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ArribaAbajoJornada II

 

Salón del palacio de DON SANCHO en Pamplona: puerta en el fondo; ventana á la derecha; puerta á la izquierda.

 

Escena I

 

DON GARCÍA. Después ARJONA.

 
DON GARCÍA
Ya va la mañana entrando
y aun no parece ese hombre.
ARJONA
Señor...
DON GARCÍA
¡Ah! ¡Gracias á Dios!
¿Cómo estamos?
ARJONA
Como anoche.
Desplomáronse uno á uno 5
los tostados paredones.
DON GARCÍA
¿Y qué?
ARJONA
Nadie ha parecido;
conque quedan los traidores
debajo de los escombros
como bajo siete montes. 10
DON GARCÍA
¿No hay, pues, temor?
ARJONA
No hay ninguno.
DON GARCÍA
¡Ay! Una losa de bronce
me quitas el corazón;
somos salvos.
ARJONA
Se supone.
Nadie salió de las llamas, 15
ya lo visteis; desde entonces
doblé las guardias en torno,
y ahora los muertos tizones
revuelve la gente nuestra,
de Luis Torras á las órdenes. 20
Todo lo están registrando,
y con todo cuanto logren
les mandé venir al punto.
DON GARCÍA
Bien, Lucas.
ARJONA
¡Vaya una noche!
Cosa de magia parece. 25
¡Si vierais cuántos sudores
me costó hacerlos que entraran
á revolver los carbones!
Todavía se temían
que aquel espantoso etíope 30
de los escombros se alzara,
con su amo dando mandobles.
DON GARCÍA
¡Mas si se salvó!...
ARJONA
¡Imposible!
La casa encima cayóle,
y él, viéndose descubierto, 35
allí achicharrar dejóse
por no dar en nuestras manos.
DON GARCÍA
¡Ojalá!
ARJONA
Dios le perdone.
Mas ¿tanto ese hombre estorbaba?
DON GARCÍA
Era muralla de bronce 40
puesta á mi paso: mis planes
exactamente conoce.
ARJONA
¡Cómo!
DON GARCÍA
Todos me los dijo.
ARJONA
Si él era solo, temores
vanos desechad del alma, 45
y no receléis que torne.
Allí yacerá enterrado
entre los negros terrones,
como á un raposo á quien ciegan
su cueva los cazadores. 50
DON GARCÍA
Arjona, todo lo temo
de aquel maldito.
ARJONA
Aprensiones,
señor; los muertos no vuelven
al mundo más.
DON GARCÍA
Me corroen
el corazón hasta ahora 55
desconocidos pavores,
y... Arjona, ya no hay remedio;
fuerza es que hoy mismo se logre
ó se pierda todo. Tú
sé el escondido resorte 60
que mueva toda la máquina
de mis proyectos. Vé, corre,
busca á los que en ese escrito
llevan marcados los nombres,
que éstos buscarán á otros, 65
y éstos á otros, y el golpe
será seguro; vé y diles
que treguas ni dilaciones
no hay ya; que hoy es nuestro día,.
y ya la seña conocen. 70
El caballo de batalla
de mi padre...
ARJONA
¿Y si se opone
don Pedro Sesé?
DON GARCÍA
¡Oponerse!
ARJONA
Como está sólo á sus órdenes
la caballeriza Real, 75
y al partir recomendóle
mucho el Rey ese caballo,
es muy fácil que os lo estorbe.
Cambiad la seña.
DON GARCÍA
No hay tiempo.
Ya imposible es que trastorne 80
de la concertada empresa
las señales ni las voces:
fuera arriesgarse por poco,
y pueden algunos torpes...
No, están en lo del caballo, 85
y temo que se malogre
si los mudo la señal.
ARJONA
Mas si ese viejo de bronce,
os rehusa...
DON GARCÍA
Está previsto:
de mi padre espero orden 90
de prenderle con la Reina.
ARJONA
¡Cómo!
DON GARCÍA
De un crimen enorme
son reos.
ARJONA
Pero ¿eso es cierto?
DON GARCÍA
Eso no te corresponde
averiguar: obedéceme 95
sin meterte en más cuestiones.
ARJONA
Señor...
DON GARCÍA
Si Sesé se obstina,
sin aguardar á la orden
de mi padre, los acuso
en público, y acabóse. 100
Ea, pues, de aquí á una hora
que todo, Arjona, se apronte.
ARJONA
Así se hará.
DON GARCÍA
Corre, pues,
y ¡el diablo con los mejores!


Escena II

 

DON GARCÍA.

 
Sí, acabemos de una vez. 105
Ello es gran temeridad,
mas quedarse en la mitad
es mayor estupidez.
Ser á un tiempo acriminado
de rebelde y de impostor 110
por haberlo sin valor
decidido y no logrado,
es mengua para quien soy.
Si me es contraria la suerte,
y en vez del trono á la muerte 115
caminando á obscuras voy,
sea por mala fortuna,
que no por falta de brío.
Mas si al fin el triunfo es mío
y la ocasión oportuna 120
logro aprovechar, ¡pardiez!
siempre es la causa mejor
la causa del vencedor...
Sí, acabemos de una vez.


