Jornada I |
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Tocan un clarín y descúbrese
un navío, y en él ULISES, ANTISTES, ARQUELAO,
LEBREL, POLIDORO, TIMANTES, FLORO y CLARÍN.
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ANTISTES | En vano forcejamos, | | cuando rendidos a la suerte
estamos | | contra los elementos. | |
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ARQUELAO | Homicidas, los
mares y los vientos | | hoy serán nuestra ruina. | 5 |
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FLORO | Grande tormenta el huracán promete.
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—1v→
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ULISES | Júpiter soberano | | que este
golfo en espumas dejas cano: | 10 | yo voto a tu deidad aras
y altares | | si la cólera ablandas destos mares.
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ANTISTES | Sagrado dios Neptuno, | | griegos ofendes a pesar
de Juno. | |
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ARQUELAO | Causando está desmayos | 15 | el
cielo con relámpagos y rayos. | |
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CLARÍN | ¡Piedad,
Baco divino, | | no muera en agua el que ha vivido en vino!
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LEBREL | ¡Piedad, Momo sagrado, | | no el que carne vivió
muera pescado! | 20 |
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TIMANTES | Monumentos de yelos | | hoy serán
estas ondas. |
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POLIDORO | Parece que han oído | | nuestro
lamento y mísero gemido, | | pues calmaron los vientos.
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ARQUELAO | Paces publican ya los elementos. | |
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ANTISTES |
Y para más fortuna, | | que la buena y la mala nunca
es una, | | ya en aqueste horizonte | | tierra enseña
la cima de aquel monte | 30 | corona de esa sierra. | |
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ULISES | Pon en aquella punta | | que el mar y el
cielo, hecha bisagra, junta | | la proa. |
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POLIDORO | Ya
el espolón toca la playa. | 35 |
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ANTISTES | ¡Vaya toda
la gente a tierra! |
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(Llega el bajel y desembarcan
todos.)
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ULISES | Saluda el peregrino, | | que en salado
cristal abrió camino, | 40 | la tierra donde llega
| | cuando inconstante y náufrago se niega | | del mar
a la inconstancia procelosa. | |
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ANTISTES | ¡Salve y salve otra
vez madre piadosa! | |
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ARQUELAO | Con rendidos despojos | 45 |
los labios te apellidan y los ojos.
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—2→
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CLARÍN | Del
mar vengo enfadado, | | que no es gracioso el mar aunque es
salado. | |
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LEBREL | No es aqueso forzoso, | | que yo no soy salado
y soy gracioso. | 50 |
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TIMANTES | ¿Quién quieres que a tu duda dé
respuesta | | si siempre derrotados, | | mares remotos, climas
apartados, | | habemos tantos años discurrido | 55 |
el rumbo, el norte y el imán perdido? | |
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POLIDORO | Pues
no nuestras desdichas han cesado, | | que el monte donde ahora
has arribado | | no parece habitable | | en lo inculto, intrincado4
y formidable. | 60 |
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ANTISTES | En él las más pequeñas
| | ruinas de gente humanas no dan señas. | |
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ARQUELAO |
Solo se ve de arroyos mil sulcado, | | cuyo turbio cristal
desentonado, | | parece, a lo que creo, | 65 | desperdiciado
aborto del Leteo. | |
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LEBREL | Que habemos dado, temo, | | en
otro mayor mal que Polifemo. | |
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FLORO | Quejas son, lastimosas
y severas, | | cuantas se escuchan de robustas fieras.
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TIMANTES | Y si las copas rústicas miramos | | destos
funestos ramos, | | no pájaros süaves | | vemos,
nocturnas sí, agoreras aves. | |
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ARQUELAO | Y entre sus
ramas, rotos y quebrados, | 75 | trofeos de guerra y caza están
colgados. | |
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LEBREL | Absorto de mirar sus señas quedo.
| | ¿Creerasme una verdad? Que tengo miedo. | 80 |
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CLARÍN |
Sí creeré, si es que arguyo | | que por mi corazón
se juzga el tuyo. | |
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(Vanse, y quedan los dos.)
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ULISES | Pues los dos nos quedamos, | | por esta parte
penetrando vamos. | | ¿Qué bosque es este, cielos soberanos?
