Silva, Álvarez de Toledo, Haro, Sotomayor, Guzmán,
Fernández, Manrique, Acebedo, Fonseca, Zúñiga,
Viedma, y Ulloa, Henríquez de Rivera, y de Cabrera,
Sandoval, y Rojas; Conde de Lerín, Condestable, y
Canciller Mayor del Reino de Navarra; Duque de Alba, y de
Huéscar, etc. Caballerizo Mayor de las Reales Caballerizas
de Córdoba; Alguacil Mayor de dicha Ciudad, y de la
Inquisición de ella; Alcaide Perpetuo de los Reales
Alcázares de Sevilla, Córdoba, Carmona, y Mojácar,
y de los Reales Alcázares, Puertas, y Puentes de la
Ciudad de Toledo: Grande de España de Primera Clase;
Caballero del Insigne Orden del Toisón de Oro, del
de Calatrava, y del el del Espíritu Santo; Teniente
General de los Reales Ejércitos; Gentil-Hombre de
Cámara de Su Majestad con ejercicio; Decano de su
Consejo de Estado, y su Mayordomo Mayor, etc.
Señor.
Obediente a los preceptos de V. S. empecé a leer
la Hernandia, Poema Heroico, que ha compuesto Don Francisco
Ruiz de León, natural de la Nueva España, y
a pocas Octavas me robó dulcemente la atención,
y aún la libertad; ni he podido recobrarla, aún
para otra cosa, que para suplicar a V. S. conceda su licencia,
con la que saliendo tan digna Obra a la luz pública
de entre los humos de la prensa, verifique su discreto sonoro
castizo, y superior numen, que su Autor es de aquellos alabados
Poetas, de quienes dijo Horacio:
Él
es un Poema, a quien no faltando parte alguna esencial, ni
adorno alguno de aquellos, que sabe dar el primor de el Arte,
tiene para mí la apreciabilísima calidad de
contar clara, y fielmente la Historia que promete.
La heroicidad
de la Conquista de México subió a la cumbre
del valor, y de la honra; y aún la altura de ser gloria,
y triunfo de la Fe, y del Imperio Español, en la singularísima
persona de Hernán Cortés. Logró también
el verse colocada en la mayor elevación de la elocuencia
Española, cuando Don Antonio de Solís la dejo
eternizada en las esmeradas, puras, castizas voces, con que
dio leyes a los Historiadores Españoles su lúcida
pluma. Pudiera no obstante (al parecer) echar menos un valor
(que no cupo en el Mundo, y por ello intentó, y consiguió
conquistar otro) aquel contrapunto, a que sobre lo dicho
sube el valor de un Héroe en lo cantado. Ya ni aún
esto tiene este glorioso Héroe que echar menos; en
el mismo suelo feliz de la Nueva España, en que el
valor de un Hernán Cortés en sus hazañas
nace, también nace el poeta, que tan dignamente los
canta; y cierto que esta vez puedo decir (sin incurrir en
la lisonja) que al Héroe famoso, a hazañas
tan heroicas, y a un País antes de su Conquista tan
desconocido, y ahora en los dos Mundos tan celebrado, les
vino un poeta tan heroico, como nacido.
Por todo lo dicho,
y porque en todo este sonoro, dulce, y verídico Poema
no he hallado expresión alguna opuesta a la pureza
de la Fe Católica, ni a las buenas costumbres, soy
de sentir se le debe dar la licencia que a V. S. pide, para
que la Nación vea resucitada en nuestros tiempos aquella
carta de Poetas Españoles, que florecieron en los
pasados siglos. De mi estudio. Madrid Noviembre 10 de 1754.
Don Joaquín de Buedo y Girón.
Nos el Licenciado Don Tomás de Najera Salvador,
del Orden de Santiago, Capellán de Honor de su Majestad,
y Vicario de esta Villa de Madrid, Y su Partido, &c.
Por la presente, y lo que a Nos toca, damos licencia para
que se pueda imprimir, e imprima el Libro intitulado: Hernanadia.
Triunfos de la Fe, y Glorias de las Armas Españolas.
Poema Heroico, sobre la Conquista de México, que da
a luz Don Francisco Ruiz de León, vecino de esta Corte:
atento, que de nuestra orden ha sido visto, y reconocido,
y no contiene cosa opuesta a nuestra Santa Fe, y buenas costumbres.
Dada en Madrid a 18 de Noviembre de 1754.
Señor de los Terreros, y Valdelosielos, Regidor
perpetuo de la Ciudad de Loja, y Patrono de la Capila, que
en el Real Monasterio de San Gerónimo de esta Corte
fundó la señora Doña María Ana
de Luján, etc.
M. P. S.
Con todo el cuidado, que
debe mi respeto obedecer los órdenes de V. A. y con
la mayor complacencia, he leído, más de una
vez, el Poema intitulado: La Hernandia: compuesto por Don
Francisco Ruiz, Ingenio Americano, y hallo en muchas de sus
Octavas (aún siendo muchas) profundos conceptos, no
pocas sentencias, reflexiones discretísimas, y ciertos
ofrecimientos de aquellos, que, no sin propiedad, podemos
llamar Originales. Estos, y otros primores que omito, (por
no parecer más Panegirista que Aprobante) encuentro
en esta Obra; y de consiguiente nada que se oponga (ni remotísimamente)
a nuestros Católicos Dogmas, rectas costumbres, y
regalías de S. M. Por todo, es tan digna de ser impresa,
como acreedor a ser compadecido el que la compuso; porque
publicar Versos en este siglo, y exponerse a servir de blanco
a los tiros de la envidia, y la ignorancia, no sé
yo, que sean dos cosas.
Creeré, que sólo sobre
la voz Poema, quieran, y hagan de las suyas; pero tan suyas,
que no podrán impedir consiga este Libro todo el aplauso
que merece (y no merece poco) entre los Críticos Juiciosos,
capaces, eruditos, y desapasionados; que todo esto necesitan
cuantos lo sean, para saberlo ser.
Don Pedro de la Vega, del Consejo de S. M. su Secretario,
y Oficial Mayor de la Secretaria del Consejo, y Cámara
de Indias, de la Negociación de las Provincias de
la Nueva España: Certifico, que habiéndose
visto por los Señores del expresado Consejo un Libro
intitulado: Hernandia, Triunfos de la Fe, y Glorias de la
Armas Españolas, en un Poema de Verso heroico, sobre
la Conquista de México, escrito por Don Francisco
Ruiz de León, vecino de Nueva España, por su
Acuerdo de veinte y tres del presente mes, concedieron licencia
al nominado Don Francisco Ruiz de León, para que pueda
imprimir al enunciado Libro, como consta del citado Acuerdo:
Y para que lo referido conste, doy la presente, en virtud
de lo mandado por los mencionados Señores. Madrid
31 de Octubre de 1753.
Tiene privilegio del Rey nuestro Señor Don Francisco
Ruiz de León, vecino de la Nueva-España, para
poder imprimir, y vender este Libro, intitulado: Hernandia,
Triunfos de la Fe, y Gloria de la Armas Españolas,
Poema Heroico, Conquista de México, por tiempo de
diez años, sin que ninguna persona le pueda imprimir,
ni introducir de otros Reinos, so pena de incurrir en las
penas impuestas por las Leyes, y Pragmáticas de su
Real Majestad: como más largamente consta de su original,
a que me remito.
Página 107, línea 5, despena, lee despeño.
Página 180, línea 31, Cansonancia, lee consonancia.
Página 190, línea última, Ta, lee tal.
Página 219, en el reclamo, Animo, lee Ni. Página
302, línea 8, tu suerte, lee su suerte. Página
310, línea 30, precio, lee presto. Página 317,
línea 25, despachada, lee despechada. Página
341, línea última, la, lee lo. Página
351, línea 7, afrenta, lee afronta. Página
364, línea 27, Pompa, lee trompa. Página 381,
línea 3, Conquistadres, lee Conquistadores.
Corrector General
por su Majestad.
Don Joseph Antonio de Yarza, Secretario del Rey nuestro
Señor, su Escribano de Cámara más antiguo,
y de Gobierno del Consejo: Certifico, que habiéndose
visto por los Señores de él el Libro intitulado:
Hernandia, Triunfos de la Fe, y Gloria de la Armas Españolas,
en un Poema Heroico en Verso, sobre la Conquista de México,
su autor Don Francisco Ruiz de León, vecino de Nueva
España, que con licencia de dichos Señores,
concedida al susodicho, ha sido impreso, tallaron a ocho
maravedís cada pliego: y dicho Libro parece tiene
cuarenta y ocho, sin principios, ni tablas, que a este respecto
importa trescientos y ochenta y cuatro maravedís;
y al dicho precio, y no más, mandaron se venda, y
que esta Certificación se ponga al principio de cada
Tomo, para que se sepa el a que se ha de vender. Y para que
conste, lo firmé en Madrid a diez de Abril de mil
setecientos cincuenta y cinco.
natural de la Nueva España, Autor de la Hernandia,
Poema Heroico, sobre la Conquista de México: Lo escribía
el P. Juan de Buedo Girón, de la Compañía
de Jesús.