Escena III

 

DON GARCÍA y DON PEDRO SESÉ.

 
DON PEDRO
¡Hola! ¡Vos aquí ya!
DON GARCÍA
Buen caballero,
125
don Pedro de Sesé, muy bien venido.
DON PEDRO
Anoche...
DON GARCÍA

 (Interrumpiéndole.) 

Sí, cogióme el aguacero
en el monte.
DON PEDRO
Y ¿en dónde habéis dormido?
DON GARCÍA
En casa de un labriego.
DON PEDRO
¿Compensado
tal molestia le habréis?
DON GARCÍA
¡Oh! Se supone.
130
DON PEDRO
Vuestro padre es en eso...
DON GARCÍA

 (Interrumpiéndole.) 

Harto extremado.
DON PEDRO
Bueno es que á un rey lo liberal le abone:
vale más por afable ser querido,
que por severo y sin piedad temido.
DON GARCÍA
Y á propósito de ello, ¿qué noticias 135
hay de mi padre?
DON PEDRO
Como siempre, buenas:
las estrellas le son siempre propicias,
y se lleva las huestes agarenas
por delante.
DON GARCÍA
Y ¿no hay más?
DON PEDRO
¿Poco os parece?
DON GARCÍA
Yo no sé dónde oí...
DON PEDRO
¿Qué?
DON GARCÍA
Que en los reales
140
de día en día el descontento crece
por yo no sé qué nuevas...
DON PEDRO
Muy fatales
no serán, pues vencemos.
DON GARCÍA
De esta tierra
el Rey las recibió, no de su guerra.
DON PEDRO
¿De esta tierra?... No sé...
DON GARCÍA
Lenguas villanas
145
le pusieron acaso descontento
con vuestro gobernar.
DON PEDRO
Calumnias vanas.
La Reina y yo podremos al momento
cuentas sin tacha dar.
DON GARCÍA
¿Cuentas... de todo?
DON PEDRO
De todo, ¡vive Dios! ¿Quién tiene duda? 150
Soy don Pedro Sesé...
DON GARCÍA
Mas de ese modo
no os irritéis, que esa ira al vulgo ayuda
á creer que, pues tanto os acalora
la duda nada más, poco os escuda
la inocencia.
DON PEDRO
Lo sé.
DON GARCÍA
Y decidme ahora,
155
¿cómo acudís tan pronto á este palacio
DON PEDRO
Despacha aquí la Reina mi señora.
DON GARCÍA
¡Oh! ¡Pues no lo tomáis poco despacio!
DON PEDRO
Caballero, ese tono...
DON GARCÍA
Caballero,
el vuestro me incomoda, y de hoy presente 160
tened que soy el Príncipe.
DON PEDRO
Primero
vos recordad que vuestro padre, ausente,
su Real autoridad dejó en mi mano.
DON GARCÍA
Mas no os dejó ¡pardiez! por ayo mío,
ni sufriré jamás que un cortesano 165
con orgullo me trate ó con desvío.
¿Lo entendéis? Del gobierno los negocios
despachad con la Reina, si esto os toca;
placer buscadla, entretened sus ocios;
mas, Sesé, en cuanto á mí, cosed la boca. 170
DON PEDRO
No os comprendo muy bien; mas temo acaso
que una sospecha injusta en contra mía
os anima. Si he dado algún mal paso,
que marcarais en qué desearía.
Tal vez remedio tenga.
DON GARCÍA
Basta.
DON PEDRO
Espero
175
que, pues nunca cual hoy me habéis hablado
sabréis...
DON GARCÍA
Ya basta digo, caballero;
no estoy á daros cuentas obligado.


Escena IV

 

Dichos, la REINA, pajes y damas.

 
REINA
¿Qué ess esto, don García? Ese sonrojo,
Sesé, que el rostro trémulo os colora... 180
¿Qué es esto? ¿Os ha causado algún enojo
el Príncipe?
DON PEDRO
¡A mí enojo! No, señora;
antes mi indiscreción se le ha causado,
y de mi error disculpas le pedía.
REINA
De ese modo lleváisle perdonado; 185
yo os le otorgo, Sesé, por don García.
DON GARCÍA
¡Oh! Si vos lo tomáis por vuestra cuenta,
dad por zanjada ya nuestra rencilla.
¿Qué importa si el vasallo se acrecienta
con vuestro Real favor?... Si á mí me humilla, 190
es disfavor de madre y no me afrenta.
REINA
Mal lo entiendes, García: si al olvido
la falta quiero dar del caballero,
yo el perdón no lo otorgo, te le pido.
En ausencia del Rey que haya no quiero 195
bando ni enemistad bajo su trono;
si te faltó, su falta le perdona,
que don Pedro es leal y yo le abono.
DON GARCÍA
¿Lo oís? La Reina contra mí lo abona.
No hablemos de ello más.
REINA
¿Qué significan,
200
Príncipe, esas palabras? Me parece
que contra vos tan sólo testifican.
DON GARCÍA
Perdonad; basta ya, que no merece
la cuestión tanto tiempo.
REINA
Bien, García,
no se hable en ello más. Ahora sepamos 205
qué negocio á mi cuarto te traía.
DON GARCÍA
Poca cosa, señora...
DON PEDRO
Si estorbamos...
DON GARCÍA
No, lo podéis oir; es un servicio
que hacer voy á mi padre, pero siendo
en mengua de quien debe tal oficio 210
desempeñar, que lo sepáis pretendo
antes de hacerle.
REINA
Tu respeto aprecio.
Habla.
DON GARCÍA
Cuando mi padre fué á la guerra,
un caballo dejó de tanto precio,
que no se vió mejor en esta tierra. 215
REINA
Regalo fué del cordobés aliado.
DON GARCÍA
Pues bien; ese caballo tan hermoso,
y de mi padre el Rey tan estimado,
va a perderse tal vez; fiero, brioso,
siempre establado está, y de día en día 220
va menguando en valor.
DON PEDRO
¡Oh! Perdonadme;
ese hermoso caballo, don García...
DON GARCÍA
Estoy hablando, concluid dejadme.
Del Rey caballerizo, más en cuenta
le debisteis tener; mas tal descuido 225
quiero encubriros yo.
DON PEDRO

