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11

Verlo en Gramática castellana, artículo de 1832, Obras completas, V, p. 461, donde le dedica un gran elogio.

 

12

Publicado en Filosofía del lenguaje, Ensayos, trad. de A. Alonso y R. Lida, Buenos Aires, Losada, 1943, pp. 27-41. Este ensayo está recogido en el libro polémico Il concetto della grammatica. A proposito di una recente Storia della Grammatica (la de Ciro Trabalza), Discussione, Cittá di Castello, 1912. El lector puede ver en este tomito la posición de Croce y Gentile: la gramática es normativa y de base estética. Son los mismos principios de las gramáticas académicas: carácter preceptivo y base literaria, aunque las Academias los suelen complicar con la idea limitadora del purismo.

 

13

Ver, por ejemplo, Charles Bally, El lenguaje y la vida, trad. de A. Alonso, Buenos Aires, Losada, 1941, p. 225.

 

14

Ferdinand de Saussure, Curso de Lingüística general, trad. de A. Alonso, Buenos Aires, Losada, 1945, Introducción. El capítulo VI trata de la «Representación de la lengua por la escritura», y su § 2 del «prestigio de la escritura; causas de su ascendiente sobre la forma oral». Y en otro lugar: «La lengua literaria sobrepasa por todas partes los límites que parece trazarle la literatura: piénsese en la influencia de los salones, de la corte, de las academias», p. 68. «Entendemos por lengua literaria no solamente la lengua de la literatura sino, en un sentido más general, toda especie de lengua culta, oficial o no, al servicio de la comunidad entera», p. 311.

 

15

«El prestigio del lenguaje de clase es enorme: la manera de hablar de un superior nos parece envidiable, menos por su naturaleza propia que como símbolo de una forma de vida aceptada como ideal», p. 206. «La aureola que envuelve a la lengua literaria le viene mucho más de su carácter social que del valor intrínseco de las obras, y éstas, a su vez, son respetadas y leídas mucho más por sugestión social que por amor a lo bello», pp. 206-7.

 

16

Saussure, pp. 39 y 74; Bally, p. 197.

 

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Gramática, Nota III. La famosa elipsis, elaborada para la gramática por el Brocense y adoptada por los gramáticos racionalistas como un Deus ex machina lógico, a veces solía justificarse históricamente, como una forma ahora abreviada de lo que en el pasado fue forma plena. Bello la condena a veces con gran clarividencia si no la ve acomodada al estado actual de la lengua. En su Gramática, § 71, nota, sobre frases como «se jacta de valiente», explicadas por elipsis del infinitivo ser, advierte: «Pero desde que la elipsis se hace genial de la lengua y preferible a la expresión completa, las palabras entre las cuales media contraen un vínculo natural y directo entre sí. La palabra tácita que las acercó y ligó no se presenta ya al espíritu; no existe tácitamente; deja de haber elipsis. La elipsis pertenece entonces a los antecedentes históricos de la lengua, no a su estado actual». Excelente ejemplo de discernimiento entre lo que Saussure llama el eje sincrónico y el eje diacrónico del lenguaje. Bien es verdad que no siempre consiguió nuestro autor libertarse de estas suplantaciones de explicación, por ejemplo, en su extraña identificación del artículo el con el pronombre él, § 135. También en la interpretación de nadie, nada, nonada y jamás, § 187 a y nota, § 189 b y nota: «Jamás no es de suyo negativo. Su significación primitiva y propia es 'en tiempo alguno', 'en cualquier tiempo'. Etc.». «, llamado adverbio afirmativo, lo es realmente; pero sólo por un efecto de su significado modal. y así son una misma palabra», § 190 b; y en nota: «No hay entre ellas más diferencia original que entre este y aqueste, ese y aquese».

 

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La Academia latinizó mucho su Gramática siguiendo las huellas de Nebrija, 1492, seguido también de otros muchos, con su declinación, género neutro, pasiva de los verbos, etc. A pesar de las razonables y corteses críticas de Bello, la Academia ha seguido hasta el día firme en su idea. La doctrina de la Academia (que no tiene nada de inaudita: la ha defendido en nuestros días el bravo guerrillero lingüista y riguroso fonético Otto Jespersen) era y es que los casos se expresan en latín por desinencias y en castellano por preposiciones o por el orden de las palabras. Hasta la edición de 1913, sin embargo, la declinación aparecía en la Analogía (Morfología), p. 24: «Nom. libro, gen. de libro, dat. a o para libro, acus. libro o rara vez a libro, voc. libro u ¡oh libro!, ablat. con, de, en, por, sin, sobre, tras libro». Desde la edición de 1917 hay un cambio formal: se suprime el paradigma de la declinación nominal en la Analogía, y en el § 12 sólo cuenta como «accidentes» del nombre el género y el número; pero la pretensión de declinación se traslada a la Sintaxis, §§ 213-17, con paradigma y todo (Nom. casa o la casa, etc.), y con esta admirable declaración: «Los casos, en latín, son seis: nominativo», etc., § 215; así hasta la de 1931, última que tengo a mano. Y a continuación expone, uno por uno, la correspondencia castellana de los seis casos latinos. Pero en latín eran seis los casos en la época de Augusto; poco tiempo después ya eran sólo dos, y algunos siglos antes tenía además los casos locativo e instrumental. El alemán tiene cuatro. Algunas lenguas muchos más. Esta misma, y en verdad irrefutable, era la crítica de Bello, que argüía con los cinco casos del griego.

 

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Sin contar los que se atenían a la Biblia, como Beauzée, la idea de una sola lengua originaria, en donde las leyes lógicas se cumplían perfectamente, era casi general en el racionalismo: Condillac, Brosses, Gebelin, Destutt de Tracy, etc. (no Voltaire). Nada decimos de la monogénesis del lenguaje (como acuñó uno de sus más valientes defensores, Alfredo Trombetti), tesis tan imposible de probar como de rebatir; lo que sí nos parece ahora seguro es que la lengua o lenguas primitivas tendrían de lógicas aún menos que las modernas lenguas civilizadas.

 

20

Véase Arístides Rojas, El poeta virgiliano, en Humboldtianas, Caracas, 1924, pp. 178-79. Humboldt, que ya hablaba español, hizo en Caracas intensa vida social y con ello muchas amistades. Bello, se dice, le acompañó en algunas excursiones.