120. Las obras repugnantes de los hombres no turban el orden del Universo: prueba cierta de que su parte racional no pertenece este orden.
121. O, lo que es lo mismo, las leyes de la racionalidad no tienen nada que ver con las del Universo.
122. Y de ahí proviene el que haya en el hombre una facultad de elegir: esto es, la voluntad.
123. El hombre no está en su verdadero estado.
124. Verdadero estado para que nació el hombre.
125. No se conocía el nombre de virtud, porque no había vicios.
126. No era mérito la virtud, sino vivir según su ser.
127. Concediósele al hombre la Razón, como instrumento de su felicidad.
128. Y porque supiese cual era esta felicidad, le inspiró Dios la idea de la Religión.
129. Para que pudiesen ejercitar la Razón y la Religión, hizo Dios a los hombres sociables.