 (Aparte.) 

(¿Qué es lo que intenta?)
DON GARCÍA
Señora, ese caballo yo os le pido.
DON PEDRO
Señora, ese caballo á don García
es imposible dar. Si el Rey su padre
lo llegara á entender, se enojaría. 230
Cómo estima sabéis, cuánto cuidado
pone en caballos y armas un guerrero;
y en esto el rey don Sancho es extremado.
DON GARCÍA
Por la misma razón, buen caballero,
cuando sepa que tanto se lo cuido, 235
las gracias me dará; conque, señora,
que me neguéis no espero lo que os pido.
A nadie en ello expongo,
porque de gran jinete alcanzo nombre;
y aunque mi padre el Rey ha prohibido 240
que le montara nadie, yo supongo
que hablar con don García no ha querido.
DON PEDRO
Señora, es mi deber, y yo os lo advierto;
vedado es para todos tal antojo,
y el caballo está sano.
DON GARCÍA
Falso.
DON PEDRO
Cierto.
245
Perdonad que os desmienta.
DON GARCÍA
¡Tal arrojo!
¡Me desmentís! ¡Por Dios, Reina y señora,
que para que abonéis tanta insolencia,
no sé qué traza intentaréis ahora!
Porque poneros aun en contra mía, 250
querrá decir que vale un cortesano
mucho más para vos que don García;
y en tal caso, tal vez me acordaría
que heredero soy de un Soberano.
DON PEDRO
¡Príncipe!
REINA
Basta ya; cuestión tan leve
255
no merece ocuparnos. Del caballo
responderé yo al Rey; peligro no hallo
en que mientras el Príncipe le lleve.
DON PEDRO
Yo me someto humilde á vuestro fallo.
DON GARCÍA
Yo las gracias os doy; y pues ya es mío, 260
que me le ensillen sin tardanza alguna
voy á hacer en señal de señorío.
(Y ahora cada cual con su fortuna.)


Escena V

 

La REINA y DON PEDRO SESÉ.

 
REINA
Despejad el ceño adusto
buen caballero Sesé. 265
DON PEDRO
No sé, señora, por qué
siento que le deis tal gusto.
REINA
El Rey á vos le ha pospuesto
para el gobierno en su ausencia,
y temí la violencia 270
de su natural en esto.
Y ¿qué importa que el corcel
monte, y que cumpla su antojo?
¿Teméis de Sancho el enojo?
Yo os disculparé con él. 275
DON PEDRO
No es ese temor pequeño
lo que me anubla el semblante;
el servidor más constante
fuí siempre del Rey mi dueño,
y él me sabrá disculpar. 280
Mas esa doblez y embozo
con que está obrando ese mozo,
me da mucho que pensar.
REINA
Es claro que anda ofendido
de que el Rey, en mengua suya 285
en su puesto os sustituya.
DON PEDRO
Pues razón habrá tenido;
que es don Sancho harto sagaz,
y en paz lo mismo que en guerra,
para gobernar su tierra 290
no hay príncipe más capaz.
REINA
Mas ¿qué hará con el caballo?
Todo lo que puede hacer,
es maltratarle, por ver
si os castiga el Rey. Dejallo, 295
don Pedro, andar, que por esto,
mientras por medio yo ande,
no ha de ser el mal muy grande
para vos.
DON PEDRO
Mas si es pretexto
para que él...
REINA
Quédese aquí,
300
Sesé.


Escena VI

 

Dichos y un PAJE.

 
DON PEDRO
¿Qué es?
PAJE
Señor, afuera
hay un hombre que hora espera
de ver á la Reina.
REINA
¿A mí?
PAJE
Diz que para un grave asunto
que vida y honra interesa, 305
y es negocio de tal priesa,
que pide veros al punto.
DON PEDRO
Y ¿de qué clase es ese hombre?
PAJE
Él viste de peregrino;
yo le pregunté su nombre, 310
y él me dió este pergamino.
 

(Se le entrega á DON PEDRO, y éste lee.)