Después de los descubrimientos del Adelantado Cristóbal
Colón, y del Capitán Francisco Fernández
de Córdoba: pacificadas las Islas del Mar Atlántico,
convoca Diego Velázquez en la de Cuba los principales
de ella para el propio fin, y con los Vasos, que tenía
prevenidos, sale Juan de Grijalba a la empresa. Habiendo
descubierto varias Costas, llega al Río de Banderas,
donde estuvo a pique de perderse uno de sus Capitanes en
batalla: después de otros accidentes, por reclamo
de su Gente, vuelve a Cuba, y halla desabrido a Velázquez,
porque no hizo la Población. Con mejor disposición
envía éste a Hernán Cortés por
Cabo de ella: dase noticia de quien era, su calidad, valor,
y el estado en que se hallaba. Sale de Cuba, engruesa su
Ejército en las Villas de la Trinidad, y de la Habana,
y padece persecución de sus émulos, que consiguen
descomponerlo con Velázquez. Sosegadas éstas,
hácese a la Vela, padece un fuerte temporal, y arriba
a la Isla Cozumel, donde empieza a sembrar la semilla de
la Fe, hasta dejar en un Templo colocada una Imagen de María
Santísima, nuestra Señora.
1 | No canto Endechas, que
en la Arcadia umbrosa, | | | | Al
vasto son de la Zampoña ruda, | | | | Lamenta
a la Zagala desdeñosa | | | | Tierno
Pastor, para que a verle acuda: | | | | Delirios
vanos de pasión odiosa, | | | | Que
a la Alma ciega, y a la lengua muda | | | | Dejan,
cuando explicados, o sentidos, | | | | Roban
el corazón por los oídos. | | |
|
2 | No los ocios
de rústica Montaña, | | | | Donde
de Albogues al compás grosero | | | | Guarda
su sencillez, y su Cabaña | | | | De
asechanzas, y lobos el Cabrero: | | | | No
de la Vid, o Mies, Pámpano, y Caña: | | | | No
de la Abeja, laborioso esmero, | | | | Dan
aliento a mi voz, pues hoy con arte, | | | | Estragos
canto del sangriento Marte. | | |
|
3 | Las Armas canto, y el Varón
glorioso, | | | | Que labrando a
sus manos su oportuna | | | | Suerte,
constante, diestro, generoso, | | | | Sobre
los Astros erigió su cuna: | | | | Héroe
Cristiano del valor Coloso, | | | | Que
triunfó del destino, y la Fortuna, | | | | De
sus Proezas blasón, de España gloria, | | | | Campeón
insigne, de inmortal memoria. | | |
|
4 | Aquel, que al Quinto Carlos,
que venera | | | | El Sol, a costa
de un afán profundo, | | | | Porque
en un Mundo solo no viviera, | | | | Le
hizo Monarca de otro Nuevo Mundo: | | | | Como
diciendo en sí: Desaire fuera | | | | En
mi Rey, y en mi aliento sin segundo, | | | | Si
teniendo un Cortés la ardiente Zona, | | | | No
se enlazara en ambos su Corona. | | |
|
5 | Acción heroica,
que en rara empresa, | | | | A cada
paso muestra prodigiosa | | | | Una
Proeza gentil, que más la expresa, | | | | Y
una Facción en cada punto honrosa: | | | | Todo
fue fruto fiel, con que embelesa | | | | La
atención, su lealtad pundonorosa, | | | | Donde
obraron, con émulo ardimiento, | | | | Tanto
su Espada, como su talento. | | |
|
6 | Sangrientas Guerras, canto
de terribles | | | | Generosas Cuchillas
Españolas, | | | | Cuyos cortes
veneran invencibles, | | | | Iguales
las Campañas, y las Olas: | | | | Arduos
Encuentros, Cóleras horribles, | | | | Que
competirse pueden ellas solas, | | | | Cuando
la furia desprendió sus manos | | | | Entre
Españoles, y entre Americanos. | | |
|
7 | Cese ya del Mantuano
la Quimera, | | | | Que en la Épica,
con docta fantasía, | | | | Pintó;
pues hoy admira verdadera, | | | | Serie
mayor de intrépida osadía, | | | | Cuyos
ecos la Fama vocinglera | | | | Dio
a sus Clarines, porque su armonía, | | | | Difundida
al ambiente en nueva Pompa, | | | | Fuese
animado aliento de su Trompa. | | |
|
8 | Borren desde hoy los Julios,
y Escipiones, | | | | Alejandros,
Pompeyos, y Aníbales | | | | De
Roma, y de Numancia los Blasones, | | | | De
Cartago, y Farsalia los Anales: | | | | Que
más heroicos célebres Campeones | | | | Obscurecen
sus Timbres inmortales, | | | | Cuanto
va de vencer lo que es factible, | | | | A
reducir al Acto lo imposible. | | |
|
9 | Calle también la
envidia, cuya saña | | | | Perder
intenta las plausibles glorias | | | | De
la siempre feliz triunfante España, | | | | Por
usurparle al tiempo sus memorias: | | | | Y
su orgullo voraz por justa hazaña, | | | | Transformando
en Padrón de estas Victorias, | | | | Contra
sí vuelva, y en venganza grave, | | | | Nuevo
Perilo con su industria acabe. | | |
|
10 | No eran, como los finge,
desvalidos | | | | Miserables los
Indios, y desnudos, | | | | Pues
la malicia los halló advertidos, | | | | Si
acaso fueron al cultivos rudos: | | | | Ni
hizo falta otro estudio, que entendidos, | | | | Sin
él salieron para el Mundo agudos, | | | | Que
siempre al mal, que al hombre se adelanta, | | | | Sobra
Doctrina: ¡Así no hubiera tanta! | | |
|
11 | Ardides raros,
choques rigorosos, | | | | En Militares
fieras invasiones | | | | Pensaron
sabios, dieron animosos, | | | | Dejando
envidia, y Fama a sus acciones: | | | | Y
excediéndose en artes belicosos | | | | Unas
a otras, astutas sus Naciones, | | | | No
echó menos en ellos la Milicia, | | | | Ni
la ferocidad, ni la pericia. | | |
|
12 | A tanto Asunto, Numen
más canoro, | | | | Inflamado
en los raptos de la mente, | | | | Era
debido, que con cuerdas de oro | | | | Cantase
asombros de su continente: | | | | De
la docta Hypocrene al sacro Coro | | | | Precisaba
su número cadente, | | | | Y
aún fuera corta Lira en esta parte | | | | El
mismo Apolo, para el propio Marte. | | |
|
13 | Empeño grave,
mas honroso empeño, | | | | Que
aunque Gigante oprima débil hombro, | | | | No
ha de privarle su robusto ceño | | | | De
la Oliva, que emprende justo asombro: | | | | Negar
podrá su Lauro al desempeño, | | | | Mas
el mérito no, y así le nombro, | | | | Porque
no siempre se halla al alcanzarlo, | | | | Alguna
vez se logra al intentarlo. | | |
|
14 | Sólo impedir pudiera
la osadía, | | | | El admirarlo
escrito con esmero, | | | | De pluma,
que venera la Fe pía | | | | De
culto Patrio, y émulo Extranjero: | | | | Lo
que descubrirá en su simetría, | | | | Con
torpe pulso su buril sincero, | | | | Será
en un rasgo su mayor grandeza, | | | | Pues
lo estará tratado aún con bajeza. | | |
|
15 | No
de vil interés ciega codicia | | | | Mueve
en la mano fatigado vuelo; | | | | La
razón, la verdad, y la justicia, | | | | Le
dan impulsos a escalar el Cielo: | | | | A
las Orlas, que sigue la pericia, | | | | Aspira
humilde, cuando más su anhelo, | | | | Quedando
bien premiada su fatiga, | | | | Si
grata cumple, lo que amor obliga. | | |
|
16 | ¡Oh! En honor ceda
del Autor Divino, | | | | Y de la
Fe su triunfo, en alabanza | | | | Del
Católico Atlante peregrino, | | | | Blasón,
que él sólo merecer alcanza: | | | | Y
en loor de la Nación, cuyo destino | | | | En
ser Escudo de su Ley se afianza, | | | | Venciendo
con arrojo, y bizarría | | | | La
cautela, la envidia, la herejía. | | |
|
17 | Tu Piéride
sagrada, heroica Clío, | | | | Cuya
voz es Imán dulce del viento, | | | | Con
tu furor inflama el labio mío, | | | | Haciendo
