Discurso I
Ciencia del hombre.
¿Qué es el hombre(4), Damon? Naturaleza | ||
cierra el camino a la Razón, obscura | ||
siempre que en busca va de su grandeza. | ||
Tiene el hombre en sí mismo | ||
la ventura que hasta los cielos mismos le levanta, | 5 | |
excelso sobre toda criatura; | ||
Y ni a sí se comprehende, ni quebranta | ||
la ley que un tardo cuerpo le prescribe, | ||
peso forzoso que en su ser aguanta. | ||
Aquella unión del alma, por quien vive, | 10 | |
con la materia vil, que en sí la encierra, | ||
¿quien, puesto que la advierta, la concibe? | ||
Produce fértil la espaciosa tierra | ||
sujetos mil, que la Razón alcanza | ||
cuando las sombras del error destierra; | 15 | |
Ya si en sabrosos frutos afianza | ||
a la vida, en la fértil Primavera, | ||
del aterido Invierno la esperanza. | ||
Ya si alta en sus entrañas, no grosera | ||
mas artífice diestra labra, y cuece | 20 | |
del oro altivo la abundancia fiera: | ||
Ya si con la república que ofrece | ||
sobre la hermosa faz de cultas flores | ||
el humano deleite favorece; | ||
Y fácil respondiendo a los sudores | 25 | |
del desvelo científico, no veda | ||
que entienda y goce el hombre sus favores. | ||
Penetra la experiencia y desenreda | ||
el ciego laberinto de las cosas | ||
que lleva el tiempo en la veloce rueda; | 30 | |
¿Y a las que son eternas, tenebrosas | ||
sombras han de cercar, que nos impidan | ||
la luz de mil vigilias laboriosas? | ||
¿Los materiales entes que se anidan | ||
en la mansión del mundo, y que oficiosos | 35 | |
los simples elementos consolidan, | ||
Nos harán con su ciencia venturosos, | ||
en tanto que se ignora el que comprehende | ||
inútiles arcanos, si gloriosos? | ||
El Ánimo inmortal, aquel(5) que hiende | 40 | |
de todo lo criado el artificio, | ||
entendiéndolo todo, no se entiende: | ||
Porque ni de su ser el beneficio | ||
cultiva(6) cuanto debe, ni señala | ||
las leyes con que mueve su edificio. | 45 | |
Él a la eternidad su esencia iguala, | ||
y obra como mortal en sus acciones, | ||
confundiendo la buena con la mala. | ||
Tras esto, docto en enlazar razones | ||
distingue las criaturas, y resuelve | 50 | |
de su ser por sus varias distinciones; | ||
Y en tanto(7), ciego en sí, no desenvuelve | ||
las leyes de su esencia, que en acerba | ||
y tenebrosa sombra él mismo envuelve. | ||
¿Posible es, que ha de ser tanto proterva | 55 | |
nuestra mísera suerte, que ignoremos | ||
la del mismo vigor que nos conserva? | ||
No(8): dentro de nosotros conocemos | ||
que podemos obrar, y juntamente | ||
porque así o de otro modo obrar podemos. | 60 | |
Se condena a sí mismo el delincuente | ||
recorriendo el proceso de su vida; | ||
mas con ella se goza el inocente. | ||
Siente, concibe, piensa, con debida | ||
proporción cuenta el hombre sus potencias, | 65 | |
y un móvil reconoce de su vida. | ||
Distingue en sus acciones diferencias | ||
que deriva de orígenes contrarios, | ||
de su obrar deduciendo sus esencias. | ||
Compone, inventa, inquiere, y de tan varios | 70 | |
ejercicios su mente el fin percibe, | ||
sin salir de sus medios ordinarios. | ||
El árbol crece, fructifica, vive; | ||
mas ni sabe que vive y fructifica, | ||
ni gobierna sus obras o apercibe. | 75 | |
Pesadumbre o placer el bruto indica | ||
si es objeto doliente o deleitable | ||
el que el sentido a su interior aplica; | ||
Pero nunca se juzga miserable, | ||
ni dichoso se juzga, y ciego sigue | 80 | |
en su modo de obrar uno y durable. | ||
Sólo el hombre, Damon, sólo consigue | ||
obrando comprehender la acción que intenta, | ||
sin que a un constante obrar se ate u obligue. | ||
¿Cuál será nuestro mal?(9) ¿Quién nos ausenta | 85 | |
tanto de nuestro ser, que nos extraña | ||
de aquello que en nosotros se aposenta? | ||
¿Quién nos lleva al error? ¿Quién nos engaña? | ||
¿el hombre a sí se ignora, y entre tanto | ||
sabe el fin que a sus obras acompaña? | 90 | |
De un inútil saber el dulce encanto(10) | ||
robando el tiempo a la verdad sincera | ||
su edad envuelve en tenebro so espanto. | ||
El sabio entendimiento, que pudiera | ||
descubrir las verdades convenientes, | 95 | |
si a ellas sus luces y vigor volviera; | ||
Divertido en discursos imprudentes | ||
se aleja de sí mismo, ¡y ay! se priva | ||
de sus bienes más puros y excelentes. | ||
La opinión le complace, y donde estriba | 100 | |
la verdad le es austero y enojoso: | ||
a ella se niega, y el error le aviva. | ||
Busquemos nuestro fin. Cuando dichoso | ||
logre medir la rutilante esfera | ||
suspensa en el espacio prodigioso: | 105 | |
Cuando, al lado del Padre que modera | ||
lo que él mismo crió, formarse el mundo, | ||
tomar las cosas sus asientos viera: | ||
Cuando fijo el Planeta rubicundo | ||
dilatar desde el centro su madeja, | 110 | |
o dar entorno su esplendor fecundo; | ||
¿Qué me puede servir? Allí se queja | ||
con profundo gemido el sentimiento, | ||
que por tornarse a su interés forceja: | ||
Y díceme: ¿Cuál es tu pensamiento? | 115 | |
¿Te harán dueño del cielo sus medidas? | ||
