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321

Vida..., ob. cit., p. 259.

 

322

Ibidem, p. 259.

 

323

«La visión...», art. cit., pp. 8-9 (luego también recogido en su libro Cornucopia..., ob. cit., pp. 105-114 y 168-171).

 

324

G. Estrada, Bibliografía de Goya, México D. F., La Casa de España en México, febrero 1940, pp. 7-8.

 

325

Ejemplos de ello aparecen en diferentes ocasiones desde la propia muerte de M. V. (véanse los números de homenaje de los diarios Novedades -Supl. «México en la Cultura», 319-, 1-V-1955, pp. 5-6 y El Nacional, Supl. Dominical n.º 446, México D. F., 16-X-1955, pp. 11-16), hasta la conmemoración del centenario de su nacimiento (véase el n.° homenaje de Vuelta, 127, México D. F., junio 1987, pp. 64-75 y ROJO, Alba C. de (compiladora): Iconografía. José Moreno Villa, México D. F., 1988), pasando por memorias de licenciatura (RASINES, M.ª del P.: «La imagen de México en los artículos de José Moreno Villa», México D. F., UNAM, 1974) y obras de conjunto sobre el exilio español en México (véase especialmente, ORTEGA MEDINA, J. A.: «Historia»; SOUTO, A.: «Letras» y «Artes»; COLINA, J. de la: «México: visión de los transterrados»; BENÍTEZ, F.: «Los españoles en la prensa cultural», en El exilio español en México. 1939-1982, México, FCE-Salvat, 1982, pp. 237-294, 363-408, 411-430, 433-470 y 623-631, respectivamente).

 

326

Op. cit. La obra tuvo una 2.ª edición aumentada por su autor en 1950 (México, Ed. Porrúa) y una 3.ª en 1976 (México, Ed. SepSetentas). Ese mismo año se publicó también Nueva cornucopia mexicana (Ed. SepSetentas), con selección y prólogo de R. Suárez Argüello y que no es más que una recopilación póstuma de diferentes artículos de M. V. para diarios y revistas.

 

327

Suárez Argüello dice que «este libro de viajero es quizá uno de los libros del género más originales que se han escrito y publicado por y para México» («Prólogo» en ob. cit., p. 230); Manuel Ulacia señala que «tal vez sólo se puedan encontrar paralelos de esta obra en la escritura de algunos cronistas del siglo XVI como Sahagún o en la deliciosa correspondencia de la Marquesa de Calderón de la Barca en el XIX» («En el centenario (1887-1987) de José Moreno Villa», Vuelta, 127, México D. F., junio 1987, pp. 64-65) y Guillermo Sheridan, en su detenido ensayo dedicado a Cornucopia, aparte de las muchas asociaciones con otros viajeros, afirma que «es una espléndida lección del buen viajar, al nivel de las de Morand o Larbaud» («Crónica de un mexicano interino», Vuelta, 127, junio 1987, pp. 66-68).

 

328

Apoyándose seguidamente en una afirmación de L. Mac Gregor sobre la supervivencia de los estilos del siglo XVI en el XVII y XVIII, añadía sobre el periodo de vigencia de lo tequitqui: «Tal supervivencia tiene ahora otra explicación al relacionarla con este estilo tequitqui, pues si el mudéjar en España conserva elementos góticos hasta el siglo XVI, el tequitqui mexicano conserva lo gótico y lo plateresco hasta obras del siglo XVIII» (La escultura colonial mexicana, México D. F., El Colegio de México, 1942 (2.ª ed., FCE, 1986), pp. 9-18).

 

329

Lo mexicano en las artes plásticas, México, El Colegio de México, 1948 (existen reediciones del FCE:1986,1990 y 1992), pp. 9-10.

 

330

Ibidem, respectivamente pp. 63-102;103-111; 113-137; 139-149 y 151-162.