Borbón, de
nación francés, capitán general de nuestro
invicto emperador Carlos Quinto, movido de su libre
determinación, movió el campo contra la ciudad de
Roma para quererla saquear, y prosiguiendo en su horrible
pensamiento, fue entrada la ciudad y puesta a saco, muriendo
Borbón en el primer rencuentro, sin perdonar los luteranos
(de que era el mayor número del ejército) cosa
profana ni divina, en que no pusiesen sus violentas manos. Acabando
de hartar su furia, dejando casi destruida a Roma, enderezaron su
camino a Bolonia, a donde le fue, después de algunos
días, dada a nuestro Cesar la corona Imperial.
Fue representada
esta farsa la primera vez en Sevilla por Alonso Rodríguez,
famoso representante, en la huerta de Doña Elvira, siendo
asistente don Francisco Zapata de Cisneros, conde de Barajas,
año 1579.
Jornada I
|
|
BORBÓN,
DON FERNANDO GONZAGA,
CAPITÁN
MORÓN, AVENDAÑO, ESCALONA, GUARDA, MENSAJERO de Roma.
|
|
BORBÓN
junta su consejo de guerra, sobre el saquear a Roma que ya
tenía cercada. El CAPITÁN MORÓN contradice
el saquealla, AVENDAÑO y ESCALONA, dos soldados
españoles, entran pidiendo el saco que BORBÓN les ha prometido: llega
de Roma un MENSAJERO
demandando a BORBÓN
en nombre de los romanos que alce el cerco, prometido gran suma de
dinero para el ejército. Despide BORBÓN el MENSAJERO romano negando su demanda,
dando asiento de dar el día siguiente el
asalto.
|
BORBÓN |
Contra el querer y potestad del
mundo |
|
la bélica, española y
fiera gente |
|
que sojuzgan la tierra, y al
profundo |
|
causa terror su brío, y
saña ardiente, |
|
sin valer la razón en que me
fundo, |
5 |
ni ser a su braveza en nada
urgente, |
|
por sólo su desiño
han levantado |
|
contra el pueblo de Marte el brazo
airado. |
|
Testigos sois, o
ilustres capitanes, |
|
cuan diferente en este hecho he
sido, |
10 |
y con cuántos remedios los
afanes; |
|
de la cercada Roma he
defendido; |
|
mas la gente española, y
alemanes, |
|
sin haberse a mi ruego
persuadido |
|
ponen la escala al romúleo
muro, |
15 |
y me piden que de el asalto
duro. |
|
No está en
mi mano, ni su furia admite |
|
en este caso parecer
contrario, |
|
todo a la ira y armas se
remite, |
|
un solo acuerdo sigue el vulgo
vario. |
20 |
La funeral Alectho no permite |
|
descanso al crudo ejército
adversario |
|
de la opresada Roma, que ella
incita |
|
el daño que administra y
solicita. |
|
Levántales los ánimos
al hecho |
25 |
junto con su feroz naturaleza |
|
las recientes victorias, el
estrecho |
|
en que ha puesto a Toscana su
fiereza. |
|
Esto no deja sosegar su pecho, |
|
esto aumenta más ruego a su
braveza. |
30 |
Y así viendo yo esto, y
donde estamos, |
|
pido que deis el orden que
sigamos. |
|
|
|
DON FERNANDO |
Gran general Borbón, a quien
ha sido |
|
de nuestro invicto César
dado el cargo |
|
meritísimamente, aquí
se ha oído |
35 |
tu razón, y tu cargo, y tu
descargo. |
|
Y porque el parecer nos has
pedido |
|
doy el mío, que al punto sin
embargo |
|
asaltemos a Roma; éste es mi
acuerdo, |
|
y lo remito al parecer más
cuerdo. |
40 |
|
|
MORÓN |
Usando del debido acatamiento |
|
si fuere aquí mi parecer
acepto |
|
digo, gran don Fernando, que ese
intento |
|
se reponga, y no tenga en esto
efecto, |
|
que administrar de Marte el
violento |
45 |
furor, no lo aconsejo, ni
decreto, |
|
contra el pueblo que Dios tiene
elegido |
|
para el vicario suyo
instituido. |
|
Si esto es de
algún valor seréis comigo |
|
en acetar mi parecer, piadoso, |
50 |
o por amor, o miedo del
castigo |
|
reprimiréis el ánimo
furioso. |
|
Mirad que a Dios hacéis
vuestro enemigo, |
|
No os atreváis a él,
que es poderoso |
|
y vengará su injuria de tal
suerte |
55 |
que el menor mal que os dé,
será la muerte. |
|
|
|
DON FERNANDO |
Gran capitán Morón,
¿dime qué pudo |
|
así mover tu corazón
tan fiero? |
|
Cuando la gruesa lanza y fuerte
escudo |
|
La causa pide, ¿te haces
estrellero? |
60 |
Desto me da razón, porque yo
dudo |
|
Como puede ser tal, que el duro
acero |
|
que siempre amaste, agora lo
aborrezcas, |
|
y la dureza antigua así
enternezcas. |
|
¿No ves
los alemanes quebrantados |
65 |
morir por entregarse desta
tierra? |
|
¿Los fieros españoles
alterados, |
|
dar voces por el fin de aquesta
guerra? |
|
Si agora desto fuesen
desviados |
|
y del deseo que su pecho
encierra, |
70 |
verías a los unos y a los
otros |
|
volver las fieras armas a
nosotros. |
|
Pues si han de hacer cruda
matanza |
|
en los que estamos de su mesma
parte |
|
cuánto mejor será
darles venganza |
75 |
de nuestros enemigos, y deste
arte, |
|
ensangrienten los bárbaros
su lanza |
|
en Roma, y los de España en
crudo Marte, |
|
pongan por tierra el muro de
Quirino, |
|
hagan el pueblo igual con el
camino. |
80 |
|
|
MORÓN |
No vendré en tal acuerdo
eternamente |
|
ni tal sentencia firmará mi
mano., |
|
|
|
DON FERNANDO |
¿Por qué
razón, o capitán valiente? |
|
|
|
MORÓN |
Porque es respecto aqueste de
cristiano. |
|
|
|
DON FERNANDO |
¿Soy del bando cristiano
diferente? |
85 |
|
|
MORÓN |
No digo tal, mas eres
inhumano, |
|
pues quieres que el lugar que le
fue dado |
|
por Cristo a Pedro sea de ti
asolado, |
|
|
|
DON FERNANDO |
¿Qué podemos hacer?
