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El boicot nacionalista a las películas extranjeras favorables a la II República (1938-1939)

Emeterio Díez Puertas






«Pero Dios sabe los nombres;
y los separa en las nubes»


JOSÉ MARÍA PEMÁN,«Poema de la Bestia y el ángel» (1938)                


«Requerimiento Ministerio del Interior concerniente película Blockade aconsejo gestione suspension explotacion mundial Blockade evitar gravisimos perjuicios intereses United Artists España cablegrafieme hotel norte-burgos posibilidad conseguirlo como hicieron casos analogos Fox Metro Paramount saludos. Laguna»1.



La importancia que durante la Guerra Civil tuvieron los apoyos internacionales y la opinión pública internacional motivó desde el bando nacionalista diferentes estrategias destinadas a eliminar la propaganda en favor de la II República. Una de estas estrategias consistió en amenazar con sanciones económicas a todas aquellas empresas extranjeras con intereses comerciales en España que produjesen películas favorables al bando republicano.

En efecto, en junio de 1938, el Departamento Nacional de Cinematografía (DNC) solicita del Ministerio de Asuntos Exteriores que sus representantes diplomáticos informen a la Sección de Exterior de dicho departamento sobre las películas alusivas a la Guerra Civil o a la España Nacional que se exhiban en el extranjero, a fin de proceder contra todas aquellas que tergiversen o ataquen al Movimiento. La documentación recibida desde Alemania, Francia, Canadá, Japón, Finlandia, Polonia, Filipinas, Argentina, Yugoslavia, Egipto, etc. permite al DNC paralizar buena parte de la propaganda cinematográfica en favor de la República.




ArribaAbajoEl Departamento Nacional de Cinematografía

La formación a principios de 1938 del primer Gobierno de Franco trae consigo la unificación de todo el aparato propagandístico nacionalista, que hasta entonces se hallaba dividido entre el Estado y el Partido (FET de las JONS). El Servicio Nacional de Propaganda del Ministerio de la Gobernación, que dirige el falangista radical Dionisio Ridruejo, es quien promueve esta operación. Ridruejo designa a Manuel Augusto García Viñolas, ex-periodista de El Debate y soldado legionario, jefe de un servicio que se denomina Departamento Nacional de Cinematografía, a fin de que acometa dicha unificación en el campo cinematográfico y asuma cuantas competencias necesite para poner en marcha una cinematografía de corte totalitario al servicio del esfuerzo de guerra.

García Viñolas, desde ese momento máxima autoridad cinematográfica, reúne un equipo de colaboradores que va a conseguir, por primera vez para los nacionales, una verdadera política cinematográfica. Este equipo está compuesto por: Antonio de Obregón Chorot, que ocupa el cargo de Secretario General y que con anterioridad había sido director de Producciones Hispánicas y periodista de la Delegación de Estado de Prensa y Propaganda; Carlos Martínez Barbeito, abogado particular, que se ocupa de la Sección de Exteriores; y José Manuel Goyanes Martínez, jefe de la Sección de Producción del Estado, con anterioridad empleado de Cifesa y miembro de la Sección de Cine de FET de las JONS.

El trabajo del DNC se orienta a tres actividades principales: producción estatal de noticiarios y documentales que representen en el mundo a «la verdadera España»; control y orientación de la producción nacional privada; y destrucción de la producción cinematográfica enemiga mediante la confiscación, el chantaje y la extorsión.

La Sección de Producción del Estado asume la primera de estas tareas. Goyanes y su equipo de técnicos (Edgar Neville, Enrique Gartner, F. Bernáldez Eder, Joaquín Reig Gozalves, etc.) ponen en marcha un Noticiario Español (España, 1938-1939) y ruedan documentales como 18 de Julio (España, 1938), que recoge los actos políticos y militares con motivo del segundo aniversario del levantamiento militar; o Prisioneros de Guerra (España, 1938), que describe el trato exquisito que reciben los prisioneros caídos en manos nacionalistas, en especial, los de las Brigadas Internacionales.

