXV

          De otra tercera victoria que Cortés hubo de los mexicanos

      • Capítulo CXXVI

          Como Cortés saltó en tierra y sacó tres tiros gruesos, y de lo que con ellos hizo

      • Capítulo CXXVII

          Cómo aquella noche, fuera de su costumbre, los enemigos dieron sobre Cortés

      • Capítulo CXXVIII

          De la brava refriega que otro día Cortés tuvo con los mexicanos, y de cómo les ganó una puente e un albarrada

      • Capítulo CXXIX

          De la refriega que Sandoval hubo, y de la industria que Cortés tuvo para que pasase la gente

      • Capítulo CXXX

          Cómo Cortés invió a Sandoval a que acabase de cercar a México, y lo que sobre esto pasó

      • Capítulo CXXXI

          Cómo Cortés determinó de entrar por la ciudad adentro, y de las victorias que aquel día alcanzó

      • Capítulo CXXXII

          Cómo Cortés ganó una torre e una puente muy fuertes

      • Capítulo CXXXIII

          De la brava refriega que en este paso hubo, y cómo Cortés ganó otros pasos hasta llegar a la entrada de la plaza

      • Capítulo CXXXIV

          Cómo Cortés entró en la plaza y huyeron los enemigos y revolviendo luego sobre los nuestros los hicieron retirar

      • Capítulo CXXXV

          Cómo los enemigos fueron siguiendo a Cortés y cómo a otra parte pelearon Sandoval y Alvarado

      • Capítulo CXXXVI

          Cómo Don Fernando, señor de Tezcuco, acudiendo con mucha gente en favor de Cortés hizo una plática a sus hermanos, y lo que respondió el mayor dellos

      • Capítulo CXXXVII

          Cómo Cortés rescibió al General y a los otros Capitanes sus hermanos, y de lo que más pasó

      • Capítulo CXXXVIII

          Cómo vinieron los de Suchimilco y otros amigos, y de lo que a Cortés dixeron, y él les respondió

      • Capítulo CXXXIX

          Cómo Cortés repartió los bergantines para el combate de la ciudad, y de la plática que hizo a los suyos antes que la combatiese

      • Capítulo CXL

          Cómo pasados los dos días, Cortés comenzó el combate, y de lo que aquel día pasó

      • Capítulo CXLI

          Cómo Cortés, por consejo del General de Tezcuco, quemó muchas casas, y de lo que le movió a ello

      • Capítulo CXLII

          Cómo Cortés volvió otro día al combate, y del trabajo que pasó en tornar a cegar lo que los enemigos habían abierto

      • Capítulo CXLIII

          Donde se dice qué fue la causa por qué Cortés, tomadas y cegadas las puentes, no llevaba el real adelante, volviéndose siempre a su puesto

      • Capítulo CXLIV

          De la mucha gente de los pueblos del alaguna, que vino en favor de Cortés, y de cómo formó un grueso exército de indios amigos, y lo que hicieron

      • Capítulo CXLV

          Cómo Cortés determinó de combatir la ciudad por tres o cuatro partes, para que se les diese de paz, e de lo que sobre esto pasó

      • Capítulo CXLVI

          De la victoria que otro día tuvieron los reales españoles y de la porfía grande de Guautemuza

      • Capítulo CXLVII

          De la desgracia que a Pedro de Alvarado acontesció por quererse aventajar y señalar

      • Capítulo CXLVIII

          Cómo Cortés supo esta desgracia, y de lo que con Alvarado pasó

      • Capítulo CIL

          De algunas entradas que Cortés hizo, y de lo que respondió al tesorero Alderete, que le importunaba se metiese más en la ciudad

      • Capítulo CL

          Cómo otro día Cortés dio orden en lo que se había de hacer para dar el combate

      • Capítulo CLI

          Del razonamiento que Cortés hizo a los suyos y del orden que dio en el combate

      • Capítulo CLII

          Cómo Cortés acometió con su gente y del bravo y peligroso combate de aquel día

      • Capítulo CLIII

          Del gran riesgo y peligro en que Cortés se vio, por no estar bien ciega una puente

      • Capítulo CLIV

          Do se prosigue y dice el peligro que de ser preso o muerto Cortés tuvo, y de cómo Olea murió defendiéndole, y de lo que hizo Cortés sobre esto

      • Capítulo CLV

          De cómo Alvarado y Sandoval pelearon este día, e de lo que subcedió con el bergantín de Flórez, e cuánto ayudó el Capitán Mota