Pon tú en sosiego |
|
el ejército todo al arma
puesto. |
90 |
|
|
MORÓN |
Amata tú hoy, Borbón,
aqueste fuego. |
|
|
|
BORBÓN |
El modo me da tú, que siga
en esto, |
|
y será obedecido de
mí luego. |
|
|
|
MORÓN |
Modo pides, estando ya
dispuesto |
|
el ejército fiero a la
batalla, |
95 |
que la espada se oye, y ve la
malla. |
|
|
|
DON FERNANDO |
¿Es la gente española
tan modesta |
|
que así se aplaque de seguir
su intento? |
|
Estando resoluta, y toda
puesta |
|
al arma, que es su vida y su
contento. |
100 |
|
|
MORÓN |
¿A nuestro invicto
César no molesta |
|
tal desiño? |
|
|
BORBÓN |
Qué importa si el
violento
|
|
furor, se va esparciendo por las
venas, |
|
que están de ira y de coraje
llenas. |
|
|
|
MORÓN |
Supliquemos a Dios que el dé
el remedio |
105 |
así como también
dará el castigo. |
|
|
|
BORBÓN |
Oh capitán Morón,
ése es el medio |
|
que hallo, en esta confusión
que sigo: |
|
Él nos guíe,
él esté contino en medio |
|
siendo defensa nuestra, y dulce
abrigo, |
110 |
de suerte que el gran César
nuestro sea |
|
victorioso, y el fin que pide
vea. |
|
|
|
AVENDAÑO |
Borbón, ¿que es tu
pensamiento |
|
que nos detienes aquí? |
|
No hay mas que el descanso en
ti, |
115 |
los regalos y el contento. |
|
Dejas morir los soldados |
|
de hambre, sin más
memoria |
|
de conseguir la victoria |
|
de los romanos cercados. |
120 |
¿Y vas os
entreteniendo |
|
con promesas non cumplidas |
|
porque acabemos las vidas |
|
como mujeres durmiendo? |
|
¿Para qué traemos
armas |
125 |
si no habemos de usar dellas, |
|
y si en ti no hay más que
vellas |
|
por qué con ellas te
armas? |
|
Toca alarma, asalta el muro; |
|
no nos difieras más
punto, |
130 |
tu determinación junto |
|
venga, y el asalto duro. |
|
Y si más nos
entretienes |
|
hágote, Borbón,
saber |
|
que no te podrás valer |
135 |
con todo el poder que tienes. |
|
|
|
BORBÓN |
Soldados fieros de
España, |
|
que sujetáis la
arrogancia |
|
del turco, y domáis a
Francia |
|
la una y otra Alemaña, |
140 |
y desde el Danubio al Nilo |
|
va, y a la desierta arena |
|
de Libia y de allí
resuena |
|
vuestro nombre, y culto
estilo, |
|
Que es la
razón que tenéis |
145 |
para culpar mi tardanza, |
|
si está hincada mi
lanza |
|
en el muro, que queréis |
|
y siguiendo vuestro gusto |
|
hemos venido cercando |
150 |
toda Italia demandando |
|
lo que niega el cielo justo. |
|
|
|
ESCALONA |
General de Carlos Quinto, |
|
mas sientes de lo que dices, |
|
y si no es bien, no avises |
155 |
si es que te falta el
instinto. |
|
Si a toda Italia cercamos, |
|
Tú no nos dejaste usar |
|
de la fuerza militar |
|
que los soldados usamos. |
160 |
A Bolonia, y a
Ferrara, |
|
a Flaminia, y a Francia, |
|
¿Quién nos hizo
resistencia? |
|
¿A qué no se
saqueara? |
|
El duque no, que ya estaba |
165 |
temblando el asalto fiero, |
|
mas tú como bandolero |
|
haces lo que te agradaba. |
|
Tú nos has
ido a la mano |
|
apresanduro el viaje, |
170 |
prometiendo gran pillaje |
|
de aqueste saco romano. |
|
Discurrimos tras tu mando, |
|
llegamos do dirigimos, |
|
y el fin para que venimos |
175 |
vas con plazos alargando. |
|
Borbón,
deja ya razones, |
|
toca alarma, asalta luego, |
|
que ofende tanto sosiego |
|
los bélicos corazones. |
180 |
Y entiende que se pretende |
|
poner por tierra esta tierra |
|
y si a ti te enfría la
guerra |
|
a nosotros nos enciende. |
|
|
|
GUARDA |
Ah romano, ¿qué
buscáis? |
185 |
¿Qué queréis?
¿O a qué venís? |
|
|
|
MENSAJERO |
Soldado, pues lo pedís, |
|
diré lo que
preguntáis. |
|
Al gran general Borbón |
|
le vengo a dar un recado |
190 |
de Roma a él enviado |
|
vista nuestra
perdición. |
|
|
|
GUARDA |
Aguardad aquí un
momento, |
|
y daré razón de
vos. |
|
|
|
MENSAJERO |
La lengua te mueva Dios |
195 |
y a Borbón el
pensamiento. |
|
|
|
GUARDA |
Concilio alto excelente, |
|
un mensajero está
aquí |
|
de Roma, y pido por mí |
|
ante vos verse presente. |
200 |
|
|
BORBÓN |
Dalde la puerta, entre luego, |
|
veamos que es lo que quiero. |
|
|
|
AVENDAÑO |
Borbón, si paz te
pidiere, |
|
cierra a el oído a su
ruego. |
|
|
|
BORBÓN |
Las armas le quitaréis |
205 |
para entrar como es usanza. |
|
|
|
AVENDAÑO |
Dalde espada, escudo y lanza |
|
y entre armado, ¿qué
teméis? |
|
Cuando franceses tuvieras |
|
y no españoles contigo, |
210 |
temieras al enemigo, |
|
mas si te guardan
¿qué esperas? |
|
Segura está tu persona, |
|
no puede venirte daño, |
|
que está contigo
Avendaño |
215 |
y te acompaña Escalona. |
|
|
|
GUARDA |
Licencia a entrar se os
concede, |
|
mas que las armas
dejéis. |
|
|
|
MENSAJERO |
¿Los españoles
teméis? |
|
¿Miedo con vosotros
puede? |
220 |
¿Así los hombres
desarmas? |
|
¿No eres tú de aquel
crisol |
|
de España? Que el
español |
|
no quiere al hombre sin armas. |
|
Generoso
concilio, a quien el suelo |
225 |
dignamente celebra, y tiene en
tanto |
|
que la gloriosa fama esparce al
cielo |
|
el nombre vuestro en su divino
canto, |
|
ya veis patente nuestro acerbo
duelo, |
|
no podéis ignorar nuestro
quebranto, |
230 |
con vuestros propios ojos
estáis viendo |
|
el mal que hacéis, que Roma
está sufriendo. |
|
Pídevos
humilmente que apartando |
|
de vos tan fiero y pertinaz
intento, |
|
el cerco levantéis, ya
perdonando |
235 |
a quien nos ofendió, ni en
pensamiento. |
|
Que bien nuestra razón
considerando |
|
el más fiero dará
consentimiento |
|
al justo ruego, y templará
la ira, |
|
temiendo a Dios, que viendo tal se
aira. |
240 |
Si alguna saña mueve el
inhumano |
|
deseo vuestro al cerco que
está puesto; |
|
si el pueblo que es de Dios, si el
que es cristiano |
|
ya contra Dios, y lo que manda en
esto; |
|
si a su vicario con violenta
mano |
245 |
asalta, el luterano viendo
aquesto |
|
¿Qué ha de hacer,
sino seguir su furia, |
|
y a nuestra iglesia hacer injusta
injuria? |
|
Esto pueda con
vos, aunque haya sido |
|
Roma culpada, y dad lugar al
ruego. |
250 |
Que en ley humana, y divina, os
pido |
|
que permitáis dejalla en su
sosiego; |
|
y si para el ejército
movido |
|
falta dinero, yo lo daré
luego, |
|
no sea de cristianos saqueada |
255 |
Roma, pues de cristianos es
morada. |
|
|
|
BORBÓN |
Varón romano, el cielo es
buen testigo |
|
si la voluntad mía tal
consiente, |
|
mas que forzado en esto, el querer
sigo |
|
de la soberbia y española
gente. |
260 |
Con la cual, ni por ruego, ni
castigo |
|
se ha podido templar su furia
ardiente, |
|
Y así digo que en esto no
soy parte |
|
y no tengo respuesta otra que
darte. |
|
|
|
MENSAJERO |
Otra piedad traía
confianza |
265 |
que había de hallar en tu
presencia, |
|
mas pues me falta, sigue tu
pujanza |
|
y contra Roma usa tu
violencia. |
|
A Dios ofendes, y él
dará venganza |
|
al pueblo que amenaza tu
potencia, |
270 |
y con esto, o concilio
valeroso, |
|
voy a dar mi recaudo
congojoso. |
|
|
|
BORBÓN |
¿Qué resta para el
fin de nuestro intento? |
|
|
|
DON FERNANDO |
Poner en obra lo que se desea. |
|
|
|
MORÓN |
No vengo en tal, ni doy
consentimiento. |
275 |
|
|
AVENDAÑO |
Nosotros demandamos la pelea. |
|
|
|
BORBÓN |
Esto se acabe, y quede dado
asiento, |
|
Que luego que se muestre la
febea |
|
luz, en el lugar do agora
estamos |
|
para dar el asalto nos veamos. |
280 |
El parecer que en esto habemos
dado |
|
se firme luego, y todos lo
firmemos. |
|
|
|
DON FERNANDO |
Yo firmo lo que está por
mí acordado. |
|
|
|
MORÓN |
Yo no, que no vendré a tales
extremos. |
|
Que no me obliga a mí,
aunque esté obligado |
285 |
servir a César, lo que
aquí hacemos, |
|
que es ir contra la Iglesia, y su
precepto. |
|
|
|
BORBÓN |
Sin ti vendrá nuestro deseo
en efecto. |
|
También aquí ninguno
va a ofendella |
|
porque somos católicos
cristianos. |
290 |
|
|
MORÓN |
Ese camino no es de defendella |
|
del rigor de los fieros
luteranos. |
|
|
|
BORBÓN |
No es aquesto dejar de
obedecella, |
|
pues vamos a ofender a los
romanos |
|
y a servir nuestro rey, y en este
hecho |
295 |
darle lo que demanda su
derecho. |
|
Cargad piezas,
tocad que se recoja |
|
la desmandada y orgullosa
gente. |
|
Reparen con reposo la congoja |
|
del día que huyendo va a
occidente. |
300 |
Y luego que su luz muestre la
roja |
|
Aurora, descubriéndose el
oriente, |
|
haremos lo acordado; poned
velas, |
|
encended fuegos, vayan
centinelas. |
|
|
|
Jornada II
|
|
GENERAL
BORBÓN, DON
FERNANDO GONZAGA. GUARDA. ROMANO. AVENDAÑO. ESCALONA. CORNELIA. JULIA. CAMILA. ALEMÁN.
