161
Ibid., p. 117.
162
M. Á. Asturias, Mulata de tal, cit., p. 24.
163
Ibid., p. 27.
164
Ibid., pp. 298-299.
165
Ibid., p. 300.
166
M. Á. Asturias, Algunos apuntes sobre «Mulata de tal», cit., p. 25.
167
L. González Del Valle, Fantasía y realidad en «Mulata de tal», «Sin Nombre», II, 3 (San Juan P. R.), 1972, p. 65.
168
M. Á. Asturias, Mulata de tal, cit., p. 106.
169
Entre los pocos ensayos cfr. el estudio estructuralista de Iber H. Verdugo que sirve de Introducción a la edición crítica de Viernes de Dolores, realizada por el mismo Verdugo, Madrid-México-París, Kliencksieck-Fondo de Cultura Económica, 1978. En el mismo volumen véanse las útiles aclaraciones, relativas a personajes y a situaciones, de Claude Couffon, en Claves para una lectura.
170
Recordaremos también que Asturias se había dejado arrastrar, muy a pesar suyo, en una polémica injustificada con Gabriel García Márquez, a propósito de Cien años de soledad, y ello contribuyó también a su marginación, en los últimos tiempos, por parte de los «nuevos escritores». El colombiano no le perdonó jamás a Asturias la acusación de plagio. De ahí que sus juicios sobre la obra del escritor guatemalteco hayan sido duros; aún en El olor de la guayaba (Barcelona, Bruguera, 1982, p. 118) García Márquez define «pésima» la novela El Señor Presidente.