 
REINA
A ver, leed.
DON PEDRO
Dice así:

«Nos el rey don Sancho de Navarra, rogamos y mandamos á nuestros amigos, aliados, súbditos y vasallos, que ayuden, amparen y protejan, y den crédito a la persona que este escrito de nuestra mano les presentare; con lo cual, á más del placer que habrán de reportarnos, nos ayudarán á cumplir una deuda de honor que tenemos contraída con la persona ó personas poseedoras de las presentes letras».

Y firma Sancho el mayor.
REINA
¿Deuda del Rey y de honor?
Al punto, pues, que entre aquí. 315


Escena VII

 

La REINA, DON PEDRO y DON RAMIRO, de peregrino.

 
DON RAMIRO
A vuestros pies...
REINA
Levantaos,
buen Romero, que quien trae
firma del Rey en su abono,
en postura semejante
no ha de estar ante su esposa. 320
DON RAMIRO
Esas palabras Reales,
de su mismo puño escritas,
mi importunidad reparen.
REINA
El habla en vos; alzad, pues.
DON RAMIRO
Primero que me levante, 325
vuestra Real mano, señora,
para que la bese dadme.
REINA
Tomad, y hablad.
DON RAMIRO
Gracias, Reina;
y esta humildad no os extrañe,
que nací vasallo vuestro, 330
y aunque jamás el semblante
logré hasta este punto veros,
de él he llevado una imagen
en el corazón grabada,
y ya nunca ha de borrarse. 335
REINA
De ese respeto agradezco
demostraciones tan grandes,
pero...
DON RAMIRO
Escuchadme, señora,
y vos también escuchadme,
caballero, que á la par 340
os toca á ambos mi mensaje.
DON PEDRO
Decidle, pues.
DON RAMIRO
Duro cargo
me impuse en él, y es probable
que el corazón generoso
mis palabras os desgarren; 345
mas el mal que voy á haceros,
por la intención disculpadme.
Tenéis un hijo, señora,
por cuyas venas, la sangre
de vuestras venas circula. 350
REINA
Tengo dos.
DON RAMIRO
Uno distante
de Navarra está; no es ése
de quien hablo; no es culpable.
Al príncipe don García
me refiero, cuyos planes, 355
hondo y fatal precipicio
hoy á vuestras plantas abren.
REINA
¿Qué es lo que dices?
DON RAMIRO
Oidme.
REINA
Explícate, pero antes
piensa bien que una impostura 360
la vida puede costarte.
DON PEDRO
Proseguid, buen peregrino;
dejad, señora, que hable.
DON RAMIRO
¡Oh! Sé muy bien lo que digo.
¡Pluguiera á Dios me engañase! 365
Yo, que en los vecinos montes
hago una vida salvaje,
entre sus quebradas peñas
y sus fieras montaraces,
por azar, por suerte vuestra, 370
ó por los impenetrables
juicios de Dios, vine astuto
de sus tramas infernales
a coger todos los hilos,
y vengo todos á dárosles 375
antes que os teja con ellos
traidora red un infame.
REINA
¡Oh! Concluid.
DON RAMIRO
Don García
conspira contra su padre.
REINA
¡Cielos!
DON RAMIRO
Y como su intento
380
ambos á dos le estorbabais,
dió en un delito más pérfido:
os acusó el miserable
de un feo crimen.
REINA y
DON PEDRO
¿De cuál?
DON RAMIRO
Permitidme que lo calle. 385
REINA
No, hablad.
DON RAMIRO
Del que no perdona
jamás un esposo amante,
del que asesina la honra
de quien con vergüenza nace.
DON PEDRO
¡Dios mío! Ya me esperaba 390
que algún proyecto execrable
encerraba la sonrisa
y la mirada insultante
de ese mancebo.
REINA
Tú mientes.
Tamaño crimen no cabe 395
en el corazón de un hijo.
Que á ese vasallo acusase
de cualquier crimen, lo entiendo,
porque en su lugar, su padre
por gobernador conmigo 400
le dejó, y sé que ha de odiarle;
pero ¿a mí? ¡Mientes mil veces!
DON PEDRO
¡Ay, Reina! El estrago que hace
en el corazón del hombre
la ambición, sólo lo sabe 405
Dios, que nos le hizo de tierra
tan quebradiza y tan frágil.
REINA
Es imposible, don Pedro;
es increíble, improbable,
y este impostor dura muerte 410
merece. ¡Hola, guardias, pajes!
DON PEDRO
Tened, señora, tened
los ímpetus naturales
del corazón. Vos seguid,
Romero, sin que os agravie 415
ni atemoricen sus iras.
Es natural, es su madre.
DON RAMIRO
A mí sus iras no pueden
amedrentar ni agraviarme,
cuando no hay tales secretos 420
quién sepa ni quién relate
fuera del Príncipe y yo,
ni hay tal vez tampoco nadie
más pronto á morir por ella
cuando otras pruebas faltaren. 425
REINA
Pues bien; pruebas convincentes
presenta pronto, al instante,
ó te hago ahorcar de una almena
como á un impostor infame.
DON RAMIRO
No haréis tal, Reina y señora, 430
por dos razones.
REINA
¿Por cuáles?
DON RAMIRO
La primera, porque el Rey
tal vez no os lo perdonase
jamás.
DON PEDRO
¡Vive Dios!
DON RAMIRO
La otra
es, porque cuando yo os falte 435
faltará quien os defienda,
y os pesaría, aunque tarde.
REINA
Mas ¡por Dios!, que sin más pruebas
de delitos semejantes,
¿bajo qué crédito quieres 440
que tu palabra me baste?
DON RAMIRO
Basta y sobra el pergamino
que del rey don Sancho traje.
REINA
Tienes razón. ¡Cielo santo!
Él manda aquí, que te ampare, 445
que te proteja y dé crédito.
DON RAMIRO
Y su firma, ¿no es bastante?
REINA
Sí, sí; cuando el Rey te abona,
razones tendrá muy graves.
DON RAMIRO
Don García, ¿está en palacio? 450
DON PEDRO y
REINA
Sí.
DON RAMIRO
Pues ante vos llamadle
y decidle que el caballo
de batalla de su padre
habéis de matar primero,
que que le monte dejarle. 455
REINA
Romero, tú estás sin juicio.
DON PEDRO
Dejadle hablar.
DON RAMIRO
Por mi parte
cumplí mi deber, señora,
obrad como más gustareis;
mas si le dais el caballo, 460
tal vez esta misma tarde
veréis para vos trocadas
vuestras cámaras en cárceles.
REINA
¿Qué dices?
DON RAMIRO
Esa es la seña,
y pues sobran desleales 465
en todas las tierras, siempre
dispuestos á rebelarse,
el Príncipe se ha sabido
atraer por todas partes
muchos secuaces que esperan 470
medrar con sus novedades.
Todo está ya prevenido,
y si en el caballo sale,
fuerza es que en él suba Príncipe,
mas Rey de Navarra baje. 475
REINA
Imposible me parece.
DON PEDRO
Señora, por Dios, llamadle,
y procurad con palabras
meditadas y sagaces
leer lo cierto en su rostro, 480
el corazón penetrarle.
Todo es posible, señora,
y en los hombres todo cabe.
REINA
Sí, sí, que venga, que venga;
mas sola con él dejadme: 485
no quiero que alma viviente
presencie lo que aquí pase.
DON PEDRO
Pero si es cierto..., si intenta...
REINA
No: esperad á que yo os llame.
DON RAMIRO
Enhorabuena, señora, 490
mas no olvidéis, en tan grave
situación, que tengo sólo
de sus secretos la llave,
y que estoy pronto por vos
á verter toda mi sangre. 495
REINA
Y no olvides tú tampoco
que como inocente le halle,
en ti caerá la sentencia
del crimen que le imputaste.
DON RAMIRO
Ponedme de él frente á frente, 500
que acepto, si él lo negare.
REINA
Luego ¿os conoce?
DON RAMIRO
Una vez
no más me ha visto el semblante,
y oyó una vez mi palabra,
mas lo olvidará muy tarde. 505