|
|
Manda BORBÓN que asalten a Roma,
prende un espía romana, traénsela, manda que la
ahorquen, AVENDAÑO
le pide que la mande soltar hácese así, comienza a
batir a Roma, y el primer asalto muere BORBÓN subiendo el muro;
hállanlo AVENDAÑO y ESCALONA, llevanlo a su tienda,
encuentran tres romanas catívanlas, despojan y matan a un
ALEMÁN; tocan a
recoger, cesa el saco por aquel día.
|
BORBÓN |
Lleno de ira, y sobresalto
horrible |
|
ardiendo en fiera y rigurosa
saña, |
|
todo el discurso desta noche
fría, |
|
revuelto en bascas, y congoja
extraña, |
|
pasé con inquietud dura y
terrible |
5 |
deseando la luz del claro
día. |
|
Ya el alma revolvía |
|
a la triste ruina que promete |
|
España a la alta Roma. |
|
Que agora opresa y doma |
10 |
y la cerviz al yugo le somete |
|
después que fue
señora |
|
del mundo, y tantas gentes
domadora. |
|
Contemplo el alto
Capitolio en tierra, |
|
su opulencia en poder de los
soldados, |
15 |
el incendio, las muertes, las
injurias, |
|
sus templos y edificios
derribados |
|
las libertades de la libre
guerra, |
|
Los sacrilegios, robos y
lujurias, |
|
Las implacables furias |
20 |
de los soberbios bárbaros,
dispuestos |
|
a la cruel matanza, |
|
usando en su venganza |
|
mil robos, mil estupros
deshonestos, |
|
triunfando de la gloria |
25 |
de quien triunfó de tantos
con victoria, |
|
|
|
DON FERNANDO |
Gran general de España, esta
es la hora |
|
que asignaste, y el punto en que
conviene |
|
dar el asalto, antes que el
aurora |
|
rompa la oscuridad que el mundo
tiene. |
30 |
|
|
BORBÓN |
Ea, gente indomable vencedora |
|
de todo cuanto el mundo en
sí contiene, |
|
dispongamos el campo, ea,
asaltemos, |
|
ea, el orden sigamos que
tenemos. |
|
Vos, Don Fernando, por aquesta
parte |
35 |
con aquesta avanguardia de
alemanes |
|
romped el muro, y con soberbio
Marte |
|
dad a Roma los últimos
afanes. |
|
El orden mismo seguirán, y
el arte |
|
los demás españoles
capitanes. |
40 |
Vayan por esta banda
arcabuceros, |
|
por aquella, caballos y
piqueros. |
|
La
Infantería italiana vaya |
|
cercando en torno el Tiber, un ala
hecha, |
|
guarde el bagaje y munición,
no haya |
45 |
desorden, que en la guerra esto
aprovecha. |
|
Esté el contrario en su
lugar a raya, |
|
y si huyere, viendo que lo
estrecha |
|
nuestra gente, dará en la
infantería, |
|
si se escapare, dé en la
piquería. |
50 |
Soldados valerosos, ya es
venida |
|
la ocasión que tenéis
tan deseada, |
|
la diligencia sea apercibida |
|
de vos, y la pereza desechada, |
|
la victoria tenéis tan
conocida |
55 |
que esta noche me ha sido
revelada |
|
del piadoso y favorable hado, |
|
que plácido en mi ayuda se
ha mostrado. |
|
|
|
DON FERNANDO |
¿De qué sirven
más arengas |
|
dinos, general Borbón? |
60 |
Que tengo a gran
sinrazón |
|
que así suspensos nos
tengas. |
|
Habían de estar ya en
tierra |
|
los muros, y los soldados |
|
de los despojos cargados, |
65 |
cuando das leyes de guerra. |
|
El orden que nos has dado |
|
todo el campo seguiremos, |
|
mas solamente queremos |
|
que hagamos lo acordado, |
70 |
|
|
BORBÓN |
En ese mesmo deseo |
|
estoy, mas para un momento, |
|
que un gran alboroto siento |
|
y el campo alterado veo. |
|
|
|
GUARDA |
Gran Borbón, haciendo
vela |
75 |
en este cuarto presente, |
|
en medio de nuestra gente |
|
prendí aquesta
centinela. |
|
Dice a voces que
es romano, |
|
y pues es nuestro enemigo |
80 |
el mismo pide el castigo, |
|
no se lo niegue tu mano. |
|
|
|
BORBÓN |
Romano, di, ¿a qué
veniste |
|
de tu Roma, a mi real? |
|
¿Que es tu desiño
final |
85 |
y la causa a que saliste? |
|
Si no me lo dices luego |
|
de modo que satisfagas, |
|
yo te haré que lo
hagas, |
|
poniéndote en vivo
fuego. |
90 |
No tienes
razón que dar |
|
si no decir quien te
envía, |
|
si vienes en
compañía, |
|
o si sólo, a este
lugar. |
|
Y asildo, porque si ordena |
95 |
hacer lo que Mucio
obró, |
|
cuando la muerte le dio |
|
al contador de Porsena. |
|
|
|
ROMANO |
Señor, ¿qué
quieres que diga? |
|
Yo soy espía, y
salí |
100 |
de Roma, yo vine aquí |
|
a espiar quien nos fatiga, |
|
y habiendo considerado |
|
todo tu campo dispuesto, |
|
volvía avisarlo presto, |
105 |
y atájome el crudo
hado. |
|
|
|
BORBÓN |
¡Eso no me satisface! |
|
Con alguna maldad vienes. |
|
|
|
ROMANO |
¿Aquesto por maldad
tienes? |
|
¿Esto en guerra no se
hace? |
110 |
¿Cuando faltarán
espías |
|
del un bando al otro puestas? |
|
|
|
BORBÓN |
No te pido estas repuestas, |
|
sino solo ¿á
qué venías? |
|
|
|
ROMANO |
Ya te he respondido, y digo |
115 |
que te venía a espiar, |
|
y a si te pudiera dar |
|
con esta mano el castigo. |
|
Quieres saber más de
mí, |
|
no tengo más que
decirte, |
120 |
y así puedes
persuadirte |
|
que a poder lo hiciera
así. |
|
|
|
BORBÓN |
Con tan extraña
osadía |
|
te has atrevido a hablarme. |
|
|
|
ROMANO |
Mas pensaba adelantarme |
125 |
si fuera la suerte mía. |
|
|
|
BORBÓN |
Sus, colgado do aquel muro |
|
pague sus intentos vanos. |
|
|
|
ROMANO |
No espantan a los romanos |
|
muertes, ni castigo duro. |
130 |
|
|
AVENDAÑO |
Esa braveza de Roma, |
|
ese despreciar la muerte, |
|
ese hablar de esa suerte |
|
tú verás cómo
se doma. |
|
No permitas, gran
Borbón, |
135 |
tratarlo de aqueste modo. |
|
Que no es bien que un campo
todo |
|
dé muerte a un hombre en
prisión. |
|
Deja ir libre ese romano, |
|
diga su muerte vecina |
140 |
que una sola golondrina |
|
no suele hacer verano, |
|
otra gloria, otro renombre |
|
tu gran valor nos promete, |
|
digan que un nuestro acomete |
145 |
un capón, y no un
capón a un hombre. |
|
|
|
BORBÓN |
Dalde libertad, y vaya |
|
de nuevas de nuestra ida. |
|
|
|
ROMANO |
Roma aguarda apercibida, |
|
que temor no la desmaya. |
150 |
|
|
BORBÓN |
Dad principio al crudo
estrago, |
|
toca al arma presto presto. |
|
Guarde cada cual su puesto. |
|
Santiago, Santiago. |
|
Este muro
levantado |
155 |
por esta escala
entraré, |
|
y luego que en él
esté |
|
el fuerte tengo ganado. |
|
Poca defensa hay aquí, |
|
arriba, arriba, Borbón, |
160 |
No te falte el corazón. |
|
¡Muerto soy, triste de
mí! |
|
|
|
AVENDAÑO |
Anda, Escalona, llevemos |
|
a la tienda ese pillaje. |
|
No aguardes cargar bagaje, |
165 |
porque luego nos tornemos. |
|
|
|
ESCALONA |
Echa por este camino, |
|
atajaremos gran parte. |
|
|
|
AVENDAÑO |
Éste al gran furor de
Marte |
|
dio el espíritu
mezquino. |
170 |
|
|
ESCALONA |
Paréceme que es
Borbón |
|
aquel que allí vemos
muerto. |
|
|
|
AVENDAÑO |
Él es; no es otro por
cierto, |
|
que acabó con su
intención. |
|
Por ser nuestro capitán |
175 |
llevémoslo a nuestra
tienda, |
|
y que es muerto no se
entienda. |
|
|
|
ESCALONA |
Cárgate ese
ganapán. |
|
Echémoslo de aquí
abajo, |
|
dalo al diablo que pesa, |
180 |
por cierto que es buena presa |