      • Capítulo CLVI

          Cómo Cortés salió a la calle de Tacuba peleando, y de lo quee invió a decir a los otros Capitanes de su compañía, y de lo que los enemigos hicieron

      • Capítulo CLVII

          De las alegrías que los enemigos hicieron y de las palabras que dixeron y recaudos que inviaron a otras provincias

      • Capítulo CLVIII

          Cómo sabido el desbarato de los españoles por la comarca, los indios de Marinalco e otros se rebelaron, y cómo Cortés invió contra ellos al Capitán Andrés de Tapia, el cual los venció, y de la confederación de sus veinte compañeros

      • Capítulo CLIX

          Cómo vinieron a Cortés mensajeros de los otomíes, quexándose de los de Matalcinco, y cómo determinó de inviar a ello a Sandoval

      • Capítulo CLX

          De lo que los españoles sintieron esta partida, y cómo Sandoval venció

      • Capítulo CLXI

          Cómo otro día por la mañana, queriendo Sandoval combatir la fuerza, no halló a nadie, y de lo que más subcedió

      • Capítulo CLXII

          Cómo los tlaxcaltecas, después de venido Sandoval, pelearon sin los españoles con los mexicanos, e de una plática que su General antes hizo, e de cómo los mexicanos acometieron a los nuestros de súbito

      • Capítulo CLXIII

          Del peligro en que se vieron algunos bergantines y de lo bien que lo hizo Martín López, e de la muerte del Capitán Pedro Barba

      • Capítulo CLXIV

          Cómo estando la guerra en estos términos Cortés invió a Ojeda e a Juan Márquez a Tlaxcala por bastimentos, e del gran Peligro en que se vieron al salir de México

      • Capítulo CLXV

          Cómo prosiguiéndose el combate, una Isabel Rodríguez curaba, y de lo que acontesció a un Antonio Peinado

      • Capítulo CLXVI

          De la muerte de Magallanes y de lo que subcedió al Tesorero Alderete, y del ánimo y esfuerzo de Beatriz de Palacios

      • Capítulo CLXVII

          De lo que otro día subcedió, y del desafío de un indio y de cómo le mató Hernando de Osma

      • Capítulo CLXVIII

          Cómo la guerra andaba tan encendida que hasta los niños y mujeres de los mexicanos peleaban y de lo que pasaron con Castañeda y Cristóbal de Olid, y del esfuerzo de Cristóbal Corral, alférez

      • Capítulo CLXIX

          Cómo viniendo los españoles huyendo, Beatriz Bermúdez salió a ellos y los avergonzó, y volviendo, vencieron

      • Capítulo CLXX

          Cómo los mexicanos tomaron a un español, y de lo que hicieron con él y con otros, y de la batalla que se trabó por tomar el cuerpo de un señor que Martín López mató

      • Capítulo CLXXI

          Cómo Cortés, hecha consulta con ciertos capitanes, por muchas partes acometió la ciudad, y de cómo se señalaron algunos dellos

      • Capítulo CLXXII

          Cómo determinó Cortés de combatir otro día la ciudad por dos partes, y de lo que también este día se señalaron algunos Capitanes

      • Capítulo CLXXIII

          Do se prosigue lo que Cortés hizo y cómo se señalaron algunos otros Capitanes

      • Capítulo CLXXIV

          Cómo Cortés se retiró y de lo que hizo Pedro Dircio y de lo que Andrés de Tapia trabajó

      • Capítulo CLXXV

          Cómo Cortés determinó de asolar la ciudad y del socorro que para esto le vino

      • Capítulo CLXXVI

          Cómo pasados cuatro días desta determinación, combatió Cortés la ciudad, y de cómo se entretenían los mexicanos, y del ardid que usaron

      • Capítulo CLXXVII

          Cómo otro día tornó Cortés a combatir la ciudad e se subió a una torre para que los enemigos le viesen, e de un hazañoso hecho que hizo Hernando de Osma

      • Capítulo CLXXVIII

          De lo que otro día hizo Cortés, poniendo celada a los enemigos, e de lo que hallaron los españoles en una sepoltura, y de lo mucho que la celada atemorizó a los mexicanos

      • Capítulo CLXXIX

          Cómo primero que los nuestros se retraxesen, los enemigos inviaron espías y los nuestros las tomaron, y de lo que se supo de una señora muy principal que Joan Rodríguez Bejarano prendió, e lo que de ciertos indios se entendió

      • Capítulo CLXXX

          Do se prosigue lo que resta del pasado

      • Capítulo CLXXXI

          Cómo Cortés al cuarto del alba dio sobre los enemigos, poniendo primero espías, y cómo derrocó con los bergantines muchos de los tablados que tenían hechos