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CLARÍN | Y aun en eso no para | | pues, del obscuro
centro | | suyo, miro salirnos al encuentro
| | |
—2v→
| un escuadrón
de fieras, | | bárbara, inculta güeste, que en
hileras | 90 | mal formadas embiste | | a los dos. |
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ULISES |
Defendámonos,
¡ay triste!, | | el uno al otro. Pero, ¿cómo es esto?
| | No solo a nuestra ofensa se han dispuesto | | más
humildes: postrados y vencidos, | 95 | los pechos por la tierra
están rendidos. | |
(Salen animales y hacen
lo que se va diciendo.)
| Y el rey de todos ellos,
| | el león, coronado de cabellos, | | en pie puesto
una vez hacia las peñas | | y otra hacia el mar, cortés
nos hace señas. | 100 | ¡Oh, generoso bruto, | | rey
de tanta república absoluto!, | | ¿qué me quieres
decir cuando a la playa | | señalas? ¿que me vaya
| | y que no tale más el bosque donde | 105 | tienes tu
imperio? A todo me responde, | | inclinada la testa, | | con
halagos firmando la respuesta. | | Creamos, pues, al hado;
| | que un bruto no mintiera coronado. | 110 | Convoca5 a gritos
fieros | | a nuestros compañeros | | para que al mar
volvamos | | y agradecidos el peligro huyamos. | |
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CLARÍN |
Compañeros de Ulises | 115 | que discurrís los
bárbaros países: | | deste encantado monte
| | desamparad su bárbaro horizonte. | |
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ULISES | Al mar
volved, al mar; que, tristemente, | | con halago las fieras
obediente, | 120 | cuando tus voces nuestras gentes llaman,
| | quieren quejarse y por quejarse braman. | |
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CLARÍN |
Todas con manso estruendo, | | repitiendo las señas,
van huyendo. | |
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CLARÍN |
Y
mi tristeza es mucha. | 125 |
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(Sale huyendo ANTISTES.)
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ANTISTES | Dioses, ¿qué tierra es esta? |
Atiende,
escucha. | | Entramos en ese monte, | | Ulises, tus compañeros,
| | a examinar sus entrañas, | | a solicitar su centro,
| 130 | cuando a las varias fortunas
| | |
—3→
| del mar pensamos que
el cielo | | nos había hallado amparo, | | nos había
dado puerto. | | Mas, ¡ay triste!, que el peligro | 135 | es
de mar y tierra dueño; | | porque en la tierra y el
mar | | tiene el peligro su imperio. | | Dígalo allí,
coronado | | de tantos naufragios ciertos, | 140 | y aquí
lo diga, ceñido | | de tantos precisos riesgos, | |
aunque ni el mar ni la tierra | | no tienen la culpa dellos,
| | pues el hombre en tierra y mar | 145 | lleva el peligro
en sí mesmo | | por diversos laberintos | | que labró,
artífice diestro, | | sin estudio y sin cuidado | |
el desaliño del tiempo. | 150 | Discurrimos ese monte
| | hasta que, hallándonos dentro, | | vimos un rico
palacio | | tan vanamente soberbio | | que, embarazando los
aires | 155 | y los montes afligiendo, | | era para aquellos
nube | | y peñascos para estos | | porque se daban la
mano | | con uno y con otro extremo. | 160 | Pero aunque viciosos
eran, | | la virtud no estaba en medio, | | saludamos sus umbrales
| | cortesanamente atentos, | | y apenas de nuestras voces
| 165 | la mitad nos hurtó el eco | | cuando de ninfas
hermosas | | un tejido coro bello | | las puertas abrió,
mostrando | | apacible y lisonjero, | 170 | que había
de ser su agasajo | | de nuestros males consuelo, | | de nuestras
penas alivio, | | de nuestras tormentas puerto. | | Mintió
el deseo. Mas, ¿cuándo | 175 | dijo verdad el deseo?
| | Detrás de todas venía, | | bien como el dorado
Febo | | acompañado de estrellas | | y cercado de luceros,
| 180 | una mujer tan hermosa | | que nos persuadimos, ciegos,
| | que era, a envidia de Dïana, | | la diosa destos desiertos.
| | Esta, pues, nos preguntó | 185 | quiénes éramos;
y habiendo | | informádose de paso | | de los infortunios
nuestros, | | cautelosamente humana | | mandó servir
al momento | 190 | a sus damas las bebidas | | más generosas,
haciendo | | con urbanas ceremonias | | político al
cumplimiento. | | Apenas de sus licores | 195 | el veneno admitió
al pecho | | cuando corrió al corazón; | | y
en un instante, un momento, | | a delirar empezaron | | de
todos los que bebieron | 200 | los sentidos, tan mudados | | de lo que fueron primero, | | que no solo la embriaguez
| | entorpeció el sentimiento | | del juicio, porción
del alma, | 205 | sino también la del cuerpo. | | Pues,
poco a poco, extinguidos | | los proporcionados miembros,
| | fueron mudando las formas. | | ¡Quién vio tan raro
portento! | 210 | ¡Quién vio tan extraño hechizo!
| | ¡Quién vio prodigio tan nuevo! | | ¡Y quién
vio que, siendo hermosa
| | |
—3v→
| una mujer con extremo, | | para
hacer los hombres brutos | 215 | usase de otros remedios,
| | pues destas transformaciones | | es la hermosura el veneno!
| | Cuál era ya racional | | bruto de pieles cubierto;
| 220 | cuál, de manchas salpicado, | | fiera con entendimiento.