¿Darante en él el suspirado asiento | ||
Sus inmensas esferas reducidas | ||
a tu cálculo fiel, o al devaneo | ||
de leyes a tu antojo prefinidas? | 120 | |
Forastero en su patria, da el deseo | ||
rienda a la inquisición de otras razones, | ||
que sirven, no a tu bien, tu recreo. | ||
La industria con que mueves y dispones | ||
la máquina del mundo a tu albedrío, | 125 | |
cuando en tu pensamiento la compones: | ||
El orden que en él ves, do el señorío | ||
luce de su Criador, acomodado | ||
de tu ingenio soberbio al extravío, | ||
¿Qué te sirve saberle, si olvidado | 130 | |
del orden que te toca, en el ajeno | ||
pierdes la estimación de tu cuidado? | ||
El Universo todo no más bueno | ||
será, porque averigües la constancia | ||
con que procede de excelencia lleno. | 135 | |
No pende su valor de tu arrogancia: | ||
mano más poderosa le mantiene | ||
que no debe su imperio a tu ignorancia. | ||
Tu orden cuelga de ti: tu mano tiene | ||
aquí su imperio todo: aquí la torna; | 140 | |
no ya más de su oficio se enajene. | ||
El falso gusto a la Razón soborna, | ||
y la saca de sí: vuelva al destino, | ||
y ¡o! estima la alta esencia que te adorna. | ||
¿De un ser inmaterial, puro, divino | 145 | |
gozas la posesión, y le abandonas | ||
por seguir la materia en su camino? | ||
Mides el trecho de las cinco Zonas | ||
que mudar no te es dado: en la cadena | ||
de los entes creados te aprisionas, | 150 | |
Empeñado en seguir con docta pena | ||
un progreso inmudable, definido | ||
que alterar puede solo el que le ordena: | ||
¿Y el orden inmortal, que es concedido | ||
en tu ánimo a tu imperio, no te mueve? | 155 | |
¿cuando el hombre del mando ha rehuido? | ||
Allá Neuton en su atracción se cebe, | ||
mientras tú en la virtud. ¿A sus colores | ||
la humanidad que beneficio debe? | ||
No ilustran la virtud los resplandores | 160 | |
del manto de la luz, que se dilata | ||
del mayor a los orbes inferiores. | ||
El Señor que las cosas cría y ata, | ||
deja que las dirija. Tú a ti mismo: | ||
sin ti, tu orden se tuerce o se desata. | 165 | |
En tanto, no curioso(11) en el abismo | ||
de tus misterios entres: tal codicia | ||
te dará de uno en otro barbarismo. | ||
Convidó la ambición de la noticia | ||
a mil sabios ociosos, que perdieron | 170 | |
el tiempo, que él por sí se desperdicia. | ||
En vana ocupación le consumieron | ||
por saber lo imposible: así mudables | ||
se apartaron en sectas, y opusieron. | ||
Con torpe vanidad los miserables | 175 | |
la Verdad invocaban en su abono, | ||
que yacía en sus senos inviolables: | ||
Y inflamado en los bandos el encono, | ||
por mantener el odio ya heredado, | ||
el mayor desatino halló patrono. | 180 | |
Lo que debe saber no lo ha ocultado(12) | ||
del súbdito mortal la Providencia, | ||
ni a su especulación juntó el cuidado. | ||
Grita al rústico y sabio la conciencia | ||
con tono igual en lo interior del pecho | 185 | |
doctrina no fundada en experiencia. | ||
Allá y acá en sus obras satisfecho | ||
el feroz Africano, el Europeo | ||
se encomienda a la paz, o ya al despecho. | ||
Mas declina a las veces el deseo(13). | 190 | |
La ocupación del hombre aquí se encierra: | ||
aquí su ciencia toda, aquí su empleo. | ||
¿Seras tú parte de la obscura tierra, | ||
por más que en ella morador visible | ||
reconozcas que su ámbito te cierra? | 195 | |
¿Aquel lazo común(14), lazo invisible | ||
que liga el Universo, y mudamente | ||
sus partes lleva en giro irresistible, | ||
Atarate también, puesto que afrente | ||
tal ley tu libertad? si aniquilara | 200 | |
tu ser el Brazo eterno omnipotente | ||
¿El inmenso edificio vacilara | ||
o cayera en pedazos dividido, | ||
suelta la trabazón que le juntara? | ||
No así agravies tu ser: no sin sentido, | 205 | |
cual Estoico fatal, tu servidumbre | ||
defiendas, doctamente envilecido. | ||
Sacude la terrena pesadumbre, | ||
y llámate inmortal. Por ti contiene(15) | ||
sus dones este globo, el sol su lumbre. | 210 | |
El Universo todo algún fin tiene, | ||
y este fin se halla en ti: tuyo es el uso; | ||
la Razón te le muestra cual conviene. | ||
Quita al hombre del orbe: no confuso, | ||
mas inútil verasle: sus esferas | 215 | |
carecerán del fin que las dispuso. | ||
¿Suplirán tu lugar las rudas fieras, | ||
materia organizada, parte viva | ||
del orden que en el todo consideras? | ||
Mas si entran en el orden, él las priva | 220 | |
del uso. No en aquel tiene su asiento | ||
quien este logra en la potencia activa. | ||
No parte, habitador tu entendimiento | ||
del Universo es. De a su grandeza, | ||
cuanto darle es debido, el pensamiento. | 225 | |
La madre universal Naturaleza(16) | ||
no al animo sus leyes comunica, | ||
ni él tiene en sus enlaces su entereza. | ||
Por sí vive y se mueve: multiplica | ||
sus obras voluntario, o las reprime, | 230 | |
y él mismo a sus decretos las aplica. | ||
Árbitro de sí propio(17), ora deprime | ||
su grande dignidad, o la levanta, | ||
según la nota que en su obrar imprime. | ||
Guardar un orden debe y le quebranta. | 235 | |
