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«Con anterioridad a 1776 sabemos que, con planchas de madera y de metal, se imprimieron naipes en Chile, esto desde fines del siglo XVII. El tema ha sido estudiado por Eugenio Pereira Salas (Las imprentas de naipes en Chile, en Boletín de la Academia Chilena de la Historia, Nº 37, Santiago, 1947, pp. 47-57). También sabemos, a ciencia cierta, que los jesuitas introdujeron al país, en 1748, en cinco cajones, una imprenta (Domingo Amunátegui Solar: La primera imprenta chilena se debió a la Compañía de Jesús, en Revista Chilena de Historia y Gegrafía, t. LXXIV, Santiago, 1933, pp. 82-87), pero no cabe ninguna duda de que esa imprenta no funcionó jamás en Chile: cuando la expulsión de los miembros de la Compañía, en 1767, oportunidad en que se inventariaron todos los bienes que poseían, ya no estaba acá. Lo más probable es que haya sido enviada a otra parte; se ha supuesto que a Córdoba, donde los jesuitas, que manejaban la Universidad, hicieron notables impresiones. José Torre Revello piensa, en cambio, que el destino de esa imprenta fue Ambato, lugar en que la Compañía inició tareas impresoras en 1754 (Orígenes de la imprenta en España y su desarrollo en América española, Buenos Aires, 1940, pp. 126-127 y 164). En las investigaciones sobre los orígenes del arte tipográfico en nuestro país es menester separar, como temas diferentes y que requieren estudio aparte, la impresión de ciertos sellos y algunas inscripciones que habilitaron para más años de los indicados en su texto originario al papel sellado.

 

12

Todas fueron descritas en la Adiciones y ampliaciones de la Bibliografía de la imprenta en Santiago, de Medina, y también están catalogadas y con reproducciones facsimilares en Impresos chilenos, cit.

 

13

He estudiado los detalles de este privilegio y su protección jurídica en el trabajo citado en la nota 8.

 

14

El discurso de Zambrano fue publicado por Luis Montt: Bibliografía chilena, t. I, cit., pp. 25-51.

 

15

op. cit., t. I, p. 23.

 

16

Bibliografía de la imprenta en Santiago, cit., pp. 15-16.

 

17

Catorce de los añalejos, impresos en Lima, fueron descritos por José Toribio Medina: Biblioteca hispano-chilena, t. III, Santiago, 1899. Colaciona los de los años 1792, 1793, 1794, 1796, 1797, 1799, 1803, 1805, 1806, 1807, 1808, 1809, 1810 y 1812.

 

18

Sin contar una invitación de la Universidad de San Felipe al recibimiento de Muñoz de Guzmán, otra a un examen en la misma corporación y un vale por la bula de difuntos para 1802 y 1803, impresos todos con los buenos tipos, se conocen once breves impresos entre 1804 y 1811, descritos últimamente en Impresos chilenos, t. II, números 21 a 30. Creo que hay por lo menos tres más, pero no es esta la sede para dar noticia de ellos.

 

19

Antonio José de Irisarri: Carta de don Antonio José de Irisarri a su hijo don Hermógenes sobre las tonterías que han hecho publicar en »El Ferrocarril« de Santiago de Chile, Vicuña Concha, Grez y Valdés Carrera, (Nueva York, 1864), parte cuarta, p. 5.

 

20

Conozco un ejemplar, en esas condiciones: un Examen práctico de ensayadores, obra de Ignacio Fernández Arrabal, el grabador de la Casa de Moneda de Santiago, cuya dedicatoria al gobernador don Joaquín del Pino está fechada el 7 de junio de 1800.