Descubrimiento de Egipto
Ricardo Gullón
Ignoramos si han tenido eco en España las disputas entabladas entre egiptólogos a causa de las teorías expuestas por ayunos de ellos con ocasión de descubrimientos sensacionales realizados en los templos de Karnak y Luxor. Si hasta la fecha, y a partir de Champollión, la lectura de los jeroglíficos egipcios se realiza con regularidad, no se había logrado, en cambio, comprender el hondo significado de las inscripciones descifradas, ni por lo tanto, las ideas y las creencias de los hombres que las trazaron. La nueva egiptología pretende que «en la civilización faraónica el templo lleva en sus líneas, sus volúmenes, sus esculturas y sus inscripciones todo un juego de correspondencias con los ritmos de la naturaleza; y no ritmos vagamente aceptados por los sentidos del hombre, sino percibidos con precisión por su entendimiento». Son palabras de André Rousseaux, a quien debemos una pulcra exposición del estado actual del debate. «El ritmo del mundo -añade- está inscrito en el movimiento de los astros. Por eso, nos dicen los simbolistas, el templo egipcio está hecho a imagen del cielo por su vinculación a períodos astronómicos y su armonización con la marcha de los astros: está en constante evolución.» La teoría expuesta viene a explicar la destrucción de los templos para edificar otros en su lugar. Ya no es lícito atribuir tales destrucciones a motivos de vanidad o prestigio por parte de los faraones, que al ordenar su demolición se atemperaban a una ley que obligaba a ordenar el templo de acuerdo con la evolución de la Naturaleza.
Según Rousseaux, visitante atento de Luxor y Karnak, la confusa arquitectura de estos templos se aclara en cuanto estudiada a la luz de la egiptología simbolista, que explica la conservación bajo los nuevos templos de determinados elementos pertenecientes a los anteriores, embleados según principios que obedecen a una norma (bloques decorados del edificio precedente puestos como cimientos en los ángulos y ejes del luego construido: piedras cuyos temas aparecen para marcar su carácter de raíz del otro templo; capiteles antiguos sirviendo de base a las nuevas columnas)...
«Los secretos del antiguo Egipto -opina Rousseaux-, así vueltos a la luz, están visiblemente ligados a una doctrina esotérica». Las creencias del pueblo egipcio pueden servir para esclarecer los secretos de su arquitectura y estos a su vez contribuirán a mejor precisar aquellas y la civilización a que dieron origen.