¿Cuando el sol de su eclíptica desierta? | ||
¿Cuando dio muestras de sentir la planta? | ||
¿El bruto cuando habló? Cuando despierta | ||
la insípida materia vio en sus obras | ||
principio libre de constancia incierta? | 240 | |
O tú, alma Libertad, cuando recobras | ||
al hombre de la esfera de los brutos, | ||
y en unos faltas, si en el otro sobras, | ||
¿Habrá quién, al contar sus atributos | ||
te ignore en sí, Filósofo salvaje(18), | 245 | |
sordo a sus interiores estatutos? | ||
Escóndase en los montes: torpe baje | ||
hacia la tierra el rostro, y rumie el heno, | ||
y en vello trueque el adoptado traje. | ||
Por ti el mortal de su grandeza lleno(19) | 250 | |
su dignidad respeta; o la corrompe, | ||
no sin pesar que le remuerde el seno. | ||
El tropiezo detesta que interrompe | ||
el orden de su ser, y le detesta | ||
por más que libre y sabidor le rompe. | 255 | |
¡Tanto ofender su dignidad le cuesta! | ||
Mas tú eres, Libertad, tú la que infamas | ||
el error que por ti se manifiesta. | ||
Grandes acciones en el pecho inflamas | ||
mas rústico y servil: entorpecido, | 260 | |
a su estado primero le reclamas. | ||
No para viles obras producido | ||
fue el Ánimo inmortal; de su excelencia | ||
no es propia la miseria en que ha caído. | ||
No entretiene a una eterna inteligencia | 265 | |
sin degradar su ser, el torpe oficio | ||
que ofusca la memoria de su esencia. | ||
¿De la sutil Razón digno ejercicio | ||
vendrá a ser alagar en vil cocina | ||
la gula del que compra su servicio? | 270 | |
El que en el orbe sublunar domina | ||
¿en rizar un cabello afeminado | ||
su fuerza ocupará casi divina? | ||
¿Para esto el ser eterno nos es dado? | ||
¿La Razón que se eleva, vuela, y pasa | 275 | |
la inmensidad que abraza lo criado? | ||
¡Sociedad, Sociedad!(20) la justa tasa | ||
que aplicaste al discurso de la vida, | ||
con su altura tal vez no se compasa. | ||
Cara seguridad en tu acogida | 280 | |
compra el hombre, si el tímido recelo | ||
a oprimir su grandeza le convida. | ||
¡Oh cuántas grandes almas sobre el suelo | ||
empuñan el arado, y rudamente | ||
yacen esclavas del civil desvelo! | 285 | |
¡Y oh cuantas que autoriza el eminente | ||
grado, si se consulta al de Estagira, | ||
mostrar el clavo deben en la frente! | ||
Mas la culpa es del hombre(21): él se retira | ||
de su bien, y se labra sus prisiones: | 290 | |
él contra su igualdad trama y conspira. | ||
Con virtud me le da(22): los eslabones | ||
de la civil unión sueltos quedaron; | ||
inútiles sus leyes e invenciones. | ||
Los vicios, no los hombres, sujetaron | 295 | |
los que a vida civil los redujeron, | ||
y a una ley y a un poder los obligaron. | ||
Rey a los vicios, no a los hombres, dieron: | ||
juntáronlos en pueblos las maldades, | ||
donde a obrar concertadas acudieron. | 300 | |
Las cúpulas que elevan las Ciudades | ||
susténtalas la iniquidad; sin ella | ||
nos llaman hacia sí las soledades: | ||
Donde segura la Virtud descuella | ||
desatada y golosa, y libremente | 305 | |
políticas prisiones atropella. | ||
Trocose en negocioso el inocente | ||
camino del vivir; y hasta en el vicio | ||
añadió la invención traje aparente. | ||
La Virtud(23) no conoce el artificio, | 310 | |
y se avergüenza, como va desnuda | ||
de parecer en el civil oficio. | ||
¿Quién es el hombre que su ser ayuda | ||
hasta llevarle a su perfecto extremo, | ||
sin que antes bien a degradarle acuda? | 315 | |
Fatígase en mover el grave remo(24) | ||
de la vida, y trabaja sin descanso | ||
por ser ladrón, adúltero, o blasfemo. | ||
¿Por obrar con maldad tanto me canso? | ||
¿Trabajosa malicia me es más grata, | 320 | |
que un justo proceder tranquilo y manso? | ||
Filósofos divinos, a quien trata | ||
benigna la Razón, la gran potencia | ||
que el alto ser del Hacedor retrata; | ||
Si hay entre el hombre y bruto diferencia, | 325 | |
y en el hombre algún orden, y este acaso | ||
consiste en la virtud y su excelencia, | ||
Responded(25): ¿por qué siempre tuerce el paso | ||
de su orden el mortal, y en las virtudes, | ||
si no falto, a lo menos anda escaso? | 330 | |
Traición, hurto, avaricia, ingratitudes, | ||
falsedades, engaños, guerra, y cuantas | ||
ejerce la maldad solicitudes, | ||
No debiendo ser una ¿por qué tantas | ||
serán, pues no en el hombre se nivelan | 335 | |
al ser a que, o gran Ente, le levantas? | ||
Para errar torpemente se desvelan,(26) | ||
mientras que menos tiempo yo consumo | ||
en creer lo que del cielo me revelan. | ||
No es saber con verdad, cuando presumo | 340 | |
que puede ser así: fúndase en esto | ||
la humana ciencia, y se resuelve en humo. | ||
Sólo sé que conozco descompuesto(27) | ||
mi ser, y obscurecida su alta esencia, | ||
y está en mi arbitrio el dirigirla puesto. | 345 | |
Si a la virtud me llama la conciencia, | ||
y la debo oponer a las maldades; | ||
ésta es del hombre la sublime ciencia: | ||
las demás vanidad de vanidades. |
Discurso II
Imposibilidad en que se halla el entendimiento de alcanzar la verdadera noticia y culto de Dios.