|
para tan grande trabajo. |
|
|
|
AVENDAÑO |
No es razón que lo
dejemos, |
|
que en muerte no es bien
vengarnos. |
|
|
|
ESCALONA |
Ni aún de un muerto es bien
cargarnos |
185 |
pues hay río en que lo
echemos. |
|
|
|
CORNELIA |
¡Ay mísera
caída, |
|
ay dio postrimero |
|
del valor alto de la sacra
Roma, |
|
ay gente enfurecida, |
190 |
ay hombre de dinero, |
|
que así os consume el alma
su carcoma! |
|
Hoy se sujeta y doma |
|
la ciudad que ha rendido |
|
cuanto mira el sol puro, |
195 |
hoy sufre asalto duro, |
|
y hoy será cuando puede
destruido. |
|
¡Ay dulce patria amada |
|
de Dios, para su Iglesia
diputada! |
|
Hijas de mis entrañas, |
200 |
regalo y gloria mía, |
|
¿En tan estrecho paso
qué haremos? |
|
Vamos a las montañas, |
|
quizá hallaremos vio |
|
como del fiero incendio nos
libremos. |
205 |
En las manos nos vemos |
|
de la enemiga gente, |
|
las haciendas quitadas, |
|
las casas abrasadas, |
|
sujetas al furor de su ira
ardiente |
210 |
a riesgo que perdamos |
|
con la hacienda el nombre que
estimamos. |
|
|
|
JULIA |
Señora, la crueza |
|
del bárbaro enemigo |
|
que con airada y rigurosa mano |
215 |
usando su fiereza |
|
nos quita el patrio abrigo, |
|
asolando el valor y ser
romano, |
|
cuando con su inhumano |
|
furor, haya igualado |
220 |
el Capitolio al suelo, |
|
su fuerza, ni mi duelo, |
|
harán mover mi virginal
cuidado, |
|
ni con infamia oscura |
|
podrán amancillar su
hermosura. |
225 |
|
|
CAMILA |
Cuándo puesta en sus
brazos |
|
quisieron con violencia |
|
sobrepujar mi femenil sujeto, |
|
seré hecha pedazos |
|
con firme resistencia, |
230 |
primero que venir en tal
decreto. |
|
Mas si en tan duro aprieto |
|
fuere más poderosa |
|
su fuerza que la mía, |
|
el cuerpo se rendía, |
235 |
no el alma, que en aquesta
trabajosa |
|
lucha, estará
constante, |
|
teniendo siempre el casto honor
delante, |
|
|
|
CORNELIA |
Ése sólo recelo |
|
hijas, me congojaba. |
240 |
Mas ahora que veo vuestra
firmeza |
|
no temo el triste duelo, |
|
ni el fin que me llamaba, |
|
con ver que no se pierde la
nobleza. |
|
|
|
JULIA |
¡Ay tristes!
¿Qué fiereza |
245 |
de hombres, es aquesta? |
|
|
|
CAMILA |
Cielo justo, tu ayuda |
|
en este paso acuda. |
|
|
|
CORNELIA |
Hijas, ánimo aquí, la
hora es esta, |
|
ya enemigos vemos |
250 |
donde del valor nuestro ejemplo
demos. |
|
|
|
AVENDAÑO |
Anda, Escalona, apresuro |
|
el paso, ¿vienes
durmiendo? |
|
Voto a tal que no te entiendo, |
|
¿Tal vas en tal
coyuntura? |
255 |
Ponte alas a los pies, |
|
y a las manos dos escarpias, |
|
anda, hagámonos
harpías, |
|
pues tan buena ocasión
es. |
|
|
|
ESCALONA |
Por el dador de la vida |
260 |
que es buen pillaje el que
veo. |
|
|
|
AVENDAÑO |
Bueno Escalona, no creo |
|
que es mala nuestra venida. |
|
Arremete presto a asillas, |
|
no vengan otros soldados, |
265 |
y a la parte acodiciados |
|
hayamos de repartillas. |
|
Hermosas damas
romanas, |
|
pues fortuna os ha
traído |
|
a tal estado y partido, |
270 |
pareciendo más que
humanas, |
|
permitid ir con nosotros, |
|
adonde seréis guardadas |
|
servidas y regaladas, |
|
antes que os asalten otros. |
275 |
Y tened seguro
aquí |
|
que lo que toca a guardaros |
|
podéis, señoras,
flores |
|
deste soldado, y de mí. |
|
No usaremos del furor |
280 |
y libertad de la guerra, |
|
que en nuestros pechos se
encierra |
|
la piedad, y no el rigor. |
|
|
|
CORNELIA |
Soldados, yo he creído |
|
que el cielo oyó nuestro
llanto, |
285 |
pues en tan fiero quebranto |
|
nos ha a vosotros
traído. |
|
Y habiendo de ir tres matronas |
|
en las cadenas esquivas, |
|
libertad es ir captivas |
290 |
sirviendo tales personas. |
|
Sola una cosa os demando |
|
con lágrimas destos
ojos, |
|
que estas de que hacéis
despojos |
|
miréis, su honor
conservando, |
295 |
porque su rescate dellas |
|
será tal cual lo
veréis, |
|
y sin esto subiréis |
|
vuestro nombre a las
estrellas. |
|
|
|
ESCALONA |
Señora, yo doy seguro, |
300 |
por la ley de buen soldado, |
|
que sea su honor guardado, |
|
y a Dios lo prometo y juro. |
|
|
|
CORNELIA |
Eso alivio el mal que siento, |
|
y es parte de consolarme |
305 |
del yugo a que veo llevarme. |
|
|
|
AVENDAÑO |
No lo será más
contento. |
|
Aguarda, Escalona, tente, |
|
ten la espada apercebida |
|
que por ésta vía
seguida |
310 |
oigo gran tropel de gente. |
|
Dos alemanes cargados |
|
vienen, o fieros violentos, |
|
con casullas, y ornamentos |
|
de los templos consagrados. |
315 |
|
|
ESCALONA |
Ponte en aqueste paraje. |
|
Pese a tal con los ladrones, |
|
dennos en pocas razones |
|
los pellejos y el pillaje. |
|
Estate quedo, Avendaño, |
320 |
déjalos, lleguen do
estás; |
|
pondrémoslos que
jamás |
|
en iglesias hagan daño. |
|
|
|
ALEMÁN |
Cárgate bien,
compañero, |
|
no te detengas, ni tardes, |
325 |
porque los despojos guardes |
|
que llevas del saco lloro. |
|
Los españoles no vengan |
|
que si vienen, ten por cierto |
|
que tú sin ropa, y yo
muerto |
330 |
quedamos, que así se
vengan. |
|
|
|
AVENDAÑO |
A ellos, ea, Escalona, |
|
mueran entrambos a dos. |
|
|
|
ESCALONA |
Éste ya es mío, por
Dios. |
|
|
|
AVENDAÑO |
Pues estotro no blasona |
335 |
huertos están,
¿qué haremos? |
|
|
|
ESCALONA |
Qué, no detenernos
punto, |
|
y ese lío todo junto |
|
con lo demás nos
llevemos. |
|
|
|
AVENDAÑO |
¿Qué haces, a
qué aguardamos? |
340 |
¿No oyes a don Fernando |
|
que su gente retirando |
|
viene hacia donde estamos? |
|
Sígueme por esta parte, |
|
que si llega, es camarada, |
345 |
y pedirá le sea dada |
|
desta nuestra presa parte. |
|
|
|
ESCALONA |
Enviarelo yo a la horca |
|
de donde lleve despojos, |
|
questos al ver de los ojos |
350 |
los llevará sí se
ahorca. |
|
|
|
|
ESCALONA |
Calla, que es ese un
figón, |
|
Bergamasco, gran
poltrón |
|
que lo baja su costumbre. |
355 |
|
|
AVENDAÑO |
Este camino tornemos |
|
que es más cerca, y
más seguido, |
|
y el robo que hemos habido |
|
entre los dos lo carguemos. |
|
Y, señoras, caminando |
360 |
poco a poco por aquí |
|
podremos llegar allí, |
|
do no llegue don Fernando. |
|
|
|
DON FERNANDO |
Extraño ha sido el riguroso
estrago |
|
que en Roma habemos hecho con
victoria, |
365 |
dándole el justo y merecido
pago |
|
a su loca y altiva vanagloria. |
|
Lástima daba ver el rojo
lago |
|
que por las calles iba, cuya
historia |
|
Roma celebrará en eterno
llanto, |
370 |
y a España ensalzará
en divino canto. |
|
Atambor, toca a
recoger la gente, |
|
que va del día faltando la
luz pura, |
|
cose ya la crueldad, y saña
ardiente, |
|
y de Roma la extrema
desventura. |
375 |
A Borbón demos, general
valiente, |
|
con tierno sentimiento
sepultura; |
|
yo lo voy a buscar; tú echa
bando |
|
que en orden vengan al real
marchando. |
|
|
|
Jornada III
|
|
FILIBERTO.