      • Capítulo CLXXXII

          Cómo Cortés tornó otro día al combate y cómo se acabó de ganar la calle de Tacuba, e quemó las casas de Guatemuza y lo demás

      • Capítulo CLXXXIII

          Cómo otro día Cortés ganó a los enemigos una gran calle e de cómo revolvieron sobre Cortés y de lo que decían a los indios amigos

      • Capítulo CLXXXIV

          Cómo Alvarado ganó ciertas torres cerca del mercado, y el peligro en que se vieron los de a caballo, y lo que Cortés hizo

      • Capítulo CLXXXV

          Cómo Cortés entró en la plaza y Alvarado, por otro camino, vino a ella, y del placer que los unos con los otros rescibieron, y cómo Cortés, de piedad, entretuvo el combate

      • Capítulo CLXXXVI

          De lo que Cortés invió a decir a los de la ciudad y de lo que ellos respondieron

      • Capítulo CLXXXVII

          Cómo Cortés mandó hacer un trabuco por falta de pólvora y cómo se erró, y de lo que pasó con los mexicanos

      • Capítulo CLXXXVIII

          De lo que los mexicanos respondieron y del bravo combate que les dieron Cortés y Alvarado

      • Capítulo CLXXXIX

          Cómo otro día Cortés volvió a la ciudad y de cómo los enemigos le llamaron, y de lo que le dixeron

      • Capítulo CXC

          Cómo Cortés invió un principal mexicano que tenía preso a la ciudad, y de lo que le dixo, que hiciese, e cómo los suyos le sacrificaron

      • Capítulo CXCI

          Cómo otro día entró Cortés en la ciudad, y de lo que dixo a ciertos principales della y de lo que ellos, llorando, le respondieron

      • Capítulo CXCII

          Cómo Cortés salió a lo puesto e Guautemucín no vino, e de lo que invió a decir e Cortés respondió, y de las demás cosas que pasaron

      • Capítulo CXCIII

          Cómo, volviendo, aquellos señores, dixeron a Cortés se viniese a ver con Guautemucín, e de cómo volvió a faltar, e cómo Cortés combatió unas albarradas e de la gran matanza que en los enemigos hizo

      • Capítulo CXCIV

          Cómo otro día Cortés volvió a la ciudad, como lo tenía ordenado, y cómo un gran señor que se decía Ciguacoacín hablé a Cortés, y de lo que él proveyó para que los indios amigos no hiciesen estrago en los que se daban

      • Capítulo CXCV

          Cómo Cortés, vista la rebeldía de los mexicanos, los combatió, e cómo Garci Holguín prendió a Guautemucín e al gobernador y de lo que más pasó

      • Capítulo CXCVI

          Cómo Garci Holguín llevó preso a Guautemucín a Cortés y de lo que entre los dos pasó

      • Capítulo CXCVII

          En qué día se tomó México y cuánto duró el cerco della, y de la memoria que hoy se hace de su victoria, y de otras cosas

      • Capítulo CXCVIII

          Cómo Cortés mandó guardar los bergantines, y de los pronósticos que precedieron de la destruición de México

    • Libro sexto

      • Capítulo I

          De un extraño caso que a Motezuma acaesció estando determinado de salirse de México

      • Capítulo II

          De la diligencia que puso Cortés en saber del tesoro de México, y de otras cosas

      • Capítulo III

          De lo que se hubo del despojo de México, y de lo que cupo al Emperador de su quinto

      • Capítulo IV

          De lo que con los procuradores escribió Cortés al Emperador, y de lo que de Cortés le escribió el Cabildo de México

      • Capítulo V

          Cómo fue preso Alonso de Avila y llevado a Francia, y del gran ánimo que tuvo un año entero con una fantasma que de noche se echaba en su cama

      • Capítulo VI

          De lo que más subcedió, y cómo Alonso de Avila fue rescatado

      • Capítulo VII

          Cómo ganada México, no tiniendo Cortés pólvora para conquistar las demás provincias, invió diversas personas por azufre, y de lo que con Montaño y Mesa pasó

      • Capítulo VIII

          Cómo Montaño y Mesa e otros compañeros se adereszaron para subir al volcán, y de lo que al principio les subcedió

      • Capítulo IX

          Cómo prosiguiendo la subida del volcán, uno de los compañeros cayó en un ramblazo, e cómo otro dellos se quedó en el camino desmayado, e cómo esperaron allí hasta que vino el día