Oh tú santa Verdad, Verdad divina | ||
excelso bien, que la miseria humana | ||
conduces sola al inmortal descanso: | ||
Tú que mueves el flaco entendimiento, | ||
y haces que el hombre de su ser mantenga | 5 | |
la augusta dignidad, que en sí contiene; | ||
pues por ti, sacudiendo el torpe sueño, | ||
la Razón ejercita, así mostrando | ||
cuando inquiere las causas de las cosas, | ||
que es ella de su ser el distintivo: | 10 | |
desciende ya de la mansión etérea, | ||
que esconde tu valor a los mortales, | ||
y tu vigor en ellos comunica: | ||
Desciende ya, y las alas encogidas | ||
despliega por la esfera transparente, | 15 | |
y tu vuelo a los hombres se encamine, | ||
por más que de su vista te distraiga | ||
haber sido una vez ya despedida. | ||
Bate, bate las alas prestamente, | ||
y sella con la planta de diamante | 20 | |
este obscuro edificio que habitamos, | ||
obscuro por tu ausencia. Sus tinieblas | ||
desharás; y esparciendo tus reflejos | ||
de lumbre perdurable, hasta el abismo, | ||
santa Verdad, arrojar a las sombras | 25 | |
que a la esencia del hombre contradicen. | ||
Su labio invoca tu Deidad airada | ||
cuando en el vano sacrificio pierde | ||
los humos con que anubla tus altares. | ||
Oyes el ruego, y a los ruegos sorda, | 30 | |
gozándote en ti misma, ni te inclinan | ||
los votos, ni los humos reverentes | ||
que del sabeo aroma se levantan | ||
a llamarte en espesos remolinos, | ||
atraen tu presencia desde el cielo, | 35 | |
do en quieta paz tu posesión obtienes. | ||
Mas ven, santa Verdad, que no son todos | ||
malvados en la tierra. Pechos justos | ||
su ruego envían a tu sorda oreja | ||
con puro labio, y con deseos puros. | 40 | |
Ellos son los que llegan a las causas | ||
de los prodigios que en el mundo admiran, | ||
con docto miedo y reverente paso. | ||
Ellos son los que nunca a Dios usurpan | ||
el poder, a su antojo fabricando | 45 | |
vanos mundos, o atando a sus discursos | ||
las leyes con que dura el Universo. | ||
Ellos son los que tímidos no tocan | ||
los misterios al hombre inaccesibles | ||
y sólo aspiran a saber aquello | 50 | |
que el justo cielo a la Razón permite. | ||
Ellos son los que estudian en sí mismos | ||
hasta donde su espíritu se alarga, | ||
y nunca niegan porque nunca alcancen | ||
el ser o la razón de lo que inquieren. | 55 | |
¿Y a estos se niega la Verdad? ¡Ah! «En vano | ||
»pródiga al hombre dio Naturaleza | ||
»estímulo al saber, y entendimiento | ||
»que a lo íntimo penetre de las cosas, | ||
»si nunca en ellas la verdad se muestra.» | 60 | |
Mas ¿quién a la Deidad omnipotente | ||
las causas pide de la ley que impone? | ||
Este ser le debemos, que pudiera | ||
negarnos, reduciendo nuestra esencia | ||
a no parecer nunca entre las cosas; | 65 | |
¿y razón de sus obras todavía | ||
al Árbitro pedimos de las nuestras? | ||
Atento el hombre a su miseria un tiempo(28), | ||
con diestra mano y reflexión aguda | ||
socorros sólo a su vivir buscaba, | 70 | |
que al frecuente peligro se opusiesen. | ||
Del veneno el antídoto formando, | ||
contra el tiempo y las fieras, en las fieras | ||
defensa halló y abrigo juntamente. | ||
Sembrados mil groseros edificios | 75 | |
por el campo espacioso, como brillan | ||
engastados los fúlgidos luceros | ||
por el cerúleo cielo en clara noche; | ||
no a la soberbia ostentación, o a aquélla, | ||
que en la urbana ambición halló disculpa, | 80 | |
civil magnificencia dedicados; | ||
mas solo al beneficio de la vida, | ||
a mil familias inocentes daban | ||
mansión a su inocencia conveniente. | ||
Domesticar el rústico novillo; | 85 | |
romper la frente a la fecunda tierra | ||
para que más fecunda, de sus dones | ||
luciese alarde en el enjuto estío; | ||
acostumbrar las simples ovejuelas | ||
a la voz del zagal; torcer la margen | 90 | |
al risueño arroyuelo, y con sus aguas | ||
fecundar las hidrópicas legumbres: | ||
ciencias fueron, si bien no muy sutiles, | ||
que hicieron por lo menos venturosos | ||
a los que en sus progresos se ocupaban. | 95 | |
Poder vivir exentos del peligro(29) | ||
fue la ciencia primera de los hombres. | ||
Halladas las defensas, y seguros | ||
ya del riesgo continuo; sin tardanza | ||
tornáronse a buscar lo que ofreciera, | 100 | |
no ya seguridad, sino regalo | ||
y deleite tal vez que compensase | ||
los males compañeros de la vida. | ||
La docta Poesía, entonces presta | ||
su esfera celestial desamparando, | 105 | |
en traje, no pomposo, mas sucinto, | ||
y tal que delineaba de sus miembros | ||
la hermosa proporción y compostura, | ||
bajo a la tierra en encendidas alas | ||
y esparciendo su lumbre prodigiosa | 110 | |
por los tranquilos pechos, inflamados | ||
prorrumpieron en himnos, que a las aves | ||
el canto no aprehendido interrumpían. | ||