menos bronco su concento: | | | | Y
pues me ofreces para el Canto brío, | | | | A
mi tibieza vístele ardimiento, | | | | Esté
al influjo, con que tu Aura inspira, | | | | Para
Héroe tanto, más capaz la Lira. | | |
|
18 | Vos,
Católico, Excelso, Sacro, Recto, | | | | Sexto
Fernando, de la Fe robusto | | | | Gran
Defensor (que en Gótico Dialecto | | | | A
esto equivale vuestro nombre Augusto) | | | | Mostrad
serena frente al noble afecto, | | | | Que
en metro rinde reverente susto: | | | | Atended
en el plectro repetido, | | | | Lo
que mejor en Bronce está esculpido. | | |
|
19 | Entre amor,
y respeto la fatiga, | | | | Ni omitir,
ni olvidar puede el indicio, | | | | Que
la aparta una vez, muchas le obliga | | | | Al
estudio, que ofrece en Sacrificio: | | | | ¿Qué
en esta Historia nuevo habrá que diga, | | | | Si
de aquella no logra el desperdicio? | | | | Más
Víctima pequeña, si se alienta, | | | | Con
repetir el voto se contenta. | | |
|
20 | Escuchad, pues, benigno,
si al cuidado, | | | | De cuya alta
atención dos Orbes penden, | | | | No
impiden leves plumas, que al sagrado | | | | Afán,
hasta escalar el Sol ascienden: | | | | Por
Vos, Señor, emprenden vuelo osado, | | | | Ansias,
que por serviros no se entienden; | | | | Y
pues ellas animan las memorias, | | | | Oíd
de los vuestros inmortales glorias. | | |
|
21 | En aquella feliz
Era dichosa, | | | | En que el Cielo
apagó las turbaciones; | | | | Que
en Europa, imprudente sed celosa | | | | Forjó
en cizañas, y limó a traiciones: | | | | Cuando
la paz con inquietud gozosa, | | | | Rebosando
festiva a las facciones, | | | | Hizo,
a pesar de hidrópicos respetos, | | | | En
los rostros visibles los afectos. | | |
|
22 | Cuando el Pimpollo
de Austria, el Poderoso, | | | | El
Quinto Carlos, triplicó adorado, | | | | Mural,
Cívica Grama, al generoso | | | | Regio
Laurel, de España proclamado: | | | | Contando
Delio al giro presuroso, | | | | Que
el primer Moble en curso ha devanado, | | | | Del
Sol, que en Virgo disfrazar promete | | | | Años
mil y quinientos diez y siete. | | |
|
23 | Cuba, Isla fértil,
que Pensil hibleo | | | | El Atlántico
Mar con Perlas ata, | | | | Y al
apacible arrullo del mareo | | | | Mece
entre cunas de coral, y plata: | | | | Sujeta
al yugo, que Español emplea | | | | Impuso
a su cerviz con mano grata, | | | | Adoró
nuevo Sol en su recinto, | | | | Con
el aspecto del Planeta quinto. | | |
|
24 | Diego Velázquez
(luego adelantado) | | | | Con blanda
Paz la Fuerza gobernaba, | | | | Que ató
Colón, Caudillo celebrado, | | | | A
quien la Fama con razón alaba: | | | | Aplauso
justo, por haber hallado | | | | Un
Mundo Nuevo, donde el otro acaba, | | | | De
cuyo rumbo le dejó las huellas | | | | Impresas
a Cortés en las Estrellas. | | |
|
25 | En ésta, más
que entre las tres restantes | | | | Islas,
que entonces eran conquistadas, | | | | Santo
Domingo, Portorrico, y antes | | | | La
de Jamaica, todas ya repobladas: | | | | Se
difundió el rumor de las distantes | | | | Tierras,
primero creídas, que miradas, | | | | Pues
no es nuevo en los hombres el arrojo | | | | De
creer, no a la verdad, sino al antojo. | | |
|
26 | En tal sazón
Velázquez, asentado | | | | El
crédito común, en Pensamientos | | | | De
mayor Jerarquía va esforzado, | | | | Al
asunto, que elevan sus intentos: | | | | Ya
en sus progresos se haya embarazado | | | | De
tener Superior; que los aumentos, | | | | Una
vez que empezaron la grandeza, | | | | Fuerza
es que sigan su naturaleza. | | |
|
27 | Para este fin, los Deudos,
los Amigos, | | | | Los Cabos principales
solicita, | | | | Deseando hacerlos
cómplices, testigos | | | | En
la empresa, que activo facilita: | | | | De
la felicidad son enemigos | | | | Los
ocios, (dice) y tanto se limita, | | | | Que
cuanto a los sudores acercando, | | | | Se
va de la Pereza retirando. | | |
|
28 | Nada de valde ha dado, aunque
absoluta | | | | De pródiga
la acusan vanos celos, | | | | Que
sus bienes avara los permuta | | | | A
precio de fatigas, y Desvelos: | | | | Más
tal cual vez se hechiza sin disputa, | | | | Enamorada
de atrevidos vuelos, | | | | Dejándose
robar; que, aún con los Reyes; | | | | La
Fortuna también tiene sus Leyes. | | |
|
29 | ¿Qué
ha hecho famosos tantos Capitanes? | | | | ¿Qué
Héroes el Mundo mira Soberanos | | | | Sino
haberla comprado con afanes, | | | | O
haberla arrebatado por sus manos? | | | | De
los Marciales rojos Tafetanes | | | | La
memoria, que buscan los humanos, | | | | Es
la más singular, porque atrevida, | | | | Se
compra a desperdicios de la vida. | | |
|
30 | ¿Cuántos se
han entregado a Golfo incierto, | | | | Por
descubrir la altura a su destino? | | | | El
náutico Gabeoto rompió experto | | | | Al
Sur ignoto, Rostro cristalino: | | | | Emerico
Vespuchi encontró el Puerto, | | | | Que
Véneto a su Quilla le previno; | | | | El
Genovés Colón entró triunfante, | | | | Con
el Argos mejor, más adelante. | | |
|
31 | Pues ¿qué
esperamos, cuando el Cielo ofrece | | | | Campo
más dilatado a nuestra Espada? | | | | El
alto fin es siempre, el que ennoblece | | | | La
acción, que por sí sola es atentada: | | | | Notorio
es el rumor, con que encarece | | | | Esa
nueva Región tan decantada; | | | | A
conquistarla, cuando allí asegura | | | | Vida
mejor, labrada a la Ventura. | | |
|
32 | Para esto, pues, dispuestas
prevenciones | | | | Tengo, de Bergantines,
y Bajeles, | | | | Con Pertrechos,
Sustentos, Municiones; | | | | Sólo
pretendo Confidentes fieles: | | | | Con
vuestro acero ganaré Pendones, | | | | Que
orden de nuestro César los Laureles; | | | | Ni
en la respuesta puedo poner duda; | | | | Cada
uno es fuerza, que a quien es, acuda. | | |
|
33 | Encendidos los
ánimos aquietan, | | | | E
impacientes las órdenes aguardan, | | | | A
Grijalba por Cabo se sujetan, | | | | Y
sin más detenerse, creen que tardan: | | | | Montejos,
y Molinas, Vasos fletan, | | | | Los
Alvarados menos se acobardan, | | | | Que
como es a medrar, en tal estrecho | | | | Suple
las fuerzas de la mano, el pecho. | | |
|
34 | Júntase un
Escuadrón proporcionado, | | | | Si
fuera para el País, en que se intenta, | | | | Pues
del diestro Piloto, hasta el Soldado, | | | | A
trescientos no llega, si se cuenta: | | | | Corto
parece, más multiplicado, | | | | Otro
guarismo su extensión aumenta; | | | | Pues
cuando España su furor reparte, | | | | Cada
Español Ejército es a parte. | | |
|
35 | Así
a la Empresa corre la fatiga, | | | | Hasta
dejarla con cabal apresto; | | | | No
hay cosa que Velázquez no consiga, | | | | Cuando
hecha Leal con su caudal el resto: | | | | Y
aunque no falta voz falaz, que diga | | | | Que
no fue suyo todo lo dispuesto, | | | | No
le debe borrar la Gloria en suma, | | | | Informe
fácil, u odio de la Pluma. | | |
|
36 | Al fin, por el aliento,
que convoca | | | | A la esperanza,
con mayor fortuna; | | | | Unos a
otros se impelen, pues provoca, | | | | A
pocos la Ansia, y a los más la Cuna: | | | | Ya