      • Capítulo X

          Cómo Montaño entró siete veces en el volcán, y la cantidad de azufre que sacó, e cómo entró otro e asimismo sacó azufre, y cómo el Montaño anduvo buscando por dónde pudiesen todos decendir

      • Capítulo XI

          Cómo por gran ventura toparon con el compañero, que había quedado desmayado, y del gran contento que él y ellos en toparse rescibieron, y cómo acabaron de descendir, y del espanto de los indios

      • Capítulo XII

          De la orden y diligencia que Cortés tuvo y puso para asegurar lo que había ganado, y saber lo que quedaba por ganar

      • Capítulo XIII

          Cómo un español acaso descubrió la provincia de Mechuacán, e de cómo Cortés invió a Montaña con otros españoles allá

      • Capítulo XIV

          De lo que Montaño y los demás respondieron a Cortés, y cómo se despacharon y partieron

      • Capítulo XV

          Cómo a cabo de cuatro días llegaron a un pueblo que se dice Taximaroa, en la raya de Mechuacán y de la cerca del pueblo, y del rescibimiento que los dél les hicieron, y de la matanza que en un tiempo los de Mechuacán en él hicieron en los mexicanos

      • Capítulo XVI

          Cómo aquel día los cuarto españoles con la demás gente se partieron en demanda de la ciudad de Mechuacán, y cómo en ella fueron rescebidos

      • Capítulo XVII

          Cómo el Cazonci salió otra vez a ver a los nuestros y ellos lo salieran a rescebir, y de lo que les dixo y ellos respondieron

      • Capítulo XVIII

          Cómo el Cazonci mandó guardar a los nuestros de noche y de día y con dos señores les invió a decir no saliesen sin su mandado, y del temor que tuvieron de ser muertos

      • Capítulo XIX

          Cómo aquellas españoles industriaron a los indios, y del recelo con que en el entretanto quedaron

      • Capítulo XX

          Cómo de allí a tres horas, viniendo de montería el Cazonci, fue a visitar aquellos españoles y cómo les dio la caza, y de lo que por la lengua les dixo

      • Capítulo XXI

          Cómo otro día muy de mañana vinieron muchos señores, y del gran presente que traxeron, y de lo que a los nuestros dixeron cerca del tratamiento de los señores que con ellos iban

      • Capítulo XXII

          Cómo ya que los españoles querían salir, el Cazonci les invió a pedir el lebrel, y lo que pasó en dárselo, y cómo lo sacrificó

      • Capítulo XXIII

          Cómo hasta llegar do Cortés estaba, los españoles se velaban cada noche, y de cómo le escribieron y de cómo los salió a rescebir, y de lo que pasó con ellos

      • Capítulo XXIV

          De lo que más pasé con aquellos españoles y de la alegría que con su venida hubo en el real, y de la embaxada de aquellos señores, y cómo Cortés les respondió

      • Capítulo XXV

          Cómo Cortés hizo señor del pueblo de Xocotitlán al indio intérprete para tenerle grato en las cosas de Mechuacán, y de cómo un hermano del Cazonci vino a ver a Cortés y de lo que pasó con él

      • Capítulo XXVI

          De lo que otro día se hizo y de cómo Cortés mostró a este Capitán los bergantines y la destruición de México, y lo mucho que dello se espantó

      • Capítulo XXVII

          Cómo el hermano del Cazonci se despidió de Cortés y llegado do su hermano estaba, contándole lo que había visto, le hizo venir

      • Capítulo XXVIII

          Cómo el Cazonci fue a ver a Cortés y cómo dél fue rescebido, y de su muerte algunos años después

      • Capítulo XXIX

          De las provincias que Gonzalo de Sandoval conquistó y pobló

      • Capítulo XXX

          Cómo Gonzalo de Sandoval salteó de noche un pueblo y prendió una señora, y de cómo ganó y conquistó otras provincias

      • Capítulo XXXI

          Cómo Cortés invió a descubrir la mar del Sur por otro camino, e tenida relación invió a Pedro de Alvarado, e de cómo se dio de paz el señor de Teguantepec

      • Capítulo XXXII

          Cómo Alvarado se volvió y los vecinos se mudaron, y Cortés invió a Diego de Ocampo, e de lo que acontesció a la vuelta a Pedro de Alvarado con un señor de indios chontales

      • Capítulo XXXIII

          Cómo Cortés invió a la mar del Sur a hacer dos bergantines y cómo invió a Joan Rodríguez de Villafuerte, e Sandoval fue a Upilcingo e a Zacatula y de lo que más pasó