¡Ay! ¡y cuan presto convirtió en desgracias | ||
sus venturas el hombre!(30) Aquel deseo | 115 | |
que a hacerle venturoso le llevaba, | ||
vino a hacerle infeliz. Introducida | ||
la mísera discordia en sus moradas, | ||
enajenó los ánimos unidos, | ||
y abrió el camino a la sangrienta guerra. | 120 | |
Los que antes aguzaban el ingenio | ||
para alargar la edad, y mantenerla | ||
exenta de molestias y peligros; | ||
vueltos ya contra sí, buscaban artes | ||
con que acabar la edad, o reducirla | 125 | |
a caducar en juveniles días. | ||
Entre el estruendo del clarín agudo | ||
corrió el tiempo pisando, en vez de selvas | ||
habitadas con paz y regocijo, | ||
corbos escudos, sanguinosas mallas, | 130 | |
y carros rechinantes: cual de Marte | ||
la corrida feroz nos representa | ||
la mítica creencia del Griego, | ||
cuando blandiendo la fornida lanza | ||
y ceñida la cota de diamante | 135 | |
en la cruda batalla se embravece. | ||
Sus cúpulas alzaron las Ciudades, | ||
y los soberbios montes trasladados | ||
subieron en los grandes edificios, | ||
que levantaron la ambición y el arte. | 140 | |
Entonces fue(31) cuando aspiró el deseo | ||
a saber lo imposible. En la abundancia | ||
reinó el ocio; y el ocio no contento | ||
buscó solicitud, que alimentase | ||
la inquietud con que el ánimo nos mueve. | 145 | |
Oh tú, Necesidad, ¿por qué cesaste | ||
de aguijar el conato de los hombres?(32) | ||
Tú de las artes útiles maestra, | ||
sin enredarnos entre obscuras dudas, | ||
nos dejaste preceptos, que conservan | 150 | |
y deleitan la edad que nos es dada. | ||
Cesaste de afligirnos: y el que un tiempo | ||
en la verdad, abierta a sus sentidos, | ||
halló remedio y ciencia juntamente; | ||
falto de ocupación, su entendimiento | 155 | |
convirtió a mil objetos reservados, | ||
y de sabio que fue, se hizo adivino. | ||
La Verdad, fugitiva, acostumbrada | ||
a morar en los pechos laboriosos, | ||
visto el trastorno del mortal desvelo | 160 | |
que a la curiosidad todo se daba, | ||
subiose al cielo, y nos dejó en castigo | ||
la ambición de saber. Livianas sombras, | ||
que su traza y figura representan | ||
esparció por la esfera que nos ciñe, | 165 | |
las cuales, discurriendo por las cosas, | ||
prestasen pasto a la Razón soberbia. | ||
Pacífica en su reino, desde el solio | ||
que goza allá en las célicas regiones, | ||
vio con risa a los doctos de la tierra | 170 | |
cazar ansiosamente sombras vanas, | ||
y afirmar su verdad muy satisfechos. | ||
Los dividió el engaño(33): desde entonces | ||
ahuyentada la paz, que escasamente | ||
su lugar en la tierra mantenía, | 175 | |
sucedió la discordia, y todo el orbe | ||
fue con sangre y disputas inundado. | ||
La defensa del límite adquirido | ||
dio el acero a la mano: y la codicia | ||
de igualarse al Autor que entiende solo | 180 | |
las causas de las cosas que produjo, | ||
al labio dio el sofístico ejercicio: | ||
cedió la Paz, cedió la Verdad santa, | ||
y obstinándose más en sus contiendas | ||
el linaje mortal; al fin se hicieron | 185 | |
la Guerra y la Opinión reinas del mundo. | ||
De una y otra el tiránico dominio siente | ||
la Religión(34). Cuando la Guerra | ||
el fuego aplica a las paredes sacras, | ||
y hace que de los templos las columnas | 190 | |
tiemblen, y caigan entre espesos humos | ||
los techos desquiciados, oprimiendo | ||
con su peso los santos simulacros | ||
del Señor, por quien somos lo que somos. | ||
Cuando iracunda, con sangrienta mano | 195 | |
derriba de las aras venerables | ||
y destruye en livianos desperdicios | ||
las imágenes mismas del que vela | ||
sobre nuestra entereza, y la mantiene: | ||
La Opinión insolente con altiva | 200 | |
cerviz, cual si se abrieran a sus ojos | ||
las íntimas entrañas de las cosas, | ||
o cual si a sus decretos inclinara | ||
su torno el mundo, o se rasgaran leves | ||
los velos celestiales a su vista, | 205 | |
con ella hasta el retrete penetrando | ||
donde tienen las causas su principio; | ||
libre pronuncia, y sin temor decide | ||
cuanto el antojo a su invención ofrece. | ||
Repartida en los juicios de los hombres, | 210 | |
con furor filosófico en algunos | ||
a su ley las eternas sujetando, | ||
se atreve a la Deidad, y de su esencia | ||
describe el modo y la razón, no menos | ||
que si Dios de su ser deudor le fuera. | 215 | |
Aquí a las aras se abalanza, y de ellas | ||
arroja las ofrendas que tributa | ||
lai criatura al Criador: enfierecida | ||
con la Razón prestada, al Ente mismo | ||
que prestársela quiso, desconoce. | 220 | |
Allí, desvaneciendo las noticias | ||
que al juicio de las gentes son comunes, | ||
en la virtud y en la maldad deshace | ||
su intrínseco valor, y las iguala; | ||
cual si al hombre, el mejor de los vivientes, | 225 | |