DON FERNANDO GONZAGA.
ALEMÁN.
FARIAS. GUARDA. MENSAJERO de Roma. ATAMBOR. AVENDAÑO. ESCALONA. CORNELIA. JULIA. CAMILA.
|
|
Por la muerte de BORBÓN fue efigido
capitán general FILIBERTO. Salen a un desafío
singular FARIAS, un
soldado español, y un ALEMÁN luterano: hace traerlos
a su presencia, y sabida la ocasión de su desafío,
manda que al luterano arrojen en el río atado a un peso, y
da libertad con muchas alabanzas a FARIAS. Viénele un MENSAJERO de Roma, cuéntale los
grandes daños que en ella se hacen, pidiéndole que
cesasen. Otórgaselo; demándale las tres romanas que
cativaron ESCALONA y
AVENDAÑO,
prometiendo su rescate; entrégaselas, y manda que luego
marche el campo para Bolonia.
|
FILIBERTO |
Del bélico furor y ardor de
Marte |
|
los míseros romanos
quebrantados |
|
andan vagando de una a otra
parte, |
|
temblando de los bárbaros
soldados, |
|
que arbolando de César le
estandarte, |
5 |
a cuya sombra todos arrimados, |
|
con detestables daños han
rendido |
|
el pueblo en todo el mundo
más temido. |
|
Agora resta,
ejército potente |
|
de Carlos invictísimo
enviado |
10 |
a Esperia, a sosegar la fiera
gente, |
|
y a opresar al rebelde y
obstinado, |
|
que viendo la ruina y mal
presente |
|
dejemos las reliquias que han
quedado |
|
en Roma, del incendio
riguroso, |
15 |
y el campo recojamos
victorioso. |
|
|
|
DON FERNANDO |
Filiberto magnánimo,
elegido |
|
por el cesáreo campo, en el
oficio |
|
del general Borbón, que
muerto ha sido, |
|
sin verde Roma el fin, y cruel
suplicio; |
20 |
suplícote me sea
concedido |
|
de ti, que el campo ande en su
ejercicio, |
|
que es robar, pues ya sabes, que el
soldado |
|
ha de ser de la guerra
aprovechado. |
|
Porque la gente
de la invicta España, |
25 |
que en este asalto ha sido la que
ha hecho |
|
todo el efecto, usando de la
maña |
|
de guerra, y del valor de su alto
pecho, |
|
hará punto, y tendrá
a injuria extraña |
|
impedirle su intento, y con
despecho |
30 |
levantará un motín,
que nos veamos |
|
en más afrenta que
jamás pensamos. |
|
Y por esta razón, o
valeroso |
|
Filiberto, permite
aprovecharse |
|
del saco, aquel ejército
furioso |
35 |
que su gloria es en esto
recrearse. |
|
|
|
FILIBERTO |
Gocen del triunfo y premio
victorioso, |
|
que es el fin a que vienen a
entregarse |
|
al rigor de Vulcano, que mi
intento |
|
no es impedirle a ellos su
contento. |
40 |
Mas condolido ya
de la crueza |
|
que se usa con Roma, ya
arruinada, |
|
ha movido mi ánimo a
terneza, |
|
sintiendo el mal que ha hecho
nuestra espada. |
|
|
|
DON FERNANDO |
Deja aquesa congoja, esa
tristeza, |
45 |
que con razón ha sido
castigada |
|
su locura, y oigamos qué
ruido |
|
es éste, que acá
viene dirigido. |
|
|
|
FARIAS |
No hay para que más
razones, |
|
ya estamos puestos en puesto, |
50 |
donde entenderás bien
presto |
|
lo que sirven tus blasones. |
|
Y el agravio que te hice |
|
ha sido muy justamente |
|
y quien contradice miente, |
55 |
y quien otra cosa dice. |
|
|
|
ALEMÁN |
Si han de averiguar las manos |
|
lo que dices que me has hecho, |
|
¿No ves que son sin
provecho |
|
aquesos desgarros vanos? |
60 |
Aqueste guante me diste, |
|
señalándome el
lugar |
|
donde te lo había de
dar, |
|
y al mesmo efecto veniste, |
|
Aquí
estamos, helo aquí, |
65 |
la ropa nos desnudemos, |
|
porque los dos peleemos, |
|
cual tú me pediste a
mí. |
|
|
|
FARIAS |
No quiero verte desnudo |
|
por que eres soldado viejo, |
70 |
yo sí, que de tu
pellejo |
|
pienso de hacer escudo. |
|
No por que
entiendo con él |
|
de peligro defenderme, |
|
que no podrá
guarecerme, |
75 |
que es menos que de papel. |
|
Y es agravio conocido |
|
a la española
nación |
|
contra flaca defensión |
|
haber hazaña
emprendido. |
80 |
|
|
ALEMÁN |
Aquese hablar ataja, |
|
no ves que estás
blasonando, |
|
y eres según voy
notando, |
|
gran hablador de ventaja. |
|
Ea, desnúdate luego, |
85 |
o vestido como estás. |
|
|
|
FARIAS |
Pues lo quieres, tú
verás |
|
como sales deste juego. |
|
|
|
DON FERNANDO |
Campo singular entiendo |
|
que es aquel, dame licencia, |
90 |
trairelos a tu presencia, |
|
quitaré el combate
horrendo. |
|
|
|
FILIBERTO |
Pues te agrada, don Fernando, |
|
ir personalmente allí, |
|
ve, y traémelos ante
mí, |
95 |
que aquí los estó
aguardando. |
|
|
|
FARIAS |
Acaba de desnudarte. |
|
Tanto dilatas venir, |
|
es que temes el morir, |
|
y quieres así
escaparte. |
100 |
Yo lo otorgaré
perdón |
|
con hacerte dos mamonas, |
|
porque de tales personas |
|
basta tal satisfacción. |
|
|
|
ALEMÁN |
Español cobarde,
entiendes |
105 |
que en mí reina
cobardía, |
|
veamos si tu osadía |
|
te de aquí lo que
pretendes. |
|
|
|
FARIAS |
Poltrón, vil, y
afeminado, |
|
tú verás lo que hay
en mí, |
110 |
|
|
|
|
DON FERNANDO |
No puede ser, que me
envía |
|
el general a llamaros, |
|
y de fuerza he de llevaros. |
115 |
|
|
|
DON FERNANDO |
Si entiende, que yo os lo
pido, |
|
y si vos me conocéis |
|
mi ruego a hacer
vendréis. |
|
|
|
FARIAS |
Habiendo esto concluido, |
120 |
|
|
DON FERNANDO |
Español, tened por bien |
|
ir comigo al general, |
|
que es la persona real; |
|
no uséis de aquese
desdén. |
|
|
|
FARIAS |
Si viera al emperador |
125 |
a quien sólo soy
sujeto, |
|
no tuviera más respeto |
|
que a vos os tendré,
señor. |
|
Porque tal
comedimiento |
|
cual comigo habéis
usado |
130 |
son prisiones que han atado |
|
mi voluntad, de su intento. |
|
Y así, vamos do
mandáis, |
|
mas será con
condición |
|
que oída nuestra
ocasión |
135 |
a do estamos nos
volváis. |
|
|
|
DON FERNANDO |
Luego que el caso se vea |
|
el general proveerá |
|
lo que en ello se hará, |
|
o por paz, o por pelea. |
140 |
Filiberto valeroso, |
|
estos dos fuertes soldados |
|
salieron desafiados |
|
a combate riguroso. |
|
Enviásteme
por ellos, |
145 |
yo te los traigo y presento; |
|
sabido su fundamento, |
|
en paz procura ponellos, |
|
Que soldados tan valientes |
|
no es justo perder así, |
150 |
y si no hay agravio
aquí, |
|
reprima sus accidentes. |
|
|
|
FILIBERTO |
Para que yo dé
sentencia |
|
y pueda determinar |
|
vuestro campo singular, |
155 |
del cual no tengo experiencia, |
|
conviene que me
informéis |
|
cual ha sido la
ocasión, |
|
y oída la
información |
|
así la sentencia
habréis. |
160 |
|
|
FARIAS |
En el asalto romano, |