Escena VIII

 

Dichos y el PAJE. DON PEDRO ha salido ya de la escena.

 
PAJE
El Príncipe.
REINA
Ya no es tiempo
que salgáis, va á veros.
DON RAMIRO
Fácil
es esto de remediar:
de sus ojos ocultadme.
REINA
Entrad aquí.
 

(Entra DON RAMIRO en la habitación de la REINA.)

 
DON RAMIRO
Sed prudente.
510
REINA
¡Justicia de Dios, ampárame!


Escena IX

 

La REINA y DON GARCÍA.

 
DON GARCÍA
¿Qué es lo que ocurre, señora,
que con tal prisa y afán
tras mí vuestros pajes van?
¿Qué pasa de nuevo ahora? 515
Un momento ha me tuvisteis
con vos en este lugar,
¿y ahora me tenéis que hablar?
¿Por qué entonces no lo hicisteis?
REINA
Porque entonces no sabía 520
lo que ha llegado después
á mis oídos.
DON GARCÍA
Y ¿qué es?
REINA
Lo sabrás.
DON GARCÍA
¡Por vida mía,
será otro cuento del viejo
Sesé! Vasallo más fiel 525
no tenéis; nada sin él
podéis, ni sin su consejo.
Sois con él harto benigna,
Y le otorgáis tal franqueza,
que á ser su privanza empieza 530
de una noble dama indigna.
REINA
¡García!
DON GARCÍA
No os irritéis,
madre; mas que haya un vasallo
que se meta en si un caballo
darme ó no darme debéis, 535
y que pueda más con vos
que el hijo de vos nacido,
es cosa que me ha ofendido
y que me extraña, ¡por Dios!
REINA
Y ese insolente lenguaje 540
me está ya haciendo, García,
sospechar que no te hacía
quien te acusó grande ultraje.
DON GARCÍA
Quien me acusó...; pienso quién:
Sesé, sin duda...
REINA
Él, ú otro.
545
DON GARCÍA
¿De haberos pedido el potro?
REINA
Pues.
DON GARCÍA
¿Lo quería él también?
Yo que vos, se le daría,
que entre él y yo, él es primero.
REINA
Diérasele al pregonero 550
antes que á vos, don García.
DON GARCÍA
Lo que con vos puede veo;
pero ya es mío, señora,
y á demandármele ahora
que no habrá quien ose creo. 555
REINA

 (Con ironía.) 