| | Cuál sierpe armada de conchas; | | cuál de
agudas puntas lleno, | | cuál animal más inmundo,
| 225 | y todos al fin a un tiempo | | articulaban gemidos
| | pensando que eran acentos. | | La mágica entonces
dijo: | | «Hoy veréis, cobardes griegos, | 230 | de la
manera que Circe | | trata cuantos pasajeros | | aquestos umbrales
tocan». | | Yo, que por ser el que haciendo | | estaba la relación
| 235 | de nuestros varios sujetos, | | aún no había
al labio dado | | el vaso, el peligro viendo, | | sin que reparara
en mí | | Circe, corrí; que en efeto | 240 | el
que se sabe librar | | de los venenos más fieros | | de una hermosura es quien solo | | niega los labios a ellos.
| | Esto, en fin, me ha sucedido; | 245 | y vengo a avisarte
desto | | porque desta esfinge huyamos. | | Pero, ¿dónde
podrá el cielo | | librarnos de una mujer | | con hermosura
e ingenio? | 250 |
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ULISES | ¿Cuándo vengada estarás,6
| | ¡oh injusta deidad de Venus!, | | de Grecia? ¿Cuándo
tendrán | | divinas cóleras medio? | |
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ANTISTES |
No en lastimosos gemidos | 255 | la ocasión embaracemos
| | que tenemos de librarnos: | | al mar volvamos huyendo.
| |
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ULISES | ¿Cómo habemos de dejar | | así a nuestros
compañeros? | 260 |
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CLARÍN | Perdernos, señor,
nosotros | | no es alivio para ellos. | |
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ULISES | Juno, si en
desprecio tuyo | | Venus ofende a los griegos, | | ¿cómo
tú no los defiendes | 265 | quejosa de tu desprecio?
| | Acuérdate que, ofendida | | de Paris, a nuestro
acero | | le fïaste tu venganza. | | Acuérdate
que sangrientos | 270 | por ti abrasamos a Troya, | | cuyo no
apagado incendio | | hoy en padrones de humo | | está
en cenizas ardiendo. | | Si por haberte vengado | 275 | tantos
males padecemos, | | remédianos, Juno bella, | | contra
la deidad de Venus. | |
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(Tocan chirimías, y
sale en un arco, IRIS, ninfa, y canta la música.)
|
MÚSICA | Iris, ninfa de los aires, | | el arco
despliega bellos, | 280 | y mensajera de Juno | | rasga los
azules velos. | |
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IRIS | (Cantando.) | Ya la obedezco; y batiendo
| | las alas rompe los vientos.7 | |
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ULISES | Línea de púrpura
y nieve, | 285 | nube de rosa y de fuego, | | verde, roja y
amarilla | | nos deslumbran sus reflejos. | |
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|
ANTISTES | Que hermoso
rasgo corrido | | en el papel de los cielos, | 290 | bandera
es de paz. |
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|
ULISES | Y
en él
| | |
—4→
| está la ninfa pendiendo, | | embajatriz
de las diosas, | | reina de dos elementos. | | Iris, bellísima
ninfa, | 295 | si tu respuesta merezco, | | ¿qué, dichosa,
vas buscando?, | | ¿qué, infelice, vas huyendo? | |
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IRIS | (Cantando.) |
A tus fortunas atenta, | | ¡oh nunca vencido griego!,
| 300 | Juno tu amparo dispone | | y yo de su parte vengo.
| | Este ramo que te traigo | | de varias flores cubierto,
| | hoy contra Circe será | 305 | trïaca de sus venenos.
| | Toca con él sus hechizos: | | (Deja caer un ramillete.) | desvaneceranse luego | | como al amor no te rindas. | |
Que con avisarte desto | 310 | ya la obedezco; y batiendo
| | las alas rompo los vientos.8 | |
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TODA LA MÚSICA
| Y batiendo las alas rompo los vientos. | |
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|
(Desaparece
con chirimías el arco y la ninfa.)
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ULISES |
Hermoso aliento de Juno, | | no desvanezcas tan presto
| 315 | tanto aparato de estrellas, | | tanta pompa de luceros.
| | Espera, detente, aguarda | | que te sacrifique el pecho
| | estas lágrimas, que lleves | 320 | en señal
de rendimiento. | |
|
|
CLARÍN | Ya las esparcidas luces
| | va doblando y recogiendo | | hasta perderse de vista | |
por las campañas del viento | 325 |
|
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ULISES | Ya no hay
que temer de Circe | | los encantos, pues ya veo | | tan de
mi parte los hados, | | tan en mi favor los cielos. | | A sus
palacios me guía; | 330 | verasme vencer en ellos | | sus hechizos y librar | | a todos mis compañeros.
| |
|
|
ANTISTES | No es menester que te guíe | | a sus ojos;
que ella, haciendo | 335 | salva a tus peligros, sale | | al
son de mil instrumentos. | |
|
|
|
(Sale CIRCE, ASTREA,
LIBIA9, CASIMIRA, TISBE, CLORI y todas las músicas
y músicos. Trae ASTREA un vaso y salva, y LIBIA una
toalla, y cantan.)