|
gran sucesor de Borbón, |
|
metido, en la confusión |
|
del ejército inhumano, |
|
andábamos los de
España |
165 |
con los de Italia revueltos, |
|
hurtando, todos envueltos. |
|
Los de Francia y
Alemaña. |
|
Cada cual, cual
más podía, |
|
del robo se aprovechaba, |
170 |
y el que menos alcanzaba |
|
llevaba más que
quería. |
|
Sucedió que andando en
esto |
|
una gran casa encontré. |
|
Y queriendo entrar
hallé |
175 |
a uno a la puerta puesto. |
|
Dijo que me
detuviese |
|
por que entrar no era posible, |
|
o que castigo terrible |
|
vería si me atreviese, |
180 |
confieso que me volviera |
|
no por él, mas porque
oí |
|
gran estruendo, y vuelto en
mí, |
|
temí la que se dijera. |
|
Con un
ánimo inhumano |
185 |
dispuesto al cruel recuentro, |
|
pregunté:
¿quién está dentro? |
|
Que a mí me vaya a la
mano. |
|
Respondió: no basta yo, |
|
y diciendo esto arremete, |
190 |
y por mí espada se
mete, |
|
de la cual muerto cayó. |
|
Yo
proseguí con mi intento, |
|
y en la casa más
entrando, |
|
mas estruendo iba notando, |
195 |
más voces, y más
lamento. |
|
Quisiera certificarme |
|
de tan extraño ruido, |
|
tan doloroso alarido, |
|
primero que aventurarme. |
200 |
Y estando dudando
así, |
|
o decir: luteranos, |
|
¿En Dios ponéis
vuestras manos, |
|
el cielo nos hunde
aquí? |
|
Yo que iba a entrar a este
punto, |
205 |
este traidor que salía |
|
y una monja que traía |
|
asida, y con ella junto. |
|
Como me vio
diferente |
|
en el hábito y postura, |
210 |
Me dijo en tal desventura: |
|
Español, séme
clemente. |
|
Que este fiero luterano |
|
y otros de su mal ejemplo |
|
este convento y su templo |
215 |
han metido a saco mano. |
|
Las monjas traen
arrastrando, |
|
robando los ornamentos, |
|
quemando los sacramentos, |
|
y contra Dios blasfemando. |
220 |
En oyendo la razón |
|
de la monja maltratada, |
|
arremetí con mi espada, |
|
ardiendo en ciega
pasión, |
|
Y viendo aqueste
traidor |
225 |
mi determinado intento, |
|
la monja soltó al
momento |
|
por resistir mi furor, |
|
y andando los dos
riñendo |
|
puesta en salvo la cautivo, |
230 |
acudió gente de arriba, |
|
y de la calle viniendo. |
|
Estorbaron la
contienda, |
|
porque él temió los
de fuera, |
|
yo los que bajar oyera, |
235 |
y así tuvimos la
rienda. |
|
Hame venido buscando, |
|
y pídeme que le
dé |
|
la cautiva que se fue |
|
cuando nos vio peleando. |
240 |
Ésta ha
sido la ocasión, |
|
gran general, y éste
diga |
|
si es verdad, o contradiga, |
|
y da tu resolución. |
|
|
|
FILIBERTO |
¿Esto que aquí se ha
propuesto |
245 |
es verdad cual lo has
oído? |
|
|
|
ALEMÁN |
Verdad es, mas soy ofendido, |
|
y a vengarme estoy dispuesto. |
|
Él me tiene de entregar |
|
la cautiva, o dar la vida, |
250 |
que esta razón de ti
oída |
|
por fuerza me ha de ayudar. |
|
|
|
FILIBERTO |
Sí haré, si eres
cristiano. |
|
|
|
ALEMÁN |
No lo soy, más mi
defensa |
|
es, que esta guerra dispensa, |
255 |
aunque yo sea luterano. |
|
|
|
FILIBERTO |
¿Lid singular entre dos |
|
sin mando puede acetarse? |
|
|
|
ALEMÁN |
Ahora puede dispensarse, |
|
dando la licencia vos. |
260 |
|
|
FILIBERTO |
La licencia que daré, |
|
será que al Tiber
romano |
|
te arrojen, mal luterano, |
|
enemigo de la fe. |
|
Alto, haced lo
que digo, |
265 |
sin diferir un momento |
|
de cumplir mi mandamiento. |
|
|
|
GUARDA |
Dársele ha el mesmo
castigo. |
|
|
|
FILIBERTO |
Y tú, valiente soldado, |
|
ve libre con la victoria, |
270 |
que justo es darle tal gloria |
|
a quien por Dios se ha
mostrado. |
|
|
|
DON FERNANDO |
¡O qué divina
sentencia, |
|
digna de ser de ti dada, |
|
y que sea celebrada |
275 |
tu rectitud y prudencia! |
|
Y entiende que siendo
oída |
|
del invicto emperador, |
|
que estimará tu valor |
|
por hazaña tan subida. |
280 |
|
|
GUARDA |
Tu mandamiento fue hecho, |
|
como mandado me fue, |
|
y en el Tiber lo
arrojé. |
|
|
|
DON FERNANDO |
Él ha sido un alto
hecho. |
|
|
|
FILIBERTO |
¿Cómo ejecutaste,
di? |
285 |
|
|
GUARDA |
Señor, atele un cordel, |
|
y una grande piedra en
él, |
|
y al río lo arrojé
así. |
|
Un mensajero ha
venido |
|
de Roma, pide licencia |
290 |
de venir a tu presencia: |
|
de ti sea respondido. |
|
|
|
FILIBERTO |
Entre luego, y tú lo
guía, |
|
veamos qué es su
demanda. |
|
|
|
GUARDA |
Que entréis Filiberto os
manda. |
295 |
|
|
MENSAJERO |
Mueve Dios la lengua
mía. |
|
Haz de modo que se aparte |
|
de su rebelde
intención, |
|
y que oyendo mi pasión, |
|
de aplacar su ira se aparte. |
300 |
Pues nuestro grave dolor |
|
nos tiene tales, Dios
mío, |
|
tiempla y mueve el crudo
brío |
|
del contrario vencedor. |
|
Si lugar diese la
miseria mía, |
305 |
senado, excelso, y declarar
dejase |
|
a la turbada lengua en este
día, |
|
sin que en llanto, cual suele, la
ahogase, |
|
no hay tanta saña en vos,
que no sería |
|
conmovida, ni scita que no
usase |
310 |
de piedad, oyendo nuestro
duelo |
|
que es el mayor que visto sea en el
suelo; |
|
porque si
dél hubiese de dar cuenta, |
|
y vuestro corazón oír
pudiese |
|
el mal nuestro, y de Dios la
injusta afrenta. |
315 |
No es posible que a llanto no os
moviese. |
|
¿De qué gente se
oirá, que no se sienta |
|
que la Iglesia de Dios en poder
fuese |
|
de antitematizados luteranos, |
|
poniendo en ella sus violentas
manos? |
320 |
¿No os altera el
espíritu? ¿Es posible |
|
que vuestra cristiandad sufre tal
cosa, |
|
tal inhumanidad, mal tan
terrible, |
|
ofensa tal a Cristo y a su
esposa? |
|
¿No os levantáis, y
dais castigo horrible |
325 |
a la gente enemiga y odiosa |
|
de la sede apostólica
sagrada |
|
de Dios instituida, a Pedro
dada? |
|
No es posible que en
religión cristiana |
|
quede tan gran insulto sin
castigo, |
330 |
ni el bárbaro inhumano, que
profana |
|
los preceptos de Dios como
enemigo. |
|
Ved por el suelo la valla
romana. |
|
Príncipes, escuchame, estad
comigo, |
|
que en breve suma quiero daros
cuenta |
335 |
si pudiere, de nuestra injusta
afrenta. |
|
Luego que
entrados nuestros muros fueron |
|
por bélica violencia
derribados |
|
al suelo, y dentro en la ciudad se
vieron |
|
los libres y sacrílegos
soldados, |
340 |
los unos a los templos
acudieron, |
|
sin ser de su crueza
reservados, |
|
los otros a las casas
principales |
|
de grandes, o a robar los
cardenales. |