¿Le has elegido tal vez
por su nobleza y vigor,
para algún campo de honor
ó alguna lid de gran prez?
DON GARCÍA
No sé qué misterio encierra 560
vuestro tono, mas me temo
que estamos en el extremo
de la paz ó de la guerra.
REINA
Eso depende de ti:
las frases que á salir van 565
de tu boca, esas serán
tu ley.
DON GARCÍA
Pues oidlas.
REINA
Di.
DON GARCÍA
Hombre soy ya, y soy tan hombre,
que decir bien alto puedo
que en Navarra ha puesto miedo 570
de mi valor el renombre.
De un reino heredero soy,
prenda de mi Real linaje,
y me cansa tanto ultraje
como recibiendo estoy. 575
Mi padre el Rey me desprecia,
de su sangre en desacato,
por un viejo mentecato
que de leal se le precia.
Y él, y vos, y todo el mundo 580
me faltáis al descubierto;
pero de hoy más, os lo advierto,
no quiero ser el segundo.
Me harta ya ver que el cariño
paternal, para mí escaso, 585
me desaira á cada paso
como mientras era niño.
Y pues el cielo lo ha hecho
y he nacido Real infante,
madre, de aquí en adelante 590
yo sostendré mi derecho.
Nadie ha de ir sobre mí
siendo yo el hijo del Rey,
así lo dice la ley,
y yo he de exigirlo así. 595
REINA
Pues mientras esté en mi mano
del rey don Sancho el poder,
vos tendréis que obedecer
mi capricho soberano.
DON GARCÍA
No os halague esa esperanza, 600
que no he de ser un pechero
que sirve de aventurero
á quien le compra su lanza.
No, ¡vive Dios! Ya á caballo
y empeñado el trance fiero, 605
veremos quién es primero,
veremos quién el vasallo.
REINA
¡Insensato! No tendrás
ni un corcel mientras yo viva
que en sus lomos te reciba, 610
y el de don Sancho, jamás.
DON GARCÍA
No tanto, por vuestra vida,
blasonéis de bríos, madre,
que sólo el Rey es mi padre,
y cuando cuentas os pida 615
del poder con que os dejó,
veremos qué cuentas dais.
REINA
Más cumplidas que esperáis
se las daré.
DON GARCÍA
Tal vez no.
REINA
¡Basta, traidor, basta ya, 620
que la verdad sin rebozo
en tus ímpetus de mozo
revelándoseme está!
DON GARCÍA
¡Señora!
REINA
¡Traidor, responde
sin turbarte ni mentir: 625
¿adónde intentas hoy ir
con ese caballo?
DON GARCÍA
¿Adónde?
Y ¿qué os importa?
REINA
Tu cara
palidece: el corazón,
García, te hace traición, 630
y por la faz te declara.
Silencio: bien manifiesta
tu infamia veo.
DON GARCÍA
Acabemos
de una vez.
REINA
Acabaremos
si tienes una respuesta. 635
¿Qué viste, villano, en mí,
para osar torpe á mi honor?
DON GARCÍA
¡Cielos!
REINA
¿Qué viste, traidor,
para mancillarme así?
DON GARCÍA
¡Rayos del cielo! No más 640
añadáis... ¡Oh! Me han vendido.
Mas si creen que he sucumbido,
se engañaron...; no, jamás.
Ya es tarde para ceder;
dijo bien quien tal os dijo, 645
sí, que á luchar madre é hijo
van, poder contra poder.
REINA
Miente quien diga que tú eres
de la sangre de mis venas
nacido, miente; las hienas 650
no nacen de las mujeres.
Rebelde y calumniador,
yo te ganaré la mano.
DON GARCÍA
Débil mujer, será en vano
todo ese inútil furor. 655
Ya hemos saltado la valla
ambos á dos, ya nos hemos
conocido, y no podemos
rehusarnos la batalla.
Veamos quién vencedor 660
sale de entrambos ahora.
 

(La REINA va hacia la puerta para llamar á su gente, diciendo:)

 
REINA
Veamos. ¡Hola!
 

(El PRÍNCIPE le ataja el paso, y corre el cerrojo a la puerta.)

 
DON GARCÍA
Señora,
teneos.
REINA
¡Cómo, traidor!
DON GARCÍA
Ya no hay más voz que la mía:
para vos, de este, momento 665
es prisión vuestro aposento.
¡El rey aquí es don García!
REINA
¡Miserable! ¿Presa yo?
DON GARCÍA
Presa por el rey, por mí.
REINA
¿Tú rey de Navarra?
DON GARCÍA
Sí.
670
DON RAMIRO

 (Presentándose.) 

¿Rey? ¡Bah! Todavía no.


Escena X

 

La REINA, DON GARCÍA y DON RAMIRO.

 
DON GARCÍA
¡Ira de Dios! ¡Aquí tú!
¡Todo lo comprendo ya!
Mas caro á costarte va
tu farsa de Belcebú. 675
DON RAMIRO
¿Qué hará en mí vuestro furor?
DON GARCÍA
Vélo, pues.