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MÚSICA | En hora dichosa
venga | | a los palacios de Circe | | el siempre invencible
griego, | 340 | el nunca vencible Ulises. | |
|
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CIRCE | En hora dichosa
venga | | hoy a este palacio hermoso | | el griego más
generoso | | que vio el sol, donde prevenga | 345 | blando albergue
y donde tenga | | dulce hospedaje; y atento | | a sus fortunas,
contento | | pueda en la tierra triunfar | | de la cólera
del mar | 350 | y de la saña del viento. | | Felice,
pues, fuese el día | | que estos piélagos sulcó;
| | felice fuese el que halló | | abrigo en la patria
mía; | 355 | y felice la osadía | | con que ya
vencer presuma | | en tranquila paz, en suma | | felicidad
inmortal, | | ese monstruo de cristal | 360 | siempre escamado
de espuma. | | Que yo, al cielo agradecida
| | |
—4v→
| pues ya mis
venturas sé, | | de tanto huésped daré
| | parabienes a mi vida. | 365 | Y así, a tus plantas
rendida | | con aplausos diferentes, | | vengo a recibir tus
gentes | | hurtando en ecos süaves | | las cláusulas
de las aves, | 370 | los compases a las fuentes. | | Y porque
al que el mar vivió | | lo que más en él
le obliga | | a sentir es la fatiga | | de la sed que padeció
| 375 | (¡quién sed en tanta agua vio!), | | a traerte
aquí se atreven | | los aplausos que me mueven, | |
en señal de cuán piadoso | | es mi afecto, el
generoso | 380 | néctar que los dioses beben. | | Bebe
y sin pavor ninguno | | brinda la gran majestad | | de Júpiter,
la beldad | | de Venus, ciencias de Juno, | 385 | de Marte armas,
de Neptuno | | ondas, de Dïana honor, | | flores de Flora,
esplendor | | de Apolo y, por varios modos, | | porque en uno
asisten todos, | 390 | bebe y brinda al dios de Amor. | |
|
|
ULISES |
Bellísima cazadora | | que en este opaco horizonte,
| | siendo noche todo el monte, | | todo el monte haces aurora,
| 395 | pues no amaneció hasta ahora | | que te vi la
luz en él: | | rendido admite, y fïel, | | un peregrino
del mar | | que halló piadoso al pesar, | 400 | que halló
a la dicha crüel. | | Esa nave derrotada | | que con tanta
sed anhela, | | pez que por las ondas vuela, | | ave que en
los aires nada, | 405 | a tu deidad consagrada | | víctima
ya sin ejemplo | | de tus aras la contemplo, | | pues aquí
se ha de quedar | | por trofeo de tu altar, | 410 | por despojo
de tu templo. | | El néctar con que has brindado | | mi feliz venida aceto | |
(Llegan ASTREA y LIBIA.)
| aunque temor y respeto | | me han suspendido y turbado,
| 415 | tanto que, de recatado, | | no me atrevo a tus favores
| | sin que otros labios mejores | | lisonjeen tus agravios;
| | y así, antes que con los labios, | 420 | haré
la salva con flores. | |
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|
(Moja el ramillete y sale fuego del
vaso.)
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ASTREA | ¡En fuego el agua encendió! | |
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|
LIBIA |
¡Qué es lo que mis ojos ven! | |
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CIRCE | ¿Quién,
cielos airados, quién, | | más ha sabido que
yo? | 425 |
|
|
ULISES | Quien tus encantos venció | | deidad
superior ha sido; | | y pues a tiempo ha venido | | que a tantos
vengar espero, | | verás, mágica, este acero
| 430 | en tu púrpura teñido. | |
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|
CIRCE | Aunque
llego a merecer | | la muerte, es bien que te asombre; | |
que no es vitoria de un hombre | | el matar una mujer.
| 435 | Valor tan hecho a vencer, | | no ha de ser, no, mi homicida.
| | Rendida tienes mi vida: | | luego de tu acero hoy | | dos
veces segura estoy, | 440 | por mujer y por rendida.
| |
|
|
—5→
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ULISES |
Por rendida y por mujer | | darte la muerte no quiero. | |
Vida tienes, mas primero | | que en la vaina vuelva a ver
| 445 | la cuchilla, has de traer | | mis compañeros
aquí. | |
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CIRCE | Eso y más haré por ti.
| | Oíd, racionales fieras, | | en vuestras formas primeras
| 450 | trocad las formas que os di. | |
|
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(Salen cada
uno de por sí.)
|
TIMANTES | ¿Qué es lo
que me ha sucedido | | este rato que he soñado? | |
|
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POLIDORO |
En un león transformado | | mi letargo me ha tenido.