el Ferro levan de la dura Roca, | | | | Y
a la Espuma entregándose importuna, | | | | Vuelven
la Popa, que a la Mar anhela, | | | | Y
pierden la Isla, con el Remo, y Vela. | | |
|
37 | Por seguir de
Fernández la Jornada, | | | | Desde
Cotoch, a Cozumel descubren, | | | | Cobran
el Rumbo para la deseada | | | | Costa
de Yucatán, que luego cubren: | | | | Aquí
la propia Sangre derramada | | | | Vierten,
con la venganza, que la encubren; | | | | Que
Llaga, que al enojo se convida, | | | | Siempre
está fresca por su misma herida. | | |
|
38 | Llegan, vueltos
al Mar, al caudaloso | | | | Río
de Tabasco, que por dos Gargantas | | | | Vomita
al Golfo, su ímpetu espumoso, | | | | Ya
que hollarle no puede con sus Plantas: | | | | En
él sus Buques cortan el undoso | | | | Margen,
y en sus Riberas, Villas tantas | | | | La
vista finge, que su Fe importuna, | | | | Más
de sí aguarda, que de la Fortuna. | | |
|
39 | No tan alegres,
que no encuentren luego | | | | En
los dos Elementos diferentes | | | | Prevenidas
Cuadrillas, que el sosiego | | | | Bebiendo
están a entrambos Continentes: | | | | Y
con tal aparato en su despego, | | | | Que
en las manos las Armas impacientes, | | | | Antes
que lleguen al horrible estrago, | | | | Ya
están chorreando sangre en el amago. | | |
|
40 | Mas el
Caudillo, consiguiendo aquella | | | | Admiración,
que juzga cobardía, | | | | La
Playa doma, tanto con la huella, | | | | Como
con respetable Artillería: | | | | Ordena
cauto, que no se use de ella, | | | | Hasta
ver de los otros la osadía, | | | | Cuya
acción recatada al ir llegando, | | | | Viene
el mismo silencio publicando. | | |
|
41 | Por un Bárbaro,
diestro en el lenguaje, | | | | Saber
les hace lo que allí pretende | | | | Mas
como es sujeción, y vasallaje, | | | | Aunque
bien se percibe, no se entiende: | | | | La
Paz quieren al fin, y no el ultraje; | | | | Porque
¿a quién pueden (si en razón se atiende) | | | |
Por más que la cultura
le despoje, | | | | Darle a escoger,
que lo mejor no escoge? | | |
|
42 | A la siguiente Aurora, con
festivo | | | | Rumor, la solemnizan,
y aclamando | | | | Al Rey Don Carlos,
sólo su expresivo | | | | Eco,
se escucha de uno, y otro Bando: | | | | Despídese
Grijalba; y a su arribo | | | | Otra
costas el gusto va mirando, | | | | En
que el engaño dulces finge Escenas, | | | | Y
los Peñascos pasan por Almenas. | | |
|
43 | Prosiguen su
derrota, satisfechos | | | | De que
al recurso dejan sus Aliados; | | | | Mayores
Islas ven, y en los Repechos, | | | | Por
Capiteles corren los Nublados: | | | | Así
los sueños al amor derechos | | | | Dejan
a los sentidos engañados; | | | | Y
así el afán, en cuanto ansioso busca, | | | | Con
voluntaria ceguedad se ofusca. | | |
|
44 | De las Banderas en el
Río (apellido, | | | | Que
tomó de las muchas, que tenía) | | | | Más
que a las Armas, deben al pulido | | | | Esmero
de extranjera Bujería: | | | | De
los Indios el Oro desprendido, | | | | Pasa
después a Cárcel más impía, | | | | En que equivoca el culto adoraciones,
| | | | Y Víctima, y Deidad
une en prisiones. | | |
|
45 | Otras Isletas luego, en los indicios
| | | | De poco nombre, tales se
divisan, | | | | Y a la inmediata
de los Sacrificios | | | | Saltan
apenas, cuando penas pisan: | | | | Muestra
el horror sangriento desperdicios | | | | De
humanos Holocaustos, que precisan | | | | A
la Parca severa esquivos plazos, | | | | Y
están más vivos, cuando en más pedazos.
| | |
|
46 | No así veloz la Planta se retira | | | | Del
precipicio, que la Cima ofrece, | | | | Cuando
por el Relámpago, que admira, | | | | La
misma luz le asombra, y desvanece: | | | | Como
la Escuadra de la infame Pira | | | | Se
aparta del pavor, que la enmudece, | | | | Que
el de la muerte pavoroso filo, | | | | Es
otro idioma, que habla en otro estilo. | | |
|
47 | Del terreno
se mudan detestable, | | | | No entiendo
si se hacen a la Vela, | | | | Aquel
acento, que por formidable, | | | | Al
más dormido siempre más desvela: | | | | Un
Islote descubren, que expectable | | | | Se
hizo después a la Marina Escuela, | | | | Por
seguro, y no grande, que a un empeño, | | | | Suele
ser memorable lo pequeño. | | |
|
48 | Breve espacio su Cala
(retirada | | | | De aquella Tierra
firme) Surgidero | | | | Capaz enseña,
próvida Ensenada, | | | | Al
tardo Buque, y al Timón velero: | | | | A
aqueste, por la voz mal pronunciada | | | | De
un Isleño, en la Costa, que primero, | | | | En
frase de quien reta, habló Culúa, | | | | La
llamaron después San Juan de Ulúa. | | |
|
49 | Aquí
tienen los Nuestros lisonjera | | | | Noticia,
que equivoca lo dudoso, | | | | Al
escuchar, que su Región impera | | | | Un
Supremo Monarca Poderoso: | | | | Señor
de todo el Orbe le venera | | | | Su
Occidental Imperio numeroso, | | | | Y
entre Oro, y Ámbar, con que se perfuma, | | | | Es
Deidad en sus Dioses Moctezuma. | | |
|
50 | Bien a poblar quisiera
detenerse | | | | El Español;
mas viendo limitada | | | | La Orden,
por ella llega a suspenderse, | | | | Cuando
pudiera hacerlo con la Espada: | | | | Vuelve
Alvarado a Cuba, por rehacerse | | | | Para
la Población ya destinada; | | | | Y
él dando al Golfo sus ligeras Proas, | | | | Surge
veloz al Río de Canoas. | | |
|
51 | Este nombre le dio la
valerosa | | | | Resolución
de aquellos Naturales, | | | | Descargando
en los nuestros numerosa | | | | Lluvia
de Plumas, y de Pedernales: | | | | Con
tal intrepidez, que su fogosa | | | | Ira
ya los juzgó Triunfos fatales; | | | | Pues
a un Vaso pudieron (fuertes garras) | | | | Anudar
Cables, destrozando Amarras. | | |
|
52 | Hazaña prodigiosa,
si Fortuna | | | | Les hubiera ayudado;
pero luego | | | | Los Españoles
vuelven oportuna | | | | Carga, y
los ciegan con metralla, y fuego: | | | | Sacuden
invasión tan importuna, | | | | Y
siguiendo el alcance con sosiego, | | | | Tanto
ardor ponen, que quedó indeciso, | | | | Entre
fuego, y espumas, tanto viso. | | |
|
53 | Aún sin ver apagado
su coraje, | | | | Levan las Anclas,
toman las derrota, | | | | Hasta
que el paso corta del paraje | | | | Un
Peñol, que es del Mar verde Garzota: | | | | Promontorio
soberbio, que su ultraje | | | | Venga
en el Golfo, cuando más le azota; | | | | Como
que embates fuertes solicita | | | | Cobrar,
lo que usurpado aquel le quita. | | |
|
54 | Por doblar este Cabo,
la paciencia | | | | Toca el extremo
de fatiga impía; | | | | ¡Qué
mucho si le hace resistencia | | | | Escollo
rico, que por tal porfia! | | | | Previendo
del peligro la evidencia, | | | | Que
apuró con esfuerzos la osadía, | | | | Sus
protestas renuevan los Pilotos; | | | | Bien
que inducidos con ocultos votos. | | |
|
55 | Con acuerdo de todos,
impaciente | | | | El General, al
disimulo atento, | | | | Reservando
la queja interiormente, | | | | La
vuelta manda publicar violento: | | | | Discurre
desabrida aquella Gente, | | | | Y
en los Buques escaso el alimento, | | | | Con
que por no rogar a presumidos, | | | | Pone