Con este material y, en ocasiones, con películas de propaganda requisadas a los republicanos, García Viñolas organiza sesiones especiales de cine a las que asisten el Caudillo, el Ministro de la Gobernación, Serrano Suñer, la prensa extranjera o representantes diplomáticos extranjeros2. También, con fines benéficos o para conmemorar la conquista de alguna ciudad, el Departamento Nacional de Cinematografía organiza proyecciones gratuitas ante las tropas: Fuerzas del general Asensio, Fuerzas de la base aérea de León, Cuerpo de transmisiones de Carrión de los Condes, etc. Finalmente, se procura que los noticiarios y los documentales alcancen la mayor difusión mundial posible. Esto se logra plenamente en Marruecos y América Latina. «En el resto del mundo, se proyectan, según conviene a nuestra propaganda, noticias sueltas entresacadas de nuestros noticiarios, incluso en aquellos países que son marcadamente rojos, excepto Rusia»3.

El Servicio de Producción Privada, cuya jefatura se hallaba vacante, aunque de hecho lo dirige Carlos Martínez Barbeito, se ocupa del control de la industria con el fin de que la producción privada se acomode al nuevo proyecto político. Su labor consiste en censurar los guiones, vigilar los rodajes y depurar a los profesionales y a las empresas cinematográficas que hayan colaborado con el otro bando.

El Servicio de Exteriores contabiliza los beneficios que las productoras extranjeras obtienen por la explotación de sus películas en España y, previos informes de las representaciones diplomáticas en el exterior, controla la producción internacional, pues se considera que sus contenidos están lejos del espíritu nacional o directamente lo atacan.

«Poseemos una continua información del cine que se proyecta en todos los países del Mundo sobre España, inmediatamente que conocemos... hechos que atentan contra nuestra verdad, se adoptan medidas para evitarlo..., estamos decididos a no tolerar una producción contra nosotros.

Las entidades extranjeras saben a qué atenerse en este sentido, pues el porvenir de sus sucursales en España será conforme a la conducta que hayan observado en este trance de la guerra»4.






ArribaAbajoEl boicot nacionalista

En efecto, desde Burgos, calle de la Merced n.º 14, el Servicio de Exteriores del DNC amenaza con sanciones económicas y el cierre del mercado español a toda empresa extranjera que se atreva a producir películas contrarias a la causa nacional, en especial, a las productoras de Hollywood, pues se estima sospechoso e intolerable que esas compañías se encuentren haciendo negocios en ambos bandos:

«Es conocido el origen judío del capital de algunas compañías americanas y la intervención de financieros judíos en la dirección de alguna de aquellas.

No hay que olvidar que la representación de esas empresas ha colaborado en la expoliación de que han sido objeto los empresarios de cines en la zona roja y, más concretamente, en Barcelona.

En esta última capital, el Sindicato Unido de Espectáculos Públicos CNT-AIT se incautó de los locales. Al tratar de poner en marcha los espectáculos, las casas distribuidoras de películas, en vez de ampararse en el poderío y la fuerza de sus respectivos países y ayudar a los empresarios y propietarios de locales, se pusieron incondicionalmente a las órdenes del Comité Rojo de Cines CNT-AIT presidido por el sindicalista Miguel Espinar, dándoles toda clase de facilidades para su negocio...

Y no sólo facilitaron películas, sino que llegaron a un acuerdo con el Comité Rojo y su presidente, Miguel Espinar, anarquista, para explotar los locales y ceder películas a base de percibir un porcentaje del producto de las entradas. Es decir, que esas casas se han lucrado a medias con el comité anarquista...»5.



La primera película denunciada6, en concreto por el representante diplomático en El Cairo, es la producción de la 20th Century-Fox, Love Under the Fire (USA, 1937). El DNC exige a la compañía que suspenda la explotación internacional de la película. La Fox, que se ha distinguido por su apoyo a los nacionales, en especial, a través del su noticiario Fox-Movietone, envía una copia a Burgos para que las autoridades comprueben que, en absoluto, resulta contraria a la causa nacional. Así lo entienden García Viñolas y Dionisio Ridruejo pues, tras su visionado, permiten que continúe su comercialización7.

El caso de Blockade (USA, 1938), una producción de Walter Wanger distribuida por la United Artists, es muy distinto. El DNC comunica a los representantes en España de la UA, señores Betrán y Laguna, la voluntad del Gobierno de romper con la empresa si, amistosamente, no se retira el film. Ambos ejecutivos defienden ante Charles William Henry Fenn, representante de la UA para Europa, los argumentos de los nacionalistas y piden el envío de una copia para que las autoridades procedan a comprobar la denuncia.