faltara un orden, cuando en sí le muestran | ||
la fiera, el ave, el árbol, la torpeza | ||
de lo mismo insensible, y en sus giros | ||
la esfera rutilante, do anegados | ||
los nunca errantes astros, mudamente | 230 | |
obedecen la ley que recibieron. | ||
¡Siquiera aquéllos, deteniendo el curso(35) | ||
de sus vueltas durables, no trajeran | ||
consigo el tiempo en que a la luz nacimos! | ||
La Piedad otro tiempo combatida | 235 | |
por el amor a las costumbres viejas | ||
lo es hoy por la malicia. Como suelen | ||
con súbita presteza y a menudo | ||
nacer vanas ampollas en el agua, | ||
cuando rompe violenta sobre piedra | 240 | |
que enfrena su corriente y la resiste: | ||
así por todas partes discurriendo | ||
la Opinión, en la piedra tropezando | ||
donde el ara divina se sustenta, | ||
que el Dios ungido levantó y defiende, | 245 | |
ampollas filosóficas engendra | ||
que combaten el ara: mueren unas, | ||
y otras suceden, y otras; pero el ara | ||
erguida y firme, cual sagrado Olimpo | ||
alza sobre ellas la serena cima. | 250 | |
Siglo infeliz, ¿la gloria de tus letras | ||
estriba(36) sólo en que los hombres nieguen | ||
que el Ente más feliz a sus criaturas | ||
no hacer felices quiso? ¿Un culto pueblo | ||
dejará de ser culto, porque ignore | 255 | |
que la Deidad que el Universo mueve,(37) | ||
es el mismo Universo, transformada | ||
la Materia en figuras diferentes? | ||
El rústico Otentote, el rudo Scita, | ||
el que del hombre en cautiverio habido, | 260 | |
hombre el abominable, hace alimento, | ||
¿perderá su rudeza cuando alcance | ||
que es necesario el mal(38): que los mortales | ||
aprisionados en fatal cadena | ||
matan, roban, engañan sin su culpa, | 265 | |
puesto que Dios en la elección primera | ||
eligió el más perfecto de los mundos, | ||
y es necesario el mal en lo perfecto? | ||
Admirable Sofista, tú que gritas tu | ||
celo por el bien de los humanos; | 270 | |
por vida tuya, cuando agudo empleas | ||
la intención de tu espíritu en mostrarnos | ||
que es de su religión árbitro el hombre, | ||
¿en qué máquina, dinos, descendida | ||
vino a hacerte partícipe dichoso | 275 | |
de sus designios la Deidad eterna? | ||
«La Razón diligente, que descubre | ||
»los grados de las cosas, me amonesta | ||
»que hay un Dios, y a ese sólo adorar debo.»(39) | ||
Mas ¿cuál es ese Dios? Platón divino, | 280 | |
sutil Estagirita, respondedme, | ||
Tú, rígido Zenón: tú de un vil huerto | ||
ocioso agricultor, donde el deleite | ||
se levantó a opinión, de torpe vicio: | ||
venerables Filósofos vosotros | 285 | |
a quien no puso miedo el rayo ardiente | ||
del Jove tronador, ni en quien el hijo | ||
vengó jamás con la saeta airada | ||
la burla de los Píticos furores | ||
en el mímico oráculo de Delfos; | 290 | |
ea, pues la Razón fue vuestro norte, | ||
y conducidos de ella el Universo | ||
desentrañasteis todo, señalando | ||
las leyes inmudables en que libra | ||
su duración; si pueden vuestros juicios | 295 | |
convenirse una vez, decidme todos: | ||
yo debo un culto a una Deidad suprema, | ||
¿cuál es esa Deidad? ¿qué culto pide? | ||
¿Os dividís? ¿Ninguno así conviene | ||
con el sentir del otro? Conocemos | 300 | |
en fin que sois Filósofos(40). Si es dada | ||
al hombre la Razón para que alcance | ||
lo que más a su ser es conveniente; | ||
si a todos es común, si todos piensan, | ||
si raciocinan todos, ¿por qué causa | 305 | |
no todos de una suerte raciocinan? | ||
Podrá, por cierto, el hombre en sus conflictos | ||
implorar el favor, más que de Jove, | ||
del obscuro(41) Hegemónico del mundo. | ||
Los inútiles Entes(42), que dormidos | 310 | |
allá en los intermundios tenebrosos | ||
en ocio yacen, sentirán sin duda, | ||
cuando Apolo sus víctimas usurpe, | ||
que a ellos sus votos el mortal no envíe | ||
para que nunca en su cuidado entiendan. | 315 | |
Vendrán mejor las aras al Esclavo(43) | ||
de la suerte inviolable, al que obedece | ||
al Hado a quien las cosas obedecen; | ||
que al que sobre la concha del mar gobierna, | ||
con húmedo tridente y voz hinchada. | 320 | |
Y tú, Platón(44), ¿qué Dios nos determinas | ||
entre la muchedumbre de tus Dioses? | ||
Mas ¿qué busco en vosotros, si buscando, | ||
también cual yo, dudáis lo que no dudo? | ||
Conocisteis el bárbaro ejercicio | 325 | |
del torpe Sacrifículo(45): el incienso | ||
negasteis a los bultos impudentes | ||
del idólatra ciego; y entre tanto, | ||
queriendo hollar la incomprehensible senda | ||
de conocer a Dios, nos enseñasteis | 330 | |
Dioses más torpes que los torpes bultos: | ||
ved la Deidad que la Razón descubre. | ||
Más temeraria, y disculpable menos, | ||
hoy en sus yerros la Razón se aplaude(46), | ||
fácil creyendo que su fuerza eleva. | 335 | |