 (Bajando hacia DON RAMIRO, y abandonando la puerta.) 

DON RAMIRO

 (Á la REINA.) 

Abrid ahí.
REINA

 (Abriendo.) 

¡A mí, navarros, á mí!
Sujetad á ese traidor.
 

(Los caballeros sujetan a DON GARCÍA.)

 


Escena XI

 

La REINA, DON GARCÍA, DON PEDRO, DON RAMIRO, caballeros y pajes.

 
DON RAMIRO
Ya veis, la jugada es diestra; 680
vos á mi casa habéis ido
á quemarme, y yo he venido
á prenderos en la vuestra.
DON GARCÍA
Hombre fatal, cuya sombra
va por doquier que voy yo, 685
¿quién del fuego te libró?
DON RAMIRO
Concibo lo que os asombra
mi presencia, don García,
mas ya os dije mi poder.
DON GARCÍA
¡Ay si llegas á caer 690
en mis manos algún día!
DON RAMIRO
Vuestro coraje presumo;
mas ¿qué os valdrá ese furor?
De entre las manos, señor,
se va el diablo como el humo. 695
Humillaos; no hay más medio,
pues mientras yo ande en la danza
no tenéis otra esperanza,
ni hallaréis otro remedio.
DON GARCÍA
No creo en la omnipotencia 700
de que convencerme quieres;
mas sierpe astuta, ¿quién eres?
DON RAMIRO
Soy...
DON GARCÍA
¿Quién? ¿Quién?
DON RAMIRO
Vuestra conciencia,
vuestra sombra, vuestro juez,
mientras sigáis vuestro empeño; 705
pesadilla en vuestro sueño,
y vuestra muerte tal vez.
 

(Va á salir, y la REINA le detiene.)

 
REINA
Teneos: vos, por quien fué
hoy Navarra libertada,
decid, ¿á quién obligada 710
quedó? ¿Quién sois?
DON RAMIRO
No lo sé.
REINA
Mirad que en palacio entrado
os habéis bajo un disfraz,
y quien oculta la faz
no muestra ser muy honrado. 715
DON RAMIRO
Aun cuando fuera un bandido
quien tal beneficio os hace,
bien, señora, os satisface
quien salvaros ha sabido.
Si en vuestro palacio entrara 720
con el rostro descubierto,
al dintel le hubieran muerto
para que á vos no llegara.
Y en fin, recordaros quiero,
en favor de mi persona, 725
que pues don Sancho me abona,
soy sin duda un caballero.
REINA
Tenéis razón: é imagino
que en guardaros la tendréis;
mas si algo de mí queréis... 730
DON RAMIRO
Sí, volvedme el pergamino.
REINA
Tomadle.
DON RAMIRO
Y si en premio ahora
de mi lealtad le firmáis...
REINA
Sí, por cierto; ahí le lleváis.
DON RAMIRO
Dios os lo premie, señora. 735
REINA
Id en paz.
DON RAMIRO
Y si algún día
os halláis tan apretada
que os haga falta una espada,
acudid, Reina, á la mía.
Paso, caballeros.
REINA
Paso
740
al que en nombre del Rey va.
CORTESANOS
¡Le abona el Rey!
DON PEDRO
¿Quién será?
DON GARCÍA
¡Ay, Dios! Mi desdicha acaso.


Escena XII

 

Dichos, menos DON RAMIRO.

 
REINA
García, mientras envío
á don Sancho está noticia, 745
en poder de la justicia
quedaréis.
DON GARCÍA
Fué sino mío
sucumbir, y aunque lo lloro,
puesto que el vencido soy,
en sufrir sereno estoy 750
mi muerte, y á nadie imploro.
Mas no olvidéis, Reina, vos,
que reos aparecemos
entrambos, y aun no sabemos
quién triunfará de los dos. 755
REINA
Nada teme la inocencia.
 

(Ruido y tumulto dentro.)

 
Mas ¿qué rumor...
DON GARCÍA
(¡Si habrá acaso
mi gente arriesgado el paso
para salvar mi existencia!)
 

(Se ve venir por el fondo un CABALLERO armado. MELENDO, con gente armada.)

 


Escena XIII

 

La REINA, DON GARCÍA, DON PEDRO, pajes, guardias, un CABALLERO (MELENDO).

 
REINA
¿Quién tan sin miedo á la ley 760
atropella así el palacio?
CABALLERO
Señores, haced espacio
á la justicia del Rey.

 (Á la REINA.) 

Por don Sancho de Castilla,
de Navarra y de León, 765
daos, señora, á prisión.
REINA
¡Yo! ¡Por el Rey! ¡Tal mancilla!
CABALLERO
Reina, esta es mi obligación.
Don Pedro Sesé, sed preso
en nombre del Rey.
DON PEDRO
¡Yo!
CABALLERO
Vos.
770
Y en tanto que con más seso
se instruye vuestro proceso,
gobernador por los dos
nombra el Rey á don García.
DON GARCÍA
¡Oh! Gracias, fortuna mía. 775
REINA
¡Yo en público mancillada
por el Rey! ¡Yo ante él culpada!...
Santo Dios!
DON GARCÍA
Ya os lo decía.
REINA
Aparta. Un Dios desde el cielo,
la verdad mirando está, 780
y á su tribunal apelo.
DON GARCÍA

 (Á la REINA.) 