Una comisión de censura integrada por el Subsecretario de Prensa y Propaganda, el Jefe de la Sección de Europa del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Jefe del Servicio Nacional de Propaganda, el Secretario del Servicio Nacional de Prensa y varios miembros del DNC examinan la película. Durante noventa minutos visionan una historia de amor entre un alférez del Ejército Popular (Henry Fonda) y una espía nacionalista que termina defendiendo la causa republicana (Madeleine Carroll). La comisión considera intolerable la película y exige a la UA que suspenda su explotación en todo el mundo.

Charles William Henry Fenn acepta retirar la película, aunque pide de plazo hasta abril de 1939, a fin de evitar posibles demandas por el incumplimiento de los contratos de exhibición ya firmados. Eso sí, se compromete a suprimir toda alusión que haga perceptible que la acción del film se sitúa en España, es decir, el encabezamiento, en el que se afirma que la película quiere ser imparcial en los aspectos de la guerra de España; el título, «España, primavera de 1936»; un diálogo en el que se nombra a la ciudad de Granada; y el monólogo final de Henry Fonda a cámara8, que dice:

«¿Paz? ¿Dónde encontrarla? Nuestro país se ha convertido en un campo de batalla. No hay ninguna seguridad para los viejos ni para los niños. Las mujeres no pueden proteger a sus hijos. No están seguras ni en su pueblo. Escuelas, iglesias, hospitales son bombardeados. Esto no es una guerra común entre soldados. Es una matanza, de gente que no tiene ninguna culpa, de personas inocentes. ¿Por qué no la detiene este mundo? ¿Dónde está la conciencia de este mundo?»



La UA aprende la lección. Antes de decidir si distribuye en Hispanoamérica el film de ficción Refugiados en Madrid (México, 1938), consulta al Departamento Nacional de Cinematografía y, tras su informe favorable, se decide a comercializarla.

En el caso de la MGM, el boicot no se dirige contra una película sino contra el proyecto titulado Cargo of innocents. El guión, supervisado por Luis Buñuel, planteaba el tema de la evacuación de los niños de Bilbao, pero nunca llegó a rodarse9.

La casa Paramount es quien mantiene relaciones más tensas con los nacionalistas. Informes del servicio de inteligencia (SIM) señalan a su presidente, Adolph Zukor, como un ferviente partidario de la causa republicana, además de judío10.

Varias embajadas denuncian a esta compañía por realizar The Last Train from Madrid (USA, 1937), aunque, al igual que en el caso de Love Under the Fire, tras su visionado, las autoridades de Burgos no estiman que sea contraria a la causa nacional. Es más, esta vez es la República quien intenta quemar el negativo, pues considera que esta película cuestiona el heroísmo de la defensa de Madrid11.

Más grave se juzga la distribución internacional del noticiario de la Generalitat catalana España al día (España, 1937-1939) y, sobre todo, el punto de vista dado a algunas informaciones aparecidas en el noticiario de la casa. Por ejemplo, la noticia titulada «La conquista de Lérida», en la que se dice que las tropas que entran en la ciudad son alemanas e italianas; o aquella otra del noticiario 1.314, en la que, a propósito de un desfile de voluntarios ante el Duce, se afirma que «quedan en España aún más de 160.000 italianos ayudando a los rebeldes» y que «mientras el Comité de No-intervención se ocupa de esta salida de voluntarios, es creencia general que esa misma cantidad vuelve a entrar clandestinamente en España»12.

También resulta muy grave una denuncia del representante en Estrasburgo. Éste acusa a la Paramount de distribuir The Dead March (USA, 1937), un documental que recoge, entre otro mucho material, la invasión japonesa de Manchuria, la invasión italiana de Etiopía y unas breves imágenes sobre la destrucción de Guernica y los bombardeos nacionalistas sobre Bilbao y Madrid. «Se ofrece al espectador -dice la denuncia- vistas de casas derruidas, la extracción del cadáver de una niña entre los escombros, escenas de mujeres llorando de dolor y gentes que buscan refugio para protegerse de los aviones». Viñolas, en carta a Salvador Vidal Batet, representante en España de la Paramount, escribe:

«... me dirijo a Vd. en su calidad de representante de Paramount para advertirle que son ya demasiado frecuentes los casos de quebrantamientos de la discreción debida a nuestro país por la Casa Paramount; en todos los casos que se dieron hasta ahora la citada Casa no ha tenido por conveniente dar explicaciones acertadas de su conducta, lo cual desde su punto de vista de Entidad Extranjera es irreprochable. Pero es mi deber hacer constar de una manera firme y definitiva que de repetir una vez más tales hechos me dirigiré al Ministerio de Industria y Comercio en el sentido de que no se conceda en lo sucesivo permisos de importación de películas marca Paramount.