las Quillas en sus propios Nidos. | | |
|
56 | Pocos días
antes Alvarado había | | | | Soldados,
y noticias derramado; | | | | El
despecho Velázquez reprimía, | | | | Siendo
lo mismo, que él había mandado: | | | | ¡Quién
en sus obediencias se confía, | | | | Contra
un poder celoso, y obstinado, | | | | A
salir bien, si quiere su imprudencia | | | | ¡Calificar
delito la obediencia! | | |
|
57 | Nadie, mirando tales veleidades,
| | | | Podrá acertar, aun
cuando más sirviere, | | | | Pues
el mayor en sus felicidades | | | | Reserva
el fin que manda, y que más quiere: | | | | Sólo
conseguirá seguridades | | | | El
que a una de dos cosas se atreviere; | | | | Que
es, esperar gustoso su tormento, | | | | O
adivinar de aquél el pensamiento. | | |
|
58 | Por no hacerlo
le acusa negligente | | | | Velázquez,
en acción tan importante, | | | | Y
mirándolo activo, y obediente, | | | | En
impaciencias tiñe su semblante: | | | | A
su primer designio prontamente | | | | Mira,
enmendando lo que ve constante, | | | | Porque
nadie de su hecho satisfecho | | | | Está,
hasta que a su gusto sale el hecho. | | |
|
59 | Diez armados Bajeles
en el Puerto | | | | Están
para la empresa prevenidos; | | | | Sólo
el temor no encuentra Jefe experto, | | | | A
cuyo cargo vayan conducidos: | | | | En
la nueva elección vacila incierto, | | | | Temiendo
hacer quejosos, o sentidos; | | | | Mas
¡cómo no ha de estar, si una tardanza, | | | | Aún
al que es más cobarde da esperanza! | | |
|
60 | Amador de
Larez era allegado; | | | | ¿Qué
es lo que pudo hacer? Lo que hizo Duero; | | | | Ver
a Velázquez, hasta que arrestado | | | | Fiase
a Cortés, lo que pensó primero: | | | | Consigue
la estrechez, que declarado | | | | El
Voto, por aquel, le halle el esmero, | | | | Aún
sin juzgarlo; porque así se vea | | | | Como
sube, quien menos lo vocea. | | |
|
61 | Era Cortés, ¡oh
Musa! ¿Qué irritado | | | | Numen,
que opuesto a sí genio Divino | | | | Tuvo
tanto Héroe, para que penado, | | | | Los
rigores probase del destino? | | | | Esto
es delirio, pues si fue envidiado, | | | | Era
fuerza correr este camino; | | | | Que
aunque vence el virtuoso, siempre lidia | | | | Contra
odio, contra engaño, contra envidia. | | |
|
62 | Sabio el
Cielo permite desiguales | | | | Sucesos,
que ejerciten los humanos, | | | | Porque
en la unión de bienes, y de males, | | | | En
nuestro bien se cumplan sus Arcanos: | | | | Su
providencia los dispone tales, | | | | Que
viviendo conformes los Cristianos, | | | | El
dichoso no quede envanecido, | | | | Ni
el infeliz, por serlo, perseguido. | | |
|
63 | Así Hernando
Cortés, en este caso, | | | | Ambos
extremos toca, porque asombre, | | | | Ver
perseguido un hombre al primer paso, | | | | Que
Fortuna le erige alto renombre: | | | | A
la Aura popular sigue el fracaso, | | | | Con
que la envidia le marchita el nombre; | | | | Pues
en lo activo le halla delincuente, | | | | Y
lo ingrato le nota en lo paciente. | | |
|
64 | Medellín,
Villa noble (ya famosa) | | | | De
Extremadura, mereció oportuna, | | | | Con
ilustre ascendencia generosa, | | | | Prevenirle
Blasones a su Cuna: | | | | Martín
Cortés Monroy, casta su esposa | | | | Catalina
Pizarro, a su fortuna | | | | Principio
dieron; fiando a su entereza | | | | Educación,
virtud, celo, y Nobleza. | | |
|
65 | En la flor de la edad, cuando
borrados | | | | Del Bosquejo los
índices pueriles, | | | | Naturaleza
deja retocados, | | | | Con sazones
de Eneros, los Abriles: | | | | Halló
los suyos bien iluminados | | | | De
aquellas buenas Letras, que sutiles, | | | | Son
ingeridas al Entendimiento, | | | | Vida
del Alma, y Alma del talento. | | |
|
66 | Por fuerza oculta, que
en su pecho ardía, | | | | Y
a Marciales estruendos le llamaba | | | | Un
no sé que, que el Alma le decía: | | | | A
la Guerra, a la Guerra se inclinaba: | | | | ¡Oh
impulso grande de la simpatía! | | | | ¡Cómo
ya el corazón le adivinaba, | | | | Que
en la escuela de Marte había su acero | | | | De
ganar a su Rey un Mundo entero! | | |
|
67 | Con este fin sus Padres,
diligentes, | | | | A Indias le enviaron,
donde gobernando | | | | La Isla
Española, y otras adyacentes, | | | | Se
hallaba un deudo suyo con el mando: | | | | Sus
verdes años fueron tan prudentes, | | | | Estimaciones,
y opinión ganando, | | | | Que,
como Deudo no (¡o fuera el primero!) | | | | Le
atendió Ovando como Caballero. | | |
|
68 | Pero viendo aquesta
Isla sosegada, | | | | No pudo superior
impedimento, | | | | Ni la Fama a
sus manos alcanzada, | | | | Desvanecerle
de su noble intento: | | | | A proseguir
la Guerra comenzada | | | | Le llevó
a Cuba su Marcial aliento; | | | | Pues
pechos como el suyo, no apetecen | | | | Más
honor, sino aquel que ellos merecen. | | |
|
69 | En breve aquí
su Brazo, y su cordura, | | | | Le
acreditaron del mayor en todo, | | | | Fiando
de su conducta la ventura, | | | | Que
su prudencia consiguió con modo: | | | | En
su mano el acierto se asegura, | | | | Sin
que la emulación le encuentre apodo: | | | | ¡Tanto
puede Fortuna, cuando intenta | | | | Ensalzar
al Alumno, que alimenta! | | |
|
70 | Galán, sin los melindres
de adornado; | | | | Valiente, sin
alarde presumido; | | | | Liberal,
sin jactancia de envidiado; | | | | Cortés,
con atenciones de entendido: | | | | Discreto,
que habla puro, y no afectado; | | | | Afable,
que no adula por rendido; | | | | Sobre
talle gentil, denuedo airoso; | | | | Joven
edad, y aspecto generoso. | | |
|
71 | Tanto aplauso ganaron, que
ya ufano | | | | En Nudo Conyugal
(no sin empeño, | | | | Que
venció cuerdo) pudo de la mano | | | | De
Catalina Suárez verse Dueño: | | | | Fue
del Gobernador asunto vano; | | | | Pero
cediendo a la razón el ceño, | | | | Discreto,
hasta en amar, dispuso Sabio | | | | Retornarle
en Servicios el agravio. | | |
|
72 | Noble estrechez, y fiel correspondencia,
| | | | Hizo en aquel después,
que fervoroso | | | | Le ofreciese,
con grata confidencia, | | | | Entre
los Grandes puesto ventajoso: | | | | Y
bien que fuese premio, o conveniencia, | | | | A
que aspira gentil afecto airoso, | | | | Más
que el uno premió con ofrecerle, | | | | Hizo
el otro con sólo merecerle. | | |
|
73 | Éste era,
y así estaba, cuando el Cielo, | | | | Por
sus ocultos juicios, le previno | | | | Para
la acción mayor, que pasmó al Suelo, | | | | En
los arrojos de un feliz destino: | | | | Y
entonces en Velázquez el recelo | | | | Introduce
la Envidia; que es camino | | | | Trillado
el denigrar, cuando se encona, | | | | Antes
la Fama, luego la Persona. | | |
|
74 | Pluma afirma, que alzado
con la Armada, | | | | Le niega en
este Estado la obediencia; | | | | Júzguelo
la razón, cuando enlazada, | | | | Sin
queja en ambos, hay correspondencia: | | | | No
satisfecha, quede despreciada | | | | Su
presunción, pues cuando no hay congruencia, | | | | Se
debe recelar borrón sangriento, | | | | Si
no de la Conquista, del Talento. | | |
|
75 | Doraba el Sol al Escorpión