| 455 |
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|
FLORO | ¿Qué ajeno de mi sentido | | me ha usurpado
un frenesí? | |
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ARQUELAO | ¡Gracias a Dios que te vi,
| | oh campo azul cristalino! | |
|
|
LEBREL | Vive Dios que fui un
cochino | 460 | y aún me soy lo que me fui. | |
|
|
CIRCE |
Ya libres tus gentes ves. | |
|
|
ULISES | Y ya aquí no hay
que esperar: | | ¡alto, amigos, a embarcar! | |
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|
TIMANTES | A todos
nos da tus pies | 465 | por esta ventura. |
|
|
CIRCE | Pues
| | tan seguro estás de mí, | | no te ausentes,
no, de aquí | | sin que llegue a saber yo | | más
despacio quién venció | 470 | mis encantos.
|
|
|
|
|
ULISES | Si caben tantos sucesos | | en el coro de unas voces:
| | la fértil Grecia es mi patria | | y Ulises mi propio
nombre. | 475 | Aunque inclinado a las letras, | | militares
escuadrones | | seguí, que en mí se admiraron
| | espada y pluma conformes. | | Cerqué a Troya y rendí
a Troya, | 480 | no me permitas que torne | | a la memoria sus
ruinas; | | basta que Venus las llore. | | Heredero de las
armas | | de Aquiles fui, porque logren, | 485 | si dueño
no tan valiente, | | dueño a lo menos tan noble. | | Al mar me entregué pensando | | volver a mi patria,
donde | | trocara el bélico estruendo | 490 | a regalados
favores. | | Engañome mi esperanza, | | mintiome mi
amor, burlome | | mi deseo. ¡Oh cuánto fácil
| | su dicha imagina el hombre! | 495 | Venus, del griego ofendida,
| | mis venturas descompone; | | que es, aunque diosa, mujer
| | en quien duran los rencores. | | La cárcel abrió
a los vientos, | 500 | para mi agravio, veloces; | | que para
mis esperanzas | | aun fueran los vientos torpes. | | Ellos,
que airados embisten, | | la fértil armada rompen,
| 505 | y yo, turbado, perdí | | con la confusión
el norte. | | Huésped viví de Neptuno | | seis
años, y por salobres | | campañas de agua sospecho
| 510 | que he dado una vuelta al orbe. | | Entre Caribdis y
Escila | | me vi, y a las dulces voces | | del golfo de las
sirenas | | basilisco fui de bronce. | 515 | Llegué al
pie del Lilibeo, | | ese gigante que opone | | al cielo sus
puntas siendo | | excelsa pira de flores, | | donde fui de
Polifemo | 520 | mísero cautivo, y donde | | con su muerte
rescaté
| | |
—5v→
| mi vida de sus prisiones, | | el trágico
fin vengando | | de Acis10, generoso joven, | 525 | y la hermosa
Galatea, | | hija de Tetis y Doris, | | que, lágrimas
de un peñasco, | | al mar en dos fuentes corren, | | cuando... Mas deber no quiero | 530 | tan poco a hazaña
tan noble | | que la desluzga en contarla | | presumiendo que
la ignores; | | basta decir que, seguro | | de sus11 castigos
atroces, | 535 | tuvimos por agradables | | de los vientos los
rigores; | | porque tan airados fueron | | que nos trajeron
adonde | | el riesgo de una mujer | 540 | venciese al horror
de un hombre, | | pues venimos donde tú | | mágicas
transformaciones | | usas: llorando lo digan | | esas fieras
y esos robles. | 545 | Y así, pues tan generosas | |
deidades más superiores | | me aseguran, volveré,
| | huyendo de tus rigores, | | a quebrantar los cristales
| 550 | dese piélago que sobre | | sus espaldas tantos
años | | huésped me admitió. Descoge,
| | ¡oh surto delfín que vuelas, | | varado neblí
que corres!, | 555 | las alas porque otra vez | | la plata del
agua cortes, | | o con la quilla la rices | | o con el buco
la entorches. | | Torne, pues, al albedrío | 560 | de
agua y mar la nave, y torne | | a llevarme donde fuere | |
la voluntad de los dioses. | |
|
|
CIRCE | Retórico griego,
a quien | | este escollo cristalino, | 565 | ese peñasco
de nieve, | | esa campaña de vidrio, | | náufrago
huésped le tuvo | | tantos años: pues vencidos
| | los hados llegas trayendo | 570 | aquesas flores contigo,
| | que son antídoto hermoso, | | que son conjuro divino
| | contra mortales venenos, | | contra mágicos hechizos,
| 575 | no tan presto a peinar vuelvas | | al mar los cabellos
rizos, | | que canos y ajados son | | hermosos con desaliño.
