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51

G. de Torre, op. cit., pág. 157.

 

52

Ibid., pág. 158.

 

53

Muy significativa es la descripción que de Valle-Inclán hizo Ramón Gómez de la Serna: «la mejor máscara a pie que paseaba, todo el año, la calle de Alcalá».

 

54

Juan Goytisolo, «La nueva literatura española,» Universidad de México, XIII, 3, de nov. de 1958, pág. 16. La Colmena, que la censura no dejó publicar en España, apareció en Buenos Aires, publicada por la Editorial Emecé, en 1951, y no, como indica Goytisolo, en 1952. Acerca de Cela escribe Ricardo Gullón, uno de los críticos más finos y mejor informados de la España de hoy: «... seguramente el narrador actual más leído e influyente entre los jóvenes españoles... Cela es un escritor extraordinario, no inferior a los grandes de generaciones anteriores. Prosista de verdad, dotado de admirable mirada para desentrañar lo nuestro, para vivir lo nuestro y revelarlo a través de unos pocos rasgos definitorios. Posee el don de síntesis, como Baroja, y una frase suya dice más sobre tal circunstancia, suceso o persona de cuanto es capaz de expresar el escribidor vulgar en media docena de páginas. En Cela hay algo de Solana, algo de Galdós, algo de Baroja, algo de Quevedo y los autores de novelas picarescas, pero todo asimilado como nutrimento natural y convertido en sustancia propia, autónoma, de características bien definidas y muy suyas. Cela tiene personalidad y, según creo, nadie hoy sería capaz de superarle cuando describe la realidad de España.» («España, 1958,» en Asomante, 3, julio-sept. 1958, pág. 72).

 

55

Ibid.

 

56

Robert Kirsner, «Spain in the Novels of Celo, and Baroja,» Hispania, XLI, (marzo de 1958).

 

57

Pío Baroja, La nave de los locos, Madrid, 1925, págs. 47-48.

 

58

Véase, por ejemplo, «The Structure of El Mayorazgo de Labraz» de Robert B. Knox, en Hispania, XXXVII, (sept. de 1955).

 

59

Engenio G. de Nora, La novela española contemporánea Madrid, 1958, pág. 133.

 

60

El mundo es ansí, págs. 149-150 de la ed. Austral (Buenos Aires, 1943).