helado, | | | | Que si es Casa de
Marte belicoso, | | | | Pudo, quedando
de Oro iluminado, | | | | Lucir benigno
influjo más piadoso: | | | | Con
tal aspecto el ánimo alentado | | | | Del
Héroe, en todas partes oficioso, | | | | Quisiera
hallar los brazos de Briareo, | | | | Y
aún fueran pocos para aquel empleo. | | |
|
76 | Unos aquí
de Víveres cargados, | | | | Otros
con Lanzas, otros con Fusiles, | | | | Llegan
a bordo, cuando desalados | | | | Embarcan
los demás sus Escaupiles; | | | | Allí
con Municiones fatigados | | | | Sudan,
aún los alientos juveniles, | | | | Hierbe
el afán, el gusto, hierbe la obra, | | | | Y
si no es el descanso, todo sobra. | | |
|
77 | Así un Bajel,
y otro Bajel se mece, | | | | Apartada
la Quilla de la Arena, | | | | El
Cristal se divide, o se estremece, | | | | Cuando
el timón su tez salada enfrena: | | | | Ya
a Cuba de la vista desparece | | | | El
humo denso, que en el Golfo truena, | | | | Al
pronunciar la Pieza embravecida | | | | Con
retumbante voz la despedida. | | |
|
78 | Responden los Clarines
en la Playa, | | | | Y de todos la
ronca vocería, | | | | Hasta
los Cielos el contento ensaya | | | | Al
buen viaje, que grita su alegría: | | | | Con
Viento en Popa las Espumas raya | | | | La
Armada, cuando el Leste la desvía: | | | | Ya
nada se divisa, y su desvelo | | | | El
Camino del Agua ve en el Cielo. | | |
|
79 | Corta felice, Capitán
glorioso, | | | | El Mar, que domas
hoy Colón segundo, | | | | Cuando
vas a ganarles valeroso | | | | A
Dios un Reino, y a tu Rey un Mundo: | | | | ¡Oh
grande España! Mas ¿adónde ansioso | | | | El
Numen se enardece furibundo? | | | | Arrebató
al amor la Fantasía, | | | | Creyendo
que miraba, y no escribía. | | |
|
80 | Llegan a Trinidad,
y en rimbombantes | | | | Ecos, la
Caja da de Marte señas; | | | | Alístanse,
Gonzalos, Escalantes, | | | | Portocarreros,
Dávilas, y Urueñas: | | | | Los
Alvarados cuatro, los Infantes; | | | | Hernández,
Sandovales, Mejías, Peñas; | | | | Los
Velázquez de León, con más concurso,
| | | | Que a dudar más, no
deja ya recurso. | | |
|
81 | Con aquellos esfuerzos, el contento
| | | | A los semblantes brota su
confianza, | | | | Dando la aclamación,
y el ardimiento | | | | Albricias
del acaso a la esperanza: | | | | Cuando
fatal un raro movimiento | | | | De
Velázquez revienta la asechanza, | | | | Pretendiendo
en la Habana su porfía, | | | | Cortar
los vuelos al que ya subía. | | |
|
82 | Apenas, pues, del
Puerto de Santiago | | | | Huyen
las Popas, cuando la cizaña | | | | Clava
sus puntas al primer amago, | | | | Porque
siempre al ausente más empaña: | | | | Ya
le llama Traidor, ya juzga estrago, | | | | El
que nació designio para hazaña, | | | | Y
no encontrando la razón indicios, | | | | Forma
el engaño delincuentes juicios. | | |
|
83 | Violento, porque
estaba apasionado, | | | | Sin buscar
la verdad con furia insana, | | | | Revocó
el nombramiento antes firmado, | | | | Y
despachó por él Vela tirana: | | | | Al
fin su intento todo murmurado | | | | Se
vio de los Soldados, y la Habana: | | | | Que
es candidez pensar, que los arrojos | | | | Puedan
cegar la luz de muchos ojos. | | |
|
84 | ¡Qué no sufrió
de injustas presunciones! | | | | ¡Qué
no sintió de osadías insolencias, | | | | Poniendo
su prudencia en opiniones, | | | | Dejando
su opinión en imprudencias! | | | | Mas
con el pecho igual a las acciones, | | | | Venciéndose,
venció torpes violencias: | | | | ¡Oh
grandeza! ¡Oh constancia! Y cuanto encierra | | | | Aquella,
en que os vencéis, honrosa guerra. | | |
|
85 | ¿Cómo
tan al principio (generoso | | | | Caudillo)
vuelas con cordura cana, | | | | Adonde
llega apenas perezoso | | | | Afán,
cansado de la edad anciana? | | | | Mucho
es lo que promete el portentoso | | | | Fondo
de una refleja, que temprana, | | | | Atrás
deja más célebres destrezas: | | | | ¡Oh!
¡Cuál acabarás, cuando así empiezas!
| | |
|
86 | Y ¿cómo ha de poder vuelo grosero | | | | De
pluma tan pequeña remontarse | | | | A
Región Superior, donde altanero, | | | | Del
Tonante el Garzón llegó a cegarse? | | | | Si
a tus hechos no alcanza dulce Homero, | | | | ¿Ella
qué hará? ¿Dejarlo? No. Alentarse: | | | | Si
aquel no acierta, forma el Silogismo, | | | | Pues
para errar, cualquiera hará lo mismo. | | |
|
87 | España,
tú, mi Rey, hacen factible | | | | Copia,
que fue imposible a mis bosquejos; | | | | Porque
¿quién retrató lo inaccesible, | | | | Donde,
en vez de colores, ve reflejos? | | | | Mas
al Amor, ¿qué cosa fue imposible? | | | | Al
mayor tiene tal, sólo a lo lejos: | | | | Tengo
en sus plumas, si él me da sus alas, | | | | Lienzo,
pincel, matices, luces, galas. | | |
|
88 | Mano al Retrato, que
si suave inspira | | | | Apolo el
Numen, no ha de andar escaso, | | | | Si
al tiento Tabla, si al concento Lira, | | | | Pulso,
y Voz van por cuenta del Parnaso: | | | | Que
en Proezas de Cortés, que el Mundo admira, | | | | Aunque
pasmado están a cada paso, | | | | Debe
aquel de tributo, dando pruebas, | | | | Canoro
hacerlas en el Metro nuevas. | | |
|
89 | Desvanecidos los impedimentos,
| | | | Que en cobarde aprehensión
el susto abraza, | | | | Y embarcados
copiosos Parlamentos, | | | | Otras
disposiciones cuerdo traza: | | | | A
los nueve Bajeles nombra atentos | | | | Cabos,
la Nobleza no embaraza, | | | | Porque
distingue bien la conveniencia, | | | | Que
a la Sangre le dan ira, y prudencia. | | |
|
90 | Mientras el plazo
llega a la partida, | | | | Pasan
muestra, ocupando sus oficios, | | | | Con
la Espada al manejo les convida, | | | | Para
adiestrarlos en sus Ejercicios: | | | | Aquí
el Mosquete, más allá la Brida, | | | | A
la ofensa, y resguardo dan indicios: | | | | Quinientos
sólo son: ¡valor profundo! | | | | ¿Quinientos
hombres a ganar un Mundo? | | |
|
91 | No cuente Atenas como acción
extraña, | | | | Que venciesen
diez mil, con osadía, | | | | A
trescientos mil Persas, que en Campaña, | | | | En
la Batalla Maratonia había: | | | | Si
es uno para treinta, no es hazaña: | | | | Ésta
sí es admirable bizarría, | | | | Pues
a cada uno la India dio valiente, | | | | A
dos millones, y sobró la Gente. | | |
|
92 | A aquestos,
pues, les llega el venturoso | | | | Día
de dar los Vasos a la Vela; | | | | Del
Cielo imploran el favor piadoso, | | | | Que
en causa suya su cuidado cela: | | | | Alzando
Cables, bogan el undoso | | | | Piélago,
en donde dura Lona vuela | | | | Tan
veloz, que sus Quillas juzgó graves | | | | Neptuno,
tal vez Nubes, tal vez Aves. | | |
|
93 | Ufanos doman la robusta
espalda | | | | Del Seno Mexicano,
que apacible | | | | Muestra en los
rizos Copos de su falda, | | | | Que
aún el Diamante sabe ser flexible: | | | | Mas
pasando su Armiño a verde Gualda, | | | | Y
entumeciendo poco a poco horrible | | | | Su
faz rugosa, túmido se alienta, | | | | Adelantando
el susto a la tormenta. | | |
|
94 | Eolo desata de su Gruta opaca
| | | | El voluble Escuadrón,
que en silbos roncos | | | | Rompe