| | Deja descansar las ondas; | 580 | y ese bajel que al abrigo
| | de dos montes surto yace, | | permite que, agradecido
| | a la piedad de los cielos, | | de los hados al arbitrio,
| 585 | blanda y no penosamente | | bata las alas de lino | | en tanto que te reparas | | de aquel pasado peligro | | que
derrotado te trujo | 590 | a aquestos montes altivos. | | Y
para que sepas cuánto | | asombro es el que has vencido,
| | darte relación de mí | | este instante solicito:
| 595 | esa luminar antorcha | | que desde su plaustro rico
| | el cielo ilumina a rayos,12 | | el mundo describe a giros.
| | Ese planeta que corre | 600 | siempre hermoso, siempre vivo,
| | llevándose tras sí el día | | fue
el luciente padre mío. | | Prima nací de Medea
| | |
—6→
| en Tesalia, donde fuimos | 605 | asombro de sus estudios
| | y de sus ciencias prodigio; | | porque enseñadas
las dos | | de un gran mágico, nos hizo | | docto escándalo
del mundo, | 610 | sabio portento del siglo; | | que, en fin,
las mujeres, cuando | | tal vez aplicar se han visto | | a
las letras o a las armas, | | los hombres han excedido;
| 615 | y así, ellos envidiosos, | | viendo nuestro ánimo
invicto, | | viendo agudo nuestro ingenio, | | porque no fuera
el dominio | | todo nuestro, nos vedaron | 620 | las espadas
y los libros. | | No te digo que estudié | | con generoso
motivo | | Matemáticas, de quien | | la Filosofía
principio | 625 | fue; no te digo que al cielo | | los dos movimientos
mido, | | natural y rapto, siendo | | ambos a un tiempo continuos.
| | No te digo que del sol | 630 | los veloces cursos sigo
| | siendo cambiante cuaderno | | de tornasoles y visos; | |
no que de la luna observo | | los resplandores mendigos,
| 635 | pues una dádiva suya | | los hace pobres o ricos.
| | No te digo que los astros, | | bien errantes o bien fijos,
| | en ese papel azul | 640 | son mis letras: solo digo | | que
esto, aunque es estudio noble, | | fue para mi ingenio indigno,
| | pues pasando a más empeños | | la ambición
de mi albedrío, | 645 | el canto entiendo a las aves
| | y a las fieras los bramidos, | | siendo para mí
| | agüeros o vaticinios. | | Cuantos pájaros al
aire | 650 | vuelan, ramilletes vivos, | | dando a entender
que se llevan | | la primavera consigo, | | renglones son para
mí | | ni señalados, ni escritos. | 655 | La armonía
de las flores | | que en hermosos laberintos | | parece que
es natural | | sé yo bien que es artificio, | | pues
son en planta en que el cielo | 660 | estampa raros avisos.
| | Por las rayas de la mano | | la quiromancia examino | |
cuando, en ajadas arrugas | | de la piel, el [fin]13 admiro
| 665 | del hombre; la geomancia | | en la tierra cuando escribo
| | mis caracteres en ella; | | y en ella también consigo
| | la piromancia cuando | 670 | de su centro, de su abismo,
| | hago abrirse las entrañas | | y abortar a mis gemidos
| | los difuntos que responden | | de mi conjuro oprimidos.
| 675 | Mas, ¿qué mucho, si al infierno | | tal vez obediente
he visto | | temblar de mí, si tal vez | | sus espíritus
aflijo? | | Pero, ¿para qué te canso? | 680 | Pero, ¿para
qué repito | | grandezas mías, si todas | | en
esta sola las cifro? | | Para que mejor pudiese | | entregarme
a mis desinios, | 685 | a Trinacria14 vine, donde,
| | |
—6v→
| en este
apartado sitio | | del Etna y del Lilibeo, | | estos palacios
fabrico, | | deleitosas selvas fundo | 690 | y montes incultos
finjo. | | Aquí, pues, siendo bandida, | | emperatriz
de sus riscos, | | la vida cobro en tributo | | de todos los
peregrinos | 695 | que, náufragos en el mar, | | a la
ley de su destino, | | cerrado puerto de nieve, | | osaron
abrir caminos. | | Y porque fuese mi imperio | 700 | más
raro y más exquisito, | | esas fieras y esos troncos
| | todos son vasallos míos; | | que los troncos y las
fieras | | viven aquí con instinto, | 705 | pues árboles
racionales | | son hombres vegetativos. | | Esta soy, y con
mirar | | el sol a mi voz rendido, | | la luna a15 mi acción
atenta, | 710 | obediente a mi suspiro | | toda la caterva hermosa
| | de los astros y los signos; | | con saber que cuando quiero
| | el cielo empaño, que vibro | 715 | los rayos, que
de las nubes | | aborto piedra y granizo, | | que hago estremecer
