Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

11

Sus pruebas se rindieron en Olbera (Andalucía) y en ellas figura con el nombre de don Juan Ávalos de Rivera y de Laredo y Valenzuela. Vignau y Uhagón, Índice de pruebas de los caballeros que han vestido el hábito de Calatrava, Alcántara y Montesa desde el siglo XVI hasta la fecha, Madrid, 1903, 4°.

 

12

Para hilvanar estos datos biográficos nos hemos valido de las anotaciones de Torres Saldamando a las actas del Cabildo de Lima, y del Diccionario de Mendiburu.

Don Luis A. Sánchez en su Literatura colonial ha historiado el nacimiento de los hermanos de nuestro poeta, señalándoles hasta el día en que nacieron, circunstancia que omite precisamente al mencionar a don Juan. Respecto de las relaciones que le ligaran a Cervantes asegura, no sabemos con qué fundamento, que le había conocido en Sevilla y «que parece que fue compañero suyo en la campaña de Orán»: cosa que no acertamos a entender, pues es la primera vez que oímos hablar de semejante campaña de Cervantes.

 

13

Diccionario histórico biográfico del Perú, t. III, p. 80.

 

14

Véanse las páginas 187, 217 y 451 del tomo II de la Gobernación del Tucumán, Madrid, 1920, publicación dirigida por don Roberto Levillier.

 

15

Véanse en los tres volúmenes dedicados al Tucumán de la colección de don Roberto Levillier las referencias a este antiguo conquistador en los índices respectivos.

 

16

Véase a Mendiburu, Diccionario, t. III, p. 257.

 

17

Menéndez y Pelayo, Historia de la poesía hispanoamericana, II, 142.

 

18

Historia de la Poesía hispano-americana, t. II, p. 271.

 

19

En unión de Diego de Salazar y otros mineros de Guancavélica dirigió al Rey un Memorial que existe en la Biblioteca Nacional de Madrid, sin fecha, si bien parece ser de los años 1574, más o menos, en que solicitaban la revocación de un auto del Virrey del Perú tocante a minas de aquel distrito. Desde Lima escribió también al Virrey dos cartas, en 24 y 30 de noviembre de aquel año, tocantes a la baja ley de la plata en barra y amonedada, producida por las compras de azogue de las minas de Almadén hechas por aquel funcionario.

 

20

García Peres (Catálogo razonado biográfico y bibliográfico de los autores portugueses que escribieron en Castellano, Madrid, 1890, 4.°, p. 249) dice de los últimos años   —54→   de Garcés: «Viudo, se hizo presbítero, muriendo canónigo de la Catedral de México en el año de 1591»: frase en la cual se han estampado casi tantos errores como palabras, pues bien sabemos que no murió en 1591, y que ni siquiera estaba entonces viudo. Si más tarde, lo que resulta muy improbable, se ordenó de sacerdote, no podríamos negarlo sin prueba, pero sí es lícito decir que su tal canonicato de México debe ser también infundado, pues Beristaín habría cuidado de decírnoslo en su Biblioteca, caso de ser efectivo.

El autor portugués debe haber tomado esas noticias de la Biblioteca Lusitana de Barbosa Machado, en la que, a la página 448 del tomo II se dice sobre el particular de que se trata: «Depois de estar livre do vinculo conjugal obteve hum Canonicato na Cathedrad de Mexico, e para que nao passasse ociosamente as horas que lhes restavao do Coro traduzio da lingua italiana na a hespanhola...».

Y este solo antecedente debió servirle a García Peres para aquilatar los datos que en esa obra se daban respecto a la viudedad y canonicato de Garcés, y no repetirlos así no más.

En cambio, pudo observar que Barbosa Machado, al mencionar la traducción de Los Lusiadas, recuerda que de ella hace mención Manoel de Faria e Souza en la Vida de Camoens, impresa al comienzo del tomo I del Commento de sus Rimas, y que el traductor fué celebrado por el padre Antonio dos Reys en su Enthus. Poet., n. 150:


Inferiora loca positos despectat olentis
arboris incinctus folio Garcesus Ibero
carmine Luciadas reddebat a numinis aure
auscultante senos avida.

Para terminar con los bibliógrafos portugueses, diremos que I. F. da Silva en su Diccionario bibliographico portuguez, Lisboa, 1860, 8.°, t. III, p. 183, copia la noticia de la, fecha de la muerte y la del canonicato de México, dando como fuente para la primera la autoridad de Agostinho   —55→   Rebello da Costa, que en su Descripçao Topographica do Porto señala el año de 1591.

Completaremos esta nota bio-bibliográfica diciendo que Antonio de Herrera en sus Hechos de los Castellanos, década VIII, lib. II, cap. XV, menciona el descubrimiento hecho por Garcés para el beneficio de los metales de plata, y agrega que «entiéndese que saca el Rey de la labor de las minas del azogue, sin costa ninguna, cuatrocientos mil pesos de minas, de a catorce reales, sin lo que procede del beneficio del azogue, que es otra grandísima riqueza...». ¡Tal era la importancia del servicio que Garcés hizo a la Corona!

Noticia ésta que el cronista de Indias copió de la Historia natural y moral de las Indias del P. José de Acosta (libro IV, cap. XI) en la que en efecto tal es lo que se cuenta.

Maffei y Rúa Figueroa en sus Apuntes para una Biblioteca Mineral, I, p. 277, es extraño que digan respecto a la patria de Garcés «se cree que era portugués».

Séanos lícito expresar, sin falsa modestia, que los datos principales que hoy conocemos de Garcés proceden de los que dimos en nuestra Biblioteca Hispano-Americana (t. I, pp. 504-511) tomados de documentos que hallamos en el Archivo de Indias de Sevilla.

En cuanto a la bibliografía de las obras de Garcés, fue Antonio de León Pinelo el primero que en su Epítome dio noticia de una de ellas; luego, Nicolás Antonio de todas, y más tarde en nuestros días, Gallardo, Salvá, García Peres y Pérez Pastor en su Bibliografía Madrileña, y, por último, nosotros en el lugar indicado de aquella nuestra Biblioteca.

Pellicer no menciona ninguna de las obras de Garcés en su Ensayo de una Biblioteca de Traductores españoles, Madrid, 1788, 4.°