Pudo en su Estoa, en su Academo, un Sabio | ||
destituido de la voz divina | ||
resbalar al error, cuando sujeto | ||
al engaño común, a los vulgares | ||
doctos errores, de verdades falto, | 340 | |
sustituir en su enseñanza quiso. | ||
«El Dios supremo (Jenofón decía) | ||
»que mueve todo, y poderoso rige | ||
»el esclavo universo, declarado | ||
»bien en sus obras su poder descubre: | 345 | |
»la forma, el ser de obscuridad ceñido, | ||
»se niega a los mortales.» ¿Por ventura | ||
será ninguno tu saber, si el juicio | ||
de lo que el cielo te reserva apartas? | ||
Pero es soberbio el hombre. Ni le vencen | 350 | |
claros estorbos que en sus luces toca: | ||
ni crédito da a Dios, si de otra suerte | ||
áspera menos su ignorancia instruye. | ||
Cuanto me admira que en la Grecia un tiempo | ||
no fuese el seno de los Sabios todos | 355 | |
la escuela de Pirrón: tanto me admira | ||
que se hallen hoy celebros que antepongan | ||
a firmes dogmas opiniones vanas. | ||
Vino ya el tiempo, ¡ah! vino en que del cielo | ||
recibimos la voz. El Dueño, el Padre | 360 | |
de los hombres, benéfico los hombres | ||
trasladó a la verdad. «No es Dios el mundo, | ||
dijo: no el fuego artificioso y sabio | ||
insinuado en él. Torpes ideas, | ||
ciegos errores, que inventáis Deidades | 365 | |
aun al hombre inferiores, resumidos | ||
en humo, en nada, el miserable suelo | ||
descargad de vosotros; y hermanadas | ||
las gentes una vez, desde la plaga | ||
que el austro hiela al círculo contrario | 370 | |
sólo mi nombre, el verdadero, reine.» | ||
Corrió a la voz la docta muchedumbre | ||
que en la esperanza de mejores dogmas | ||
heredó al cierto Sócrates. Eterno, | ||
inmenso, inmaterial, omnipotente | 375 | |
desde aquel punto, indubitable, a todos | ||
compareció el gran Numen; cualidades | ||
que antes dudaba o disputaba el docto. | ||
¿Qué pretendéis, Filósofos impuros, | ||
que así de esto os burláis? Id en buena hora, | 380 | |
id y adorad vuestras ideas vagas, | ||
y caducos sistemas. Pero en tanto | ||
no a la verdad atribuyáis abusos, | ||
que el instrumento, por quien obra, causa. | ||
Víctima el hombre de su esencia, humilde | 385 | |
sirve a sus leyes. La Razón (no hay duda) | ||
sólo en la tierra pasajera, alcanza(47) | ||
cuanto es en si la adoración que debe. | ||
¿Qué importará que un mísero Teodoro | ||
la Deidad desconozca, si humillado | 390 | |
desmiente el mundo su impiedad risible? | ||
Incita al pueblo a la Piedad el labio | ||
de un Hermes, de un Ion: sin resistencia | ||
levantan aras al oculto Numen | ||
que adoran y no ven, y que pervierten | 395 | |
por causa triste de mortal flaqueza. | ||
Al cielo elevan reverentes templos, | ||
monumentos soberbios que atestiguan | ||
su encogida humildad, donde hermanados, | ||
no a añadir gloria al que de toda es Padre, | 400 | |
Dueño y Dispensador; mas antes sólo | ||
con voto unido a agradecer acuden | ||
el ser que deben al que darle quiso. | ||
Los hombres mismos que de Dios admiten | ||
fáciles la creencia, el culto, instados | 405 | |
del Hermes, del Ion; sordos al mando | ||
de su voz cuando excita las virtudes, | ||
objeto sabio de sus sabias leyes, | ||
repugnan duros, y obstinados huyen | ||
el santo freno, o con furor le rompen. | 410 | |
No me dirá del inmortal Lucrecio | ||
la elocuencia mortífera, ¿qué causa | ||
(pues tanto en ellas su desvelo pierde) | ||
hace que el hombre a la Piedad se rinda, | ||
y niegue a la virtud? Si de las altas | 415 | |
regiones asomaba amenazando | ||
la Religión ceñuda a los mortales; | ||
¿por qué no huyeron el aspecto horrible, | ||
cual el de cruda y carnicera peste? | ||
Desatinó el sofístico Poeta::: | 420 | |
¿Mas cuándo no un Poeta y un Sofista? | ||
La Religión, si entre el etéreo velo | ||
de la suma región tal vez al mundo | ||
descubrió su semblante, no ceñuda, | ||
mas dulce y blanda, a la mortal flaqueza, | 425 | |
que escuchaba en los hombres, clamaría: | ||
«Mercenaria familia, siervos libres, | ||
entes creados, pues de serlo habita | ||
la noticia en vosotros, por decreto | ||
del que en la grande sucesión de cosas | 430 | |
con la Razón y Voluntad de cuantas | ||
pueblan el suelo os distinguió benigno; | ||
pues conocéis que la existencia vuestra, | ||
generosa entre todas, de otra mano | ||
procede y la debéis, reconocedlo: | 435 | |
restituid al cielo el beneficio | ||
en digna ostentación de sus bondades. | ||
Ni ya sin ellas el aliento vuestro | ||
respira con la vida: atados siempre | ||
al arbitrio supremo, el ser camina | 440 | |
que vivís obediente al Ser inmenso. | ||
Él os mantiene, os continúa, en tanto | ||
que os espera en su trono, por la tierra | ||
derramados llenando su designios. | ||
Si os dio Razón, para formaros dignos | 445 | |