|
Esto hicieron ya
después que el fiero |
345 |
furor de los nefarios
luteranos, |
|
asaz harto de haber con duro
acero |
|
tan gran matanza hecho en los
cristianos, |
|
con hambre insaciable de
dinero, |
|
acudieron al robo que sus
manos |
350 |
dejaban, por seguir otros
ejemplos, |
|
en corromper doncellas, quemar
templos. |
|
Hanse hartado ya,
ya no les queda |
|
que poder hacer más, de lo
que han hecho, |
|
ni hay cosa ya que aprovecharles
pueda, |
355 |
ni en cosa en que no tengan su
derecho. |
|
Vuestra piedad, o príncipes,
conceda |
|
a Roma quedar libre deste
estrecho; |
|
miralda por el suelo ya
arruinada |
|
del furor y rigor de vuestra
espada. |
360 |
Nunca se vio
jamás en tal extremo |
|
con haber sido perseguido
tanto, |
|
y es tanto que acordarme dello
tremo, |
|
y me corta el vigor el crudo
espanto. |
|
Que Alarico, en crueza rey
supremo, |
365 |
ni Atila le puso en igual
llanto, |
|
cual ahora se ve toda asolada |
|
del furor y rigor de vuestra
espada. |
|
Pideos humilde, o
príncipes, que el fiero |
|
cerco le alcéis, pues no le
ha ya quedado |
370 |
ropa, joyas, haciendas, ni
dinero, |
|
en que el campo no esté todo
entregado; |
|
mejor veis esto vos, que yo os
refiero, |
|
y mejor sabéis vos la que se
ha usado |
|
con la mísera Roma que os
demanda |
375 |
la piedad en hazaña tan
infando. |
|
|
|
FILIBERTO |
Gran romano, no sé
cómo te diga |
|
el dolor que de Roma se ha
sentido, |
|
ni qué camino en este caso
siga |
|
que satisfaga, y sea yo
creído, |
380 |
porque no faltará quien
contradiga |
|
que de mí fue y ha sido
consentido, |
|
hacer a la alta Roma tal
ultraje, |
|
de las paces quebrando el
homenaje. |
|
Bien es a todo el
mundo manifiesto |
385 |
lo poco que yo debo en esta
parte, |
|
y así no quiero disculparme
en esto, |
|
sino respuesta a tu embajada
darte, |
|
y digo que del cerco tan
molesto |
|
que con justicia dices
agraviarte, |
390 |
serás libre, y el campo
levantado, |
|
así cual pide Roma en tu
recado. |
|
|
|
MENSAJERO |
Pues, general valeroso, |
|
cuya bondad da ocasión |
|
que olvidemos la pasión |
395 |
de nuestro estado lloroso, |
|
de aqueste fiero combate |
|
tres captivas han
traído |
|
a tu real; yo las pido, |
|
dando el debido rescate. |
400 |
|
|
FILIBERTO |
En eso y en lo demás |
|
se cumplirá lo que
dices, |
|
como tú dello me
avises, |
|
sin faltar desto jamás. |
|
Atambor, echad un bando |
405 |
que cualquiera que tuviere |
|
tres cativas, sea quien fuere, |
|
las venga manifestando. |
|
|
|
ATAMBOR |
Manda el señor general |
|
por bando, a ser compelido |
410 |
al que de Roma ha
traído |
|
tres romanas al real, |
|
que para ser rescatadas |
|
de su miserable suerte, |
|
manda so pena de muerte |
415 |
sean luego ante él
llevadas. |
|
|
|
AVENDAÑO |
Habiendo tu bando oído, |
|
venimos a obedecello, |
|
como es justicia hacello, |
|
y tú ser obedecido. |
420 |
Estas son las tres cativas |
|
que del asalto romano |
|
trujimos por nuestra mano |
|
a las prisiones esquivas. |
|
|
|
FILIBERTO |
¿Son éstas las que
buscáis? |
425 |
|
|
MENSAJERO |
Señor sí, aquestas
son |
|
cuya nobleza y blasón |
|
es más de lo que
pensáis, |
|
y así, soldados
valientes, |
|
sin que en esto haya debate, |
430 |
ponelde nombre al rescate |
|
de las cativas presentes. |
|
|
|
ESCALONA |
Siendo de tanto valor |
|
no tenemos que pedir, |
|
mas querello remitir |
435 |
a vuestro acuerdo,
señor. |
|
Y lo que hicierédes
vos, |
|
nosotros lo obedecemos, |
|
y contentos quedaremos, |
|
de cualquier modo, los dos. |
440 |
|
|
MENSAJERO |
El gran cardenal Colona, |
|
alto general, me envía |
|
a esto, y él te
pedía |
|
lo que lo por su persona. |
|
Él dará
resolución |
445 |
de lo que se debe dar, |
|
o quisieren demandar, |
|
por aquesta redención. |
|
|
|
FILIBERTO |
¿Qué queréis,
señor soldado, |
|
que se os envíe en
rescate? |
450 |
|
|
AVENDAÑO |
Señor, deso no se
trate, |
|
que eso a vos queda encargado. |
|
|
|
FILIBERTO |
Llevaldas, pues tan hidalgo |
|
Avendaño se os ofrece, |
|
y más de la que merece |
455 |
por fácil merezca algo. |
|
|
|
CORNELIA |
Sumo general de España, |
|
no sé con qué
razón diga |
|
lo que tu bondad me obliga, |
|
en tan heroica hazaña. |
460 |
Mas remítolo al
sentido, |
|
pues se me turba la lengua, |
|
y súplase aquesta
mengua |
|
con ser el caso entendido. |
|
Nosotras cautivas fuimos |
465 |
destos dos fuertes soldados, |
|
en quien hallamos cobrados |
|
los regalos que perdimos. |
|
Porque en el buen tratamiento, |
|
no pudiera yo su madre, |
470 |
ni su poderoso padre, |
|
tratarlas con más
contento. |
|
Y en nuestras penas esquivas |
|
y en nuestras ansias sobradas, |
|
fuimos servidas, guardados, |
475 |
que nunca fuimos cativas. |
|
Y así se enviará a
los dos |
|
el rescate, oh general, |
|
tal, y si no fuere tal, |
|
a pedirlo iré por Dios. |
480 |
|
|
MENSAJERO |
Dándonos, señor,
licencia, |
|
queremos ir nuestra
vía. |
|
|
|
FILIBERTO |
Vaya Dios en vuestra
guía. |
|
|
|
MENSAJERO |
Y él quede en vuestra
presencia. |
|
|
|
FILIBERTO |
Vos de mi guardia id con
ellos, |
485 |
acompañad su viaje, |
|
no se le impida el pasaje, |
|
y alguien se atreva a
orendellos. |
|
Valeroso don Fernando, |
|
el campo recogeréis |
490 |
luego, y con él os
iréis |
|
para Bolonia marchando, |
|
porque nuestro emperador |
|
me envían hoy avisar |
|
que allá se va a
coronar. |
495 |
|
|
DON FERNANDO |
Así lo haré,
señor. |
|
Toca a recoger al punto, |
|
y di a la gente de guerra |
|
que el bando, y dejar la
tierra, |
|
se tiene de cumplir junto. |
500 |
Que so pena de la vida |
|
el que en Roma se tardare |
|
un hora, si no marchare |
|
a Boloña en vio
seguida. |
|
|
|
ATAMBOR |
Manda el señor don
Fernando, |
505 |
en nombre del general, |
|
que todos los del real |
|
le sigan luego marchando, |
|
y que dejando sus modos |
|
y tratos, dentro de un hora |
510 |
oyendo mi voz agora, |
|
venga a noticia de todos. |
|
|
|
Jornada IV
|
|
DON FERNANDO
GONZAGA. CAPITÁN
SARMIENTO. SALVIATI. EMPERADOR CARLOS QUINTO.
|
|
Llegados a Bolonia DON
FERNANDO DE GONZAGA y el CAPITÁN SARMIENTO, se
encuentran, tratan de algunas cosas, y de la ocasión que lo
movió al EMPERADOR
a querer coronarse en Bolonia. Sale el invicto EMPERADOR, recibe la corona imperial
por la mano de SALVIATI.