los Montes, con que más lo atraca, | | | | Y
Escollos parte, cuando vuela Troncos: | | | | Retirase
el Alción de la resaca, | | | | Busca
el Echeneis los Peñascos broncos, | | | | Y
los mudos Delfines testifican | | | | El
tiempo, que, avisados, pronostican. | | |
|
95 | Brama helado Aquilón,
y con Nublados | | | | Densos, manchando
la Región vacía, | | | | Deja
con negras sombras anegados | | | | La
Tierra, el Mar, el Mundo, el Cielo, el Día: | | | | Al
estruendo vacilan desquiciados | | | | Ambos
Ejes a tanta batería, | | | | Y
en ellos el Celeste Pavimento, | | | | Ya
titubeante, disputó el asiento. | | |
|
96 | Al Atlántico
enviste proceloso | | | | A trasegar
en sus ocultos senos | | | | De Amphitrite
el Palacio Cavernoso, | | | | Donde
Ovas lame, si fulmina truenos: | | | | Éste,
encrespando rizos espumoso, | | | | Diáfanos
Montes mueve de ira llenos, | | | | Y
por tragarle, cuando lo sofoca, | | | | De
Cristal abre la cerúlea boca. | | |
|
97 | Volcán
de Plata, que a la ardiente llama, | | | | Con
que el Bóreas el vientre le alimenta, | | | | Preñado
del ardor en que le inflama, | | | | Por
bocas mil intrépido revienta: | | | | Cuanta
Concha, Coral, Ova, y Escama | | | | Guardó
en sus Lamas, al Impíreo avienta, | | | | Siendo
la Nieve, que en sus Ondas riza, | | | | De
espuma cana cándida ceniza. | | |
|
98 | No sólo ya
las gotas, y Corales | | | | Al Huracán
colérico le arroja, | | | | Al
ver que desgajado en sus raudales, | | | | Su
Cerviz trunca, si su Espalda moja: | | | | Con
erizadas Picas de Cristales, | | | | Las
Nubes y los Vientos desaloja, | | | | Y
cuando Aguas con Aguas se conmueven, | | | | Llueven
los Cielos, y los Mares llueven. | | |
|
99 | El Golfo brama, y
entre los Moncayos, | | | | Que forma
hinchada tanta dura Roca, | | | | Del
Aire anega los flamantes rayos, | | | | Que
ráfagas de Luz su ira provoca: | | | | El
reflejo, que bebe en sus desmayos, | | | | Relámpago
brillante le sufoca, | | | | Y del
trueno ominoso el estallido | | | | Le
responde con ecos de bramido. | | |
|
100 | Así turbado el
Seno Mexicano, | | | | En undoso
Sepulcro sumergido, | | | | Dejar
presume del valor Hispano | | | | El
Velamen, dos veces oprimido: | | | | Ya
deshecha la Armada mira en vano | | | | Cortés,
su celo, su fervor perdido, | | | | Y
entre Sirtes, vaivenes, y asechanzas, | | | | Anegadas
en flor sus esperanzas. | | |
|
101 | Como suele veloz Pirata errante,
| | | | Calzando Velas de ligera
Pluma, | | | | Escalar el Cenit tras
la volante | | | | Garza, y bajarse
con violencia suma: | | | | Tal en
las Ondas tanta Naufragante | | | | Popa,
con alas de salobre espuma, | | | | Mide
impelida, sin Timón, ni Entenas, | | | | Del
Cielo Signos, de la Mar Arenas. | | |
|
102 | De Ordaz la Aguja,
con el Mástil roto, | | | | Del
Abismo registra las Centellas, | | | | Mientras
Morla, sin Vela, ni Piloto, | | | | Con
los Escollos parte sus querellas: | | | | Sube
el Buque de Olid el alboroto, | | | | Hasta
herir del Zodiaco las Estrellas, | | | | Cuando
Escalante, sin Bauprés, ni Quilla, | | | | Ruina
es del Noto, si de la Agua astilla. | | |
|
103 | Saucedo allá,
con el costado abierto, | | | | Rendido
del Mastelero, está anegado; | | | | Ginés
desarbolado mira cierto, | | | | Que
no hay ramas a asirse el desdichado: | | | | Buscando
aquí por Arrecifes Puerto, | | | | Se
arrojan los de León al Mar a nado, | | | | Echando
al fallo, que el destino fragua, | | | | Si
no el aliento, vida, y pecho al Agua. | | |
|
104 | Quéjanse
al desprenderse con crujidos | | | | Del
Vaso fatigado los fragmentos; | | | | Pero
no es mucho, no, que den gemidos, | | | | Que
hay también insensibles sentimientos: | | | | A
las Tablas los Náufragos asidos | | | | Mezclan
sus quejas con Espuma, y Vientos, | | | | Que
mal, o apenas del dolor, se escuchan, | | | | Y
brazo a brazo con la muerte luchan. | | |
|
105 | Ceden al Temporal,
Bajos trasiegan, | | | | Sin navegarlos,
ni esperar bonanza, | | | | Cuanto
proejando al Suerte se despegan | | | | De
tanta Sirte, que irse a pique afianza: | | | | Viran
a un lado, y otro, y no sosiegan | | | | Las
Faenas, engañando la esperanza; | | | | Y
cuando estre las Escilas no se ahogan, | | | | En
Vergas nadan, y en Obenques bogan. | | |
|
106 | Sólo la
Capitana voltejeando, | | | | Ni
a sí se olvida, ni a los otros deja; | | | | Aquí
acude al que mira zozobrando; | | | | Allí
al remolque trae al que se aleja: | | | | Allá
la Entena a los que están nadando | | | | Arroja,
y con el tiempo se aconseja, | | | | Hasta
que ve de todos la alegría | | | | El
Mar sereno, como claro el día. | | |
|
107 | Cual confusos,
pasado el terremoto, | | | | Que
asoló las Almenas, y Colinas, | | | | Se
levantan los Hombres de su roto | | | | Edificio,
que lo es sólo de ruinas: | | | | Y
acudiendo con uno, y otro voto | | | | A
celebrar piedades peregrinas, | | | | Parabienes
se dan, y discursivos | | | | No
se ven muertos, y se dudan vivos. | | |
|
108 | Alzando así
los ojos, y los brazos | | | | Al
Cielo, dan albricias de su suerte: | | | | Convalece
el temor, y en los pedazos | | | | De
rotos Leños, surta está la muerte: | | | | De
Faenas mudan, enmendando a trazos, | | | | Con
que el gusto en trabajo se convierte; | | | | Mas
no es fatiga, no, ni aún repetida, | | | | La
que vale no menos, que la vida. | | |
|
109 | Aquí suda el
afán con el Trinquete; | | | | Allí
en la Bomba la pujanza gime; | | | | Allá
aferran la Gavia, y el Juanete; | | | | La
mayor adelante a otros comprime: | | | | Acá
del Espolón al Gallardete | | | | Concluyen
otros, y lo que redime | | | | La
mano, no es la vida que alimenta, | | | | Sino
el darle que hacer a otra Tormenta. | | |
|
110 | Decayendo, por
fin, algunos grados, | | | | Con
el impulso de la gran corriente, | | | | En
poco tiempo llegan avanzados | | | | De
Cozumel al tosco Continente: | | | | Nombre,
que, entre otros Dioses celebrados, | | | | Dio
a la Comarca Cozumel valiente, | | | | Cuyas
arenas nuestra Armada toca, | | | | Antes
que con la planta, con la boca. | | |
|
111 | Ya estaba allí
Alvarado, que impelido | | | | Del
furioso Brumal llegó primero, | | | | Y
por haber sus senos inquirido, | | | | En
fuga puso todo el País guerrero: | | | | Acusale
Cortés lo inadvertido | | | | Con
un mirar no más, que lo severo | | | | A
aquel, que de sus frases se halla ducho, | | | | Con
la acción más pequeña dice mucho. | | |
|
112 |
Suelta los Prisioneros con el Oro, | | | | Que
trajeron del Templo los Soldados, | | | | Y
con esto les crece más decoro, | | | | Si
hacerlos quiere desinteresados: | | | | Ellos,
viendo el amor, donde el desdoro | | | | Tan
poco antes los tuvo derramados, | | | | Repiten
obsequiosos rendimientos, | | | | Y
a ver los suyos pártense contentos. | | |
|
113 | En el Pueblo
a la Costa más vecino | | | | Hacen
Alojamientos, entretanto | | | | Que
del Naufragio grande, y del camino, | | | | El
ocio disminuye su quebranto: | | | | Y
antes que vuelvan al embreado Pino, | | | | Discreto