los montes, | | caducar los edificios, | | titubear todo ese
mar | 720 | y penetrar los abismos; | | y, finalmente, trocarse
| | los hombres sin albedrío | | en varias formas, teniendo
| | ya en las peñas obeliscos, | 725 | ya en las cortezas
sepulcro | | y ya en las grutas asilo: | | hoy a tus plantas
me postro, | | hoy a tu valor me rindo | | y como mujer te
ruego, | 730 | como señora te pido, | | como emperatriz
te mando, | | como sabia te suplico | | no te ausentes hasta
tanto | | que hayas del hado vencido | 735 | el rigor con que
te trajo | | derrotado y perseguido | | a inculcar aquestos
mares. | | Quédate unos días conmigo; | | verás
trocado mi extremo | 740 | de riguroso en benigno | | con el
gusto que te hospedo, | | con la atención que te sirvo,
| | siendo el Flegra desde hoy, | | no ya fiero, no ya esquivo
| 745 | hospedaje de Saturno | | siempre en roja sangre tinto;
| | selva sí, de Amor y Venus, | | deleitoso paraíso
| | donde sea todo gusto, | 750 | todo aplausos, todo alivios,
| | todo paz, todo descanso. | | Y no quieras más indicio
| | de mi piedad que ser hoy | | el primero que ha venido
| 755 | a aquestos montes a quien | | con algún afecto miro,
| | con algún agrado escucho, | | con algún cuidado
asisto, | | con algún gusto deseo | 760 | y con toda
el alma estimo. | |
|
|
ULISES | No fuera Ulises si, ya | | que a
estos montes he venido, | | la libertad no trujera | | a cuantos
aquí cautivos | 765 | tiene el encanto. Hoy seré
| | de aquesta esfinge el Edipo. | |
|
|
ANTISTES | Señor,
no de sus lisonjas
—7→
| | 16te creas, porque es fingido | | su
halago. |
|
|
|
|
ULISES |
Digo
| | que no pudiera ser noble | | quien no fuese agradecido;
| | y que conmigo he de ser | | cruel por ser cortés
contigo. | 775 |
|
|
CASIMIRA | ¡Ay de ti, porque no sabes | | a lo
que te has atrevido! | |
|
|
CIRCE | Pídeme pues, en albricias,
| | una merced. |
|
|
ULISES | Solo
pido | | que estos dos árboles que hoy | 780 | a lástima
me han movido | | porque fue mi acero causa | | de aumentarles
su martirio, | | en pago de aquesto, sean | | a la luz restitüidos.
| 785 |
|
|
CIRCE | Este árbol, Flérida, una | | divina
hermosura ha sido, | | dama mía y mi privanza; | | rindió
al amor su albedrío | | enamorada de un joven,
| 790 | Lisidas es su apellido, | | heredero de Toscana | | que,
de ese mar peregrino, | | salió a tierra; y porque
osados | | profanaron el retiro | 795 | de mi palacio, así
yacen | | en árboles convertidos. | | Porque aunque
yo fiera y monstruo | | tan dada soy a los vicios, | | solos
delitos de amor | 800 | fueron para mí delitos; | | tanto
que, Arsidas, valiente | | joven y príncipe invicto
| | de Trinacria, a cuyo imperio | | estos montes tiranizo,
| 805 | con saber que enamorado | | de mi hermosura ha venido,
| | no ha merecido tener | | más favor que volver vivo.
| | Pero ya que es la primera | 810 | cosa que tú me
has pedido, | | Flérida y Lisidas rompan | | las prisiones
que han tenido. | |
|
|
|
(Ábrense dos árboles
y salen FLÉRIDA y LISIDAS.)
|
LISIDAS | Torpe
el discurso, atado el pensamiento, | | la razón ciega,
el ánimo oprimido, | 815 | sin uso el alma, el corazón
rendido, | | muda la voz y tímido el aliento. | | Sin
voluntad, memoria, entendimiento, | | vivo cadáver
deste tronco he sido. | | Ya, pues, que me quitabas el sentido,
| 820 | quitárasme también el sentimiento. | | Si de amar, ¡ay de mí!, a Flérida bella | | castigo fue esta forma, en vano quieres | | que yo me olvide,
porque vivo en ella. | | Los troncos aman, luego mal infieres
| 825 | que por ser tronco venceré mi estrella, | | pues
no la vences tú y más sabia eres. | |
|
|
FLÉRIDA |
Racional, vegetable y sensitiva | | alma el cielo le dio al
sujeto humano; | | vegetable y sensible al bruto ufano,
| 830 | |
—7v→
| 17 al tronco y a la flor vegetativa. | | Tres almas son;
si de las dos me priva | | tu voz porque amo a Lisidas, en
vano | | solicitas mi olvido, pues es llano | | que, aun tronco,
alma me dejas con que viva. | 835 | No de todo mi amor tendrá
la palma | | la parte en que has querido conservarme; | | de
aquella sí, que permitió esta calma. | | Luego
mudarme en tronco no es mudarme, | | porque si no me quitas
toda el alma, | 840 | todo el amor no has de poder quitarme.