Si cree Vd. conveniente hacer saber a la dirección de la Casa en París esta resuelta actitud del Estado español puede hacerlo, por si aún se está a tiempo de que la Casa que Vd. representa envíe la película expresada para ser censurada en este Departamento y se comprometa a suprimir las escenas que atentan claramente contra el prestigio de España, como han hecho recientemente otras varias Casas extranjeras, concretamente americanas, tan importantes como Paramount. Del partido que ésta tome ante la advertencia que le hago por medio de la presente, depende que en el futuro sus intereses en España sean equiparados a las demás Casas extranjeras o muy gravemente quebrantados»13.



El éxito más importante del Departamento Nacional de Cinematografía frente a la casa Paramount fue conseguir que la empresa americana se volviese atrás en su intención de distribuir el film Las Hurdes / Tierra sin pan (España, 1932), según la nueva versión que Luis Buñuel había preparado en Francia en 1937 y a la que añadió las siguientes palabras finales:

«La miseria que este film acaba de mostrarnos no es una miseria sin remedio. Ya, en otras regiones de España, aldeanos, campesinos y obreros habían conseguido mejorar sus condiciones de existencia formando agrupaciones, ayudándose mutuamente, presentando reivindicaciones ante los poderes públicos, y esta corriente, que conducía al pueblo hacia una vida mejor, había orientado las últimas elecciones y dado vida a un gobierno de Frente Popular.

La rebelión de los generales, ayudados por Hitler y por Mussolini, pretende restablecer los privilegios de los grandes propietarios, pero los obreros y los campesinos de España vencerán a Franco y a sus cómplices.

Con la ayuda de los antifascistas del mundo entero, la paz, el trabajo y la felicidad sustituirán a la Guerra Civil y harán desaparecer para siempre los focos de miseria que os ha mostrado esta película»14.



Ahora bien, si García Viñolas convierte la Guerra Civil en un tema tabú para la industria de Hollywood, fracasa ante las pequeñas productoras, responsables de películas tan comprometidas con la República como Spain in Flames (USA, 1936), The Spanish Earth (USA, 1937) o Return to Life (USA, 1937). El capital de estas empresas (History Today, Frontier Films, etc.) proviene en la mayoría de los casos de comités de ayuda a la República, partidos políticos o aportaciones de intelectuales, de manera que no existen intereses económicos con los que el DNC pueda jugar. No obstante, los católicos americanos, defensores de la causa nacionalista, consiguen que estas películas se estrenen en locales de segunda o se prohíban en algunos estados15.

Un largo informe de García Viñolas resume la actividad del Departamento Nacional de Cinematografía contra la propaganda cinematográfica internacional en favor de la II República:

«Las grandes casas cinematográficas extranjeras, que ya por su propia índole propendían a situar sus informaciones en contra de nuestra Causa, anduvieron durante dos años propagando tendenciosamente la guerra española. La importancia, a veces, decisiva, de este reclamo comunista por medio del cinematógrafo, no puede ocultarse a V.I. Una actitud pasiva por nuestra parte favoreció en un principio la libre información de esas Casas cuya labor proselitista no encontraba otra contradicción oficial que la evidencia de nuestros avances en triunfo progresivo.

El Departamento de Cinematografía halló a su constitución un panorama cinematográfico deplorable. Una riquísima y hábil propaganda roja había conseguido dominar, cuando todo le era propicio, el campo cinematográfico. Y así hallamos el día 1.º de Abril de 1938:

1.º.- Películas de argumento tendencioso, producidas por grandes Casas americanas y presentadas en todos los países.

2.º.- Noticias de abierta propaganda roja en Noticiarios de distribución mundial.

3.º.- Ausencia absoluta de propaganda nuestra.