entre el desprecio, y el espanto, | | | | Cuando
más la atención su voz espera, | | | | Los
alienta sagaz de esta manera. | | |
|
114 | Bien, Amigos parciales,
Compañeros, | | | | El Mundo
nos notará temerarios, | | | | Si
los empeños, que nos traen guerreros, | | | | Se
gobernasen por sus juicios varios: | | | | Del
Cielo Santo próvidos esmeros | | | | Nos
conducen por rumbos tan contrarios, | | | | Que
vemos en su aliento claramente, | | | | Toma
por instrumento a nuestra gente. | | |
|
115 | Así lo dicen
las persecuciones, | | | | Que a
gotas del sudor quedan vencidas, | | | | Por
más que lisonjeras impresiones | | | | Quieran
honra, y empresa deslucidas: | | | | Si
alto Brazo dirige las acciones, | | | | En
las dificultades ya corridas, | | | | Creer
que disipe las demás debemos, | | | | Cuando
la gloria suya defendemos. | | |
|
116 | Su Causa, pues, y la del
Sol Iberio, | | | | Nuestro Augusto
Monarca, nos alienta | | | | A tan
grande Conquista, que al Imperio | | | | Romano
ha de causar pasmo, o afrenta: | | | | Llamarla
fácil fuera un improperio | | | | De
hazaña tanta, que el arrojo intenta, | | | | Cuando
por mucha, que la juzgue el Sabio, | | | | Cabrá
en la Espada; pero no en el labio. | | |
|
117 | Combates nos esperan
rigorosos, | | | | Asfaltos, y Batallas
desiguales, | | | | Graves Lides,
Ejércitos copiosos, | | | | Y
de sed, y hambre no pequeños males: | | | | Nosotros
a nosotros valerosos | | | | Nos
necesitaremos, como tales, | | | | Y
aún a todo el valor será terrible | | | | Después,
lo que pasado vio posible. | | |
|
118 | Acostumbrados a vencer
valientes | | | | Estáis en
esas Islas conquistadas, | | | | En
donde están brillando relucientes | | | | Las
Cuchillas, de Púrpura bañadas: | | | | Pero
hoy es menester armar ardientes, | | | | Con
esfuerzo mayor, nuestras Espadas; | | | | Que
para tanto empeño no es extraño, | | | | Que
esté la prevención a su tamaño. | | |
|
119 |
Pocos somos, mas no hace consecuencia | | | | El
número al valor, cuyos crisoles | | | | Afinados
se ven a otra experiencia, | | | | Que
ya paró del Cielo los Faroles: | | | | La
unión nos multiplica, y la prudencia; | | | | ¿Y
qué? ¿No basta seamos Españoles, | | | | Cuyo
acero veneran reverentes | | | | Del
Orbe todo sojuzgadas Gentes? | | |
|
120 | Uno será el consejo,
que eligiere; | | | | Una la mano,
que lo ejecutare; | | | | Igual la
adversidad, que se sufriere; | | | | Común
la aclamación, que se ganare: | | | | Seguro
el todo de uno sólo espere, | | | | Y
cada uno lo más, que otro alcanzare; | | | | Esté
fatal la suerte, u oportuna, | | | | Una
ha de ser en todos la Fortuna. | | |
|
121 | Vuestro Caudillo soy,
mas el primero | | | | Seré
en aventurar noble le vida, | | | | En
la facción, y en el asalto fiero, | | | | Hasta
dejar la gloria conseguida: | | | | Más
que en mis voces, que tengáis, espero | | | | En
mis manos el Orden, que convida; | | | | Pues
si a pensar, y a obrar llegare el plazo, | | | | Será
eco propio de la Frente el Brazo. | | |
|
122 | No parezca confianza
lisonjera, | | | | Que hace la presunción
siempre engañada; | | | | La
certidumbre, que hago verdadera, | | | | Es
tener a mi lado vuestra Espada: | | | | En
ella sólo mi arrogancia espera, | | | | Para
verla del todo asegurada; | | | | Empeñado
contemplo vuestro brío, | | | | Pues
dél aguardo más, que de mi fío. | | |
|
123 | Aquí llegaba, cuando a breve rato | | | | Los
Isleños, en tropas divididos, | | | | Asegurados
del afable trato, | | | | Hasta el
Cuartel se acercan comedidos: | | | | ¿A
quién no da valor un rostro grato? | | | | Estos
lo afirman, porque reducidos | | | | Probaron,
que a rendir el Mundo todo, | | | | No
hay modo más seguro, que el buen modo. | | |
|
124 | Así
pasó, pues oficiosamente | | | | Pareció,
con bizarro lucimiento, | | | | Su
Régulo, o Cacique (así su Gente | | | | Le
llama) a celebrar su cumplimiento; | | | | Común
carácter de su Continente, | | | | Si
de Indios es a la verdad violento: | | | | El
Indo en la Oriental da con decoro | | | | Piedras,
y Aromas; éste Plata, y Oro. | | |
|
125 | Entre el confuso
estruendo, y algazara, | | | | Con
que el vulgo sus gustos acaudilla, | | | | En
un Isleño la atención repara | | | | Idioma
extraño, por ser de Castilla: | | | | Así
se supo, con fortuna rara, | | | | De
un Español cautivo, que en la orilla | | | | Opuesta,
en Yucatán, tiraba apenas | | | | Presa
su libertad en sus cadenas. | | |
|
126 | Con parecer del Régulo
discreto | | | | Apresta a Ordaz,
con prevención, y Gente, | | | | A
ver si efecto puede hacer secreto, | | | | Que
mejore el destino en un ausente: | | | | Sus
Vasallos el Príncipe sujeto | | | | Da,
porque lo consigan cautamente, | | | | Y
pretextando va a un Templo vecino, | | | | Toma
lengua, y se avanza en su camino. | | |
|
127 | En un Cuadro, que
a docta Arquitectura | | | | Labró
un Cincel con tarda simetría, | | | | En
donde lució fiera la hermosura, | | | | Que
en uno, y otro Jaspe parecía: | | | | Con
rostro humano la mortal Figura | | | | Del
fatal Cozumel se descubría, | | | | Tan
feroz, que el más necio, el insensato, | | | | Sacó
el Original por el Retrato. | | |
|
128 | Con un blando desprecio
el Héroe afea | | | | Ara,
Templo, Deidad, y Sacrificio; | | | | Y
aunque aquel su amistad sólo desea, | | | | Teme
dar a los suyos tal indicio: | | | | El
Sacerdote entonces, que se emplea | | | | En
su culto, temiendo más perjuicio, | | | | Al
Español intima fin sangriento, | | | | Si
el Simulacro ve su atrevimiento. | | |
|
129 | Enardecido con cristiano
celo, | | | | Hace seña a
los suyos, y a su arrojo, | | | | El
Ídolo en fragmentos por el suelo, | | | | Fue
mayor triunfo, cuando fue despojo: | | | | Unos
a otros se admiran de que el Cielo | | | | Mudo,
no dé señales de su enojo, | | | | Y
viendo lo que tarda, con baldones | | | | La
adoración trasladan a irrisiones. | | |
|
130 | Soberbio
Lucifer, irás bramando, | | | | Al
irse sus Estatuas deshaciendo, | | | | Se
estrelló en el profundo, reventando | | | | Porque
su Majestad iba perdiendo: | | | | A
sus Legiones asombró, anunciando | | | | El
exterminio de su Imperio horrendo, | | | | Al
ver que España, que sus fuerzas doma, | | | | En
causa de la Fe las armas toma. | | |
|
131 | Esta piadosa acción
fue la lumbrera, | | | | Que en su
barbarie desterró su muerte, | | | | Y
ellos mismos de la Ara hasta la hoguera, | | | | Dieron
Deidad, que en humo se convierte: | | | | Purificado
ya, fue la primera | | | | Casa,
que mejoró feliz su suerte, | | | | Cuando
en lugar del Ángel homicida, | | | | En
él triunfó la Madre de la Vida. | | |
|
132 | Festivos
todos, cuando Febo dora | | | | El
matutino albor, que tierno avisa, | | | | A
la del Sol increado pura Aurora, | | | | Devotos
cantan la primera Misa: | | | | Aquí
la Fe su protección implora, | | | | Pues
en benignidades se divisa, | | | | A
oblación, que le da temprano fruto, | | | | Como
Primicia de mayor tributo. | | |
|