Me pesa de vuestro duelo,
mas es harto tarde ya.
Lo que he intentado me aterra;
sé que nadie habrá en mi abono 785
y que mi suerte se encierra
entre siete pies de tierra
cavados al pie de un trono;
mas ya puesto ante su hondura,
á saltarla probaré, 790
¡si caigo..., en mi sepultura;
mas si salto con ventura...,
¡oh! sobre el trono caerá.
Melendo, esta misma sala
la señalo por prisión: 795
don Pedro Sesé á la torre,

 (Á otro.) 

vos seréis su guardador.

 (Á otro.) 

Vos al punto, con la gente
de mayor satisfacción,
buscadme por todas partes 800
á ese villano impostor
á quien la Reina aquí mismo
un pergamino firmó.
Id, corred por todas partes,
no haya en Pamplona rincón 805
en donde logre ese infame
salvarse de mi furor.
 

(Ruido dentro.)

 
Mas ¿qué ruido es ese?
ARJONA

 (Dentro.) 

Paso.
DON GARCÍA
Esa es de Arjona la voz.


Escena XIV

 

Dichos y LUCAS DE ARJONA.

 
ARJONA
¡Señor, señor!
DON GARCÍA
¿Qué sucede?
810
¿Qué traes, Arjona?
ARJONA
Señor,
Luis Torras está ahí diciendo
que con el secreto dió
de vuestro huésped de anoche.
DON GARCÍA
Con quien Torras dar debió, 815
fué con él, ¡viven los cielos!
ARJONA
Mas trae en cambio, señor...
DON GARCÍA
¿Qué trae?
ARJONA
Trae a una mujer.
Hela aquí.
 

(Traen á GISBERGA custodiada.)

 


Escena XV

 

Dichos y GISBERGA.

 
DON GARCÍA
¡Dios vengador,
es ella! Su mujer.
GISBERGA
Sí,
820
yo soy.
DON GARCÍA
De ese vil traidor
me responde tu cabeza;
tú sabrás dónde está.
GISBERGA
No.
DON GARCÍA
¿Quién es ese hombre?
GISBERGA
Lo ignoro.
DON GARCÍA
¡Niegas!
GISBERGA
Sí.
DON GARCÍA
Pues ¡vive Dios!
825
pronto hará polvo el tormento
toda esa resolución.
Guardadla bien hasta entonces;
mas pasa el tiempo veloz
y es fuerza acabar cuanto antes. 830
Arjona: sin dilación,
que me ensillen el caballo
que el Rey mi padre dejó,
que quiero que vea el pueblo
quién es su gobernador, 835
y los vasallos del Rey
guarden al Rey sumisión.
REINA
Traidor, ¿qué vas á intentar?
DON GARCÍA
Eso no os atañe á vos,
señora. Llevadla.
REINA
¡Infame!
840
 

(Voces fuera.)

 
DON GARCÍA
¡Aun hay más!


Escena XVI

 

Dichos y un CABALLERIZO.

 
CABALLERIZO
¡Señor, perdón!
DON GARCÍA
¿Qué es?
CABALLERIZO
El caballo del Rey,
con el Real caparazón,
le ha robado en este instante
un etíope feroz 845
ayudado de otro hombre.
DON GARCÍA
¿Y mis guardias? ¡Vive Dios!
CABALLERIZO
Matáronlos á estocadas.
DON GARCÍA
¡Ya lo entiendo! ¡Maldición!
Ese demonio es también 850
del caballo el robador.
Seguidle, y donde le halléis;
matadle sin compasión.
 

(Vanse algunos.)

 
Mientras él viva, seguro
ni aun en mi sepulcro estoy. 855
 

(Aparece en el fondo un REY DE ARMAS, con sus insignias.)

 
Mas ¿qué es esto? ¿Aquí un Rey de armas?


Escena XVII

 

Dichos y un REY DE ARMAS. Después, el REY DON SANCHO y MELENDO.

 
REY DE ARMAS
Paso: el Rey me sigue en pos.
TODOS
¡Cielos! ¡El Rey!
REY
Sí, señores;
el Rey en persona: yo.
Doña Nuña,

 (Á la REINA.) 

don García,
860

 (Á éste.) 

Sesé,

 (Ídem.)  

daos á prisión.
En sus cuatro torreones
tiene la torre mayor
de mi alcázar cuatro encierros.
Melendo, su guardia sois; 865
los tres, y esa otra, mujer,
cada cual á un torreón.
Ferrando, que mi Consejo
se junte al punto.
REINA y
DON GARCÍA
¡Señor!
REY
¡Silencio! Llevadlos pronto: 870
vamos á ver ¡voto á Dios!
qué es; lo que pasa en mis reinos
cuando de ellos falto yo.
 

(Los lleva. El REY se pasea con el mayor desasosiego.)

 



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