|
DON FERNANDO |
No sé cómo
encareceros |
|
señor capitán
Sarmiento, |
|
el regocijo que siento |
|
de veros bueno, y de veros. |
|
Y aunque en mi larga jornada |
5 |
he venido quebrantado, |
|
con solo haberos hallado, |
|
es suave y regalada. |
|
|
|
CAPITÁN |
En esa mesma ocasión, |
|
es tan bueno mi derecho |
10 |
que me deja satisfecho |
|
con no deciros razón. |
|
Que siendo tan conocida |
|
mi pura amistad de vos, |
|
no hay engaño entre los
dos, |
15 |
si las dos es una vida. |
|
Y dejando esto a
una parte, |
|
decidme cómo os ha ido |
|
en el saco, que he sabido |
|
que alcanzastes buena parte. |
20 |
Esto supe en Barcelona |
|
de un correo que llegó |
|
de Roma, que se envió |
|
a la Imperial persona. |
|
Con el cual me
pasó un cuento |
25 |
bien gracioso sobre mesa, |
|
que contando vuestra empresa |
|
perdió el hablar, y aun el
tiento. |
|
Porque le sentí el
humor |
|
que era amigo de brindar, |
30 |
tanto como de hablar |
|
con ser muy buen hablador. |
|
Hice que
menudeasen |
|
los pajes en su porfía, |
|
de un vino de Malvasía, |
35 |
y que las tazas colmasen. |
|
Él enamorado dellas, |
|
siguiendo tras sus amores |
|
se puso de más colores |
|
que el arco de las doncellas. |
40 |
Vino el negocio a
tal punto |
|
que vierais vuestro correo |
|
no correr, ni dar meneo |
|
que no fuese todo él
junto. |
|
Yo por honor de su fama |
45 |
hice que lo desnudasen, |
|
y de brazo lo llevasen |
|
a reposar a la cama. |
|
Y luego que
amaneció, |
|
me dijo muy reposado: |
50 |
cierto no ha mal caminado |
|
quien de Roma ayer
salió. |
|
Yo, visto que aún te
duraba |
|
el humo de Malvasía, |
|
nada no le respondía, |
55 |
y de vos le preguntaba. |
|
Y a poder de rempujones, |
|
me dio estas nuevas de vos, |
|
que las estimé por
Dios, |
|
cual razón, no cual
razones. |
60 |
Y no me fiara dél, |
|
por estar tal, cual os digo, |
|
mas afírmolo un su
amigo |
|
que posó junto con
él. |
|
|
|
DON FERNANDO |
En el asalto romano, |
65 |
es negocio tan cantado |
|
que no se halló soldado |
|
que no hinchese la mano. |
|
Por donde bien se
entendía |
|
que si a todos les sobraba, |
70 |
que a mí que entre ellos
andaba, |
|
tampoco me faltaría. |
|
Porque
veáis por las calles |
|
ropas, tapices, vajillas, |
|
sin estimarse, esparcillas, |
75 |
y esparcidas, no tocalles. |
|
Verdad es, que los de
España |
|
el robar ejercitaban, |
|
contrario de lo que usaban |
|
los bárbaros de
Alemaña. |
80 |
Estos, ni templo dejaron, |
|
ni religión que no
entrasen, |
|
ni imagen que no quemasen, |
|
ni monja que no forzaron. |
|
No procuraban dinero, |
85 |
que dél no hacían
cuenta, |
|
mas con una sed sangrienta, |
|
satisfacían a Lutero. |
|
Pero la gente
invencible |
|
de la nación
española |
90 |
fue la que no pudo sola |
|
sufrir maldad tan terrible. |
|
Y así siempre los
seguían, |
|
y los hacían mil
pedazos, |
|
y con sus valientes brazos, |
95 |
la cristiandad
defendían. |
|
Los rebeldes
luteranos |
|
en un riesgo tan
extraño |
|
Recibían mayor
daño |
|
de España que de
romanos. |
100 |
Mas al fin ellos hicieron |
|
cuanto pudo ser posible, |
|
y aun cosas que es imposible |
|
que hombres a tal se
atrevieron. |
|
Y
pudiérate contar |
105 |
cosas que vi con mis ojos, |
|
y en cosas hacer despojos, |
|
que te hiciera llorar. |
|
Mas déjolas, porque
huyo |
|
su memoria que me atormenta, |
110 |
sólo porque me des
cuenta |
|
de una cosa en que concluyo. |
|
¿Cuál ha sido la razón |
|
te ruego me des aviso, |
|
porque aquí el gran
César quiso |
115 |
hacer su coronación? |
|
Si a Roma tenía sujeta, |
|
y es uso allí
coronarse, |
|
¿Qué le movió
aquí apartarse? |
|
|
|
CAPITÁN |
No ha sido causa secreta. |
120 |
La causa más principal |
|
fue la ruina presente, |
|
y en un dolor tan reciente |
|
el placer sería mortal. |
|
También se
consideró |
125 |
que aderezos faltarían |
|
en Roma, cual convenían |
|
sabido que tal quedó. |
|
Otras causas te
han movido |
|
al emperador de España, |
130 |
que son ir de aquí
Alemaña, |
|
a cosas que han sucedido, |
|
principalmente aplacalla. |
|
Que entre algunos
señalados, |
|
ejercitan alterados |
135 |
lanza, escudo, espada, y
malla. |
|
A reducir a su
fuero |
|
algunas francas ciudades, |
|
que intentando libertades, |
|
huyen del cesáreo
impero. |
140 |
Y hanse venido a ligar |
|
los esguizaros con ellas, |
|
para querer defendellas, |
|
y aquesto va a sosegar. |
|
Va a elegir los
electores |
145 |
del alto rey de romanos, |
|
y a Hungría a esforzar los
vanos |
|
y repentinos temores |
|
que Babada, rey de Buda, |
|
con favor de Solimán, |
150 |
junto gente, y que a Austria
van |
|
la primavera sin duda. |
|
Éstas y
otras cosas son |
|
las causas para no ir |
|
a Roma, por acudir |
155 |
de aquí, a su
petición. |
|
¿Y nosotros qué
hacemos? |
|
¿No oyes gran
vocería? |
|
De placer, sigue esta
vía, |
|
y en la ciudad nos entremos. |
160 |
Hora es ya, que
este ruido |
|
nos aviso que nos vamos, |
|
porque si acá nos
estamos |
|
haremos lo no debido. |
|
Sigamos este camino |
165 |
que más cerca me
parece, |
|
por éste que se me
ofrece, |
|
don Fernando, te encamino. |
|
|
|
SALVIATI |
Excelso emperador, luz de la
tierra, |
|
a quien el sumo Altitonante
tiene |
170 |
por pilar de su fe, pues en ti
encierra |
|
cuanto a tal ministerio a ver
conviene, |
|
por quien el fiero turco se
destierra, |
|
y el valiente francés temo,
y no viene |
|
a inquietar el mundo, que tu
mano |
175 |
invencible, sujeta y tiene
llano. |
|
Guardando el uso
que se guarda en esto, |
|
tu majestad católica, en
presencia |
|
de Dios, me juro siempre estar
dispuesto |
|
con eterna observancia y
obediencia |
180 |
en defender la Iglesia, del
molesto |
|
Lutero, y los demás, que con
violencia |
|
la ofendieren, siguiendo el crudo
intento. |
|
|
|
EMPERADOR |
Yo ratifico vuestro juramento. |
|
|
|
SALVIATI |
Reciba vuestra majestad,
agora, |
185 |
las insignias que pide la
grandeza |
|
de emperador, y aquesta
vencedora |
|
mano, tenga este cetro de
firmeza; |
|
esta espada, que sea domadora |
|
del enemigo de la fe, y su
alteza; |
190 |
este mundo de oro, que es el
mundo |
|
de que os hace señor, sin
ser segundo. |
|
Esta corona a vos justa y
debida, |
|
sustente la cabeza gloriosa, |
|
como cabeza de la fe, eligida, |
195 |
para ampararla de la cisma
odiosa. |
|
Y el cielo os dé y otorgue
tanta vida |
|
cuanto durare en él la luz
hermosa |
|
del sol, y os dé vitorias
excelentes |
|
de varias, fieras, y enemigas
gentes. |
200 |
Y porque resta
que la sacra mano |
|
del vicario de Dios os unja,
vamos, |
|
Emperador dignísimo
romano, |
|
a quien el ceptro y obediencia
damos, |
|
y el Hacedor del cielo tan
ufano |
205 |
os haga, que de vos solo
veamos |
|
el nombre eterno, de inmortal
memoria, |
|
poniendo fin en esto a nuestra
historia. |
|
|
|