de gozarle os la dio. La tierra, el orbe | ||
la milagrosa y enlazada a un tiempo | ||
variedad con que puebla sus espacios | ||
el hermoso Universo, no a prestaros | ||
noticia del gran Ente se dirigen | 450 | |
él con carácter indeleble en todos | ||
la grabó, cuando os vio la luz primera; | ||
mas en la unión del admirable mundo, | ||
que mantuvierais pretendió, admirando | ||
su infinito poder, alta memoria | 455 | |
de su existencia y dependencia vuestra. | ||
Llenad la tierra de su gloria. Ciñan | ||
cóncavos templos los loores santos | ||
enviados al cielo: simulacros, | ||
aras, ofrendas, y del pueblo electa | 460 | |
y pura parte en ministerio justo | ||
muestren que sois agradecidos cuanto | ||
que lo seáis el Criador requiere.» | ||
¡Oh voz mal escuchada! ensordecida, | ||
y el eco acaso entre las gentes sólo | 465 | |
duró, ofuscada la razón primera(48). | ||
Porque esparcido, y a confines ciertos | ||
reducido el linaje de los hombres, | ||
bien que obediente a la impresión, del cielo | ||
venerase el poder; de la alta esencia | 470 | |
así trocó la puntual noticia, | ||
que respetando el natural impulso, | ||
a objetos viles consagró los votos | ||
al Ente inmenso y su virtud debidos. | ||
¿Fueron exentos del error frecuente | 475 | |
los que en el hondo meditar libraron | ||
su crédito perpetuo? En mil escuelas | ||
mil Dioses. ¿Ni en que modo al cierto Numen | ||
grato sería el ofrecido obsequio | ||
a imaginarios Númenes? Crisipo, | 480 | |
¿cuál es tu Dios? El Ether invisible, | ||
empero material, que ardiente ocupa | ||
y vivifica el Universo todo. | ||
Mas si es diversa del que el orbe rige | ||
la esencia, la virtud, ¿tú por ventura | 485 | |
le adoras? No en el nombre solamente | ||
se funda la Piedad. Si reverencias | ||
a Dios, cual es reverenciarle debes: | ||
de otra manera a tu celebro adoras. | ||
Ved el poder de la Razón. De Dioses | 490 | |
inundada la tierra. De principios | ||
llenas las sectas: divididas todas | ||
en señalar la potestad del Ente, | ||
su término, su ser. Esto ¿qué indica? | ||
Inclina al hombre la virtud: de gozo | 495 | |
baña su frente en teatral engaño | ||
si el virtuoso, aunque fingido, triunfa. | ||
Ve la Malicia su malicia en otros, | ||
y los mormura. La conciencia admite | ||
el sentimiento a su ejercicio impuesto. | 500 | |
En tanto el hombre, la virtud loando, | ||
vive en los vicios. A su hermano engaña | ||
el que se enoja si a engañarle llegan. | ||
Roba el ladrón y mata vengativo | ||
al compañero que sus hurtos roba. | 505 | |
Sofista obscuro, tu soberbia humilla, | ||
y retratada en mil varones sabios | ||
ve tu fragilidad: si reconoces | ||
en ellos tu Razón, los extravíos | ||
que van con ella; a la Piedad traslada | 510 | |
(si de ella sabes) el suceso mismo. | ||
Inclina al hombre el sentimiento santo(49) | ||
que a la sublime adoración le guía: | ||
sigue el impulso: erige los altares. | ||
Pero en el punto de poner sobre ellos | 515 | |
de una Deidad el bulto o simulacro, | ||
tuerce el destino, y en la basa apoya | ||
en vez de un Dios, una serpiente inmunda, | ||
un rudo buey, o un vil facineroso. | ||
Sócrates, tú el resuelto, el que igualmente | 520 | |
a los supersticiosos perseguiste, | ||
que a los Sofistas y habladores vanos: | ||
responde: en juicio al Areópago(50) arrastra | ||
tu persona Melito. Las Deidades | ||
en quien sus esperanzas deposita | 525 | |
la Ciudad mofa Sócrates, y a solas | ||
a extraños Lares en su casa inciensa: | ||
de impío lo acuso. Satisfaga al cargo, | ||
o sin tardanza la cicuta beba. | ||
¿Cuál es tu excusa? «La Deidad, oh Jueces, | 530 | |
aunque una sola, en semejanzas varias | ||
al culto humano presentarse puede; | ||
mas no alterada su inefable esencia, | ||
en ridículos entes colocarse. | ||
El cierto culto, pues a Dios se ofrece, | 535 | |
negocio es suyo el prescribirle. Cosas | ||
a Dios pertenecientes, a el tan sólo, | ||
que en si las tiene, declarar es dado. | ||
¿Por medio cuál comprehenderá a lo inmenso | ||
lo limitado en cárceles caducas? | 540 | |
Mi Genio::: «A la cicuta: al Pueblo niega | ||
la potestad de reprobar los Dioses | ||
o aprobarlos al culto. La malicia | ||
triunfó en fin. Murió Sócrates a instancia | ||
de la superstición. Pero si el cielo | 545 | |
segunda vez en nuestro siglo el Sabio | ||
restituyera al mundo: si resuelto, | ||
si doctamente sincero, cual antes, | ||
ante algún Gorgias de la edad presente | ||
lo que ante el Areópago disputara: | 550 | |
si a Dios fiara la noticia cierta | ||
de lo que es su Deidad, esperanzado | ||
de saberlo por él, bien convencido | ||
de la angostura de su juicio: ¡pobre, | ||
pobre Sócrates! presto a la cicuta | 555 | |
le llevaran incrédulos Voltaires, | ||
cual crédulos Melitos en su tiempo. |