La gestión del Departamento, a la vista de estas realidades, se dirigió por propia iniciativa y poniendo en juego amenazas y medios de que auténticamente no disponía a:

1.º.- Jugar los intereses creados de índole económica que las grandes Casas extranjeras tienen en España para contener la acción de las agencias centrales.

2.º.- Procurar informes confidenciales para atajar las gestiones rojas.

3.º.- Iniciar relaciones con las grandes empresas y suscitar entre ellas desconfianzas y recelos para disolver la estrecha unión en contra nuestra que había formada.

4.º.- Producir y facilitar noticias que contrarresten la gran difusión roja.

5.º.- Abrir, en declaraciones periodísticas, una perspectiva de grandes posibilidades para las Casas extranjeras en España, excediendo incluso a lo que será el día de mañana nuestra legislación y no culpando directamente a ninguna Casa, aún mereciesen tal actitud violenta, para darles posibilidad de una rectificación que nos favoreciese.

Estas gestiones absolutamente desconocidas por persona ajena al Departamento, tuvieron mayor alcance del que permitían nuestros medios pobrísimos.

Se ha conseguido con ello:

Que las Casas extranjeras con intereses económicos en España, se abstengan totalmente de producir o distribuir películas de argumento tendencioso.

Que los grandes Noticiarios Fox, Metro, y Paramount se nieguen a incluir, unos total y otros parcialmente, noticias rojas.

Que especialmente el Noticiario Fox, incluya con frecuencia en sus bobinas de distribución mundial, motivos nacionales que muchas veces obedecen a consignas nuestras.

Que se paralice la distribución de películas, como Bloqueo, desfavorables a nuestra Causa.

Faltan aún detalles considerables por vencer, que espero queden absolutamente anulados en poco tiempo.

Mas junto al gran alivio que la situación actual supone quiero comunicar a V. I.:

A) La imposibilidad en que nos hallamos para evitar que pequeñas empresas compradas por el enemigo, permanezcan a su favor.

B) De que entidades favorecidas por el comercio rojo, como el llamado Comité de navieros de Londres, regalen a nuestros enemigos films de propaganda marxista»16.








ArribaConclusión

Aunque el boicot no puede considerarse un arma de presión exclusiva de ningún régimen político, sí podemos sostener que el boicot nacionalista, junto con el monopolio sobre los noticiarios y el control sobre la producción nacional privada, configuran las tres líneas maestras de toda política cinematográfica de corte fascista, según la cual lo que se exhibe en los cines no depende de la libre expresión de los cineastas o de la demanda del público, sino de razones de Estado.

El Departamento de Cinematografía, se sitúa dentro del Ministerio de la Gobernación, porque es éste el llamado a utilizar la gran influencia social del cine para dirigir las masas de opinión por los cauces que interesen al Estado, no sólo mediante los films, que el departamento produzca, sino valiéndose de la producción privada en la medida necesaria e impidiendo el efecto de modelador de ciertas tendencias cinematográficas17.

En efecto, al acabar la guerra el boicot será sustituido por una reducción espectacular en la importación de películas de tendencia18

3, que se compensan con importaciones italianas y, sobre todo, alemanas19. Esta decisión estaba tomada mucho antes de terminar la guerra20, es decir, García Viñolas mentía a las distribuidoras norteamericanas cuando les prometía grandes expectativas económicas a cambio de permanecer fieles a la causa nacional.

La estrategia de solicitar informes a las embajadas y amenazar con sanciones económicas a la productoras y distribuidoras de películas contrarias al espíritu nacional no se interrumpe con el fin del conflicto. Por ejemplo, en 1953 el cónsul honorario en Filadelfia, señor G. del Caso Ridaura, informa que la película The Strong Are Lonely (USA, 1953), cuyo argumento trata de las misiones que la Compañía de Jesús tenía en Uruguay durante el siglo XVIII, ataca a España al insistir en la Leyenda Negra: explotación del indígena, codicia de los españoles, etc.21.

Hollywood, por su parte, y a medida que la exportación de películas se hace vital para su industria, creará, dentro de la Motion Picture Export Asociation of America (MPEAA), un departamento destinado a determinar si existe en los guiones próximos a rodar algún tema ofensivo para cualquiera de los países que forman su mercado internacional22.



 
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