| |
|
|
CIRCE | Agradeced vuestras vidas | | al huésped que
me ha venido | | y vivid los dos seguros | | por él
ya de mis castigos, | 845 | como de vuestros amores | | no deis
el más leve indicio. | |
|
|
LISIDAS | Siempre Ulises me tendrás
| | a tus pies agradecido. | |
|
|
FLÉRIDA | Y siempre confesaré
| 850 | que por cuenta tuya vivo. | |
|
|
CIRCE | Pues porque empiecen
a ser | | desde hoy aplausos festivos, | | todo el monte, todo
el valle, | | todo el mar y todo el sitio, | 855 | volved a
cantar y todos | | con él volved y con migo. | |
|
|
MÚSICA |
En hora dichosa venga | | a los palacios de Circe | | el rayo
de los troyanos, | 860 | el discreto y fuerte Ulises. | | En
hora dichosa venga. | |
|
|
|
(Sale ARSIDAS.)
|
ARSIDAS |
No venga en hora dichosa | | felice en desprecio mío,
| | ni el que fue sepulcro a tantos, | 865 | hoy a uno solo
sea alivio. | | Peligre en la tierra quien | | por aquesos
mares vino | | en su sombra tropezando | | de un peligro a
otro peligro. | 870 | Ese acento armonioso | | que le saluda
benigno, | | airado trueque en endechas | | tristes, fúnebres
caïstros, | | las cláusulas porque sean | 875 |
de sus tragedias aviso; | | que no es justo, no, que un griego
| | extranjero, advenedizo, | | de tanto usado rigor | | venga
a mudar el estilo. | 880 | ¿Desde cuándo, Circe bella,
| | con tanto aplauso festivo, | | con tan alegre aparato,
| | tanto noble regocijo, | | al forastero saludas, | 885 | recibes
al peregrino, | | sin que este mar o estas peñas | | le sirvan de precipicio, | | o ya convertido en fiera | |
o ya en árbol convertido | 890 | tenga en las peñas
su estancia, | | tenga en las grutas su asilo? | | Príncipe
soy de Trinacria; | | no derrotado y perdido | | llegué
a este puerto, pues vine | 895 | de más afectos traído,
| | porque aun aquesto también | | debieses a mi albedrío;
| | que no quiso, no, él: solo | | porque le fue fuerza
quiso;
| 900 | |
—8→
| ni es sacrificio no siendo | | voluntario el
sacrificio. | | Y en cuanto tiempo estos montes | | por solo
mirarte vivo, | | no he debido a tu rigor, | 905 | ni a tu crueldad
he debido, | | una acción a quien me muestre | | gustoso
ni agradecido, | | tanto que aún de tus encantos | | libre estos campos asisto, | 910 | porque en tantos sentimientos
| | no me faltasen sentidos. | | Pues dos hombres solamente
| | los que nos libramos fuimos, | | Ulises y yo, porque
| 915 | todo hoy en desprecio mío | | resulte; pues, si los
dos | | nos reservamos, ha sido | | Ulises para gozarlo | |
y Arsidas para sentirlo. | 920 |
|
|
ULISES | Si de mi dicha envidioso,
| | si de mi suerte ofendido... | |
|
|
CIRCE | Calla Arsidas18, si
conoces | | que la vida te permito, | | porque es la mayor
venganza | 925 | que tomo, como tú has dicho, | | dejarte
vivir teniendo | | sentimientos y sentidos. | | Quejarte de
mí es decirme | | que lo que busco consigo; | 930 | y
así, porque tú te quejes, | | yo la causa no
te quito. | | Cantad, cantad; y tú ven, | | Ulises,
al lado mío. | |
|
|
LEBREL | [Aparte.] | No son muy malas las
dos | 935 | Circecillas de a poquito. | | No hay que volver
a dar cartas, | | que yo las tomo y no miro. | |
|
|
CIRCE | [Aparte.] |
Habíanme dicho que eran | | los griegos, feos y esquivos;
| 940 | y ni esquivos son, ni feos, | | tanto como me habían
dicho. | |
|
|
LISIDAS | Gracias a Amor que otra vez | | Flérida
hermosa te miro. | |
|
|
FLÉRIDA | Gracias Lisidas a Amor,
| 945 | que otra vez a amarte vivo. | |
|
|
CIRCE | [Aparte.] | Vencerale
mi hermosura | | pues mi ciencia no ha podido. | |
|
|
ULISES | [Aparte.] |
Libraré de aquesta fiera | | a Trinacria si amor finjo.
| 950 |
|
|
ARSIDAS | [Aparte.] | Solo celos me faltaban: | | ya está
todo el mal cumplido. | |
|
|
MÚSICA | En hora dichosa venga
| | [a los palacios de Circe | | el siempre invencible griego,
| 955 | el nunca vencible Ulises.]19 | |
|
|